MÍSTICA
VocTEO
 

Esta palabra se deriva de una raíz griega, que quiere decir "cerrar la boca»; en sentido práctico, la mística es una etapa de la vida espiritual que supone un conocimiento y una percepción de Dios de una gran profundidad, acompañada a menudo de una fenomenología extraordinaria (éxtasis, estigmas, levitación...). Teóricamente la mística se propone como lugar científico que estudia esta fenomenología y esta espiritualidad (teología de la mística, psicología de la mística).

Esencialmente, la mística es la experiencia de Dios que, entre otros muchos grados a través de los cuales se puede llegar a Dios, llega incluso a la contemplación, como cumplimiento de la gracia y de las virtudes infusas.

Sus modalidades pueden ser activas y pasivas, según se acentúe el compromiso del hombre o la invasión directa de Dios. Las clasificaciones de la mística son varias y proceden de diversas teorizaciones o experiencias; santa Teresa, por ejemplo, propone cuatro grados de la vida mística: 1} quietud, en que el espíritu descansa, aunque no está libre de toda distracción; 2} estado unitivo, en el que es vivo el sentimiento de la continua presencia de Dios y desaparecen los fenómenos de distracción; 3} el éxtasis, como cese de la actividad de los sentidos; 4} mística esponsal, en la que el alma empieza a saborear la presencia de Dios, implicando también al cuerpo, en un acto entre conocimiento y visión beatífica inmediata de Dios, que se expresa como irrupción amorosa. La fenomenología psíquica que acompaña a esta etapa, aunque a menudo se puede encontrar en ella, no es, sin embargo, necesaria.

G. Bove

Bibl.: J Jiménez Duque, Teología de la mística, Madrid 1963; A. Rovo Marin, Feología de la perfección cristiana. BAC, Madrid 1958; J Sudbrack, Mística cristiana, en T, Goffi - B. Secondin, Problemas y perspectivas de espiritualidad, Sígueme, Salamanca 375-396; Ch. A. Bernard, Teología espiritual Atenas, Madrid, 483-514,