MARCOS
VocTEO
 

En el canon del Nuevo Testamento, el pequeño libro de Marcos está catalogado como el segundo evangelio, pero durante varios siglos fue considerado como un evangelio secundario: Papías (por el 130 d.C.) habló de él como de un escrito «desordenado", y Agustín (354-430) definió a su autor como un "imitador de Mateo, que resumió su evangelio". Los estudios bíblicos de los últimos años han invertido literalmente las posiciones y han colocado el escrito de Marcos en el primer puesto en el orden de edición (por el 65-70 d.C.) de los cuatro evangelios,

1. La obra de Marcos.- Al comienzo del cristianismo la buena noticia se proclamó en Palestina y en las regiones cercanas; la historia de Jesús era demasiado reciente para sentir la necesidad de ponerla por escrito. En esta primera fase de la evangelización, la mayor exigencia que se les planteaba a los misioneros cristianos no era tanto la de dar a conocer la obra y la vida del maestro de Nazaret como la identificación de Jesús como «Señor y Cristo', (Hch 2,36). Pero a medida que pasaban los años y se difundía el Evangelio, se hacía máS fuerte para los misioneros cristianos la necesidad de informar sobre Jesús, para no correr el riesgo de ser tomados, como Pablo en Atenas, por predicadores de «divinidades extranjeras" (Hch 17 18).

Antes de Marcos no había aún un libro sobre Jesús llamado «evangelio", hasta Pablo este término indicaba, bien sea la predicación oral ( 1 Cor 9,14), bien el contenido de aquella proclamación (Rom 1,1), Sobre la vida y las obras de Jesús de Nazaret existían colecciones de frases, de parábolas, relatos de milagros, sobre todo de la pasión; como nos informa Lucas ( 1 ,1 ), se habían hecho algunos intentos de «componer un relato de los acontecimientos que se han cumplido entre nosotros». Probablemente, se iba haciendo cada vez más urgente la necesidad de enfrentarse con el gran reto que suponían las corrientes gnósticas y espiritualizantes, que tendían a olvidar la historia terrena de Jesús para proponer un Cristo celestial, fantástico e impalpable.

En esta línea se coloca el «proyecto" de Marcos: presentar no algún que otro aspecto, sino toda la historia de Jesús, a fin de ayudar a los que se adherían a la fe a identificar al Cristo como Jesús de Nazaret, crucificado bajo Poncio Pilato.

Para ejecutar su plan, el evangelista Marcos se basa en el esquema de la predicación a los paganos, tal como nos lo ofrece el discurso de Pedro al primer pagano bautizado, el centurión Cornelio (cf. Hch 10,36-43): la historia de Jesús va introducida por un prólogo, el bautismo en el Jordán (y. 37), se desarrolla en un primer tiempo en Galilea (vv. 37-38) para terminar en Jerusalén (vv. 39-42). Siguiendo este modelo, Marcos abre la narración con el prólogo del bautismo (11,1-13), describe la actividad de Jesús en Galilea (hasta el c. 10), y termina con el relato de la pasión y resurrección en Jerusalén (cc. 1 1-16)1 Este esquema biográfico-geográfico traza las líneas generales del relato de Marcos, pero no explica las divisiones más detalladas. Según algunos indicios, parece ser que el evangelista quiere distribuir la narración siguiendo una estructuración teológica que, sin sustituir a la historia, la asume para proponer el «evangelio", es decir, la buena noticia de la salvación realizada por Jesús. El primer dato nos lo ofrece el versículo inicial: « Comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios" ( 1,1). Marcos recoge la fe de la Iglesia que identifica a Jesús con estos dos títulos: Cristo e Hijo de Dios, Los primeros capítulos están inspirados por una pregunta .¿Quién es Jesús? lo pregunta la gente (1,27. 6,2), los discípulos (4,41 ), los adversarios (6,14ss). El mismo Jesús plantea esta pregunta (8,27); sólo Pedro da la respuesta exacta: Jesús es el Cristo (8,29; después de 1,1 no había vuelto a aparecer este título). Se puede entonces señalar una primera parte del evangelio que podría titularse: ¿Quién es Jesús? Con la primera confesión de fe en Jesús como Cristo el relato da un giro; hay que aclarar ahora en qué sentido Jesús es el Cristo: no ciertamente en el sentido que se esperaba la gente o los discípulos (8,31ss; 9,30ss; 10,32ss); es el Cristo como "Hijo de Dios" crucificado y resucitado. De hecho, esta segunda parte culmina en la declaración de Jesús ante el sanedrín (14,61-62) y en la profesión de fe del centurión pagano al pie de la cruz: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (15,39).

La primera parte (desde el comienzo hasta la profesión de Pedro) se abre con una declaración en favor de Jesús por parte del Padre («Tú eres mi Hijo amado,,: 1,1 1) y concluye con la declaración de un hombre (Pedro): «Tú eres el Cristo" (8,29); también la segunda parte (desde la profesión de Cesarea hasta el final) registra al comienzo una declaración divina («Éste es mi hijo amado": 9,7) y al final una declaración humana, la del centurión (15,39).

Es posible subdividir estos dos grandes bloques teniendo en cuenta otros datos literarios concretos. Marcos, además de la pregunta sobre Jesús, muestra que quiere responder a ¿Quién es el discípulo? otra pregunta: La respuesta empieza a dibujarse con estas tres secciones primeras: el discípulo es llamado por Jesús (1,16-3,6), es convocado para formar un grupo (3,7 6,6a) y es enviado en misión (6,6b8,30).

También la segunda parte sigue un ritmo de tres secciones : la primera describe el viaje hacia Jerusalén (8,3110,52); la segunda, las últimas jornadas de actividad de Jesús en Jerusalén (1 1,1-13,37); la tercera, su muerte y resurrección (14,1-16,8). Así pues, el discípulo, en la catequesis de Marcos, es el que recorre todas las etapas del camino que siguió Jesús, desde el bautismo hasta la cruz, hacia la vida nueva de la resurrección.

2. La teología de Marcos,- El esquema literario seguido por el evangelista ha puesto va de relieve los arcos temáticos que abarcan todo el evangelio: el cristológico, el eclesiológico y el tema escatológico. La cristología de Marcos se caracteriza por la revelación progresiva del misterio de Jesús; en la primera parte del libro es muy frecuente, en labios de Jesús, que se imponga silencio a los discípulos sobre su verdadera identidad. Esta actitud de reserva ha sido definida con una expresión acuñada por W Wrede: el «secreto mesiánico". La crítica más reciente tiende a descartar las interpretaciones opuestas que se han dado sobre él: el "secreto" sería una cifra teológica ideada por el evangelista, o bien la transcripción exacta de un dato real de la historia de Jesús.

No hay motivos fundados para dudar que Jesús intentara poner su identidad al amparo de los equívocos peligrosos del mesianismo político-nacionalista, pero también hay que tener en cuenta que, respecto a los sinópticos de Mateo y de Lucas, se advierte en Marcos la tendencia a subrayar intencionalmente el motivo del " secreto" Es tan sólo con la cruz como se revela el misterio de Jesús ( 15,39) y, después de la resurrección, la revelación del secreto se hace a los que se les dio la clave del misterio del Reino (4,11) y - de la persona de Jesús (9,9).

La eclesiologia parece a primera vista poco desarrollada en Marcos; en realidad está contenida en embrión en la relación Jesús-discípulos, una relación que recibe en el segundo evangelio un relieve particular, hasta el punto de que desde el comienzo del ministerio público de Jesús ( 1,16-20) hasta la pasión, exceptuando el relato del martirio del Bautista (6,14-29), nunca se pone a Jesús solo en la escena. Además, si se quiere fijar mejor la identidad del discípulo según Marcos, hay que recorrer los verbos que usa para captar su fisonomía interior el discípulo es ante todo el que se encuentra con Jesús y lo sigue (1,1720; 2,14), con el objetivo de estar con él y - de ir a predicar y echar los demonios (3,14-15).

Así pues, esquematizando las cosas, el itinerario del apóstol se desarrolla según estas etapas: seguimiento-comunión-misión. Dentro del círculo de los discípulos se distinguen los «doce» : este término es usado por Marcos 11 veces y es característico en él; el tema de los doce aparece a intervalos regulares : en el capítulo 1 (vv. 16-20) su elección, en el capítulo 3 (vv 13- 19) la constitución del grupo, en e1 capítulo 6 (vv 6b- 13) su misión. Todo esto deja vislumbrar cómo en el «colegio", de los doce reconoce el evangelista las raíces de la Iglesia.

Un tercer arco temático que atraviesa y enlaza a los otros dos está constituido por la escatología apocalíptica, que encuentra su centro en el discurso del capítulo 13. Pero la perspectiva escatológica se anuncia ya desde el principio: con el bautismo de Jesús se inauguran los nuevos tiempos, como demuestra la lucha victoriosa contra el demonio (1,12-13) y como anuncia el mismo Jesús con su mensaje programático ( 1,15). Hay signos de que el crecimiento del Reino es imparable (4,26-32) y de que la lucha contra las fuerzas del mal ha llegado a su epílogo dramático: el Hijo del hombre está a punto de venir «sobre las nubes, con gran poder y gloria» ( 13,26). Ese día comienza con la hora de la cruz, tal como anuncia el mismo Jesús ante el sanedrín ( 14,62), identificándose de nuevo con el misterioso personaje de Daniel 7 13-14. Jesús confía a los discípulos el poder de vencer al demonio (3,15: 6,7-13): le toca ahora a la Iglesia prolongar la victoria del Resucitado, que sigue «precediendo» a los suyos en Galilea y en el mundo ( 16,7).

F, Lambiasi

 

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