FAMILIA
VocTEO
 

 La familia es la primera comunidad humana, basada en el «vínculo de la sangre», es decir, caracterizada por una homogeneidad fundamental de orden biológico, psicológico, afectivo y cultural. Es la célula primaria y fundamental de la sociedad y está compuesta de esposos, hijos y, eventualmente, los ascendientes y colaterales que cohabitan.

 El análisis histórico y sociológico  revela que la institución familiar ha asumido configuraciones distintas en las diversas culturas y épocas de la historia. Cada cultura conoce sus propios modelos de familia, que casi siempre resultan coherentes con el universo de valores que sirven de apoyo y de trama a esa cultura.

 Los profundos cambios sociales y culturales de la sociedad en los últimos  siglos han dado origen a importantes transformaciones en las estructuras y en la vida, provocando el paso de la llamada familia « patriarcal" a la familia «nuclear". La familia «patriarcal», típica de la cultura agrícola, era normalmente una familia amplia, constituida por el conjunto estrechamente coordinado de varios núcleos familiares que convivían bajo un mismo techo, en torno a un mismo patrimonio y bajo la autoridad común del cabeza- de familia. Era más bien una unión de familias que una unión de personas; tenía su propia suficiencia cultural, educativa y hasta económica.

El fenómeno de la industrialización  y de la urbanización que se ha verificado en los tiempos modernos ha llevado a unidades familiares más pequeñas. Ha surgido así la familia "nuclear", compuesta normalmente de los esposos y de uno-dos-tres hijos. De este modo la familia ha perdido sus funciones sociales, educativas y económicas, que le aseguraban estabilidad, pero ha descubierto, a costa de una mayor fragilidad y habilidad, su función más auténtica y una nueva manera de ser como  lugar de relaciones interpersonales basadas en el amor y en la libertad de  opción. Naturalmente, también la familia « nuclear» tiene sus innegables y desventajas: la soledad de peligros, los esposos a merced de sus problemas afectivos y educativos, la exclusión de los ancianos de funciones familiares reconocidas y significativas, etc.

Desde el punto de vista cristiano, hay que decir que la Palabra de Dios relativiza todo modelo familiar. no impone su propio modelo, que sea paradigmático para cualquier otro. Como ocurre con otros sectores de la vida social, indica un conjunto de valores en orden a los cuales puede y tiene que ser juzgado todo modelo familiar. La intuición axiológica fundamental que sugiere la fe es que también la vida familiar tiene que constituir una experiencia de caridad, que representa, según la fe, la realidad más íntima del hombre salvado y el valor más importante de su existencia moral.

En esta perspectiva es necesario  captar en su justo significado las indicaciones de ética familiar que andan dispersas por la Biblia. Tratándose de un sistema de normas fuertemente situado en su propio tiempo, es necesario captar algunos valores de fondo, todavía actuales, más bien que dar unas cuantas normas específicas de comportamiento específicas, y muchas veces caducas. Las orientaciones fundamentales que pueden sacarse de la Biblia -en particular del Nuevo Testamento- en el tema de moral familiar pueden reducirse a tres grandes áreas temáticas: ej Ante todo, la relalivización radical de la familia. Jesús afirma la primacía del Reino: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí: y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí» (Mt 10,37 y par.). Los vínculos familiares tienen que pasar a segundo plano frente a la llamada de Dios y no pueden ser un obstáculo para la propia  santificación. También por esta vía se irá afirmando progresivamente el principio de la libre opción de la pareja y la afirmación de los derechos del individuo respecto a los intereses del grupo familiar (por ejemplo, en orden a la elección del estado de vida religioso).

b) La segunda indicación es la paridad estructural entre el hombre y la mujer (Gál 3,28). De manera progresiva, aunque fatigosamente y no sin contradicciones, se va asumiendo esta igualdad radical como criterio regulador de las relaciones entre el marido y la mujer dentro de la familia.

c) Un tercer grupo de orientaciones  es el que representan las reglas de comportamiento a las que tienen que someterse respectivamente los padres y los hijos. Son los criterios que se re(lucen al amor recíproco (Col 3,18s); a la sumisión (Ef 5,21; 1 Pe 3,9), aunque no absoluta, sino entendida siempre según la lógica del Reino; al cumplimiento fiel de los mutuos derechos y deberes de los diversos componentes de la comunidad familiar.. Juan Pablo 11 ha sintetizado de esta  manera, en la Familiaris consortio ( 1981), las tareas en que encuentra su actuación concreta la misión de la familia cristiana en nuestros días:

a) La formación de una comunidad  de personas. La familia, definida por el Vaticano II como «íntima comunidad de vida y de amor» (GD 48), tiene la misión de hacerse cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor (cf. FC 17).

b) El servicio a la vida. Esta función  se cumple tanto en la transmisión de la vida como en la obra educativa y en un servicio múltiple a la vida (adopción y acogimiento; asistencia a los ancianos, enfermos, minusválidos, etc.).

c) La participación en el desarrollo a  la sociedad. La familia, en cuanto «célula primera y vital de la sociedad » (AA 11), está llamada a ser escuela de socialidad, lugar e instrumento de humanización y de responsabilización de la sociedad (cf. FC 43).

d) La participación en la vida y misión de la Iglesia. La familia, lo mismo que es célula de la sociedad, es también célula de la comunidad cristiana, hasta el punto de poder llamarse «iglesia doméstica» (LG 1 1). Y esto no sólo porque forma cristianos, sino también porque ofrece su propia aportación  pastoral específica para difundir capilarmente los valores cristianos en la sociedad (cf. FC 69).

 G. Cappelli

 

 Bibl.: G. Pastor, Sociología de la familia, Sigueme. Salamanca 1988; M. Vidal, Familia. en DET 253-258; Conferencia episcopal española, Matrimonio y familia hoy, PPC, Madrid 1979; B. Forcaño, La familia en la Sociedad de hoy. Problemas y perspectivas CEP, Valencia 1975; La familia, en Concilium 260 (1995).