EXISTENCIA
EXISTENCIA SOBRENATURAL
VocTEO
 

 Por existencia se entiende, filosóficamente hablando, una determinación del ser en sentido delimitativo. Esto significa que la existencia es una realidad actual y que contiene en sí la razón por la que una realidad existe. Antropológicamente hablando, existencia es el modo de ser ya realizado y  propio del hombre. En el ámbito lógico-matemático la existencia es lo que hace posible la afirmación o la negación racional de una realidad, bien sean entes lógicos o matemáticos. Pero la manera más común de la existencia no es la intelectual o racional, sino la que se encuentra en la delimitación histórica del ser. En filosofía es éste el sentido más común: el existir no en otro sino en sí mismo, ser real sin ser cualidad o accidente de otra realidad (Aristóteles y Tomás de Aquino).

Desde la Edad Media hasta el existencialismo moderno la cuestión es establecer si es posible hablar del ser de la esencia y el de la existencia. En la perspectiva tomista la existencia se entiende como acto de ser de la esencia individual y singular y por tanto como participación real de1 acto de ser de Dios recibida en la esencia, con la que se encuentra en una unión compositiva de actualidad y potencialidad. En toda realidad se encuentra, por tanto, el ser como la realidad más profunda de esa misma realidad.

En la filosofía moderna, por el contrario, la existencia es aquella realidad que no tiene que ver nada con el ser, sino que es sólo el modo exterior de la realidad (Leibniz) o de la esencia (Hegel). En la filosofía contemporánea, la existencia es el signo distintivo del sujeto personal en su contexto intramundano. Esta reflexión ha dado origen al movimiento filosófico existencialista. Según esta idea, muy cercana a la condición histórica del hombre, la existencia produce la tensión a ponerse en relación de vida auténtica : es el ex-sistere múltiple de Kierkegaard, asumido luego por Heidegger y por el existencialismo europeo, como realización de las posibilidades del ser humano en relación con los otros hombres, pero que sigue siendo una realidad precaria e inestable, abierta al fracaso y sin ninguna garantía de éxito. De aquí se deriva la angustia, la desesperación al ver que esa posibilidad puede perderse para siempre.

En teología, la existencia asume un  carácter de existencia sobrenatural: en esta acepción expresa la vocación divina que se dirige al hombre para que pase a una existencia sobrenatural. Este es el sentido de la creación del hombre por parte de Dios: una voluntad explícita y objetiva. Esta decisión creadora y elevadora de Dios no cesa ni siquiera cuando el desarrollo de la existencia del hombre sufre el paro fatal del pecado. Esto no cambia la voluntad de Dios, que se adapta a la nueva dimensión creada y destructible de la existencia del hombre: el hombre entonces se siente todavía más necesitado de la intervención de Dios por causa del pecado y la voluntad de Dios se revela como orientada precisamente hacia el hombre mortalmente herido en su existencia e inclinado desde entonces al pecado y a la culpa personal.

Esta decisión divina, que precede en todos los sentidos al acto de la justificación del hombre, con el que Dios lo hace conforme con el modelo antropológico absoluto, Jesucristo, es al mismo tiempo anterior a la dimensión de la escucha y de la obediencia-acogida del hombre y se desarrolla en la obra de santificación de la persona, tal como se lleva a cabo en la vida eclesial por medio del Espíritu Santo. El lugar eclesial es precisamente el lugar histórico en el que la existencia natural del hombre, mediante una incoación objetiva de la escatología, empieza a convertirse en existencia sobrenatural, increada e indestructible. El hecho de que Dios tenga esta voluntad de elevar a la existencia sobrenatural a todos los hombres indica por un lado que la Iglesia es el medio de la comunicación de la gracia divina y de la santificación de manera objetiva y ordinaria, y por otro lado que Dios sigue siendo soberanamente libre para hacer que todo el que quiera acceda a la existencia sobrenatural (LG 15- 16), a través de modos extraordinarios, diversos y misteriosos, que no excluyen de todos modos en esos seres la fe y su destino eclesial en el cielo.

 T. Stancati

 

 Bibl.: E, de Dominicis, Existencia y existencial, en DTI, 11; K. Rahner Escritos de teología, 1V Taurus, Madrid 1962, 139-157, VI, Madrid 1967 256-270.535-544; X. Zubiri: Naturaleza, historia, Dios, Madrid 1944; E. Gilson, El ser y la esencia, Madrid 1951; L. Gabriel, Filosofía de la existencia, Madrid 1974.