ÉTICA
VocTEO
 

 Es la reflexión sistemática, universalizante e intersubjetiva de la experiencia moral propia y ajena.

Esto se lleva a cabo a partir de la  descripción del fenómeno moral que se presenta a cada uno de los seres humanos como irreductible: entre las muchas acciones que proyectamos y realizamos hay por lo menos algunas que no juzgamos primordialmente como eficaces o placenteras, sino como buenas o malas. Y damos esta valoración con un juicio (de conciencia) en el que comparamos la acción con un código especial no escrito de reglas. La intención contenida en la acción será de generosidad, de desinterés, de imparcialidad, o de todo lo contrario a esto. La acción que llamamos moral guardará siempre además una relación (una finalización) con una persona en cuanto tal: en algunos casos, el mismo agente, que se desdobla idealmente, pero que no por eso es menos real. Puede decirse entonces que el fenómeno moral consiste en la experiencia que viven todos los hombres (y que han aprendido a  través de la educación y de la cultura) de que algunas de las acciones que realizan repercuten en otras personas de modo particular. De hecho, vincula a ellas la intención de querer el bien o el mal de los otros; además lo que hacen corresponde al bien de los  cuanto que intentan corregir lo que está equivocado. La intención y el acto son objeto de un juicio de con aplica normas especiales, guardadas en un código en gran parte escrito, pero normalmente presente al que actúa.

 Enseguida se da uno cuenta de que para hablar del fenómeno moral se utiliza un lenguaje muy parecido estructuralmente al lenguaje jurídico. Es un lenguaje normativo, axiológico y valorativo. Incluso lo que expresamos con un lenguaje aparentemente (o sea, gramaticalmente) descriptivo, si se refiere al fenómeno moral, puede reducirse al lenguaje valorativo/prescriptivo en general: «No puede tolerarse que haya gente que pasa hambre en nuestra sociedad" es gramaticalmente descriptivo, pero semánticamente (significado) expresa un juicio valorativo sobre nuestra sociedad y por tanto expresa también un valor que sirve de base para pronunciar un juicio. Implica además, lógicamente (no de hecho), la norma: «Tenemos que hacer algo", o bien: «El gobierno tiene que hacer algo para evitar en adelante esta situación".

 Así pues, el fenómeno moral constituye el objeto de la ética y por tanto está a nivel semántico cero. La ética que reflexiona sobre ello es la ética normativa, que está a nivel semántico uno. El nivel ulterior de reflexión, donde el nivel uno se convierte a su vez en objeto, es el nivel semántico dos, que es llamado metaética. Una ética debe saber distinguir entre el nivel donde se determinan o se fijan las normas, su estructura y su relación con otros principios más generales como los valores (nivel normativo), y el nivel metanormativo, donde se reflexiona sobre las estructuras de la misma ética normativa. En este segundo nivel es muy importante que se plantee expresamente el problema del lenguaje y de la epistemología moral de la que se sirve. También son esenciales el problema de las relaciones entre el conocimiento del cosmos (ontología), del hombre (antropología)  y del ser (metafísica) con la propia teoría ética.

 Actualmente se da mucha importancia a los problemas relativos a los cambios y a las reformulaciones de los códigos normativos, y a los que se refieren a la jerarquía de la tabla de los valores, dado el momento de paso a la era postindustrial y al pluralismo real de las visiones del mundo. Al mismo tiempo son de extrema importancia los problemas relativos a la transmisión de los valores.

La reflexión ética que podemos  apreciar nosotros, primero como tradición sapiencial y luego como literatura moral explícita,- tiene tres milenios de historia y ha afectado a todas las llamadas culturas superiores. No es de extrañar que existan numerosas teorías sobre la misma ética. Las posiciones van estando más lejanas en la medida en que son más abstractas. Por eso hoy hay - pocos autores que sostengan la tesis de que las proposiciones morales son a-éticas, es decir, que pueden ser verdaderas o falsas. Para la mayor parte de los autores son válidas o menos válidas. Una teoría ética se caracteriza además por el modo en que define el juicio de bondad moral: ¿expresa sólo una convención social, un gusto o sentimiento, una utilidad a largo plazo o una intuición intelectual/sentimental de lo verdadero?

A comienzos de los años 90 la posibilidad de las intervenciones genéticas sobre el hombre y la capacidad demostrada de destrucción progresiva del ecosistema ha vuelto a plantear un problema clásico de la ética: el de la relación responsable con la propia naturaleza (estructura profunda) y con la naturaleza que nos rodea, mientras  que el bienestar económico alcanzado en los países del ex Primer Mundo ha hecho evidente el problema del sentido de la propia existencia, y por tanto de Dios (y de la religión como agencia ética, por lo menos).

 F. Compagnoni

 

 Bibl.: Conceptos fundamentales de ética teológica, Trotta, Madrid 1992; M. Scheler Ética, 2 vols., 1941-1942; J L, Aranguren, Ética, Alianza, Madrid 1979: D. von Hildebrand, Ética, Ed. Encuentro. Madrid 1984: Y Camps - O. Guariglia - F Salmerón, Concepciones de la ética, Trotta, Madrid 1992;Y Camps (ed.), Historia de la ética. 3 vols.,  Crítica, Barcelona 1988-1990.