CRISTO
VocTEO
 

Del griego Christos, traducción del hebreo maschiach (arameo meschiach), que significa Ungido, Mesías. Es un título con el que los cristianos designaron desde el principio (cf. 1 Cor 15,31 Rom 1,31 Hch 9,22; etc.) la dignidad, la función mesiánicas de Jesús de Nazaret después de su resurrección. No cabe duda de que los pasajes del Nuevo Testamento en que aparece este título se sitúan en la línea de la tradición judía veterotestamentaria e intertestamentaria (entre otros, Qumrán), en la que se esperaban tres figuras mesiánicas: el Mesías Re"l ~ (cf. 2 Sm 7 12-14; los Salmos reales, especialmente 2; 89; 1 101 Zc 9,9-10; 11,4-17. etc.): el Mesías Sacerdote (círculos sacerdotales posteriores al destierro)  el Mesías Profeta (cf. Dt 18,17-18). La corriente del mesianismo real era sin duda la de mayor aceptación (para la del Mesías Sacerdote, cf. Heb; para la del Mesías Profeta, Hch 3,22-24. 7 37. cf. Jn 6,40).

Casi todos los autores opinan en la actualidad que Jesús no se designó ni se presentó como Mesías/Cristo y que rechazó incluso los intentos de otros de atribuirle este título, para evitar entre otras cosas que su misión fuese instrumentalizada políticamente. De los evangelios se deduce que de la prohibición que hizo Jesús a sus discípulos de llamarlo mesías (cf. Mc 8,2733) se pasó con el correr de los años a la confesión pospascual del mismo como Mesías (cf. Mt 16,13-20). Este paso se hizo posible gracias a la fe en su resurrección, que fue vista por los discípulos como iniciativa en la que Dios elevó al Crucificado a una posición de señorío mesiánico, como aparece claramente en Hch 2,36: "Dios ha constituido Señor y Mesías a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis».

El itinerario que siguió la comunidad apostólica en la atribución a Jesús del título Cristo y de la misión mesiánica recorrió las siguientes etapas: primero los creyentes proclamaron al Cristo como Resucitado: posteriormente vieron en el Crucificado exaltado al Mesías doliente, ofrecido en sacrificio de expiación por la humanidad ( cf 1 Cor 15,3); más tarde descubrieron en el Jesús terreno a la persona que con su anuncio y su praxis había pronunciado muchas palabras y había realizado hechos mesiánicos (cf. Mt 11,5-6 Lc 7 22): finalmente, vieron en su entrada en el mundo, como descendiente de la estirpe de David. el cumplimiento de la promesa mesiánica davídica (cf. Mt 2,4-6; Lc 2,32-33).

En el paso de la misión cristiana desde el judaísmo de Palestina y helenista a la sociedad pagana helenista, la palabra Cristo dejó muy  pronto de ser usada como título para ser conocido un segundo término del nombre propio «Jesucristo» (cf., entre otros, Rom 1,1.4.81 Mc 1,1: etc,), Sin embargo, a lo largo de los siglos no cae, en el olvido como otros títulos cristológicos (y. gr. ((Hijo de David», «Hijco del hombre", etc.); más aún, en algunos momentos llegó a resumir todos los contenidos del misterio de Jesús: efectivamente, el término «cristología» abarca toda la reflexión sobre el misterio de Jesús. Además, a los seguidores de Jesús se les designa como cristianos.

Hay otra razón que da especial relieve a este título cristológico, especialmente en el nuevo diálogo entre el cristianismo y el judaísmo; es el título que logra expresar mejor y mantener viva la conciencia de la unidad del proyecto salvífico del Antiguo y del Nuevo Testamento, para indicar que en Jesús se cumplieron las promesas vererotestamentarias, para asegurarle a la cristología la dimensión histórica, social y mundana de la salvación, que constituye el elemento fundamental y más característico de la esperanza de Israel, que se ha ido sedimentando en las diversas formas de mesianismo que fueron surgiendo en su seno.

G. Lammarronne

 

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