CISMA
VocTEO
 

Derivada del griego, la palabra «cisma» significa literalmente corte, separación. El Código de derecho canónico, distinguiéndolo de la herejía y de la apostasía, que se oponen directamente a la fe, lo define como «el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos» (c. 751). Es una forma grave de lesión y de violación de la unidad de la Iglesia, un delito que supone la recepción del bautismo y que se castiga con la excomunión llamada latae sententiae. La disciplina canónica de la Iglesia, sin embargo, tiene en cuenta las circunstancias atenuantes o eximentes por motivo de la edad; tiene también en cuenta lo que afirma el decreto sobre el ecumenismo del concilio Vaticano II: «Quienes nacen ahora en esas Comunidades [separadas de la Iglesia católica] y se nutren con la fe de Cristo no pueden ser acusados de pecado de separación, y la Iglesia católica los abraza con fraterno respeto y amor» (UR 3).

La historia de la Iglesia estuvo marcada desde el principio por el drama de la división. Pero ha habido sobre todo dos acontecimientos que han originado la división entre los cristianos, que todavía dura: la separación entre la Iglesia oriental y la occidental sancionada en el año 1054 y la división que tuvo lugar en Occidente en el s. XVI con la Reforma protestante. El movimiento ecuménico se propone superar estas divisiones y restablecer la unida~1 de todos los cristianos. Movido por el deseo de restaurar esta unidad entre todos los discípulos de Cristo, el concilio Vaticano II ha propuesto a los católicos, en un decreto especial sobre el ecumenismo (Unitatis redintegratio), "los medios, los caminos y las formas con los que puedan responder a esta vocación y gracia divinas » (UR 1).

M. Semerano

 

Bibl.: Cismáticos. en ERC, 11, 219-719', Y Congar, Las propiedades de la Iglesia, en MS, VII, 429-440.