ADOPCIONISMO

La herejía trinitaria monarquiana (o monarquianismo), que se difundió en los ss. II y III y que consistía en negar a las tres personas divinas una existencia propia y distinta en aras de un monoteísmo radical, tiene sus orígenes en el judeocristianismo heterodoxo. Este error doctrinal tuvo una doble conformación: modalista (Dios se manifiesta de tres “modos” diversos) y adopcionista. Según el monarquianismo adopcionista o adopcionismo, Cristo sería -según las diversas orientaciones- un ángel o un simple hombre, adoptado por Dios y elevado al rango de Hijo de Dios en el bautismo, o bien - según otros - en la resurrección. La versión más antigua del adopcionismo parece ser la que se expresa en la Engelchristologie (ángel adoptado por Dios como Cristo, Hijo de Dios).

La otra forma de adopcionismo, que consiste en la adopción libre por parte de Dios de un simple hombre, encontró un promotor en Teodoto de Bizancio, llamado «el curtidor de cuero”, que a finales del s. II difundió esta doctrina en Roma. Según escribe Hipólito sobre el pensamiento de Teodoto: «Jesús es un hombre, nacido de una virgen por designio del Padre, que vivió como todos los hombres y fue sumamente temeroso de Dios; más tarde, en el bautismo, lo asumió Cristo bajando de lo alto en forma de paloma; por eso los poderes no habían actuado en él hasta que el Espíritu - que Teodoto llama Cristo - descendió y se manifestó en él. Algunos no quieren admitir que se hiciera Dios a través de la bajada del Espíritu, mientras que otros lo admiten después de la resurrección de entre los muertos” (Elenchus, VII, 35).

Teodoto fue excomulgado por el papa Víctor (186-198). Pero el grupo que se le había juntado siguió difundiendo el pensamiento adopcionista, sobre todo por obra de otro Teodoto llamado «el banquero”, Asclepiodoto y Artemón o Artemas. En tiempos de este último, a mediados del s. III, el adopcionismo empezó a arrogarse ciertos orígenes «apostólicos”. que refutó fácilmente Hipólito (Contra Artemonem, seu parvus labyrinthuS, en Eusebio, Hist. ecl., 7, 27-30).

Aparecieron otras formas posteriores de adopcionismo en Pablo de Samosata (por el 260-270), en Fotino de Sirmio (mitad del s. 1V) y en Marcelo, obispo de Ancira (+ por el 375), cuyo monarquianismo adopcionista se adaptó a las exigencias de la controversia arriana.

L. Padovese

 

Bibl.: J N. D. Kelly Earlv Christian Doctrines, Londres 1958, 115-1'19.158-160; M. Simonetti, Adopcionistas, en DPAC, 1, 31; A. Orbe, Introducción a la teología de los siglos II y III, Sígueme, Salamanca 1988.