La
justicia es sol en el día,
como la caridad, luna en la noche.
¡Que
nadie se duerma,
ni de día ni de noche;
que nadie se duerma,
ni de noche ni de día;
que la jota de la justicia,
no es una jota de risas,
ni un baile de disfraces!.
Justicia
y caridad siempre a mano,
porque la mano se dan y donan,
como justos y benéficos hermanos.
Ser buenos hermanos es cosa fácil,
lo difícil es ser equitativo,
y utilizar sólo la fuerza del amor
para pleitear con la vida.
El amor ya es
caridad,
ya es caridad la justicia,
la justicia es el perdón,
el perdón, no el paredón. ¡El perdón!.
El perdón, estrella de lo justo
de la justicia, brilla en el camino
de aquel caminante que camina,
escuchando su conciencia,
que no es otra ley que la ley del pulso
y de las palmas que saben a poesía.
Pobre del poeta
que no cante
al encanto de la rectitud,
pobre del poeta que no loe
en sus versos, la verdad del universo.
Víctor Corcoba
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