Espectacular y meticulosa restauración de los lienzos
de la serie de la Vida de la Virgen, de Alonso Cano,
situados en la capilla mayor de la catedral

   

 

Estamos gozosos. La buena noticia ha saltado a todos los medios de comunicación. Desde principios de febrero, bajo el patrocinio del Arzobispado de Granada, se están llevando a cabo las tareas de conservación y restauración de los lienzos de la serie de la Vida de la Virgen de  Alonso Cano, situados en la Capilla Mayor de la Santa Iglesia Catedral de Granada.

Uno de los mayores conocedores de la obra de Cano, Harol E. Wethey, coincide con el resto de expertos, y dice en uno de sus libros dedicados al artista: “La serie de la Vida de la Virgen es única en la historia de la pintura española. No hay otro grupo de lienzos de este tiempo tan bien integrado, a pesar de pintarse en un período de diez años. Seguramente, ni las obras de Murillo en el Hospital de la Caridad de Sevilla, ni las composiciones religiosas de Zurbarán en el Monasterio de Guadalupe, tienen la unidad de plan ni, lo que es más importante, la rara significación desde el punto de vista de la forma y motivación dramática”.  La opinión de Whetey ha quedado como una de las definiciones de la serie más citada, y tenida en cuenta,  no sólo por ser uno de los máximos expertos en la obra de Cano, sino también por lo que Don Emilio Orozco, acertadamente, dice de él: “ sus juicios se caracterizan por su serena objetividad y no por el apasionamiento.”  

 

LA GRAN MADUREZ ARTÍSTICA DE CANO

 

Cano regresa a Granada en su madurez artística, con el objetivo de decorar la obra de la Capilla Mayor, completando el cuerpo arquitectónico que Siloé dejó proyectado para tal fin. La tarea parecía difícil, pues armonizar y competir en colorido con las vidrieras situadas en los cuerpos superiores, integrar el diseño en una arquitectura y componer en un formato excesivamente alargado, eran retos técnicos que Cano supera gracias a su basta experiencia y maestría; puesto  que conoce y domina magistralmente las artes de la arquitectura, el dibujo y la escultura. Sólo un artista polifacético, “el Miguel Ángel español”, podría proyectar sabiamente estos lienzos, ya que se trata de un genio de formas barrocas y  alma humanista.

  Uno de los desafíos más significativos a los que hubo de enfrentarse Cano, fue la altura en la que están situados los lienzos: veinticinco metros. Tenía que representar las escenas para que el espectador pudiese admirarlas desde un mínimo de treinta y cinco metros. El artista lo consigue: Se distinguen las escenas desde el final de la nave central, con sorprendente perfección. Todo gracias al empleo de las formas, color y perspectiva; en definitiva, al despliegue de recursos que sólo este pintor en su época poseía. El Cabildo granadino, tiene un gran interés en este proyecto, y sus presiones para que el artista se comprometa, no sólo en la realización, sino también en respetar unos plazos de ejecución de las obras, sumado a otros asuntos, crean fricciones y serias diferencias que terminan en pleitos con el artista,  quedando la serie interrumpida unos años, hasta que el artista gana estos pleitos, y vuelve de nuevo a Granada, quedando subsanados todos los problemas y diferencias entre Cano y el Cabildo. El mismo Cabildo, que pocos años más tarde es el único que da apoyo al artista, arruinado y enfermo, socorriendolo en los difíciles y últimos momentos de su vida. Cuenta Palomino, que en los momentos de su agonía, el racionero Cano, rechaza besar un tosco crucifijo. Prefiere una sencilla cruz de madera, “ideando el más bello Crucificado que nunca ningún artista lograría hacer”.

 

LAS ÉPOCAS DE LOS LIENZOS

 

El primer lienzo de la serie que pinta Cano, en 1652, es: “ La Encarnación”; estimándose que tardó cuatro meses aproximadamente en realizarlo. Un año más tarde, pinta: “La Visitación”; fecha que aparece discretamente pintada en la pilastra del fondo de la escena. El lienzo de “La Purificación”, lo pinta entre 1655 y 1656, aunque después lo retocara en 1664. El artista, para sobrevivir, acepta varios encargos de conventos pobres y de particulares, por lo que el ritmo de entrega de los lienzos se ralentiza e impacienta al Cabildo que le exige mayor dedicación. Sin embargo, los lienzos son largamente meditados,  pensados, y gracias al  estudio y abocetamiento, la ejecución es rápida, consecuencia  de su seguridad,  maestría y experiencia.

Tras el paréntesis de casi seis años, entre 1662 y 1663, Cano completa “La Asunción” que había dejado abocetada. También continúa con “La Inmaculada” en estos mismos años. Y pinta “La Natividad “, ya entrado el año 1664, terminando el mismo año el último de los lienzos de la Serie “La Presentación”; muriendo dos años más tarde, con sesenta y cinco años, tras una vida azarosa y llena de controversias, leyendas y pasiones; siendo uno de los personajes más conocidos y afamados de su época.

 

EL TRABAJO DEL EQUIPO

DE RESTAURADORES ES MAGISTRAL

 

El reto del concertado Equipo de Restauradores, dirigidos por Dionisio Olgoso, ha sido magistral. Son unos profesionales de gran experiencia. Nuestro mayor aplauso, por ello. Dado  la calidad e importancia de las obras, así como su gran formato 4,52 por 2,52 ( la altura de dos plantas de construcción moderna), se está llevando a cabo en distintas fases, adaptándose a la necesidades del estudio de intervención de las obras.

La primera fase del trabajo ha sido, –nos explica y guía: Dionisio Olgoso-, un exhaustivo estudio del estado de conservación de todos los lienzos,  donde se ha podido constatar la situación del soporte textil, de los pigmentos y aglutinantes, de los bastidores que sirven de soporte a las telas y de todos los agentes biodeteriorantes. Dentro de este estudio, de la película pictórica, está siendo muy interesante el acercamiento a las obras mediante la posibilidad de profundizar en el conocimiento de la técnica del artista, a través de los análisis estratigráficos de la obra. No menos interesante es el conocimiento del dibujo o diseño preliminar, conseguido mediante el empleo de la reflectografía de infrarrojos. La documentación fotográfica es eficaz en el seguimiento de todo el trabajo, dejando constancia del mismo .Todos los procesos y daños se están representando mediante soporte digital por un técnico informático. Los estudios técnicos, de esta primera fase, siguen abiertos durante todo el proceso con intención de completarse e incluso después de la misma intervención.

La segunda fase de intervención, dado el estado de las obras, consiste en unas primeras operaciones de conservación preventiva general, como es una limpieza superficial  donde solo se está retirando el polvo depositado sobre la película pictórica y el acumulado en el reverso textil y bastidor. Los bastidores, además de esta limpieza, están siendo tratados para prevenir ataque de insectos xilófagos. El único lienzo al que se le han realizado tareas de restauración previstas en una tercera fase ha sido el lienzo de la “Purificación” dada la urgencia que requería ser tratado pues presentaba un ataque serio de insectos en plena actividad, siendo de mayor gravedad en los bordes, afectando a todo el perímetro de la obra. Como consecuencia de ésto, se ha tenido que reforzar la tela original adosandole otra nueva . Esta operación, conocida como reentelado, es de una gran complejidad técnica, a la que se le añaden las dificultades derivadas del gran formato de la obra, cuatro metros y medio de alto, por dos y medio de ancho. Culminándose con el  éxito esperado, se han realizado tareas de limpieza química, eliminación de barnices oxidados, repintes, reintegración cromática y protección final.

El resto de los lienzos serán restaurados en una tercera fase próxima,  después de formar parte de la Exposición, organizada por el Arzobispado de Granada:  “Alonso Cano: Arte e iconografía”; muestra que se clausura el 31 de Octubre, y que se encuentra situada, en el edificio recién restaurado de la Antigua Curia Eclesiástica, frente a la fachada principal de la Catedral. Esta es una ocasión única de gozar y contemplar, y así lo participamos a todos nuestros asiduos lectores de este Semanario, Granada Costa.

Además, este cronista agradece a Dionisio Olgoso y a todo su Equipo de Restauradores, el habernos asesorado, de viva voz, a pesar de su mucho trabajo, sobre la difícil tarea de su arte, que también lo es, aunque respeten la obra. Gracias por ese tiempo en el que nos habéis ilustrado al contestar a nuestras preguntas. He aquí, pues, el gran Equipo de Restauradores, todos ellos licenciados en restauración: Rosario Collado Ruiz, Maria del Mar Sánchez Carrión, Manuel Muñoz Luna, Miguel Ángel Mercado Hervás. A estos técnicos, se suman otros expertos de distintas disciplinas que han aportado su apoyo técnico y científico a la restauración  dirigidos por el prestigioso restaurador Dionisio Olgoso Moreno, conocido por sus importantes trabajos en proyectos de gran envergadura. Enhorabuena, pues, a todos. Y a seguir cultivando, tan apasionante labor de vencer al tiempo que todo lo borra. En este caso, vuestro trabajo le ha ganado al tiempo.

 

Víctor Corcoba

CORCOBA@telefonica.net