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La Escuela Diocesana de Formación Teológica y Pastoral “San Gregorio de Elvira”, ubicada su sede central en el Colegio Virgen de Gracia de Granada, comienza sus clases en el próximo mes de octubre. Dada la gran aceptación que ha tenido el curso pasado sus enseñanzas, creemos que puede ser interesante, la conversación que hemos mantenido con su director, el P. Blas Gerardo Gordo Jiménez.
- ¿Cómo surge esta Escuela Diocesana de Formación? - Surge en el curso 2002/2003, como una necesidad de responder al reto de nuestro tiempo, para ofrecer un cauce de formación para todos los miembros de la Iglesia, que quieran actuar cristianamente y sientan las exigencias de comunicar el Evangelio.
- Estará de acuerdo conmigo, que en todos los sectores de la vida eclesial la formación es de capital importancia, ¿verdad? - Desde luego, la formación debe tratar de dar a los cristianos no solamente una preparación técnica para transmitir mejor los contenidos de la fe, sino también una convicción personal profunda para testimoniarlos eficazmente en la vida.
- ¿La Escuela posibilita, a través de esta formación, un lenguaje apto para responder al hombre de hoy desde el testimonio de una comunidad eclesial viva? - Ciertamente ahí radica su función, la formación teológica y el desarrollo de la identidad cristiana y eclesial de los llamados a desarrollar servicios y responsabilidades en la Iglesia, especialmente en el campo de la evangelización, de la catequesis, de la enseñanza religiosa escolar, de la animación litúrgica, de la pastoral familiar, de la pastoral de juventud, de la educación cristiana en tiempo libre, del testimonio de los cristianos en el mundo y del servicio de la caridad, y de cuantos campos pastorales se vea necesario atender con personas capacitadas con una preparación específica.
- El cristianismo no es solamente una religión del conocimiento, de la contemplación, es una religión de la acción de Dios y de la acción del hombre. En este sentido, ¿la Escuela ofrece algo más que las habituales actividades académicas? - Tiene como ocupación constante ayudar a los alumnos a crecer en la comunión eclesial, a desarrollarse como una espiritualidad de comunión, promoviendo un modo de pensar, decir y obrar, que hace crecer la Iglesia en hondura y extensión. La vida de comunión será así un signo para el mundo y una fuerza atractiva que conduce a creer en Cristo.
- ¿De qué manera potencia la comunión eclesial? - Aparte de que su actividad está orientada e inspirada en una formación teológica y sistemática, para la comunión eclesial al servicio del testimonio y de la transmisión de la fe, con rigor teológico, en diálogo con el hombre de hoy, y al servicio de la pastoral diocesana; se ofrece, además, momentos de oración diarios, celebraciones litúrgicas, retiros, momentos de reflexión, ejercicios espirituales, convivencias y otras actividades que se estimen necesarias, como prácticas pastorales, que sirvan como impulso evangelizador.
- La Escuela Diocesana de Formación, ¿a quién se dirige? - Se dirige a agentes de pastoral –laicos y religiosos de vida activa- mayores de dieciocho años, implicados en tareas pastorales o que deseen recibir una formación adecuada como impulso en la construcción de la comunidad eclesial.
- ¿La formación ayuda a superar toda tentación inhibicionista y a asumir con decisión y valentía la responsabilidad de ser laicos? - Se intenta que a través de la formación los laicos puedan asumir con decisión y valentía su propia responsabilidad de hacer presente y operante la luz del Evangelio en el mundo profesional, familiar, social; aportando a la convivencia social unos valores que precisamente por ser genuinamente cristianos, son verdadera y radicalmente humanos. Este año proseguimos con un nuevo curso, el de segundo; y esperamos seguir ahondando en nuestras raíces cristianas para afrontar con esperanza y decisión los retos del futuro.
Víctor Corcoba
E-Mail: corcoba@telefonica.net
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