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I Todos pedimos más, más ley, todos pedimos más, más orden, mientras todos tratamos de burlar la norma y eludir el cumplimiento. II Tenemos leyes para todo, menos la ley de la palabra. Aquella que no se casa con nadie, si no es lo justo. Nos apuntamos a juzgar al vecino, sin antes juzgarnos a nosotros mismos. Somos así, la ley sin ley. III Ante leyes injustas, recomiendo el fuero de la conciencia. Ante conciencias sin ley, encomiendo sembrar poesía. Que tras la siembra del verso, brota el amor.
IV La ley más que mandar ha de mondarnos la piel y darnos un libro de actividades, con notas de aplicación. V Para acudir a un litigio hace falta llevar consigo: una montaña de papel, una cordillera de euros, y un mar de paciencia. Mejor sería volver a la montaña verde, a la pelada cordillera, y tomar el sol en el mar como lagarto panza arriba. VI Si el legislador es el eco de la razón, y el magistrado el eco de la ley, y el poeta el eco del mundo, pido la palabra y no la ley. Que muchas son las leyes en un estado sin palabra. VI La ley del amor es la única que salva y purifica. La ley del amor es la única letra del cielo. El amor es la ley de servir donándose. Víctor Corcoba CORCOBA@telefonica.net
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