REFLEXIÓN SOBRE LA SEMANA SANTA EN LA HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS

            Bajo el sugestivo título del lenguaje de la Semana Santa como compromiso, el Grupo de Pensamiento y Devoción de la Hermandad Sacramental de nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Granada y su Archidiócesis, celebró una conferencia-coloquio en el Salón de Actos del Colegio Virgen de las Angustias, a la que asistieron un centenar de personas, miembros de la citada Hermandad, de diversas cofradías, así como otras relevantes del mundo de la cultura granadina.

De izquierda a derecha. Enrique Seijas, María Gómez, Miguel Martín
 y Juan Antonio Barros

La atmósfera no pudo ser más propicia, en un tiempo que lo es de conversación y conversión, de encuentros y de hermandades, de diálogos y escuchas. El periodista Enrique Seijas profundizó en las claves semánticas cristianas y en la obligación de ser auténticos cofrades, criticó el vocabulario que utilizan algunos Chat de medios digitales, apostando por una Semana Santa grandiosa que nos impregne de alegría y fraternice. Aconsejó hacer algo por los demás, y así, experimentar el júbilo de donarse. El poeta Miguel Martín realizó un recorrido por su poesía, y la granadina de todos los tiempos, que ha versado a la Semana Santa. El compositor y escritor Juan Antonio Barros Jódar, disertó sobre la música procesional, haciendo una evocación histórica y una reflexión última sobre el momento actual, que lo calificó de muy fructífero y valioso.

En medio de la palabra, renacía la voz de la saeta, en boca de María Gómez Luque; una saetera granadina que hizo saltar las lágrimas a más de uno de los asistentes, sobre todo cuando una saeta fue ofrecida como oración por las víctimas del atentado terrorista de Madrid.  La atmósfera creada, desde los distintos lenguajes, no pudo ser más activa espiritualmente, porque la autenticidad comunicada, de todos los intervinientes, unida a la belleza del arte, conmovía. Sin duda, fue un saludable momento para todos, el de reflexionar y discernir, el de interrogarse sobre la “gran movida” de la Semana Santa, un tiempo que nos llama al corazón, con su aroma de místicas, sus músicas devotas y sus silencios que tanto nos interiorizan el alma.