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ESPERANZA EN LA FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA
Ineludiblemente, la destrucción de lo humano, pasa por la destrucción de la familia y del matrimonio. Por ello, aunque la defensa de la familia y de la vida es cosa de todos los días, las II Jornadas de la Familia, contribuyeron en la profundización y respuesta a distintas inquietudes. Ciertamente, se ha extendido mucho el pesimismo en los hogares, amenaza el desaliento y algunos comienzan –me lo advertían cónyuges, en pasillo, en la inauguración de las sesiones- a dudar de su futuro. A mi juicio, el encuentro convivencial de las familias como iglesia y el análisis de distintas preocupaciones, por parte de afamados especialistas, aparte de favorecer la ayuda mutua, de unos y otros, como se hizo patente con la alta participación de los asistentes en todas las ponencias, ha servido para ilustrar criterios comunes de esperanza y defensa de la vida.
LA FAMILIA COMO IGLESIA Y LA IGLESIA COMO FAMILIA En la sesión de apertura, el Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez Fernández, profundizó en la familia como iglesia y en la iglesia como familia. Aunque reconoció las dificultades para vivir el amor de los esposos y educar a los hijos, ofreció unas orientaciones positivas, partiendo de que se evita el mal proponiendo el bien. En su intensa intervención, mostró caminos, claves que nos pueden iluminar a que la familia sea una realidad humana, en la que uno puede reconocer a Cristo. Evocó a la familia, camino de la Iglesia, como el amor que es capaz de vencer dificultades. El escándalo no está en que el mundo sea mundo, el escándalo es que nosotros seamos mundo, y no seamos la iglesia que el Señor quiere de nosotros. Ser buenos cristianos es una buena manera de anunciar el Evangelio y la primera comunidad es la de la familia.
El mundo tiene necesidad de Dios. La secularización nos eclipsa, haciendo que las palabras signifiquen otra cosa. Así la fe se deteriora y la humanidad se queda sola. ¿Qué significa la propuesta del matrimonio? La respuesta siempre es Cristo para vivir en plenitud. Con Él tenemos todas las razones de alegría, de luz, de familia como Iglesia, fundada y vivificada por el amor. Decir que el matrimonio es un sacramento es decir que el amor de los esposos tiene un espesor sagrado tan grande, que es un signo por si mismo de que Cristo vive. Y en este sentido, el Sr. Arzobispo, acentuó en que hemos de renacer como iglesia, la esposa de Cristo, ser la familia de las familias, la familia de los hijos de Dios, que se alimenta de la Eucaristía, y que es compañera de camino de los hombres, para que Cristo pueda ser reconocido como cuerpo de Cristo. En Él, es donde Dios se ha revelado plenamente a la humanidad.
CRITERIOS Y AYUDAS PARA VER CINE EN FAMILIA El profesor de Narrativa Audiovisual de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Pablo –CEU de Madrid, Juan L. Orellana Gutiérrez de Terán, hizo un análisis sobre la riqueza de lenguajes que ofrece el cine a través de una multiplicidad de estilos y formas narrativas, subrayando una cierta indefensión hacia los telespectadores y carencias educativas. El tema sobre el que se debatió, la búsqueda de criterios para ver cine, no consideró el ponente tanto un problema de recetas a aplicar, como el de resolver con una reflexión el contenido expuesto. Ver el cine en familia, en comunidad, no sólo fomenta el diálogo, ayuda a niños y jóvenes, a ser capaces de discernir las películas y madurar en su condición de usuarios responsables. El ejemplo de los padres es determinante en esta materia. Conviene no olvidar que, cuando se está educando, se obtiene más con una explicación que prohibiendo.
Es cierto que el cine aglutina a muchas personas. Todos lo vemos. El conferenciante aportó varios recursos para no ir a ciegas, citando diversas publicaciones, revistas y medios de comunicación. Subrayó que es fructífero ver cine bueno y trabajarlo con nuestros hijos. Toda una experiencia educativa. Las películas transmiten una imagen del hombre, que hemos de considerar. Y en esa consideración, más que hacer un catálogo de despropósitos, conviene entrar en plática, desde el fondo de la película. Cuando la elección del filme, va acompañada del debate de la familia, sin duda, ayuda al crecimiento intelectual y estético, a la comprensión mutua de los unos con los otros.
LA CLONACIÓN NO REPRODUCTIVA Sobre la clonación no reproductiva y la aplicación de las células madre, el Catedrático de Genética del Departamento de Biología Celular y Genética de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), Nicolás Jouve de la Barreda, tras reconocer que el tema está bastante contaminado por intereses económicos y políticos, disertó sobre el momento en cómo se encuentra la investigación actualmente, para luego profundizar en los conceptos de vida y lo que es la clonación no reproductiva, concluyendo con las alternativas que no producen ningún problema de carácter ético.
Su ponencia partió de que se ignora cualquier referencia a la persona humana, olvidando nuestras raíces, la de una cultura cristiana preciosa, basada en tres puntales: el pensamiento griego, el derecho romano y la religión cristiana. Parece que esto hoy ya no cuadra, y por ese postmodernismo, -dijo el ponente- hay una especie de impulso por dar satisfacción a todo tipo de deseos materiales, olvidando que el primer de todos los derechos, es el de la vida. Se tratan de hacer leyes, incluso de utilidad practica para el hombre, pero olvidándonos de lo fundamental, que es el propio hombre. En este caso que nos ocupa, la utilización de embriones, está bien claro, se trata de salvar vidas humanas, utilizando vidas humanas. Una paradoja tremenda. Se habla más de calidad de vida que de la defensa de la vida, dijo el conferenciante. A propósito, recordó el pensamiento de los participantes del Congreso de Bioética celebrado en Gijón, donde se plasmó que la creación de individuos humanos genéticamente idénticos por clonación debe prohibirse y que la utilización de células troncales con fines terapéuticos debe permitirse, siempre que la obtención de esas células no implique la destrucción de embriones. Su conclusión fue bien clara, la de apostar por el progreso científico y ético, al servicio de la dignidad humana.
REGULACIÓN NATURAL DE LA FERTILIDAD: La médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, experta en terapia familiar y monitora de métodos naturales de regulación de la fertilidad, Teresa Suárez de Villar Acebal, expuso los métodos naturales como una nueva forma de mirarse, puesto que consisten esencialmente en conocer cuándo la mujer es fértil y cuándo no, entonces, si se están espaciando los nacimientos, los esposos evitan las relaciones conyugales durante el tiempo fértil y las tienen durante el tiempo infértil. De esa manera los métodos naturales no le destruyen a ningún acto conyugal su natural fuerza procreativa, sino que respetan los ciclos de fertilidad e infertilidad que Dios mismo ha puesto en la naturaleza femenina para espaciar o buscar los nacimientos.
Para la ponente, el rechazo a los métodos naturales, por falta de fiabilidad o por ser complicados, revela escaso fundamento. Subrayó, sin embargo, que facilitan el respeto a la otra persona y a su cuerpo. La abstinencia temporal, decidida de mutuo acuerdo por el hombre y la mujer, además de no debilitar el amor, lo hace más fuerte, más libre y más profundamente personal; un modelo de vida que puede parecer exigente, pero que está revestido de auténtico amor.
Víctor Corcoba Herrero
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