CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

CON MOTIVO DEL DÍA DE SAN JOSÉ OBRERO

            El Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, celebró en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, una Eucaristía el día uno de mayo, con motivo del día de San José Obrero, fiesta de todos los trabajadores. Al sacramento de unidad por excelencia acudieron un nutrido número de fieles de distintos entornos, naciones y razas.

Una joven coloca ladrillos

Sus peticiones y manifiestos,  nos hicieron reflexionar sobre una nueva solidaridad fundada sobre el trabajo, un trabajo que ha de permitir a toda persona ser ella misma, no un engranaje más de la maquinaria productiva. La obligación de ganar el pan con el sudor de la propia frente supone, al mismo tiempo, un derecho. Una sociedad en la que este derecho se niegue carece de legitimación ética.

Toda la Eucaristía fue un homenaje al trabajo del ser humano, fuese cual fuese. A la salida, pudimos intercambiar impresiones, con algunos inmigrantes y con personas de otras etinas, y comprobar lo difícil que es para ellos encontrar medio de subsistencia para el desarrollo de sus familias.

Durante la Oración de los Fieles

El mundo obrero existe, –dice un comunicado que me participa la Juventud Obrera Cristiana y la Hermandad Obrera de Acción Católica- , pero hoy, más que nunca, necesita recuperar su dignidad, por encima de todo interés económico. Lo hacen animados por la fe en el Obrero de Nazaret, en todos está el Señor. Casualmente, cuando ya me iba, un joven me coloca una pegatina, que me hizo reflexionar un buen rato. Dice así: Porque eres joven...trabajo precario, ¡no! Gran cosa es el trabajo, ciertamente, pero la persona es incomparablemente mayor, es sagrada, como ese joven, cargado de esperanza, que con un adhesivo me despertó las ideas.