De amplia formación, tanto intelectual como humanística cristiana,  José Sánchez Faba, persona sencilla que transmite seguridad y hondura, camina con esperanza. Aunque nace en Cartagena, su traslado como Magistrado de la Audiencia Provincial en el año 1968, le enraíza a Granada. Tiene tras de sí, una brillante biografía como magistrado, una vida de implicaciones políticas que nos enseña que el gobierno es, antes que nada, ejercicio de virtudes, y una intensa etapa de actividad al frente de la institución de Cáritas. El profundo desprendimiento de honores y riquezas, la humildad serena y jovial, así como la seguridad de juicio basada en la fe, nos contagia a través de su mirada, siempre acompasada por una sonrisa, una paz interior que nos fortalece. Es un catequista de la caridad.

- ¿Qué ha supuesto llegar a Granada en su vida?

- Ha supuesto mucho. Tuve la dicha de encontrarme con muy buenos compañeros, con un trabajo atractivo, y después, rápidamente encontré una ocupación adicional que fue dedicarme a la labor de tipo apostólico en los cursillos de cristiandad; que ya había iniciado en Ceuta, de donde venía, y que continué dedicándome a ellos aquí en Granada. Hice muchísimos amigos. Para mi la ciudad fue el descubrimiento de una ciudad hospitalaria y muy hermosa; y en ella, poco a poco, fui haciéndome un granadino más.

Durante la entrevista

- ¿Cómo fue eso de meterse en política?

- Me meten. Yo no había pensado jamás en la política, pero un día de principios del año 1979, yo llevaba once años ya en Granada, era persona bastante conocida, porque ocupaba el puesto de Presidente de la Junta Diocesana de Apostolado Seglar para el cual me había designado don José Méndez, incluso había dado algunas conferencias sobre la participación del católico en la vida pública, y con ese motivo, al ser conocida mi forma de expresar en cuanto a la obligación del católico de participar con unos criterios claros en la vida política, el partido de UCD, que era entonces el que estaba en el poder, pensaron en mi y me ofrecieron encabezar la candidatura a la alcaldía de Granada.

- ¿La política en aquel momento cómo la entendió?

- Era una labor apasionante, porque se trataba de la transición,  de desmontar sin violencia lo que quedaba de un régimen de dictadura y convertirlo en un régimen moderno, democrático, con todas las libertades necesarias. Yo pensé, y por eso acepté, que era una tarea a la que estábamos convocados todos, y que teníamos que hacer entre todos, dedicándome a ella, durante cuatro años, con verdadero entusiasmo.

Recogiendo el Premio "Príncipe de Asturias"

- Se comenta que la presidencia de José Sánchez Faba ha supuesto para Cáritas una etapa decisiva, ¿tiene Vd esa sensación?.

-  Lo que sí puedo decirle que he tenido una dedicación total,  a través del contacto permanente y directo con las diversas Cáritas diocesanas, tanto de ámbito nacional como internacional, a las que no he dudado en visitar cada vez que han reclamado el apoyo solidario y fraterno de Cáritas Española. Durante el mandato como Presidente, hemos sometido, no sólo una profunda transformación de estructura organizativa y métodos de trabajo acordes con las nuevas realidades de la pobreza, sino también hemos desarrollado diversos programas de cooperación en terceros países.

- Durante su presidencia, Cáritas Española ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1999, con la Cruz de Oro de la Orden de la Solidaridad 1999 y con la Gran Cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco, entre otras distinciones. ¿Qué han supuesto estos galardones en su vida?

- Sirvieron para trabajar con más tesón si cabe. Desde Cáritas, sólo intentamos cumplir con el mandato evangélico de amar al prójimo y con la opción preferencial de la Iglesia por los pobres. Porque Cáritas no es una ONG, ni una asociación privada de fieles, es parte integrante de la Iglesia. Sin duda, estos reconocimientos de la sociedad española, suponen un refrendo a la labor, que ha podido repercutir en un mayor apoyo a esta institución y, por consiguiente, el poder llevar a cabo mayor número de proyectos, tanto dentro de España como fuera de ella.

Con el Santo Padre Juan Pablo II 

            - Ahora que ha dejado la Presidencia Nacional de Cáritas y regresa a Granada nuevamente, ¿se ha jubilado totalmente de tantos quehaceres?.

 - Jamás uno se jubila del todo, quizás de algunas responsabilidades, pero voy a mantenerme ligado a la institución como miembro de la Comisión de comunicación y relaciones externas de Cáritas de España. También como representante de un Comité de Asuntos Jurídicos de Cáritas Internacional, formado por cinco juristas, uno por cada parte del mundo, que, curiosamente y para mi satisfacción, han sido las Cáritas de América las que por unanimidad me han elegido como su representante en la Asamblea General celebrada en Roma.  Al ser nombrado miembro del Consejo Pontifico "Cor Unum" (un sólo corazón), para la promoción humana y cristiana, también viajaré bastante a la Santa Sede.Y a nivel de la diócesis de Granada, se me ha encomendado que asuma la responsabilidad de las tareas de formación.  Por tanto, soy un jubilado activo, dispuesto a llevar a cabo con ilusión la acción silenciosamente evangelizadora de Cáritas, esa forma de evangelización que, como afirma el Papa, consiste en “la caridad de las obras que corrobora la caridad de las palabras”.