Santa Sede

Juan Pablo II llama a hacer una "conversión ecológica"

Para evitar la catástrofe aboga por una "ecología humana"

CIUDAD DEL VATICANO, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II exigió esta mañana una "conversión ecológica" como condición indispensable para evitar una "catástrofe" hacia la que en ocasiones parecería encaminarse el hombre.

La armonía de las relaciones del hombre con la naturaleza "es trastornada continuamente por el pecado humano", reconoció. De este modo, al encontrarse esta mañana con miles de peregrinos de los cinco continentes con motivo de la tradicional audiencia general de los miércoles, el Santo Padre abogó con claridad a favor de una "ecología humana".

Una ecología, aclaró, "que haga más digna la existencia de las criaturas, protegiendo el bien radical de la vida en todas sus manifestaciones y preparando a las generaciones futuras un ambiente que se acerque más al proyecto del Creador".

Biblia y ecología Juan Pablo II, que tras concluir este Jubileo está afrontando en este tipo de citas con los peregrinos la manera en que ha de vivirse el compromiso de los cristianos en la vida social a inicios del milenio, afrontó el argumento haciendo un repaso de los textos ecológicos de la Biblia.

De este modo, se detuvo a analizar particularmente los primeros capítulos del Génesis, en donde Dios entrega al hombre el señorío sobre la naturaleza, que en el lenguaje bíblico se simboliza con el gesto de "poner un nombre" a las criaturas. Ahora bien, advirtió, el Creador no ha hecho al hombre "déspota autónomo" de la naturaleza, "no es la misión de un dueño absoluto e incensurable, sino la de un ministro del Reino de Dios, llamado a continuar con la obra del Creador, una obra de vida y de paz".

Síntomas de catástrofe "Por desgracia --constató el obispo de Roma--, al recorrer con la mirada las regiones de nuestro planeta, nos podemos dar cuenta inmediatamente de que la humanidad ha decepcionado la expectativa divina".

De este modo, el pontífice denunció que "el hombre ha devastado sin dudarlo llanuras y valles boscosos, ha contaminado aguas, ha deformado el hábitat de la tierra, ha hecho irrespirable el aire, ha trastornado los sistemas hidro-geológicos y atmosféricos, ha desertizado espacios verdes, ha establecido la industrialización salvaje, humillando --por usar una imagen de Dante Alighieri-- ese "huerto" que es la tierra, nuestra morada".

"Ecología humana" "Por eso --propuso--, es necesario estimular y apoyar la "conversión ecológica" que en estas últimas décadas ha hecho a la humanidad más sensible con respecto a la catástrofe hacia la que se estaba encaminando".

Las palabras del pontífice denotaban preocupación: "no está sólo en juego una ecología "física", atenta a tutelar el hábitat de los diferentes seres vivientes, sino también una ecología "humana" que haga más digna la existencia de las criaturas".

El Papa concluyó invitando a descubrir a Dios en la belleza de la creación, citando un pensamiento de la tradición judía "chassidim" que dice: "Dondequiera que vaya, ¡Tú! Dondequiera que me detenga, ¡Tú!... Dondequiera que me dé la vuelta, dondequiera que me maraville, sólo Tú, de nuevo Tú, siempre Tú".


Comienza una semana decisiva para el diálogo ecuménico

Una cita para casi 2 mil millones de cristianos

CIUDAD DEL VATICANO, 17 enero 2001 (ZENIT.org).- Del 18 al 25 de enero se celebra en todo el mundo la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el evento ecuménico más importante del año que se dirige a los casi 2.000 millones de cristianos del planeta.

Durante estos días se celebrarán en el mundo miles de encuentros de oración en los que cristianos de las diferentes Iglesias y comunidades cristianas reflexionarán juntos sobre las palabras de Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".

En la audiencia general de esta mañana, Juan Pablo II invitó a todos los cristianos del mundo a unirse a "esta invocación común al Señor".

Según estadísticas publicadas por el anuario francés "Quid", el número de los seguidores de Cristo en estos momentos es de 1.929 millones de personas. De ellos, algo más de la mitad son católicos (1.040 millones).

Los pertenecientes a comunidades cristianas surgidas de la reforma, así como los anglicanos, son 360,9 millones. Los ortodoxos, según esta fuente, son 223,2 millones. El resto pertenecen a otras comunidades cristianas.

Para servir de ayuda y guía en estos encuentros se ha preparado, al igual que todos los años, un opúsculo elaborado por un grupo ecuménico de Rumanía, en el que participan representantes de las más importantes tradiciones cristianas de ese país.

Este grupo de teólogos recibió el encargo de la Comisión "Fe y Constitución" del Consejo Ecuménico de las Iglesias y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia católica.

"Durante el siglo XX, que se llamó el "siglo del ecumenismo", los grandes progresos se realizaron sobre el camino de la unidad --constatan en su introducción los teólogos cristianos que han redactado el subsidio de oración para esta Semana--. Estas son las primicias de la unidad que es un don del Espíritu. Si el último milenio ha sido marcado por las divisiones entre las Iglesias, especialmente estos últimos años se ha venido trabajando para que el nuevo milenio sea el de la unidad".

Es significativo que se haya encargado a Rumanía la redacción del texto, pues en los últimos años este país ha vivido avances significativos en el diálogo entre los cristianos, que hicieron posible la primera visita de Juan Pablo II a un país ortodoxo, en mayo de 1999.

"Sobre este camino en que avanzamos juntos, es importante poner señales y el año 2001 nos ofrece múltiples ocasiones para hacerlo --recomiendan los teólogos--. De central importancia es el hecho de que la fecha de la Pascua es común para todas las Iglesias en el año 2001. De este modo, todos los cristianos del mundo celebran el mismo día la fiesta común de la resurrección de nuestro Señor".

"Otro acontecimiento importante será la celebración por la Iglesia ortodoxa apostólica armenia de la fundación del primer estado cristiano, cumpliéndose los 1700 años", añaden.

Por último, el grupo de teólogos rumanos considera que este año 2001 podría pasar a la historia del ecumenismo por la publicación de la Carta Ecuménica, un texto nacido de los trabajos de la II Asamblea europea que tuvo lugar en Graz, en Austria, en 1997, y que refleja el desarrollo de las iniciativas comunes entre las Iglesias en Europa.

Como compromiso común en la construcción de la sociedad, los teólogos cristianos proponen, además, dos gestos concretos: "Las Iglesias pueden continuar trabajando conjuntamente sobre la remisión de la deuda sobre la cual se incluya el programa del Jubileo 2000". Al mismo tiempo invitan a los cristianos a unirse a la Década contra la violencia, propuesta por el Consejo Ecuménico de las Iglesias.

El texto puede ser consultado en la página web del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos ( http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/index_sp.htm).

En Roma, el momento culminante de esta semana ecuménica será presidido por Juan Pablo II el 25 de enero en la Basílica de San Pablo Extramuros, con una solemne celebración. En esta ceremonia participarán representantes de todas las Iglesias y comunidades cristianas.

El año pasado, por expresa voluntad de Juan Pablo II, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos coincidió con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros para insistir en la dimensión ecuménica que debe caracterizar al Jubileo.

Este año coincide con la apertura de esta Semana el levantamiento del pequeño muro que, en el interior de la Basílica dedicada al apóstol de los gentiles, ha cerrado su Puerta Santa.


China congela un posible viaje de Juan Pablo II

El primer ministro italiano presentó la propuesta a su homólogo en Pekín

PEKÍN, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- China ha comunicado que por el momento prefiere congelar el proyecto de una visita de Juan Pablo II a ese país.

Así se lo hizo saber ayer el primer ministro Zhu Rongji a su homólogo italiano, Giuliano Amato, en un encuentro de dos horas celebrado en la capital china.

Al inicio de su gira de tres días por China, Amato había declarado a la prensa que es necesario reducir la tensión entre la Santa Sede y Pekín, agravada con motivo de la canonización de 120 mártires chinos el 1 de octubre pasado.

Cuando el primer ministro italiano afrontó el tema de una posible visita del Santo Padre a China, en la austera Asamblea Nacional, Zhu Rongji fue claro: "No, no es posible".

Según el representante comunista, "El Vaticano nos ha ofendido, ha abierto una herida. Y ahora es indispensable que pase un período de maduración".

El gobierno chino había expresado su "máxima indignación" por la canonización de los mártires asesinados en China entre 1648 y 1930. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín llegó a afirmar que se trató "de una evidente provocación y de un intento de tergiversar el veredicto de la historia sobre el colonialismo y el imperialismo".

En su conversación con el primer ministro chino, Giuliano Amato consideró en el encuentro con Zhu Rongji que "un país como China no puede dejar de tener relaciones diplomáticas con el Vaticano".

De hecho se ofreció como mediador a una condición: "Italia es ajena a esta cuestión delicada, ofrecemos sólo nuestra colaboración para la reanudación del diálogo".

China rompió sus contactos diplomáticos con Roma en 1951. En el país existen unos 11 millones de católicos, algo menos de la mitad están afiliados a la Asociación Patriótica China, una especie de Iglesia controlada por el régimen comunista.

Zhu Rongji zanjó la cuestión con un tono más calmado: "Nosotros no consideramos que el diálogo esté cerrado, pero ahora esperamos un paso oficial del Vaticano".

Ya en julio pasado, cuando el primer ministro chino visitó Roma, la primera cuestión que Amato le planteó fue la visita del pontífice a Pekín. En aquella ocasión, según informó la prensa italiana, Zhu Rongji respondió que para que el Papa visite China, el Vaticano debe romper relaciones diplomáticas con Taiwán y comprometerse a no interferir en la vida de la Iglesia en China, como hoy día exige el Partido Comunista.

Esto implicaría, por ejemplo, la imposibilidad para el Papa de nombrar obispos chinos.


Avanza a pleno ritmo la preparación de la visita del Papa a Ucrania

Obispos católicos de los dos ritos: el Papa eslavo viene para todos

KIEV, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- El 13 de enero pasado regresó a Roma el padre Roberto Tucci, quien visitó Ucrania junto a una delegación vaticana para preparar la próxima visita de Juan Pablo II a ese país, prevista del 23 al 27 de junio, según ha confirmado hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El padre Tucci se ha entrevistado con los representantes de las dos jerarquías católicas ucranianas, la latina y la oriental, así como con el primer ministro y representantes de la Comisión estatal para Asuntos Religiosos.

El vicepresidente de esta Comisión, ha confirmado que el Papa visitará Kiev, la capital del país, y Lvov, capital de Galitzia (Ucrania occidental) y centro de la Iglesia católica de rito bizantino-eslavo (llamada greco-católica) que cuenta con unos 4 millones de fieles.

En Kiev, el programa prevé que Juan Pablo II celebre dos misas, una en rito latino y la otra en rito bizantino-eslavo (prácticamente igual al de la Iglesia ortodoxa) pero no se ha fijado todavía el lugar.

Los obispos católicos de los dos ritos han dirigido a los fieles una carta pastoral en nombre del "Episcopado Católico de tradición oriental y occidental" con motivo del fin del Jubileo.

El texto afirma que "el Papa eslavo, desde el principio de su servicio apostólico, ha deseado visitar la tierra de San Vladimir y su capital, la ciudad de Kiev, y realizar una peregrinación a la catedral de Santa Sofía".

Los obispos ucranianos expresan sobre todo su esperanza en los frutos ecuménicos de esta visita: "Estamos convencidos de que no sólo los católicos sino de que, en general, todos esperan con respeto y atención la visita del Santo Padre, para que el mensajero del amor y de la paz de Cristo traiga la bendición de Dios... Todos conocen la preocupación del Papa por la humanidad, por sus derechos, por los derechos de todos los pueblos".

Los obispos ucranianos subrayan que tendrán la ocasión de "expresar al Santo Padre nuestra fidelidad, nuestro agradecimiento por su presencia, por la atención que ha dedicado a los pueblos eslavos. Vivimos en la esperanza de que el Papa de origen eslavo pueda venir como garante de la unidad de todos los fieles en Cristo de las diversas tradiciones".

Uno de los objetivos fundamentales de la visita del Papa a Ucrania será la promoción de buenas relaciones con la Iglesia ortodoxa, especialmente con el patriarcado de Moscú, que en los últimos años se ha manifestado contra la presencia de católicos de rito oriental en tierra ortodoxa y contra la devolución de las propiedades que les habían sido expropiadas en tiempos de Stalin.

Del resultado de este objetivo, según explican analistas de Roma y Moscú, depende un futuro viaje del Papa a la capital rusa.


El Papa y el ministro de Exteriores ruso afrontan argumentos candentes

La ley complica la vida de los misioneros en Rusia

CIUDAD DEL VATICANO, 15 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta mañana en el Vaticano al ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Igor Sergheevich Ivanov, con quien afrontó la situación de los católicos rusos y el estado del proceso de paz en Oriente Medio.

Tras su encuentro con el pontífice, Ivanov se encontró con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano y con el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados.

Según ha revelado Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, en un comunicado oficial, el pontífice e Ivanov afrontaron temas concernientes a la relación Iglesia-Estado en Rusia, y en particular, la condición en la que se encuentran las comunidades católica en la Federación Rusa.

Algunas comunidades católicas están encontrando serias dificultades para poder ser reconocidas legalmente en ese país. El 31 de diciembre terminó el plazo establecido por el gobierno ruso para presentar la solicitud de legalización de las parroquias y organizaciones religiosas.

El obispo Jerzy Mazur, administrador apostólico de Siberia Oriental, con sede en Irkutsk, hizo pública en declaraciones concedidas al servicio de noticias de las comunidades religiosa en Roma, VID, su preocupación por las restricciones impuestas a la Iglesia por la ley de 1997 sobre la libertad religiosa.

Monseñor Mazur, como todos los religiosos no rusos, se ve obligado a solicitar periódicamente la renovación del permiso de residencia. En una ocasión preguntó a las autoridades competentes qué es lo que tenía que hacer para obtener la ciudadanía. La respuesta fue clara, recuerda: "me dijeron que tendría que casarme con una rusa".

La ley sobre la religión exige la ciudadanía rusa o, por lo menos, la "green card" para todos los superiores de las comunidades religiosas. No prevé la posibilidad de inserción de sacerdotes extranjeros. Dado que los sacerdotes católicos fueron martirizados o expulsados de Rusia durante las largas décadas del marxismo, la gran mayoría del clero católico actual es extranjero.

Por ejemplo, el padre Stanislaw Opiela, polaco, secretario de la Conferencia Episcopal, ha tenido que volver a su patria pues se ha visto negado el permiso de residencia. "Quisiera ser optimista --declara-- pero cada día que pasa se vuelve más complicado entender lo que está ocurriendo".

En estos momentos se le hace muy difícil desempeñar el cargo de secretario de la Conferencia Episcopal, pues este organismo ni siquiera ha podido ser registrado, según establece la ley sobre los cultos.

En la entrevista entre el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia y el Papa, añade el director de la Oficina de Prensa vaticana, se analizaron también cuestiones candentes de "la situación internacional".

En este sentido, Navarro-Valls constata que "se ha podido constatar la convergencia entre la Santa Sede y la Federación Rusa en muchos aspectos, en particular sobre la compleja situación en Oriente Medio".

"Este intercambio de puntos de vista permitió también ilustrar la conocida posición de la Santa Sede sobre Jerusalén", concluye el comunicado vaticano.

La Sede Apostólica propone la creación de un estatuto internacionalmente garantizado que sirva para asegurar que los lugares santos de las tres religiones monoteístas de Jerusalén sean debidamente respetados. 


El Centro Televisivo Vaticano desembarca en América

Lanza su señal por satélite para que pueda ser transmitida por otros canales

CIUDAD DEL VATICANO, 15 enero 2001 (ZENIT.org-Fides).- El Centro Televisivo Vaticano (CTV) llega a América: Con el proyecto "CTV hacia América", el canal de televisión de la Santa Sede ha implementado sus posibilidades tecnológicas para facilitar la distribución de su señal.

La iniciativa prevé una nueva estación terrestre con sistema de transmisión desde satélites interatlánticos, experimentada por primera vez el pasado 7 de enero. De este modo es posible garantizar una cobertura en el Este de Norteamérica y en gran parte de los países de América del Centro y del Sur.

A partir del próximo 17 de enero, esta estructura consentirá a todas las redes de TV americanas recibir gratuitamente y difundir la catequesis del Papa en las audiencias generales de los miércoles, así como la oración del Angelus del mediodía de los domingos.

La primera conexión de prueba se efectuó desde la Capilla Sixtina, durante el bautismo de niños administrado por el Papa, continuando después con el Angelus. El evento fue transmitido por las redes católicas de Brasil.

El director del CTV, monseñor Ugo Moretto, comenta: "El proyecto tiene notable importancia. Hace mucho más fácil las transmisiones directas desde la Santa Sede hasta América, con costes muy reducidos. Esto nos permite responder con renovado empeño a la tarea de difundir el Evangelio, promoviendo en el mundo la presencia de la Sede Apostólica, tarea para la cual se ha constituido el Centro".

El CTV está estudiando asimismo la posibilidad de recibir de los varios continentes imágenes sobre la vida de las Iglesias locales y sobre los territorios de misión.


Juan Pablo II: El Jubileo, "signo" de una "renovada primavera" de la Iglesia

El año santo, culmen de la renovación traída por el Concilio Vaticano II

CIUDAD DEL VATICANO, 14 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II no tiene dudas: el Jubileo ha sido para la Iglesia "una especie de "signo" grande y memorable" de una "renovada primavera".

Lo aseguró este mediodía al encontrarse con varias decenas de miles de peregrinos que se reunieron en la plaza de San Pedro, desafiando una mañana de enero con mucho viento, para rezar junto al pontífice su querida oración mariana del "Angelus".

Antes de elevar su plegaria, el Santo Padre hizo un breve balance del año santo, clausurado el pasado 6 de enero: "El Jubileo recién concluido --explicó-- ha sido para la Iglesia y para el mundo una especie de "signo" grande y memorable. Un año en el que Cristo, como en las Bodas de Caná, ha transformado el "agua" de nuestra pobreza espiritual en el "vino" generoso de la renovación y del compromiso".

En el fondo, el pontífice no hizo más que constatar una de las convicciones que más profundamente le han animado desde el inicio de su pontificado: "La Iglesia ha podido experimentar los signos de una renovada primavera, suscitada por el Concilio Ecuménico Vaticano II, a partir del cual se ha inaugurado una especie de preparación inmediata para el gran Jubileo del año 2000 en el sentido más amplio de la palabra".

Esta renovación eclesial, comenzada por Juan XXIII y culminada en el año santo, ya había sido planteada por el mismo Juan Pablo II en los tres primeros números de su primera encíclica, la "Redemptor hominis" (4 de marzo de 1979).

En su balance del año santo trazado en este mediodía, el Papa no ha mencionado los impresionantes números de fieles que ha movido, o los grandes acontecimientos por los que se ha caracterizado. Para él se trata de algo más profundo. En síntesis, "el año santo ha abierto muchos corazones a la esperanza y ha iluminado el camino del mundo con la luz de Cristo".

"Ahora, terminado el gran Jubileo, hemos reemprendido con nuevo empuje el camino "ordinario", conservando la mirada más fijo que nunca en el rostro del Señor, como he escrito en la carta apostólica Novo millennio ineunte (cf. n. 16)", añadió.

Este nuevo impulso para los cristianos no hubiera podido tener lugar, según el Papa, sin la intercesión de la Virgen María. En esos momentos de transición del segundo al tercer milenio, aclaró, "su Corazón Inmaculado se ha mostrado como un seguro refugio para tantos hijos suyos".

Se trata de un elemento que el mismo pontífice había subrayado con su peregrinación a Fátima para beatificar a los dos pastorcillos videntes y en la que encargó la revelación del así llamado "tercer secreto) (cf. Zenit, 14 de mayo). Esta misma convicción explica el acto con el que puso la humanidad del tercer milenio en manos de María durante el jubileo de los obispos (cf. Zenit, 8 de octubre).

"A nosotros, hombres y mujeres, que nos asomamos con confianza al nuevo milenio, la Madre de Cristo repite ahora la invitación dirigida a los siervos con motivo de las Bodas de Caná: "Haced lo que él os diga"", exhortó el sucesor de Pedro.

"Con estas palabras --concluyó--, la Virgen parece querernos incitar a no tener miedo de los límites y de los fracasos que en ocasiones pueden marcar nuestra experiencia como individuos, familias, comunidades eclesiales y civiles. María nos exhorta a no dejarnos abatir ni siquiera por el pecado, que pone en crisis la confianza en nosotros mismos y en los demás. Lo que cuenta es lo que Cristo nos dice, confiando en Él: no dejara sin escuchar nuestra invocación incesante".


El Papa tiende puentes con la Iglesia ortodoxa de Serbia

Saluda a sacerdotes y peregrinos venidos de Yugoslavia

CIUDAD DEL VATICANO, 14 enero 2001 (ZENIT.org).- Una peregrinación de cristianos ortodoxos de Serbia a la Ciudad Eterna se ha convertido en un motivo inesperado de impulso del diálogo entre la Iglesia católica y el patriarcado de Belgrado.

Entre las decenas de miles de peregrinos que este mediodía se encontraban reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, se encontraban presentes sacerdotes y jóvenes de la diócesis serbio-ortodoxa de Šabac-Valjevo.

"¡Bienvenidos!", les gritó el Papa hablando en serbio. "Que la peregrinación a las tumbas de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y de otros santos mártires, de los que Roma custodia su memoria, refuerce vuestra fe cristiana y os sostenga en el compromiso por construir junto a los demás ciudadanos de vuestro país un futuro de paz y de desarrollo".

Antes de que los peregrinos serbios regresaran a sus localidades de origen, Juan Pablo II les pidió que transmitieran al patriarca ortodoxo serbio de Belgrado y al obispo de Šabac-Valjevo su "cariñoso saludo".

La intervención de la Organización del Atlántico Norte contra Yugoslavia fue vista por las Iglesias ortodoxas como una ofensa contra la dignidad del pueblo serbio, considerado por ellas como el principal objetivo. La clara e insistente denuncia por parte del Papa de los interrogantes éticos que planteaba la intervención aliada (Cf. Archivo de Zenit), sirvió inesperadamente para mejorar las relaciones entre el patriarcado ortodoxo de Belgrado y la Santa Sede.

El 2 de abril de 1999, jueves santo, en pleno conflicto, el "ministro" de Asuntos Exteriores del Vaticano, el arzobispo Jean-Louis Tauran, visitó al patriarca ortodoxo Pavle en Belgrado para transmitirle la solidaridad del Papa.

Aquel encuentro, según explicaba entonces explica Slobodan Eric, experto en cuestiones religiosas del diario de Belgrado "Blic", sirvió para que la Iglesia ortodoxa saliera del aislacionismo en el que había tratado de encerrarle Milosevic


La ONU agradece la labor de la Iglesia católica para rescatar niños-soldado

El vicesecretario general pide en el Vaticano una campaña de sensibilización

CIUDAD DEL VATICANO, 12 enero 2001 (ZENIT.org).- Un máximo representante de las Naciones Unidas visitó ayer el Vaticano para agradecer oficialmente a la Iglesia católica la labor que está realizando para liberar a los niños-soldado en el mundo.

Con este motivo, en la tarde de ayer, Olara Otunnu, representante especial del secretario general de la ONU para los niños en guerra, se encontró ayer con el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede.

"El Papa representa hoy una autoridad moral sin precedentes --ha explicado Otunnu, ex ministro de Asuntos Exteriores de Uganda, en declaraciones concedidas a los micrófonos de "Radio Vaticano"--. Hay niños y mujeres que sufren a causa de la guerra y allí está presente la Iglesia. En cada lugar donde la guerra golpeaba a los niños, y he visitado muchos, siempre he encontrado un misionero o un sacerdote a su lado".

"Por este motivo --añade--, quisiera agradecer vivamente a la Iglesia este papel clave que desempeña, y quisiera pedir también, refiriéndome al papel del Papa, apoyo moral sobre este problema".

"Es necesario hacer una obra de sensibilización --considera el representante de la ONU--, de manera especial a través de la Iglesia, que ejerce gran influencia, no sólo a nivel local, gracias a su presencia activa, sino también a nivel mundial, a través del prestigio moral del que goza de manera extraordinaria el Santo Padre".

En el mundo, según informaciones de UNICEF, al menos 300 muchachos o niños de menos de 18 años --muchos no han cumplido los diez años, niños o niñas-- combaten en algún rincón del planeta una guerra con armas de verdad, no de juguete.

Una cifra muy superior y difícil de calcular de sus coetáneos, sufre, además las consecuencias dramáticas de la guerra. En la última década, dos millones han sido asesinados, doce millones se han quedado sin casa y ocho millones sin sus padres.

Tan sólo el año pasado, en Colombia, según revelaba hoy "Radio Vaticano", murieron 46 niños reclutados por la guerrilla y otros 146 fueron capturados por el Ejército.

Según explica Olara Otunnu, "tras el estatuto firmado en Roma en 1998, que clasifica los crímenes de guerra contra los niños, el año pasado setenta países aprobaron un protocolo con el que se comprometen a no involucrar a los menores de 18 años en conflictos armados. Antes el límite era de quince años. Tres países ya han ratificado el acuerdo. Se convertirá en vincultante para todos cuando se a ratificado por diez Estados". 


La sociedad "sin corazón", exige una "nueva imaginación de la caridad"

Juan Pablo II recibe al nuevo embajador de la Orden de Malta

CIUDAD DEL VATICANO, 12 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II exige que, en una sociedad cada vez más marcada por la competición "sin corazón", los cristianos encuentren sendas para una "nueva imaginación de la caridad".

El pontífice ilustró su propuesta para el nuevo siglo que comienza al recibir esta mañana las cartas credenciales de Alberto Leoncini Bartoli, nuevo embajador de la Soberana Orden Militar de Malta, institución que extiende su labor humanitaria cristiana en unos cien países a través de más de cien hospitales y miles de ambulatorios.

"Es la hora de un nueva "imaginación de la caridad" que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno", dijo el Papa recordando su propuesta presentada el pasado 6 de enero, último día del Jubileo, en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte

"En el contexto de hoy --añadió--, donde los mecanismos impersonales de grandes transformaciones económicas y tecnológicas contribuyen a enriquecer a quien tiene ya grandes fortunas", el Santo Padre pidió a los Caballeros de Malta que intensifiquen su labor de ayuda.

De hecho, en los últimos años, la Orden de Malta (http://www.smominfo.org) ha incrementado su asistencia a las personas víctimas de las calamidades naturales y de los conflictos bélicos, creando centros de acogida de refugiados, hospitales de campaña, distribuyendo medicinas y primeros auxilios, especialmente entre las poblaciones más afectadas por el conflicto de la ex Yugoslavia. Está comprometida, además, en la distribución de medicinas y de géneros de primera necesidad; y, en el ámbito de intervenciones específicas, en la lucha contra la lepra y en la asistencia a enfermos terminales.

"Continuad trabajando a favor de una humanización y distribución de los recursos que Dios ha destinado en igual medida a todos los hombres --dijo el Papa refiriéndose a los miembros de esta Orden--. Ante las ásperas aristas de la competición "sin corazón" y "sin misericordia", que nunca se desaliente vuestra labor, ni se detenga por ningún impedimento, que siga siendo la de los "Hospitalarios", es decir, hombres y mujeres con un corazón rico en misericordia, generosos e intrépidos en la defensa de las razones y de los derechos de los pobres".

La Orden de Malta dirige y alienta la labor de 40 Grupos de Socorro (más de 80.000 voluntarios permanentes) que trabajan en diferentes zonas de crisis mediante unidades operativas surgidas en los cinco continentes.

Por este motivo, los Caballeros de Malta recibieron el año pasado el premio asignado por la Fundación "Sendero para la Paz" ("Path to Peace"), institución que depende de la Misión de la Santa Sede en la ONU, dirigida por el arzobispo Renato Martino .

Durante el Jubileo, la Orden de Malta se ha encargado de la asistencia sanitaria de los peregrinos venidos a las basílicas de Roma. Una labor que el Santo Padre agradeció explícitamente en su discurso al embajador Leoncini Bartoli. A lo largo del año santo el personal sanitario, compuesto por médicos y enfermeros preparados por los organismos nacionales de los Caballeros de Malta, se ha ido turnando según un calendario establecido según nacionalidad.

La Orden Soberana Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén (este era su nombre original) fue creada en 1099 para acoger a los peregrinos y enfermos de Jerusalén y cuenta con el reconocimiento de nación soberana por parte de 85 Estados. Es observador permanente ante las Naciones Unidas, al igual que Suiza o la Santa Sede.

Su lema es "Defensa de la fe y ayuda a los pobres" ("Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum"). "Frente a una humanidad sedienta de verdad y de solidaridad --concluyó el Papa--, ¿cómo no es posible destacar la oportunidad de esta unión que llega casi a fundirse con estos dos objetivos que caracterizan en todo continente la calificada misión de los Caballeros de la Cruz blanca octogonal?".


El Jubileo estaba en la mira del terrorismo internacional

Revelaciones del ministro de Interior italiano

CIUDAD DEL VATICANO, 11 ene 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II agradeció esta mañana su colaboración durante el Jubileo a las autoridades italianas y en especial al ministro de Interior de Italia. El mismo ministro, Enzo Bianco, revelaba ayer que durante los 379 días del año santo la Santa Sede había estado en la mira de grupos terroristas.

En una entrevista concedida ayer al diario romano "Il Messaggero", el ministro revela: "Durante el Jubileo hemos temblado en varias ocasiones. Ha habido momentos de tensión por algunas indicaciones creíbles de atentados en Roma por parte de organizaciones integristas islámicas, que tenían también evidentes motivaciones religiosas, así como por parte de movimientos subversivos nacionales".

Al hablar de estos últimos, el ministro se refería a "las nuevas Brigadas Rojas, a los anarquistas insurreccionistas, así como al terrorismo de orientación fascista".

Por lo que se refiere a las motivaciones de estos grupos, el ministro afirmaba: "una masacre en Roma habría tenido un significado enorme, con los reflectores del mundo entero apuntando al año santo".

"Puedo hablar ahora --añadió--, pues ya ha terminado".

El fin de semana pasado, ante el miedo de atentados, en una decisión sin precedentes, se cerró momentáneamente la embajada de Estados Unidos ante Italia. El martes pasado el diario "Il Mattino" de Nápoles informaba que en esos mismos días se habían tomado medidas pues entre los servicios de inteligencia se esperaban también atentados contra algún objetivo del Vaticano.


Juan Pablo II: Tras el Jubileo, "nada es como antes"

Da las gracias todos los que han hecho posible el año santo

CIUDAD DEL VATICANO, 11 ene 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recorrió esta mañana los momentos más emocionantes del Jubileo al recibir en audiencia a los hombres y mujeres que han hecho posible este acontecimiento, el año santo que ha traído a Roma el mayor número de peregrinos de la historia.

En la audiencia estaban presentes los miembros del Comité Central de la Santa Sede para el Jubileo, así como colaboradores del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la diócesis de Roma. No faltaban tampoco autoridades civiles y militares de Italia, que han garantizado la acogida de los casi 30 millones de peregrinos durante los 379 días del año santo.

En nombre de los presentes saludó al pontífice el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité Central para el Jubileo, quien le agradeció el haber sido el guía durante estos seis años de camino que habían recorrido los presentes desde que comenzaron los preparativos de este acontecimiento de fe.

"¿Cuántas veces usted habrá pensado en la profecía del cardenal Wyszynski?", preguntó el purpurado refiriéndose a las palabras que el primado de Polonia había dirigido a Karol Woytjla nada más ser elegido obispo de Roma, asegurando que le correspondía guiar la Iglesia en su entrada al tercer milenio.

"¡Cuántas veces --añadió-- en nuestro corazón nos hemos alegrado al verle abrir la puerta santa del año 2000… y cerrarla como memoria del pasado, pero también como profecía para el futuro!".

El pontífice, al agradecer a sus colaboradores el trabajo realizado, afirmó: una vez terminado el Jubileo, "nada es como antes".

"En la transición histórica que está viviendo la humanidad, el año santo ha tenido la función providencial de hacer que resuene de nuevo el eco de la "buena noticia"": "El Jubileo ha indicado, al inicio del siglo XXI y del tercer milenio, como un punto firme a partir del cual se puede recomenzar, a Cristo, única salvación y esperanza de la humanidad".

Ahora que la puerta santa se ha cerrado, el Santo Padre consideró que al retomar el camino "ordinario" es necesario ser conscientes de que queda más abierto que nunca el acceso a la divina misericordia.

El Papa hizo público su más sentido agradecimiento por la colaboración ofrecida por Italia en el Jubileo. En concreto, mencionó la ayuda prestada por el gobierno de la Región del Lazio (a la que pertenece Roma), la del ayuntamiento de la Ciudad Eterna, así como la del Ministerio de Interior y la del de Obras Públicas, que ha emprendido importantes infraestructuras que ahora quedan como herencia para los ciudadanos tras el año santo.

Por lo que se refiere a la cobertura de la información de los acontecimientos del año santo, Juan Pablo II agradeció en concreto la ayuda prestada por el diario oficioso vaticano, "L'Osservatore Romano", por el Centro Televisivo Vaticano, por "Radio Vaticano" y por la RAI, radio-televisón pública de Italia.

Esta última garantizó la transmisión y retransmisión de todos los grandes eventos jubilares. En particular, el pontífice apreció el que esta empresa haya sabido contar con el "constante apoyo del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales", organismo vaticano presidido por el arzobispo estadounidense John P. Foley.

El sucesor de Pedro reconoció que su lista de agradecimientos debería prolongarse mucho más --dirigió una especial mención a los 70 mil voluntarios--; ahora bien no quiso que se le quedara en el tintero el reconocimiento de la generosa contribución espiritual ofrecida a través de la oración y el sufrimiento por parte de millones de personas: ancianos, enfermos, religiosos y religiosas de vida contemplativa.

A todos ellos les invitó a proseguir con esta misión, "para que las semillas arrojadas durante el Jubileo continúen produciendo frutos abundantes en los años vendrán".

"Se verá si hemos vivido verdaderamente el Jubileo por los frutos de santidad que llevaremos a la vida ordinaria", concluyó Juan Pablo II.