Iglesia en el mundo

Inglaterra: Dos niñas mellizas vendidas por Internet

Empresas en la red sirven de mediadoras

LONDRES, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- Internet se ha convertido en la plataforma de venta de dos niñas, mellizas, cuya madre quería deshacerse de ellas.

Belinda y Kimlerley, de seis meses de edad, fueron vendidas dos veces por Internet y llevadas al Reino Unido desde Estados Unidos. Las pequeñas están ahora bajo el cuidado de sus últimos "compradores", Alan y Judith Kilshaw, en el norte de Gales.

Se trata de una historia complicada. Las mellizas fueron vendidas primero por su madre, Tranda Wecker, de 25 años, a un matrimonio de California, Richard y Vickie Allen, quienes pagaron 6.400 dólares por ellas. Este matrimonio contactó con Wecker a través de un empresa de Internet denominada "Caring Heart Adoption".

Sin embargo, dos meses después de que las pequeñas estuvieran con el matrimonio Allen, la madre cambió de opinión y se llevó otra vez a las niñas con el pretexto de que quería estar un tiempo con ellas antes de entregarlas para su adopción definitiva.

Entonces, Wecker aprovechó ese período de tiempo para obtener una mayor suma de dinero y ofreció las mellizas, por intermedio de la citada empresa por Internet, a un matrimonio de Gales, que pagó por ellas unos 13.120 dólares.

Los Kilshaw tuvieron un primer contacto telefónico con la madre, en el que se acordó la cifra de compra, pero no conoció a las niñas hasta el día de su entrega. Esta entrega se realizó en una sala de un hotel de California, donde se presentó el hermano de la madre adoptiva que primero compró a las niñas. Finalmente, los Killshaw se llevaron a la niña a Inglaterra, el pasado 30 de diciembre.

El caso está denunciado en el FBI por el matrimonio Allen, que sólo podrá recuperar las niñas que "compró" si logra demostrar ante los jueces de un tribunal inglés que las dos pequeñas han sido raptadas.


México: La Iglesia ofrece su contribución a la reconciliación en Chiapas

El cardenal Rivera dispuesto a recibir a los zapatistas

CIUDAD DE MEXICO, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- El cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, ha mostrado su disponibilidad a recibir a los miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que llegarán a la capital mexicana en una visita anunciada para el próximo mes de marzo.

"Si me vienen a saludar, yo los saludaría con mucho gusto", afirmó el primado de México en declaraciones publicadas este lunes por el diario "El Universal".

Los "zapatistas", como se conoce a los militantes de esta organización que se levantó en armas a inicios de 1994, en protesta contra la aplicación del Tratado de Libre Comercio (NAFTA) entre Estados Unidos, México y Canadá, buscan con su expedición impulsar la aprobación del proyecto de Ley de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) por el Congreso.

Respecto a la forma en que deberán presentarse los zapatistas en el Distrito Federal (encapuchados, como siempre aparecen ante la prensa, o sin capucha), el cardenal Rivera manifestó que no está establecido cómo debe vestirse la gente en México.

"Yo saludo a las personas como vengan, peinadas o despeinadas", comentó.

También reveló que por el momento nadie ha solicitado la mediación de la Iglesia católica durante la visita que realizarán los zapatistas a la Ciudad de México. Respecto a la situación en que se encuentra el conflicto, el arzobispo recordó que la paz depende de las dos partes y consideró que no sólo debe pedirse al Gobierno que cumpla las demandas del EZLN, sino también que los zapatistas deben dar muestras de interés por llegar a un acuerdo de Paz.

El nuevo presidente mexicano, Vicente Fox, no ha pedido la mediación, sino el apoyo y la colaboración de la Iglesia católica "para que podamos apoyar a los indígenas".

"Yo lo único que quiero es apoyarlos, quiero impulsar el desarrollo humano, educativo, económico de todos los indígenas del país", afirmó el domingo pasado. La invitación del presidente se hizo extensiva también a monseñor Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristobal de Las Casas.

El actual obispo de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, señala en declaraciones publicadas hoy por el "Diario de Yucatán" que todas las peticiones del EZLN "son dignas de ser atendidas", pero sugiere "prudencia y serenidad" en las medidas que se están tomando en Chiapas.

El desarme del grupo rebelde "tiene que venir después" que se firme la paz, dijo.

"Se está avanzando "progresivamente" para que se reanude el diálogo en Chiapas, pero lo que se armó en varios años no se puede desarmar en tan poquitos días, aunque lo importante es la voluntad que se está manifestando en estos hechos", aclara.

"Todos quisiéramos que se avanzara más rápidamente, pero hay una serie de estructuras que no son fáciles de replantear", concluye monseñor Arizmendi.

Recientemente el subcomandante Marcos, líder zapatista, se ha mostrado dispuesto a restablecer las negociaciones, estableciendo tres requisitos para que el EZLN vuelva al diálogo: desmantelamiento de siete puestos militares de la "zona de conflicto", liberación de presos zapatistas y aprobación en el Congreso de una ley de derechos indígenas. 


Francia: Aumentan los matrimonios entre miembros de religiones diferentes

Publicada una investigación sobre la situación de las confesiones religiosas

PARIS, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- ¿Es posible el matrimonio interreligioso? ¿Es deseable? ¿Qué problemas presenta a quien se casa? ¿Y a sus hijos? ¿Cuál es la acogida por parte de las familias? ¿Y por parte de las diversas comunidades creyentes?

La revista "Actualité des religions" ha publicado, en su edición de enero, una investigación sobre la situación de los matrimonios mixtos en Francia que, en 1998, ha afectado a 15.000 nuevos matrimonios (sobre un total de 270.000). En dos tercios uno de los cónyuges era musulmán.

El estudio pone de manifiesto la actitud de las diversas religiones ante el matrimonio mixto, que va desde el rechazo a la apertura sin condiciones.

"Tanto si esto gusta como si no --escribe el director de la revista Jean-Paul Guetny-- es necesario prever que, con la mezcla de pueblos y culturas, los matrimonios interreligiosos serán cada vez más comunes. Más allá del fenómeno singular que representan, invitan a cada uno de nosotros a verificar el propio modo de situarse ante la alteridad religiosa. Relación de fusión, de separación absoluta o de unidad diferenciada...".

La investigación se detiene de pasada en la postura de los católicos ante esta realidad. Aunque explica que los obispos son del parecer de valorar caso por caso la conveniencia de conceder o no la dispensa.

La peculiaridad del informe periodístico está en ofrecer un panorama detallado de la posición del resto de las religiones más representadas en Francia.

La posición judía En el caso del matrimonio entre judíos y católicos, por ejemplo, la postura oficial es bastante rígida: un no sin concesiones, tanto por parte de los judíos ortodoxos como de los liberales.

"Es un pecado --dice en una entrevista Charles Liché, rabino de la sinagoga de los Vosges, en París--. Está totalmente prohibido. Tanto en el caso de un judío que se casa con una no judía, como a la inversa. En el primer caso, los hijos no son judíos, mientras que en el segundo, sí".

A diferencia de los católicos, precisa Liché, "no tratamos de conquistar almas. Ya es bastante duro ser judío de nacimiento. No queremos infligir este regalo a nadie".

Un poco más suave es la posición de Daniel Farhi, rabino del movimiento judío liberal de Francia, que acepta la petición de los hijos nacidos de matrimonios mixtos para seguir la educación religiosa y celebrar la "bar mitsvah", la ceremonia de iniciación de los jóvenes judíos en la fe.

"Actualité religieuse" relata la historia de una pareja judeo-católica que ha celebrado el propio matrimonio con dos ceremonias en los ritos respectivos. Cada uno sigue practicando su propia religión en el respeto recíproco. Frente a un matrimonio logrado, no faltan sin embargo los fracasos. En el caso de otra pareja, todo ha terminado en divorcio porque la conversión exigida a la mujer la ha llevado a un vaciamiento de identidad.

La posición musulmana Los musulmanes, en cambio, no consideran sacramento el matrimonio. En cada caso, el asentimiento depende del sexo de la persona. Un hombre musulmán puede casarse con una no musulmana (a condición de que no sea atea o politeísta); ahora bien, se niega totalmente la posibilidad de que mujer islámica pueda casarse con un hombre de otra religión.

¿Y los hijos? "En nuestro derecho, se convierten automáticamente en musulmanes --explica Dalil Boubaker, rector de la Gran Mezquita de París (sunnita)--, porque es el padre el que transmite la religión".

Cuenta el caso de una pareja en la que ella católica y él musulmán están casados desde hace 30 años por lo civil porque entonces había muchos obstáculos y prejuicios. En la actualidad, participan, junto a otras parejas islámico-cristianas, en el grupo de reflexión del Secretariado para las Relaciones con el Islam, fundado por el padre Michel Lelong, que invita a la profundización de las dos religiones. El primer hijo, de 31 años, ha elegido el Islam. El otro, de 29 años, se ha casado por la Iglesia con una católica.

La posición protestante Los protestantes declaran una apertura incondicional a los matrimonios mixtos, tanto entre cristianos como entre diversas religiones.

Louis Pernot, pastor calvinista de la Iglesia Reformada de la Estrella, en París, invoca además un "bilingüismo espiritual", también con los musulmanes.

"Los protestantes no son muy formalistas --explica--. Están dispuestos a dejar que el ministro de otro culto celebre conmigo un matrimonio en mi iglesia y a sumar su liturgia a la mía, aunque no me obligan a pronunciarla con él".

La única condición que pone el pastor a un matrimonio mixto es la siguiente: "el cónyuge no cristiano no debe oponerse a la posibilidad de que sus futuros hijos oigan hablar de Cristo".

La posición budista A nivel formal, entre los budistas y católicos, parece que los problemas se reducen al mínimo, dado que el budismo no da mayor importancia al matrimonio (al contrario de lo que sucede con los funerales). Más bien, en una pareja mixta, según Catherine Pagès, del budismo zen japonés, "la aceptación y el apoyo que cada esposo da a la práctica religiosa del otro son directamente proporcionales a la sinceridad y a la profundidad con la que cada uno de los dos se compromete con su propia fe".


La Iglesia en Papúa-Nueva Guinea busca profesores de seminario

Hace un llamamiento para pedir formadores para su clero joven

ROMA, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- La Iglesia de Papúa-Nueva Guinea tiene los seminarios llenos pero le faltan profesores para formar a sus candidatos al sacerdocio.

Para sensibilizar a las Iglesias de Europa sobre las necesidades de esa joven comunidad católica, el padre Giorgio Bonazzoli, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), profesor de teología en el Seminario de Rabaul, se encuentra en estos días en Roma, desde donde lanza esta petición de ayuda.

El Seminario en el que desempeña su función sacerdotal y pedagógica es uno de los tres que existen en Papúa-Nueva Guinea, que ocupa la parte oriental de la gran isla de Nueva Guinea al norte de Australia, y otros archipiélagos e islas, con una extensión de medio millón de kilómetros cuadrados, en donde viven 4 millones de habitantes de los que 1,3 millones son católicos, con un total de 18 diócesis.

"Los primeros cuatros años --relata el misionero-- he dado clases de Escritura (porque no había nadie más) y ahora enseño Dogmática. Nuestro seminario es joven y no tiene suficientes profesores. El arzobispo me ha dado carta blanca para buscar profesores en Europa. Los necesitamos urgentemente".

El padre Bonazzoli, antes de llegar a este país, había trabajado durante veinte años en India, el diálogo con los hindúes en Benarés (Varanasi), donde estudió en la "Sanskrit University" y trabajó para preparar una edición crítica de los textos sagrados del hinduismo en sánscrito. Ha sido profesor de la Universidad Católica de Milán (1988-1992) y, desde hace ocho años, da clases en el Seminario de Rabaul.

El seminario de Rabaul (Isla de Nueva Bretaña) cubre las necesidades de cinco diócesis, con los cursos de Filosofía y Teología que duran seis años (en Papúa-Nueva Guinea, el año escolar va de febrero a diciembre), con entre 60 y 70 alumnos, que no viven juntos, sino divididos en unidades de 10-11 alumnos, con un formador.

El padre Bonazzoli explica que "se trata de mantener la estructura de la aldea, donde hay ancianos y jóvenes. Los miembros de cada unidad, no son del mismo curso, sino elegidos de cada curso, con un cierto sentido de la jerarquía. Los mayores guían, dan ejemplo e incluso el tono espiritual, toman decisiones. Luego están los ministros de la oración, el trabajo, juegos, cocina, limpiezas... Cada unidad consta de dos casitas: en cada una hay doce habitaciones para los alumnos. En la otra, vive el formador y están los servicios comunes: capilla, cocina, comedor, sala de lectura y de juegos. Los mismos alumnos cocinan y, cuando van a clase, a mediodía, viene un cocinero. Salen para dar catequesis y cultivan su propio huerto. A veces van a vender los productos al mercado para ganarse algún dinero".

Estos jóvenes llegan al Seminario Mayor en torno a los 20 años y les quedan seis de estudio antes de llegar a ser diáconos y uno más de trabajo en una parroquia para llegar a ser sacerdotes. En el campo pastoral, son muy entregados y eficaces pero su fe cristiana permanece todavía niña.

"Estamos aún --explica el padre Bonazzoli-- en la primera o segunda generación que estudia. En muchas ocasiones, los fieles de las parroquias podrían ser considerados "cristianos animistas", muchos creen en los espíritus buenos y malos, de la pesca, del mar, del bosque, de los antepasados, de los animales, etc. Su mentalidad está todavía dividida entre los espíritus y el Dios de la Biblia". De ahí la necesidad de enviar formadores para que se formen bien los sacerdotes que les atenderán.

"La enseñanza de la Teología se da, no sin problemas, en inglés --añade--. Sobre todo, hacen falta profesores que no piensen venir a dar una clase magistral, sino que sepan comunicar poco a poco la ciencia teológica y bíblica. Es una misión importante, incluso para preparar a los futuros obispos del país. Hasta ahora tenemos cinco de un total de 18, con algún auxiliar local. Harían falta más, pero no están preparados. Faltan profesores", explica el misionero del PIME.

El padre Bonazzoli no renuncia a hacer un llamamiento a los profesores de Teología europeos que sepan hablar inglés (o, si no, el PIME se ofrece a mandarles a una casa suya en Estados Unidos para aprenderlo) para que empleen algún año de su vida en la educación del clero de Papúa-Nueva Guinea.

Para más información, se puede contactar directamente con el padre Bonazzoli por correo electrónico: giorgiopime@hotmail.com. 


Lituania: Los franciscanos se reúnen en capítulo por primera vez en 140 años

El último tuvo lugar antes de la rebelión antizarista de 1863-64

LVOV, 16 enero (ZENIT.org).- Por primera vez después de 140 años de interrupción, comenzó ayer el capítulo de la provincia de San Casimiro, de los franciscanos de Lituania, en Kretinga.

El paréntesis se había debido, sobre todo, a las consecuencias de una rebelión que tuvo lugar en la región contra el poder zarista ruso, en 1863-64, que obligó al cierre de los conventos de los franciscanos.

El renacimiento de la provincia, desde 1989, es el símbolo del heroísmo de los cristianos de Lituania durante la dominación soviética y de su vitalidad tras la recuperada libertad. Tras decenios de clandestinidad y de exilio, el tejido eclesial y la vida comunitaria se van reconstituyendo.

Los franciscanos llegaron a Lituania en 1240-1250. La primera provincia franciscana fue establecida en 1387. Fue suprimida el 30 de julio de 1864. Los franciscanos fueron acusados de haber participado en la rebelión contra el zar. El último ministro de la provincia, Dominykas Sukevicius, murió en el exilio en 1876.

Ya desde los primeros años del siglo XX, los jóvenes atraídos por el ideal franciscano se reunían clandestinamente. La vida de los seguidores de san Francisco cobró vigor con el renacimiento del Estado lituano en 1918 pero no pudieron celebrar ningún capítulo provincial.

Más tarde, la vida religiosa fue prohibida en Lituania, y parte de los franciscanos se vieron obligados a exiliarse en Estados Unidos. En 1988, se estableció una "viceprovincia lituana en el exilio".

Al año siguiente, comenzaba el "deshielo". Los hermanos que habían permanecido en la clandestinidad reanudaron la vida comunitaria. El últimocapítulo en el exilio tuvo lugar en 1997 y la sede de la provincia fue trasladada a Kretinga.

Desde entonces, el número de franciscanos ha pasado de 5 a 45 (el país tiene tres millones de habitantes), que se distribuyen en cuatro conventos. El último de ellos, de tipo eremítico, ha surgido cerca de la Colina de las Cruces, instalada por deseo de Juan Pablo II, con la ayuda de los franciscanos de Toscana (Italia), en la misma línea del "Santuario de la Verna", lugar en el que san Francisco recibió los estigmas. Unos veinte hermanos de la provincia lituana están en Estados Unidos y Canadá.

Este capítulo es el momento en el que se diseñarán líneas de actuación para el futuro y se elegirá al nuevo gobierno provincial.


El patriarcado de Moscú quiere detener la visita del Papa a Ucrania

Revelaciones de la agencia misionera vaticana Fides

MOSCÚ, 15 enero 2001 (ZENIT.org-Fides).- Personalidades ortodoxas han comunicado a la agencia vaticana Fides que el patriarcado de Moscú pretende oponerse al anunciado proyecto de Juan Pablo II de visitar Ucrania en el año 2001.

Según indiscreciones filtradas de una reciente reunión del Consejo permanente del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el metropolitano Vladimir, representante del Patriarcado ruso de Kiev, ha sido elegido para escribir una carta oficial con la que debería convencer al pontífice a no emprender el viaje, programado para junio del 2001.

Según explica Fides, "parte del mundo ortodoxo teme que la visita del Papa sirva de detonador de una serie de conflictos interconfesionales que atormentan a Ucrania desde hace más de 10 años, y que constituyen ya una madeja de intereses difícil de desenlazar".

Desde el derrumbamiento de la Unión Soviética, Ucrania ha acumulado todas las tensiones surgidas en el seno de la Iglesia ortodoxa y de otras confesiones cristianas propias de los pueblos eslavos.

El peso de la Iglesia ucraniana en la Ortodoxia rusa es enorme. Hace diez años existían en Ucrania más de 150.000 parroquias ortodoxas (en Rusia sólo quedaban unas 6.000), 8.000 de las cuales se han emancipado de la jurisdicción de Moscú. De éstas, más de 2.000 habían permanecido bajo el control del metropolitano Filaret de Kiev, principal antagonista del actual patriarca Alejo II en el Santo Sínodo.

Filaret ha sido excomulgado por el mismo patriarca de Moscú y reducido al estado laical. En respuesta, se ha autoproclamado patriarca de la Iglesia ortodoxa ucrania. Al mismo tiempo ha logrado convertirse en el principal interlocutor de los dirigentes políticos ucranianos.

Además, algunos cientos de parroquias se han reunido en la "Iglesia ortodoxa ucraniana autocéfala". Esta corriente se inspira en la "Ortodoxia de las catacumbas", que nunca aceptó las imposiciones del régimen soviético. Mantenido sus centros organizativos en el extranjero, reconoce como "guía espiritual" al metropolitano Konstantin, jefe de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana de los Estados Unidos, apoyada discretamente por el mismo Patriarcado de Constantinopla.

A este complicado mosaico se añaden las más de 3.000 parroquias ucranianas que han vuelto bajo la jurisdicción greco-católica que, en 1946, había sido suprimida por el régimen y unida por la fuerza a Moscú. Se trata de parroquias católicas de rito oriental que habían sido expropiadas en tiempos de Stalin y que en tiempos de la Perestroika fueron puestas a disposición de las comunidades más numerosas en la localidad.

El Patriarcado de Moscú considera la devolución de las parroquias ortodoxas al catolicismo de rito oriental como una de las causas principales del conflicto con la Iglesia católica.

Actualmente, los greco-católicos, después de la reciente desaparición del cardenal Miroslav Lubachivsky, sucesor del Cardenal "confesor" Iozif Slijpyi, están esperando el nombramiento/elección del nuevo arzobispo mayor de Leopoli.

Apoyándose en el peso numérico e histórico (Ucrania es considerada la cuna historia de la Ortodoxia), el metropolitano Vladimir está tratando de obtener el máximo de independencia de Moscú.

En el último Sínodo plenario de los Obispos rusos, tenido en Moscú en agosto pasado, obtuvo en efecto una autonomía mucho mayor.

Ante las escisiones que ha experimentado la Iglesia ortodoxa en Ucrania, el presidente del país, Leonid Kuchma, propuso convocar un "Concilio local ucraniano", en el que todos los metropolitanos --o que así son considerados-- se retiren, dejando al clero y al pueblo la elección de un único guía espiritual. 


Los huérfanos de Belén víctimas de la falta de peregrinos

El orfanato católico vive de donativos

BELÉN, 15 enero 2001 (ZENIT.org).- Los niños del orfanato de las Hijas de la Caridad en la ciudad en que nació Jesús están pagando las consecuencias de la falta de peregrinos, originada tras el estallido de la violencia en Tierra Santa.

Se trata, en su mayoría, de hijos ilegítimos rechazados por familias palestinas que los entregan a las religiosas para desentenderse de la "vergüenza" provocada por una hija encinta.

"La Crèche", como es conocida la casa, asiste desde hace más de un siglo a los huérfanos gracias a los donativos que ofrecen los peregrinos que vienen a Belén y que ahí se alojan.

Sor Sophie Boudri, una de las responsables del centro de acogida, declara: "Estos meses de enfrentamientos y el cierre de los territorios palestinos han bloqueado la afluencia de peregrinos que venían a visitarnos. Sin ellos, no podemos sobrevivir".

Por este motivo, la religiosa ha decidido lanzar un grito para pedir ayuda a través de las páginas del diario católico italiano, Avvenire.

Entre sus brazos tiene a Ahmed. "Este niño tiene padres --explica sor Sophie--, pero su familia es sumamente pobre y no puede comprar los caros tratamientos que necesita. Todos los meses, tenemos que suministrarle una inyección de gammaglobuline que cuesta 500 dólares. Tiene que comer alimentos con alto poder nutricional. Además, en este período, algunas familias se han quedado en la miseria y vienen a pedirnos leche y asistencia".

A estos problemas, las Hijas de la Caridad tienen que afrontar uno nuevo. "Con toda la razón el Tribunal Eclesiástico trata de pedir pruebas para ver si los niños son cristianos. Ahora bien, el Islam prohíbe la adopción de hijos ilegítimos, que no gozan de ningún reconocimiento social, no tienen derecho a llevar un nombre, son excluidos de la herencia y condenados a la marginación", explica con amargura.

De este modo, se ha complicado muchísimo la posibilidad de que "La Crèche" pueda dar en adopción estos niños, especialmente en el extranjero.

Los ochenta pequeños acogidos por las religiosas, muchas de ellas palestinas (sor Sophie es libanesa) han pasado por situaciones desesperadas. Con frecuencia sus madres se han refugiado en casa de las religiosas para dar a luz a escondidas, y evitar de este modo el que sus padres o hermanos les maten, en nombre de una ley del honor no escrita.

"El año pasado salvamos a 23 muchachas", dice la religiosa.

Otros niños son confiados a las Hermanas por los servicios sociales de la Autoridad Palestina. "No tenemos estructuras --reconoce Diana Mubarak, responsable de Asuntos Sociales--, en esos casos nos dirigimos a las monjas de Belén".

En esa casa, explica Mubarak, los niños son acogidos y queridos. Pero ahora las religiosas se encuentran en grave dificultad.


Corea del Sur: La Iglesia hace examen de conciencia

Pide perdón por errores históricos y la desunión

SEÚL, 15 enero 2001 (ZENIT.org).- El proceso jubilar de purificación de la memoria promovido por Juan Pablo II ha llevado a la Conferencia Episcopal de Corea del Sur a publicar recientemente un breve documento que sintetiza, en siete puntos, errores cometidos por los católicos en dos siglos de evangelización del país.

Partiendo del periodo entre el siglo XVIII y el XIX, las primeras sombras a las que alude el documento, que lleva por título "Reforma y Reconciliación", son el apoyo dado a las potencias extranjeras para tratar de salir al paso de la dura persecución a la que eran sometidos los católicos.

Asimismo reconocen el yerro de haber condenado, a principios del siglo XX, a los combatientes por la liberación nacional durante el colonialismo japonés.

El tercer "mea culpa" apunta a los insuficientes esfuerzos por la unidad y la reconciliación de todo el pueblo coreano. Sobre todo, respecto a la división que tuvo lugar tras la segunda guerra mundial entre Norte y Sur.

Los últimos cuatro puntos son un examen de conciencia sobre la promoción de una sociedad cercana a los pobres y en el campo de la promoción de los valores y la vida.

La activa comunidad católica de Corea del Sur, que cuenta con 4 millones de fieles, equivalente al 8% de la población, se ha desarrollado en este país a partir de 1784. En el transcurso de un siglo, sufrió la persecución hasta el punto de contar en su haber diez mil mártires (Cf. Corea, el país con el mayor número de conversiones, evangelizado por laicos ).

Nosotros, dice el documento "tal vez hemos tratado de obtener la libertad de religión y de proteger a la Iglesia dependiendo de potencias extranjeras".

Y, en "acontecimientos que han causado sufrimiento y heridas a nuestra gente, tal vez hemos participado en presiones injustas por parte de los países extranjeros".

La Iglesia coreana expresa también su pesar por no haberse "implicado positivamente en los esfuerzos para superar la división del pueblo coreano, realizada en el proceso de reorganización del orden mundial, tras la independencia nacional y en el crear unidad y reconciliación".

Por eso, el documento muestra el arrepentimiento de la Iglesia "por los sacrificios causados a mucha gente en este proceso". Divisiones y tensiones que, el verano pasado, se han comenzado a superar con signos de acercamiento entre las dos Coreas, especialmente durante la cumbre de Pyongyang.

Un signo de esperanza que, sin embargo, es contemplado con prudencia por una figura histórica de la Iglesia surcoreana --desde siempre en primera fila en favor de la reconciliación nacional (para la que ha instituido una comisión especial)-- el cardenal Stephen Kim Sou-hwan.

En una entrevista, publicada en enero por la revista mensual italiana "Mondo e Missione", el purpurado afirma que "algunos tenían miedo pero, en general, la acogida de aquel acontecimiento fue buena". Sin embargo, indica que el clima se enfrió por la incapacidad del Gobierno surcoreano para activar un debate interno y, por otra parte, por la desconfianza que han generado las posibles manipulaciones típicas del régimen comunista del Norte.

"¿Quieren verdaderamente construir una coexistencia pacífica con nosotros --se pregunta el cardenal Kim-- o tratan sólo de utilizarnos para conseguir ayudas?".

Por su parte, el documento de los obispos, concluye analizando los desafíos del compromiso cristiano en la sociedad de hoy. Aunque la Iglesia, bajo la dictadura, de 1960 a 1990, fue punto de referencia para la población, los prelados subrayan "los insuficientes esfuerzos para resolver los conflictos entre regiones, clases y generaciones, y promover los derechos humanos de aquellos que están marginados o discriminados en nuestras sociedades, como las personas con minusvalía o los trabajadores extranjeros".

Así mismo reconocen no haber hecho obra de promoción y evangelización de modo que "todos los seres humanos creados a imagen de Dios puedan vivir en armonía y cooperación, fundadas éstas en auténticos valores morales, en una sociedad en la que el egoísmo colectivo, el relativismo moral, las irregularidades y la corrupción están ampliamente extendidos". 


Chile: La Iglesia urge a seguir dando información sobre los desaparecidos

Mantendrá su servicio de mediación tras la Ley de Secreto

SANTIAGO DE CHILE, 15 enero 2001 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Chile, ha hecho, el pasado 10 de enero, un llamamiento especial "en nombre de Dios" para que se entregue la información sobre detenidos desaparecidos cuanto antes y ha asegurado que pese al término de la Ley del Secreto, la Iglesia se mantendrá como canal fiable de información para quienes puedan aportar datos sobre el paradero de los detenidos desaparecidos.

El comunicado de los obispos chilenos, bajo el título "Con dolor y esperanza", se produce tras el cierre de la Mesa de Diálogo sobre derechos humanos, un servicio de la Iglesia chilena para purificar la memoria y favorecer la reconciliación que ha seguido el trabajo realizado por la Comisión de Verdad y Reconciliación.

Desde los tiempos del dictador Augusto Pinochet, cuando se produjeron las numerosas desapariciones sobre las que todavía se investiga, la Iglesia ha ofrecido, a través del Comité de la paz y la Vicaría de la Solidaridad, su ayuda y colaboración.

En su comunicado los obispos rechazan lo que ocurrió en el pasado. "Los odios estallaron --dice el comunicado-- en injusticias y crueldades, los antagonismos generaron muerte. Por graves que hayan sido las circunstancias del país en esos tiempos, rechazamos los métodos inhumanos utilizados por algunos uniformados y civiles para encarar a sus opositores. Nada autoriza a recurrir a esos medios totalmente reñidos con la moral".

Así mismo la Conferencia Episcopal chilena califica de inhumano el hecho de "haber ocultado la información que hoy conocemos, prolongando la angustia y el sufrimiento de sus familiares durante tantos años".

Por este motivo y, para que esto no siga sucediendo a quienes aún no tienen noticias de sus seres queridos y que "con toda razón, tienen derecho a la información que con justicia reclaman", los obispos chilenos hacen un llamamiento apelando "a la conciencia de quienes tengan alguna información", para que la entreguen cuanto antes al poder judicial a través de los canales de la Iglesia o de los que ellos mismos estimen más convenientes.

De esta manera, indica la nota episcopal chilena, "podremos contribuir a cerrar la herida que aún nos impide un pleno reencuentro y la necesaria reconciliación".

Los obispos chilenos constatan que, en medio del dolor, el país vive un momento extremadamente significativo y reconocen "la actitud positiva de las Fuerzas Armadas quienes, con su información, han sabido dar cuenta de actos reprobables que fueron realizados".

"Es un acto de honestidad --añaden-- que los enaltece y estamos ciertos que contribuirá a mejorar la calidad de nuestra convivencia".

Tras agradecer los esfuerzos, tanto de la Mesa de Diálogo como de la Comisión Verdad y Reconciliación, cuyos trabajos han abierto en la sociedad "el camino a la cultura de la sinceridad y de la confianza, del diálogo y de la búsqueda del bien de Chile".

Añaden que el país del futuro se lo agradecerá porque "ningún pueblo puede vivir y crecer en medio de la desconfianza y la mutua recriminación".

Concluyen afirmando que la entrega de la información ha sido recibida por la Iglesia chilena en un momento propicio, después de celebrar un Año Santo de reconciliación y piden la intercesión de Nuestra Señora "para que nunca más en Chile se repitan los hechos que lamentamos".

La declaración fue leída por el portavoz de la Conferencia Episcopal de Chile, diácono Enrique Palet, quien también hizo un llamamiento a tener confianza en este proceso. Indicó que a la Iglesia no le corresponde emitir un juicio sobre la veracidad de las informaciones recibidas en torno de la mesa de diálogo, porque ello es atribución de los tribunales de justicia, pero insistió en que será un canal permanentemente abierto como siempre lo ha sido.


El Papa y la Iglesia vasca y navarra piden a ETA que deje de matar

50 mil personas participaron en un encuentro de oración por la paz

VITORIA, 14 enero 2001 (ZENIT.org).- 50.000 personas, según los organizadores, asistieron ayer en Vitoria al encuentro interdiocesano por la paz, iniciativa conjunta y sin precedentes de los obispados de San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Pamplona-Tudela.

La concentración, bajo el lema "Entre todos, paz para todos", englobó a hombres y mujeres de todas las tendencias políticas, que acudieron a Vitoria a rezar por el fin del terrorismo y la violencia.

Durante el acto, se leyó un mensaje del Papa, en el que destaca que "por encima de todo, es necesario levantar, una vez más, la voz a favor del valor de la vida, de la seguridad, de la integridad física, de la libertad", insistiendo en que "no se puede invocar la paz y despreciar la vida".

El obispo de Roma aboga por que "se restablezca el entendimiento justo y concorde entre los hombres, las familias y pueblos en el País Vasco, en Navarra y en toda la querida nación española, profundamente afectada por la crudeza de la situación presente a causa de la violencia terrorista que se prolonga desde hace años".

En su mensaje, hace referencia a que "en una sociedad marcada por fuertes tensiones", las Iglesias "particulares de los territorios que desgraciadamente padecen con tanta frecuencia la herida del terrorismo tienen la misión de promover la unidad y la reconciliación, rechazando todo tipo de violencia, de terror y de chantaje, pues con esas tristes situaciones es toda la sociedad la que sufre".

Asimismo, añade que "las comunidades cristianas han de ser lugares privilegiados de acogida y de compromisos generosos con la paz auténtica, contribuyendo a remover obstáculos, a derribar muros, a favorecer iniciativas y proyectos en colaboración y diálogo social con tantas personas y grupos interesados en alcanzarla".

El mensaje del pontífice concluye con una referencia especial a los jóvenes a los que pidió en euskera y castellano que, "rechazando la violencia, sed amigos de la paz, orantes por la paz y constructores de la paz". Expresó su anhelo de que "Dios misericordioso conceda la paz social al País Vasco, a Navarra, a toda España".

Ese mismo día, en un discurso pronunciado a los embajadores acreditados ante la Santa Sede, Juan Pablo II recordó: "Más cerca de nosotros debo mencionar --¡y con cuánta tristeza!-- los atentados terroristas que siembran la muerte en España, hieren a todo el país y humillan a Europa entera, que busca su propia identidad".

Uno de los momentos más significativos de la concentración acaeció cuando monseñor Fernando Sebastián, obispo de Pamplona, hizo lectura de un comunicado, escrito conjuntamente por todos los obispos de las diócesis vascas y Navarra.

"Creemos en la fuerza pacificadora de la verdad --dice el documento--. Rechazamos la mentira como estrategia, y la manipulación de la verdad al servicio de los intereses políticos. Nosotros apostamos por la virtud liberadora de la verdad"

De este modo, los obispos del País Vasco y Navarra confirman su confianza en "la necesidad del diálogo para buscar vías de entendimiento y de paz estable. Necesitamos y queremos que los representantes políticos dialoguen y busquen juntos el bien de todos. Nosotros nos comprometemos a promover un clima social de diálogo, que nazca del respeto y de la escucha mutua".

Por su interés, ofrecemos el texto íntegro del mensaje.

* * *

1. Dios quiere que vivamos en paz. La paz es posible también entre nosotros. La queremos ya ahora. Una paz hecha entre todos y para todos. No queremos que nadie la impida o la retrase. Nosotros nos comprometemos a trabajar por la paz en la verdad, en la justicia y en el amor.

¡Señor, que donde haya injusticia, nosotros pongamos paz!

2. Amamos la vida como don sagrado de Dios y primer derecho del hombre, sea quien sea y esté donde esté. No queremos que nadie mate a nadie. Pedimos a ETA que deje definitivamente las armas. Nosotros nos comprometemos a defender la vida de toda persona. ¡Señor, que donde haya muerte, nosotros pongamos vida!

COMPROMISO CON LOS QUE SUFREN 

3. Recordamos ante Dios, Padre de todos, a cuantos han muerto víctimas de la violencia, aquí entre nosotros o lejos de este pueblo. Son para nosotros seres muy queridos. Nos comprometemos a estar cerca de cuantos lloran su muerte. También de quienes viven hoy acosados por el miedo, las amenazas o la extorsión. ¡Señor, que donde haya sufrimiento, nosotros pongamos amor!

4. Pedimos también a Dios por quienes, provocando muertes, terror y destrucción, están causando tanto daño. No han dejado de ser hijos de Dios y hermanos nuestros. Los queremos tener entre nosotros construyendo una sociedad mejor, liberados del sufrimiento que generan y padecen.

¡Señor, que donde haya un ser humano, nosotros pongamos fraternidad!

5. Creemos en la capacidad de las personas y de los pueblos para buscar solución a sus conflictos por caminos de paz. No queremos imposiciones violentas, contrarias al libre sentir de la sociedad. Nosotros nos comprometemos a promover comportamientos y cauces democráticos en libertad.

¡Señor, que donde haya violencia, nosotros pongamos libertad!

6. Respetamos la diversidad legítima de opciones para la construcción de nuestra sociedad. No queremos que nadie se arrogue el derecho de ser su único representante. No queremos que nadie excluya a nadie. Nosotros nos comprometemos a buscar una paz que sea verdadera y sea para todos.

¡Señor, que donde haya exclusión, nosotros pongamos participación!

7. Creemos en la fuerza pacificadora de la verdad. Rechazamos la mentira como estrategia, y la manipulación de la verdad al servicio de los intereses políticos. Nosotros apostamos por la virtud liberadora de la verdad. ¡Señor, que donde haya mentira, nosotros pongamos verdad!

8. Creemos en la necesidad del diálogo para buscar vías de entendimiento y de paz estable. Necesitamos y queremos que los representantes políticos dialoguen y busquen juntos el bien de todos. Nosotros nos comprometemos a promover un clima social de diálogo, que nazca del respeto y de la escucha mutua.

¡Señor, que donde haya enfrentamiento, nosotros pongamos diálogo!

MUTUO PERDÓN 

9. Reivindicamos la fuerza social del perdón para edificar nuestra convivencia. No queremos que el resentimiento y los odios nos encadenen al pasado. Nosotros nos comprometemos a promover una experiencia colectiva de mutuo perdón y de reconciliación.

¡Señor, que donde haya odio, nosotros pongamos perdón!

10. Todos necesitamos el perdón de Dios. Todos necesitamos perdonar y ser perdonados. Pedimos el perdón de Dios por nuestros pecados. Pedimos perdón por no haber trabajado lo suficiente por la paz y en contra de todas las injusticias. Pedimos perdón a quienes no hemos sabido defender o ayudar desde el espíritu del evangelio.

¡Señor, que donde haya pecado, Tú pongas perdón!

11. Creemos en la paz, logro de los hombres y don de Dios. Nos comprometemos a trabajar y a orar sin descanso por la paz. El encuentro con Dios da paz y ayuda a construirla.

¡Señor, convierte nuestros corazones, danos Tú la PAZ!.


Irak: Voces del mundo católico piden la revocación del embargo

Dura denuncia del diario de los católicos italianos

ROMA, 14 enero 2001 (ZENIT.org).- Cuando se cumplen diez años después de la guerra del Golfo, un editorial publicado hoy por Romanello Cantini, en la primera página del diario de la Iglesia católica en Italia, Avvenire, hace una dura denuncia ante la persistencia del embargo que golpea a la población más pobre e inocente del país.

De aquella guerra, recuerda el diario católico, "la condena más pesada cae todavía hoy sobre las clases más pobres y más impotentes de la población iraquí. Es más, parece que el castigo del embargo golpea sobre todo a los más inocentes, aquellos que en tiempos de la invasión de Kuwait por parte de Saddam Hussein, y de la guerra que siguió, no habían ni siquiera nacido".

Exponentes de la Iglesia católica y, en particular Juan Pablo II y organismos de la Santa Sede han denunciado en repetidas ocasiones que los efectos del embargo en ocasiones son desproporcionados con respecto a los objetivos que pretenden.

El articulista de "Avvenire" se hace eco de una reciente entrevista con el patriarca cristiano de Bagdad, su beatitud Raphael I Bidawid, en la que calcula que, en los últimos diez años, han muerto en Irak un millón y medio de niños por falta de alimentación y de curas adecuadas.

Y añade que quizá nadie ha recordado a tiempo que lo que una vez se llamaba "asedio por hambre" a los propios enemigos "está expresamente prohibido por la IV Convención de Ginebra de 1949". Un abuso claramente denunciado por la Santa Sede en el documento del Consejo Pontificio Cor Unum "El hambre en el mundo - Un reto para todos: el desarrollo solidario (1996)" (n 16). Esta falta de memoria, indica el diario católico, es la única explicación para que se haya tardado seis años en establecer el programa "petróleo a cambio de alimentos".

"Avvenire" denuncia no sólo las imposiciones de la comunidad internacional, sino también el juego sucio de Saddam Hussein que dan la impresión de asistir a "un cínico juego del gato y el ratón entre los responsables de la ONU y el dictador iraquí a costa de una población que es la única que está pagando un precio cada vez más opresivo".

En opinión del diario, la política de tratar de debilitar al régimen iraquí no está dando ningún resultado, al contrario, Saddam parece estar más fuerte que nunca. "No se explican de otro modo --indica-- la expulsión de los inspectores de la ONU, su lenguaje y su política a menudo inútilmente provocatorios, la misma manipulación de la prometida visita del Papa que condujo un año después a su anulación, cuando aquel encuentro podía significar una cuña importante incluso para la ruptura del aislamiento internacional de Irak" 


Fallece el último obispo chino nombrado oficialmente por el Vaticano

Monseñor Matthias Duan Yinming, tenía 92 años; era obispo de Pío XII

PEKIN, 12 ene 2001 (ZENIT.org-FIDES).- Falleció ayer, a los 92 años de edad, después de varios meses de enfermedad, el último obispo chino nombrado por Pío XII, monseñor Matthias Duan Yinming, obispo de Wanxian.

Su cuerpo será incinerado el próximo lunes, según establece la práctica obligatoria en China a excepción de los musulmanes. La ceremonia tendrá lugar en la iglesia de Long Bao, escogida pues al tener capacidad para 2.000 personas, es la más grande de la diócesis.

El río de fieles que rinde homenaje al obispo discurre constantemente. Duan era sumamente estimado por cristianos y no cristianos. Algunos sacerdotes que le atendieron en los últimos instantes de su vida han referido a la agencia Fides las palabras que pronunció el prelado antes de morir. Recomendó a los sacerdotes que le rodeaban: "continuad con el máximo empeño el trabajo pastoral y dedicaos a la reconstrucción de la estructuras eclesiales". Estas últimas han sido desmanteladas por el régimen comunista.

Como prueba de la estima que todo el mundo experimentaba por él, el mismo gobierno chino ha publicado una declaración oficial en la que dice: "Monseñor Duan ha dado una contribución decisiva al país y a la Iglesia. Es un personaje amado y estimado por todos".

Duan ha sido un pastor valiente y firme en su amor al Papa y a la Iglesia universal. "Rezo cada día por el Papa y por su misión, por su salud, y pido al Espíritu Santo que sostenga su servicio a la humanidad --había declarado en una entrevista concedida a la agencia Fides en 1998--. Quiero expresar, además, mi profunda fidelidad a él. Por lo que se refiere a los fieles chinos, puedo decir que le quieren mucho y que rezan todos los días por él. Nosotros, los chinos, esperamos en plena fidelidad y oración un viaje del Papa a China. El Papa ha demostrado que quiere mucho a la Iglesia china. Por este motivo, esperamos con todo el corazón que un día pueda venir a nuestro país".

Por prohibición del Gobierno chino, monseñor Duan Yinmin y su obispo auxiliar, monseñor Xu Zhixuan, no pudieron participar en el primer Sínodo de los obispos de Asia, celebrado en Roma en abril de 1998. ¿El motivo? Según palabras del Ministro de Asuntos Exteriores Zhu Bangzao: "El Vaticano ha nombrado a estas dos personas unilateral y, además, de manera arbitraria".

A pesar de que corría el riesgo de ser acusado por el Gobierno de mantener relaciones con un Estado extranjero, monseñor Duan envió un fax en latín al cardenal Jan Pieter Schotte, en el que decía: "Es doloroso que no me sea posible participar en el Sínodo de los Obispos por motivos políticos. Mi corazón estaba tan apesadumbrado que no he podido dormir durante dos noches. Luego he comenzado a sentir una profunda tranquilidad de corazón: el cuerpo está ausente, pero el corazón está siempre presente en el Sínodo de los Obispos".

Monseñor Duan tampoco pudo viajar a Nueva Delhi (India) para participar en la clausura oficial del Sínodo asiático y recibir del Papa la exhortación post-sinodal "Ecclesia in Asia". Envió, sin embargo, al Santo Padre, a través del delegado en Hong Kong, un don como recuerdo de su quincuagésimo aniversario de su ordenación episcopal: tres peines de madera, característicos de la artesanía de Wanxian.

En noviembre de 1999, después de la publicación del documento secreto del Partido Comunista Chino sobre las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano, monseñor Duan, a pesar de que ya estaba débil y enfermo, declaró a "Fides": "Deseo que el Vaticano y China encuentren cuanto antes un acuerdo y puedan establecer relaciones diplomáticas. Por el momento, el Vaticano y China tienen dos modos diferentes de ver algunos problemas. Esperamos que encuentren pronto una visión común".

Luego añadió: "La Asociación Patriótica Católica es una barrera para la comunión de la Iglesia". Dicha Asociación es una especie de Iglesia creada y controlada por el régimen comunista.

Matthias Duan Yinming había estudiado teología en Roma, en la Universidad Pontificia Urbaniana, y fue ordenado sacerdote en la misma Ciudad Eterna el 27 de marzo de 1937. El Papa Pío XII le nombró obispo de Wanxian el 9 de junio de 1949. Él y el cardenal Gong Pinmei, arzobispo de Shanghai (fallecido el 12 de marzo de 2000 en los Estados Unidos), fueron los últimos obispos nombrados oficialmente en China por el Papa.

Durante su vida, monseñor Duan ordenó ocho obispos, la mayor parte de la región del Sichuan, y participó como co-consagrante en la ordenación de otros seis. Fue vicepresidente de Asociación Patriótica Católica. De 1954 a 1966 fue enviado a trabajos forzados a las plantaciones de algodón y a fábricas. Durante la Revolución Cultural (1966-76) recibió esta misma condena (1966-73) y fue obligado a seguir un curso de reeducación hasta 1979, cuando le fue consentido regresar a la Iglesia de Wanxian.


Italia cierra acuerdos para cancelar la deuda a 22 países pobres

Firmado el reglamento de la ley de reducción de créditos al tercer mundo

ROMA, 12 enero 2001 (ZENIT.org).- El Gobierno italiano ha dado otro paso importante en la reducción de sus créditos sobre los países más pobres del mundo. Además de firmar el reglamento de la ley de reducción de la deuda, aprobada en julio pasado, ha cerrado ya acuerdos encaminados a la cancelación de la deuda de 22 países del tercer mundo.

Ayer, el ministro de Hacienda, Vincenzo Visco, firmó el esperado reglamento de puesta en marcha de la ley, aprobada por el Parlamento en julio pasado. El texto, que pasa ahora al examen del Consejo de Estado, antes de ser publicado en el boletín oficial, fija condiciones, modalidades y requisitos para anular la deuda.

Pero ya sin esperar a la normativa de aplicación de la ley, el Gobierno italiano ha llegado a acuerdos con 22 países, aquellos que tienen renta más baja, comprometiendo en la operación los primeros 1.884 millones de dólares, una tercera parte del máximo previsto para este fin.

El mayor beneficiario inmediato ha sido el estado africano de Mozambique que ha obtenido la cancelación de una sola vez de unos 476 millones de dólares. Le siguen Madagascar, con unos 196 millones de dólares, así como Tanzania, Camerún y Honduras.

Italia se ha adelantado a la mayoría de los países del mundo en aplicar estas medidas al adoptar instrumentos legales adecuados que superan los acuerdos de la cumbre del G-7 de Colonia, en 1999. De hecho, permite la cancelación de la deuda a otros países pobres, aunque tengan una deuda menor de la aprobada en la cumbre.


Italia: La Iglesia acoge a los divorciados proponiéndoles la Palabra

La diócesis de Bolzano crea sendas para su ayuda, viviendo el magisterio

BOLZANO, 12 ene 2001 (ZENIT.org).- Comenzó ayer en la diócesis del Norte de Italia, Bolzano, el primer encuentro de oración de un grupo de católicos separados, divorciados y vueltos a casar, que pretenden recorrer juntos un camino de fe.

La diócesis de Bolzano-Bressanone está reflexionando desde hace años sobre el tema. En 1998 publicó un subsidio pastoral que llevaba por título "El coloquio del agente pastoral con los divorciados vueltos a casar".

Fruto del trabajo de una Comisión diocesana dedicada a este argumento, el documento confirmaba la necesidad de que la comunidad cristiana dé muestras concretas de acogida a estas personas. La Comisión diocesana ha profundizado en el magisterio de la Iglesia sobre esta materia, que recoge las claras enseñanzas de Cristo sobre la indisolubilidad del matrimonio.

Al mismo tiempo ha promovido la escucha de divorciados vueltos a casar para comprender mejor cuáles son las dificultades que experimentan cotidianamente y poder ayudarles de manera más cercana.

El documento, redactado tras 23 sesiones de encuentro y trabajo, salía al paso del fenómeno del divorcio, que se extiende de manera paulatina pero implacablemente en el Norte de Italia.

Ahora, una vez publicado este subsidio, han sido los mismos laicos los que han tomado la iniciativa y han creado este grupo de oración. Acogen la invitación que les hace la Iglesia a respetar el "ayuno eucarístico"; ahora bien, tocan a las puertas de la Iglesia para no quedar excluidos de la comunidad, y poder continuar por el camino de fe al que Dios les llama.

El sacerdote a quien se le ha confiado la tarea de asistir a este grupo es el padre Anton Fiung, responsable diocesano para la Pastoral Familiar.

"Mi primer objetivo es el de dar a entender a estas personas que siguen formando parte de la Iglesia. Estaré cerca de ellos, ofreciéndoles sobre todo la Palabra de Dios, que es una Palabra de esperanza, de aliento, y nunca de rechazo".

El sacerdote insiste en la necesidad de estar al lado de estos hombres y mujeres, "que viven un momento de gran sufrimiento. Jesús vino para todos los hombres, ama a todos".

El padre Anton está convencido de que la clave está en anunciar la visión del matrimonio que propone la Iglesia, con amor, como pide Juan Pablo II en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte.

En el número 51, el pontífice escribe: "Para la eficacia del testimonio cristiano, especialmente en estos campos delicados y controvertidos, es importante hacer un gran esfuerzo para explicar adecuadamente los motivos de las posiciones de la Iglesia, subrayando sobre todo que no se trata de imponer a los no creyentes una perspectiva de fe, sino de interpretar y defender los valores radicados en la naturaleza misma del ser humano".

"La caridad --concluye-- se convertirá entonces necesariamente en servicio a la familia, para que en todas partes se respeten los principios fundamentales, de los que depende el destino del ser humano y el futuro de la civilización".


Alemania: La Iglesia resarce económicamente a los obreros del nazismo

Busca por Europa a los forzados por el régimen a trabajar para ella

ROMA, 12 enero 2001 (ZENIT.org).- La Iglesia alemana está sensibilizando a las Conferencias episcopales de toda Europa para que le ayuden a buscar a los llamados "esclavos de Hitler", cerca de siete mil personas, forzadas a trabajar por el sistema en estructuras católicas en los tiempos del régimen nazi.

En julio del año 2000, se tuvieron las primeras noticias de que, entre los 7,5 millones de personas obligadas a trabajar para el "Reich", había algunas que lo habían hecho en instituciones católicas (hospitales, orfanatos, escuelas, etc.).

El 29 de agosto, la Iglesia instituyó un fondo equivalente a unos dos millones de dólares, de los que la mitad está destinada a compensar a los supervivientes de aquella tragedia y la otra mitad a actividades de promoción de la reconciliación de la memoria.

En el mes de noviembre pasado, comenzaron a ofrecerse las primeras indemnizaciones. Hasta entonces, habían llegado a la Caritas de Munich cincuenta peticiones de indemnización, principalmente procedentes de Polonia.

Con este gesto de resarcimiento económico, que nunca podrá pagar aquella tragedia, la Iglesia quiere pedir perdón a esas personas. Y dentro de esta acción de "purificación de la memoria" pide ahora a las Iglesias hermanas de Europa su colaboración para encontrar a los supervivientes.

En una carta escrita al cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el presidente de los obispos alemanes Karl Lehmann, obispo de Maguncia, pide que se transmita esta información a través de las parroquias y otras instituciones eclesiales. La Caritas italiana y había sido informada en este sentido por su homóloga alemana.

Monseñor Lehmann explica en su carta que se calcula que puede haber mil personas en vida, en su mayor parte prisioneros de guerra (rusos, polacos y franceses) o prófugos deportados del Este europeo que fueron obligados por el Tercer Reich a trabajar en instituciones de ayuda dirigidas por la Iglesia. El trato dado a estas personas fue ciertamente mucho más benévolo que en otras partes. En muchos casos, las instituciones católicas habían sido transformadas en hospitales por el estado de guerra y se suplía así la ausencia de personal (empleado en el frente).

Por su parte, el cardenal Ruini ha expresado en una carta de respuesta su aprecio por "este generoso gesto, que honra a la Iglesia alemana por su premura en favor de la justicia y la reconciliación". Comunica que cada diócesis italiana será informada y exhortada a moverse de manera autónoma a con este objetivo.

En las cartas enviadas a los obispos europeos, la Conferencia Episcopal Alemana especifica las modalidades de asignación. Sobre todo se subraya que la suma que corresponde a cada uno de los ex trabajadores forzados "prescinde del tiempo y de la duración en la que ejerció el empleo en las instituciones católicas" y asciende a unos dos mil dólares en total.

La solicitud la pueden hacer a una oficina instituida por Caritas de Munich no sólo quienes fueron obligados a trabajar sino también, para quien haya muerto tras el 15 de febrero de 1999, el cónyuge o los hijos.

En caso de que no los haya o hayan muerto también, puede destinarse esa cantidad a partes iguales a los sobrinos. Por último, se prevé que la cantidad pueda ser destinada también a hermanos y hermanas de los implicados. Si ninguno de estos parientes hace la solicitud, tienen derecho a la presentación de la petición los herederos inscritos en un testamento.

Las peticiones se deben dirigir a Caritas de Munich (dirección: Deustcher Caritasverband, Hauptvertretung München, Geschäftsstelle des Entschädigungsfonds, Lessingstrasse 1 D-80336 München, tel. 0049/89/54497-0).

El empleo forzado debe ser atestiguado mediante documentos que puedan certificarlo. En los casos de dificultad, la oficina proporciona ayuda para buscar informaciones y documentos.


Pakistán: Un sacerdote arrestado por protestar contra la ley sobre blasfemia

El Código Penal castiga con la pena de muerte este delito

KARACHI, 12 enero 2001 (ZENIT.org-Fides).- Un sacerdote católico y un laico comprometido han sido arrestados en Pakistán por haber participado en una marcha de protesta pública contra la ley sobre la blasfemia.

Se trata del padre Arnoldo Heredia, de 60 años, y Alsam Martin, de 44 años. En estos momentos se encuentran detenidos en la cárcel de Karachi. La noticia ha sido revelada por la agencia de la Santa Sede, Fiides.

La manifestación había sido organizada en esta ciudad por All Faith Spiritual Movement, foro de asociaciones religiosas y civiles defensoras de los derechos de las minorías.

Más de 600 personas marcharon pacíficamente por el centro de Karachi. La policía, sin embargo, dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos y arrestó a 50 personas. El padre Heredia, según explica Fides, trabaja desde hace más de 20 años con organizaciones defensoras de los derechos humanos y es muy estimado y respetado en Karachi.

El tribunal correspondiente ha dispuesto su prisión preventiva hasta el 16 de enero. El 11 de enero la Iglesia católica en Pakistán y diversas asociaciones civiles presentaron al gobierno local una solicitud de liberación inmediata del sacerdote y de Martin. En los próximos días, la Comisión "Justicia y Paz" diocesana presentará un recurso a la Alta Corte de Apelación.

En un comunicado del 11 de enero, la Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal expresó gran indignación por los medios brutales utilizados por la policía (porras y lacrimógenos) contra los manifestantes; protestando por los arrestos: "La actitud de las fuerzas del orden es horrible e injustificada porque la manifestación era completamente pacífica y ejercía el derecho de expresión sancionado por la Constitución".

En declaraciones a "Fides, el padre Emanuel Yousaf Mani, director de la Comisión Justicia y Paz, y Cecil Chaudry, líder católico, reafirman la ilegitimidad de los arrestos, piden la liberación incondicional y la cancelación de las acusaciones contra los manifestantes, todos activistas pro derechos humanos. Afirman: "La Iglesia exhorta al gobierno a dar pasos adelante para detener la intolerancia religiosa".

La protesta de las minorías no musulmanas contra la ley sobre la blasfemia ha aumentado ante la multiplicación de asesinatos, saqueos de propiedades privadas y lugares de culto, realizados en nombre de la ley sobre la blasfemia.

En mayo del año pasado, cristianos y musulmanes moderados expresaron su decepción por la incoherencia del general Pervez Musharraf que anunció y luego anuló un cambio de la ley sobre la blasfemia, cediendo a las protestas de los integristas islámicos.

El 6 de mayo de 1998 monseñor John Joseph, obispo de Faisalabad, se quitó la vida para protestar, según él mismo había explicado, contra la condena a muerte por blasfemia del cristiano Ayub Masih.

La ley que castiga también con la pena de muerte a "cualquiera que, con palabras, dichos o escritos, o con representaciones visivas o con cualquier otro medio, ofenda directa o indirectamente al sagrado profeta Mahoma" (Código Penal Pakistaní, 1986, sección 295, c).

De los 140 millones de habitantes de Pakistán, cerca de 3 millones son cristianos que se apelan al carácter secular del Estado, proclamado por el Padre Fundador de la Nación Ali Jinnah en 1947. 


Una revista vive el Jubileo con un año de silencio

Iniciativa de las hijas espirituales de Charles de Foucauld

ROMA, 12 ene 2001 (ZENIT.org).- Un año de silencio para aprender a escuchar palabras "esenciales" en el Jubileo. Esta es la iniciativa que ha adoptado durante el año santo la revista de las descendientes espirituales de Charles de Foucauld.

En efecto, durante el año 2000 se ha interrumpido expresamente la publicación de "Noticias de las Fraternidades", boletín de las Pequeñas Hermanas de Jesús, una de las ramas surgidas de la experiencia de aquel militar del ejército francés, que, al convertirse en 1886, se instaló en el Sahara, donde murió asesinado en 1896, víctima de un grupo de sinusitas y tuaregs disidentes que lo atacaron y mataron de un tiro en la cabeza, a la puerta de su ermita.

Ahora, terminado el Jubileo, las Pequeñas Hermanas han vuelto a publicar sus "Noticias". Narran historias del Jubileo en las periferias de la tierra.

La pequeña hermana Donata de Jesús, por ejemplo, habla del año 2000 visto desde Copiacó (Chile), donde vive entre obreros de estación agrícolas en los grandes latifundios.

"Las actividades jubilares --escribe-- se han ido concretizando poco a poco, subrayando el hecho de "ponerse en camino" espiritual y materialmente. Aquí, la peregrinación es una expresión muy importante de la religiosidad popular. Me da la impresión de que el pueblo reza con los pies. Basta pensar en los más de sesenta grupos que con motivo de la fiesta de la Virgen bailan durante toda una semana".

El boletín narra también el Jubileo de los "que no tienen tiempo", los aborígenes de Australia, cuyo idioma no tiene significativamente términos temporales, a excepción de "el otro día".

¿Qué ha significado para ellos el Jubileo? La pequeña hermana Michel Edith narra el camino de reconciliación con los aborígenes. Incluso las Olimpiadas, para la gente de Yuendumu --escribe-- han sido una antorcha para vivir el sentido jubilar del perdón.

Desde Niger, la pequeña hermana Daniela Chiara habla de la transición del milenio desde las dunas del desierto, entre los musulmanes atentos al llamamiento a la oración en uno de los días del Ramadán. "Son los compañeros de este año de júbilo que la Iglesia nos da, son las Puertas Santas que se nos han abierto para mostrarnos este tiempo habitado por Dios".

Cita el ejemplo de un anciano enfermo, Solimazen, quien dice: "Mirad, si no cayéramos enfermos de vez en cuando, no tendríamos tan frecuentemente el Nombre de Dios en los labios".


Soldados israelíes disparan contra el coche del obispo de Nazaret

Monseñor Marcuzzo, ileso, explica lo sucedido

JERUSALÉN, 11 ene 2001 (ZENIT.org).- Ha salido incólume, junto a otros sacerdotes que viajaban en su coche, el obispo de Nazaret, monseñor Giacinto Boulos Marcuzzo. Soldados israelíes dispararon el pasado día 9 a bocajarro contra su automóvil sin ni siquiera pedir una identificación.

El obispo ha recibido numerosas muestras de solidaridad y las excusas de dos ministros israelíes y de las autoridades militares. Sin embargo, el relato de los hechos realizado por los dos sacerdotes que le acompañaban es inquietante. El desgraciado incidente tuvo lugar cerca de una base israelí en Samaría, entre Jerusalén y Zababdeh.

"Ibamos a diez por hora y, de repente, nos dispararon", ha declarado a Zenit el padre Elia Kurzum, secretario del obispo, que conducía el automóvil con matrícula diplomática y bandera vaticana. "Nos dirigíamos a Zababdeh, cerca de Jenin. En los alrededores, había un campo militar de ocupación. Tres militares se acercaron apuntándonos con los M16. Detuve el coche inmediatamente y uno de ellos me dijo en inglés que diera la vuelta y que me fuera".

El padre Kurzun dio la vuelta y se paró en el arcén. En ese momento, el militar lanzó el primer disparo.

"Entonces, bajé el cristal de la ventanilla --sigue explicando el sacerdote-- y le dije en hebreo que no disparara y que viniera a hablar con nosotros. Pero él ha respondido: "Iros, si no os meto dos balas en la cabeza". Luego nos disparó otras dos veces y nos fuimos a toda velocidad".

El otro sacerdote que acompañaba al obispo era el padre Elia Odeh, párroco de Shefa'amr.

Ayer por la mañana, monseñor Marcuzzo, recibía a numerosas personas que acudieron a expresarle su solidaridad: "La sede de la vicaría está invadida de gente del lugar, gente que va y viene sin parar, cristianos de todas las Iglesias, musulmanes, judíos", explica el obispo de Nazaret en una entrevista concedida hoy al diario Avvenire.

Han sido numerosas también las llamadas telefónicas y fax que ha recibido de todo el mundo. Acaba de recibir la visita de dos ministros israelíes, el de Justicia, Yossi Beilin, y el que se ocupa de los problemas de la minoría árabe, Matan Vilnay.

"Esta solidaridad muestra más allá del episodio --añade monseñor Marcuzzo--, la fuerza con que se vive aquí el problema de la paz, el de la seguridad y sobre todo el del cierre de los Territorios. Este último incidente no sólo es infeliz y negativo sino muy peligroso también para el proceso de paz. Todos estos pueblos están aislados, toda esta gente está sometida a muchas medidas de restricción y de limitación, que no se pueden mover. La imposibilidad de ir de un pueblo al otro provoca muchos problemas para poder recibir atención médica o ir a la escuela. Desde el punto de vista humanitario y social, causa una infinidad de problemas en la vida de cada día".

"Este episodio le ha sucedido a un obispo --añade el prelado en la entrevista concedida a "Avvenire"-- pero lamentablemente le sucede lo mismo a otras personas cada día y nadie habla de ello. Es una prueba de que esta situación no se puede tolerar, ni admitir, no es justificable. Se debe hacer algo para aliviar los sufrimientos de la gente, al menos desde el punto de vista humanitario".

El obispo confirma que ha presentado reivindicaciones formales a los ministros israelíes: "En primer lugar, les presenté una protesta oficial y les dije unas cuantas cosas bien concretas: que se realice una investigación con la verificación de responsabilidades; que se alivien las medidas de restricción, de cierre y de aislamiento, en insistí en este punto; y si hay medidas por motivos de seguridad, que se asegure un mínimo de vida civil; que se den instrucciones claras a todos los ciudadanos; y en especial que se dé libertad de circulación a cuantos deben moverse por razones de su trabajo o ministerio, pienso en los médicos y en los sacerdotes, por ejemplo. Y que durante los controles se respeten reglamentos y leyes, no disparar así sin preguntar...".

El obispo quiere dejar las cosas claras: "No forzamos ningún control. Y en la carretera no hay carteles de advertencia ni prohibición alguna".

Ahora bien, monseñor Marcuzzo reconoce: "Los ministros me han asegurado que me informarán sobre el resultado de la investigación. Me han dicho que tratarían de hacer lo posible para aliviar también un poco todas estas medidas de restricción. Y, por último, que pedirán que se den nuevas instrucciones sobre el comportamiento de los militares en situaciones como la de ayer".


Una joven nigeriana condenada a la flagelación por quedar encinta y estar soltera

El castigo se aplicará en cumplimiento de la ley islámica

ABUJA, 11 ene 2001 (ZENIT.org).- Una joven nigeriana de 17 años ha sido condenada a la flagelación (180 latigazos) por un tribunal islámico. El motivo principal: está encinta y no está casada. La medida se le ha impuesto en aplicación de la ley islámica.

El estado de Zamfara, en donde vive la joven, había sido el primero de los territorios del norte en aplicar la "sharia". Esta ley islámica castiga las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Según refiere la agencia de información misionera (Misna, a la muchacha le queda ahora un mes para solicitar la revisión de la sentencia, dictada el mes de septiembre pasado. Había sido suspendida hasta el nacimiento del niño, que tuvo lugar a mediados de diciembre.

La chica había sido denunciado cuando el embarazo se había hecho evidente y había sido denunciada por policías de su zona de origen.

Cuando el juez le preguntó cuál era el nombre del padre, la joven respondió ofreciendo el nombre de tres agricultores de mediana edad de su aldea. Muchos testimonios del proceso, sin embargo, desmintieron sus declaraciones.

Por este motivo, la acusada fue condenada a 100 latigazos por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y a 80 por haber acusado con mentira a tres hombres.

Por otra parte, es interesante hacer notar que en el caso de "crímenes" como éste la ley islámica no considera como válido el testimonio de las mujeres.

La "sharia", transliteración del árabe "Saharî'a " ("ley"), se denomina dentro del Islam a la ley musulmana, propagada por Mahoma desde la revelación de Alá, que comprende el conjunto de las prescripciones, recomendaciones, permisos, condenaciones y prohibiciones relativas a las acciones humanas en materia religiosa, política, social, doméstica e individual.

Constituye el llamado derecho musulmán y se funda sobre las bases del Corán, así como en las deducciones analógicas ("qiyâs") de los jefes de las escuelas jurídicas. Estas deducciones suelen ir acompañadas por el consenso ("ijmâ") de la comunidad musulmana ("umma").

Nigeria es el país más poblado de África, con 106 millones de habitantes (50 por ciento musulmanes, 40 por ciento cristianos y 9 por ciento animistas).

La entrada en vigor de la ley islámica, en diferentes Estados de Nigeria del norte, a inicios del año 2000, provocó sangrientos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos. Tan sólo en Kaduna murieron 400 personas.