Santa Sede

 

La irresistible sed de Dios explica el sentido de la vida del hombre

Juan Pablo II medita en el salmo del "amor místico"

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- El hombre no podrá nunca reprimir la sed existencial de Dios, considera Juan Pablo II. Una necesidad que llega a sentir casi físicamente.

Al encontrarse en la mañana de este miércoles con los miles de peregrinos que participaron en la audiencia general en el plaza de San Pedro, Juan Pablo II se adentró en la apasionante dimensión de la mística, una pasión que siente desde su juventud y que fue decisiva en sus años de universidad a abrazar la vocación al sacerdocio.

Para comprender esta sed y este hambre de Dios el pontífice se basó en el famoso Salmo 62 (63), el del "amor místico", que "canta la adhesión total a Dios, partiendo de un anhelo casi físico hasta alcanzar su plenitud en un abrazo íntimo y perenne".

De este modo, señaló, "la oración se hace deseo, sed y hambre, pues involucra al alma y al cuerpo". Para ilustrar mejor sus palabras citó a uno de los autores favoritos de su juventud, santa Teresa de Ávila, quien en el "Camino de Perfección" plasmaba su necesidad de Dios definiéndola como esa sed "que si del todo nos falta nos mata".

El pontífice continuaba de este modo las meditaciones que comenzó antes de Pascua sobre los Salmos del pueblo judío, que pasaron a convertirse ya desde los primeros años del cristianismo en la oración de la Iglesia. En intervenciones anteriores propuso estas composiciones de estupendos tonos poéticos como una ayuda única para vivir la vida a ritmo de oración.

La sed, el hambre, explicó, términos utilizados muy a menudo tanto en el Antiguo Testamento como por Jesús en el Evangelio, ayudan "a comprender hasta qué punto es esencial y profunda la necesidad de Dios; sin él desfallece la respiración y la misma vida". De hecho, aclaró, "el salmista llega a poner en segundo plano la existencia física, en caso de que decaiga la unión con Dios: "Tu gracia vale más que la vida"".

En la oración y en los sacramentos, continuó diciendo, "el alma se aprieta contra Dios". De hecho, dijo, el salmo "habla de un abrazo, de un apretón casi físico: Dios y el hombre ya están en plena comunión".

"Incluso cuando se está en la noche obscura --este fue el tema al que dedicó Karol Wojtyla su tesis doctoral de teología--, se siente la protección de las alas de Dios, como el arca de la alianza el alma está cubierta por las alas de los querubines".

"El miedo se disipa, el abrazo no aprieta algo vacío sino al mismo Dios", concluyó.


Cincuenta y dos hombres y mujeres hacia los altares

Últimos decretos de la Congregación para las Causas de los Santos

CIUDAD DEL VATICANO, 25 abril 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II promulgó este martes los decretos de martirio, virtudes heroicas y reconocimiento de milagros de 52 hijas e hijos de la Iglesia. Entre ellos se encontraban causas como las de 26 mártires ucranianos y el reconocimiento de las virtudes heroicas de Charles de Foucauld. Las 52 causas son por motivos de:

Martirio: --Nicola Carneckyj, Obispo, exarca apostólico de Volyn y Pidljashja (Ucrania) y 25 compañeros, de los cuales 7 eran obispos, 14 sacerdotes, 3 religiosas y uno laico, padre de familia. --Teodoro Romzsa, ruteno, obispo de rito bizantino, administrador apostólico de Munkacs en Ucrania. --Ignazio Choukrallah Maloyan, arzobispo de Mardin (Turquía), representante de Iglesia Armenia. --Emiliano Kovc, sacerdote de la eparquía de Stanislaviv (en la actualidad Ivano-Frankivsk, Ucrania), fallecido en el campo de concentración de Majdanek, Polonia, en 1944.

Virtudes heroicas: --Arzobispo Sigismondo Felice Felinski, polaco-ucraniano. Fundador de la Congregación de las Religiosas Franciscanas de la Familia de María para la ayuda a los pobres. --Giovanni Antonio Farina, italiano, sacerdote, fundador de las Religiosas Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones para la educación de las niñas pobres. --Giuseppe Gualandi, italiano, sacerdote que dio vida al Instituto Religioso denominado Pequeña Misión para los Sordomudos. --Tommaso Maria Fusco, italiano, presbítero de la diócesis de Nocera Inferiore-Sarno, fundador de las Hijas de la Caridad de la Preciosísima Sangre. --Luigi Tezza, religioso camiliano, fundador de las Hijas de San Camilo junto con la beata Giuseppina Vannini. --Charles de Foucauld, sacerdote de la diócesis de Viviers, Francia, fallecido en Argelia en 1916. --Luigi Monti, religioso, que dio vida al Instituto masculino de los Hijos de la Inmaculada Concepción. --Maria Maddalena de la Encarnación, en el siglo Caterina Sordini, fundadora de la Orden de las Adoradoras Perpetuas del Santísimo Sacramento. --Maria Domenica Mantovani, colaboradora en la fundación de la Congregación de las Pequeñas Hijas de la Sagrada Familia. --Anna Caterina Emmerick, canónica regular de San Agustín. --Rosalia Rendu, hija de la Caridad de San Vicente de Paul. --Maria Adeodata Pisani, benedictina, abadesa del monasterio de San Pedro de Medina en Malta. --Concetta Bertoli, de la Acción Católica Italiana, terciaria franciscana.

Milagros: --Beato Alfonso de Orozco, agustino español del siglo XVI, predicador real del emperador Carlos V y del rey Felipe II, fundador de monasterios y autor de obras de espiritualidad.

--Nueve Siervos y Siervas de Dios que han servido al pueblo de Dios en Argentina, Costa Rica, Italia, Malta y Ucrania: los sacerdotes Sigismondo Gorazdowski, Gaetano Errico, Paolo Manna, el clérigo Ignazio Falzon, el laico Artemide Zatti, las religiosas Gaetana Sterni, Giosafata Hordashevska, María Adeodata Pisani y la religiosa nicaragüense María Romero Meneses.


Hacia la solución del problema de las antenas de Radio Vaticano

Avanza el trabajo de la Comisión bilateral Italia-Santa Sede

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- La Comisión especial formada por representantes de la Santa Sede y el gobierno italiano ha dado pasos decisivos para la solución del problema de las antenas de Radio Vaticano, que habían sido amenazadas de quedarse sin energía eléctrica por el ministro del Ambiente italiano.

La última reunión conjunta tuvo lugar el 18 de abril en la nunciatura apostólica. Según ha explicado ahora el padre Federico Lombardi, director de Programas de la emisora pontificia, "la Comisión bilateral ha aprobado el programa de exámenes conjuntos de los campos electromagnéticos en los alrededores del Centro transmisor propuesto por una subcomisión técnica que se había reunido precedentemente".

Estos exámenes, aclara el padre Lombardi, "que se realizarán en colaboración entre técnicos italianos y vaticanos, son necesarios para constatar con certeza cuáles son las transmisiones que pueden provocar la superación de los límites de campos electromagnéticos establecidos por las normas italianas".

Estas indagaciones podrían concluir dentro de dos semanas. Servirán también para encontrar las soluciones al problema, si existe.

En el telón de fondo de la cuestión se encuentran 430 hectáreas situadas a unos 20 kilómetros de Roma: el Centro de Santa María de Galeria, que desde 1957 permite a Radio Vaticano de difundir sus programas en unos cuarenta idiomas a todo el mundo.

Como explica un comunicado conjunto publicado tras la reunión, el jefe de la Delegación italiana, el embajador Umberto Vattani, recordó las obligaciones impuestas por la ley italiana para asegurar la tutela de la salud de la población y del ambiente. La legislación italiana, impuesta por el Partido Verde el mes de febrero pasado, es mucho más restrictiva que las indicaciones establecidas por la Organización Mundial de Salud y la Unión Europea.

El jefe de la Delegación vaticana, monseñor Celestino Migliore (NO ES OBISPO), subsecretario vaticano para las Relaciones con los Estados (under-secretary for relations with states) confirmó la colaboración total del Vaticano y su interés por los problemas suscitados por las emisiones electromagnéticas.

La Comisión bilateral se reunirá otra vez cuando se hayan concluido los estudios que permitirán medir exactamente las radiaciones de las antenas de Radio Vaticano.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano ha publicado un comunicado afirmando que de este modo la Comisión ha respondido puntualmente a la decisión asumida por el Consejo de Ministros del gobierno italiano, en la reunión del 11 de abril, en donde se obligó al ministro para el ambiente, Willer Bordon a retirar su amenaza de cortar la energía eléctrica de las antenas de Radio Vaticano para el Lunes de Pascua. Bordon, 52 años, ex responsable de las Juventudes Comunistas, acusó al Vaticano de provocar leucemia entre la población basándose en un estudio ecologista que no tiene características científicas.

El ministro de Salud de Italia, Umberto Veronesis, cancerólogo de renombre, ha denunciado que los ecologistas se han dejado llevar en este asunto "por fáciles sugestiones emocionales". La contaminación electromagnética, afirma, no se encuentra entre las 78 causas reconocidas del cáncer, ni siquiera entre los 63 agentes de los que se piensa que podrían provocar tumores.


El Papa beatificará en su propia tierra a 26 mártires ucranianos

Víctimas de la persecución comunista

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II beatificará durante su próximo viaje a Ucrania a 26 mártires del comunismo de ese país. La ceremonia será sin duda el momento más emocionante de la vista pontificia (21 al 24 de junio) para los católicos ucranianos que hace tan sólo diez años salieron de las catacumbas.

El anuncio se hizo esta mañana, cuando en presencia de Juan Pablo II, se promulgaron en el Vaticano esta mañana los decretos de martirio, virtudes heroicas y reconocimiento de milagros de 52 hijas e hijos de la Iglesia.

El encargado de presentar al pontífice, así como a cardenales, obispos y superiores religiosos presentes en la ceremonia la conclusión de las investigaciones canónicas que exigen este paso fue el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Al hablar de los mártires de Ucrania, el purpurado portugués explicó que se trata de cristianos "que testimoniaron heroicamente su fidelidad a Cristo y al Romano Pontífice durante la segunda guerra mundial y en los años sucesivos, cuando la Iglesia y la jerarquía ucraniana fueron perseguidas por el régimen comunista".

"Los recientes cambios políticos, acaecidos en Europa del Este --añadió--, han permitido finalmente recoger las pruebas de su martirio".

Se trata de Nicolas Carneckyj, obispo, exarca apostólico de Volyn y Pidljashja, y de 25 compañeros de martirio: 7 obispos, 14 sacerdotes diocesanos o religiosos, 3 religiosas y un laico, padre de familia.

A ellos, se les añade el joven obispo ruteno, Teodoro Romzas, de rito bizantino, administrador apostólico de Munkacs en Ucrania.

La preparación del viaje de Juan Pablo II se ha caracterizado por la oposición que ha expuesto el patriarca ortodoxo de Moscú, Alejo II.


Paso decisivo de Charles de Foucauld hacia los altares

La Santa Sede reconoce oficialmente sus virtudes heroicas

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- En presencia de Juan Pablo II se leyó hoy en el Vaticano el decreto que reconoce oficialmente las virtudes heroicas de Charles de Foucauld, uno de los personajes más carismáticos del cristianismo a caballo entre los siglos XIX y XX.

De este modo, se ha dado un paso decisivo hacia el reconocimiento de la santidad del "Pequeño Hermano de Jesús". Ahora se requerirá el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión para que pueda ser incluido entre la lista de los beatos.

"Figura singular de contemplativo y misionero --dijo esta mañana el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos al presentar a Juan Pablo II el final de la larga investigación canónica realizada por la Iglesia para constatar sus virtudes heroicas--, Charles de Foucauld, el "Pequeño Hermano de Jesús", llevó entre los tuaregs del Sahara la humildad, la pobreza y la caridad de Cristo, presentándose como hermano universal de cristianos, judíos y musulmanes".

Charles de Foucauld (1858 - 1916) nació en Francia. Perdió la fe muy joven. En 1876 entró en el ejército. Lo abandonó en 1882 para explorar Marruecos. Su expedición fue un acontecimiento científico, hasta el punto de que ganó la medalla de oro de la Sociedad Geográfica. Pero el éxito no tranquilizó su espíritu. A los 28 años, tuvo una experiencia de conversión muy fuerte.

Tras una peregrinación a Tierra Santa, pensó en entrar en la Trapa de Nuestra Señor de las Nieves, en Francia. Después se fue a Siria, en búsqueda de una vida más dura. Luego se trasladó a Nazaret, donde trabajo durante tres años como jardinero en el monasterio de las Clarisas. Allí aceptó hacerse sacerdote. Decidió entonces volver a comenzar en el Sahara una vida de ermitaño y misionero al mismo tiempo. Se estableció primero en Bèni-Abbès para después ir a vivir con los tuaregs, en Tamanrasset.

Compartiendo con ellos la vida, aprendió su idioma, tradujo sus poemas y publicó un imponente diccionario ilustrado. Poco después, sintió la necesidad de fundar una familia religiosa, centrada en el Evangelio, la Eucaristía y la vida apostólica. Murió el 1 de diciembre de 1916, víctima de una bala de fusil, en una escaramuza de los rebeldes del Hoggar.

Hombres y mujeres, a su muerte, decidieron cumplir con su sueño: hoy hay 10 congregaciones religiosas y 9 asociaciones de vida espiritual que se inspiran en su carisma.

Más información en http://www.charlesdefoucauld.com.


Charlie, primer beato de Puerto Rico

Un laico cuya causa de beatificación ha sido promovida por laicos

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- Este próximo domingo Puerto Rico contará con su primer beato, Carlos Manuel Rodríguez, más conocido como Charlie, un laico comprometido de por vida en el anuncio del humanismo cristiano en el mundo universitario. Se trata también de un caso único en la historia, pues su proceso de beatificación ha sido llevado adelante por laicos.

Será una auténtica fiesta para su país de origen. En estos momentos están llegando a Roma unos dos mil peregrinos puertorriqueños, junto a todos los obispos del país y muchos sacerdotes, religiosas y religiosos.

Charlie nació en Caguas el 22 de noviembre de 1918. Fue el segundo de cinco hermanos. Dos hermanas se casaron, una es religiosa carmelita y su hermano es monje benedictino.

Se dedicó por entero a Dios como laico al servicio de la Iglesia de Cristo. La comprensión de la Resurrección de Cristo cambió su vida: "Vivimos para esa noche", llegó a decir de la Vigilia Pascual.

Realizó su principal labor apostólica en el Centro Universitario Católico en Río Piedras. En este contexto fundó el Círculo de Cultura Cristiana, donde transmitió un pensamiento de perfecto equilibrio cristiano entre lo natural y lo sobrenatural, lo antiguo y lo moderno. En una descripción del Círculo escribió: "Necesitamos católicos despiertos al momento actual [...] Católicos del presente, que sepan nutrirse del pasado, pero con los ojos puestos en el futuro".

Su enfermedad (colitis ulcerosa) no le permitió terminar sus estudios, en los que prometía descollar. Trabajó en labores de oficina en la Universidad de Puerto Rico, cargó que luego abandonó para dedicarse por completo al trabajo en el Centro Universitario Católico.

Vivió en un silencio heroico la enfermedad de colitis ulcerosa que comenzó a padecer a los 13 años de edad y que culminó en un cáncer terminal. En 1962, estando ya muy enfermo, dijo a su hermano monje: "Me voy a morir y no estoy preparado". A esto le siguió un período de oscuridad espiritual en el que sentía no encontrar al Dios al cual se había dado enteramente. Sólo unos días antes de su muerte encontró la paz de Dios. Murió el 13 de julio de 1963.

El postulador de la causa de beatificación, el padre Romualdo Rodrigo, en declaraciones a Radio Vaticano cuenta detalles curiosos y reveladores al mismo tiempo de su vida: "Cuando tenía nueve años, un perro furioso entró en casa y cogió del cuello a un primito suyo de un año para llevárselo. Charlie se lanzó contra el perro y luchó con él hasta que logró quitarle al niño. Ahora ese niño tiene 70 años. Cuando fui a Puerto Rico me enseño el cuello con la cicatriz que le dejó el perro cuando se lo llevaba. El enfrentamiento con el perro le procuró a Charlie una fuerte lesión que tuvo que soportar toda la vida y que al final degeneró en cáncer".

"Sufría diarrea continua por lo que no pudo acabar los estudios universitarios --añade el postulador--. Después del primer año, se retiró y se puso a trabajar. Todo lo que ganaba se lo daba a los pobres. Los universitarios con los que desarrolló su apostolado han sido los que han sacado adelante su causa de beatificación".

En efecto, al difundirse cada vez más su fama de santidad, un grupo de laicos del Centro Universitario Católico de Puerto Rico que él fundó pidió la apertura del proceso de beatificación, que fue instruido en la diócesis de San Juan de Puerto Rico el 8 de diciembre de 1992. Se cerró el 1 de junio de 1993. El 7 de julio de 1997 el Papa promulgó el decreto de sus virtudes heroicas.

"Al elevarlo este domingo al honor de los altares --ha dicho el informativo internacional de Radio Vaticano--, Juan Pablo II ofrece a los jóvenes de Puerto Rico y de todo el mundo un insigne modelo de apostolado laical".


Artémides Zatti, el tercer argentino elevado a los altares

Juan Pablo II decretó hoy su beatificación

CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II firmó este martes el decreto de conclusión de la causa de Artémides Zatti, por lo que próximamente podría conocerse la fecha de su beatificación. El religioso coadjutor salesiano se convertiría así en el tercer beato argentino, además de Laura Vicuña y Nazaria Ignacia March.

El proceso diocesano de canonización de Zatti fue abierto el 22 de marzo de 1980 por el entonces obispo de Viedma, monseñor Miguel Esteban Hesayne. El 7 de julio de 1997 se leyó ante el Santo Padre el decreto de la heroicidad de las virtudes, por lo cual fue declarado "Venerable" y el 9 de marzo de 2000 fue reconocido por la comisión de médicos el milagro atribuido a su intercesión.

Artémides Zatti nació en Boretto, Italia, el 12 de octubre de 1880 y a los 17 años llegó a Bahía Blanca junto con sus padres y hermanos.

Era párroco de Bahía Blanca el salesiano Carlos Cavalli, cuando Artémides encontró en él a su director espiritual, y aquel a un colaborador y amigo.

A los 20 años sintió el llamado de Dios a la vida religiosa y dejando todo ingresa al Aspirantado salesiano de Bernal. Fueron años muy duros para Artémides, por ser mayor que sus compañeros y por sus pocos estudios.

En 1902, asistiendo a un sacerdote tuberculoso contrajo la enfermedad y debió regresar con los suyos. Vuelto a casa, manifestó su decisión de morir como religioso de Don Bosco. Aconsejado por el padre Cavalli fue al Hospital Misionero de Viedma. Allí, el sacerdote y doctor Evasio Garrone detectó el grave estado del joven y descubrió sus virtudes: podría ser su sucesor ya que él se sentía viejo.

Viendo que la enfermedad seguía haciendo estragos en el joven, le propuso un voto a María Auxiliadora: "Si Ella te sana, dedicarás tu vida a los enfermos". Artémides hizo el voto y se sanó por completo. Desde entonces dedicó su vida a los enfermos.

En 1908 Zatti se consagró a Dios como salesiano coadjutor, y desde 1911 a 1951 se hizo el pariente de todos los pobres inmolando cuarenta años al servicio de los enfermos y, particularmente, de los más pobres en el Hospital San José de Viedma.

Su celo apostólico lo movía a visitar día y noche con su legendaria bicicleta a los enfermos de ambos poblados ribereños del río Negro: Viedma y Carmen de Patagones. Su fama de enfermero santo corrió por todo el sur, y de toda la Patagonia llegaban enfermos que él recibía gratuitamente, confiando en la Providencia que nunca le dejó faltar medicinas, alimentos y ropa para todos.

Ocho meses antes de su muerte, Zatti supo que tenía cáncer de hígado. Lo aceptó serenamente y siguió trabajando como siempre hasta que el mal lo postró en su cama.

El 15 de marzo de 1951, Don Zatti murió en el Hospital San José de Viedma rodeado del cariño y gratitud de un pueblo que comenzó a invocarlo como intercesor ante Dios. La fama de santidad se extendió rápidamente y Viedma le dedicó un monumento y la calle principal de acceso a la ciudad.


La Misericordia Divina, respuesta a las expectativas del hombre de hoy

Juan Pablo II celebra el Domingo de la Misericordia Divina

CIUDAD DEL VATICANO, 23 abril 2001 (ZENIT.org).- En la Misericordia Divina se encuentra la respuesta a las expectativas de los hombres y mujeres del nuevo milenio, creyentes y no creyentes. Lo aseguró este domingo pasado Juan Pablo II al celebrar la eucaristía un año después de la canonización de sor Faustina Kowalska, don "para toda la humanidad".

"¡La Misericordia Divina! Este es el don pascual que la Iglesia recibe de Cristo resucitado y que ofrece a la humanidad, en la aurora del tercer milenio", explicó el Papa en la homilía de la misa celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano. En ese domingo segundo de Pascua, desde el año pasado, la Iglesia católica celebra por indicación del mismo Papa el "Domingo de la Misericordia Divina".

La mensajera de la devoción a la Misericordia Divina fue una joven polaca, Faustina Kowalska fallecida a los 33 años (1905-1938). Vivió trece años de vida religiosa desempeñando humildes oficios (cocinera, jardinera y portera). En este ambiente, sin embargo, experimentó una apasionante aventura espiritual, que estuvo marcada por visiones, revelaciones, estigmas escondidos... Su experiencia mística se concentró en la consagración a la Misericordia Divina y en un lema: "Jesús en ti confío".

En la religiosa polaca, se inspiran los apóstoles de la divina misericordia, un movimiento integrado por sacerdotes, religiosos y laicos, unidos por el compromiso de vivir la misericordia en la relación con los hermanos, hacer conocer el misterio de la Misericordia Divina, e invocar la misericordia de Dios para los hombres. Esta familia espiritual, aprobada en 1996, por la archidiócesis de Cracovia, está presente hoy al menos en 30 países del mundo. Sor Faustina fue canonizada por Juan Pablo II el 30 de abril de 2000.

El obispo de Roma repitió ayer el mismo mensaje que pronunció Jesús a sus discípulos tras la resurrección: "¡No tengáis miedo!". Cristo, "que implora perdón para sus verdugos y abre de par en par las puertas del cielo a los pecadores arrepentidos" constituye un motivo de esperanza no sólo para los creyentes, sino incluso para quienes no creen.

"En Cristo, humillado y sufriendo --afirmó--, creyentes y no creyentes pueden admirar una solidaridad sorprendente, que le une a nuestra condición humana más allá de toda medida imaginable".

Su amor, que con la resurrección se muestra más fuerte que la muerte y el pecado, "se revela y se vive como misericordia en nuestra existencia cotidiana y solicita a todo hombre que tenga a su vez "misericordia" por el Crucificado".

"¿No es acaso el programa de vida de todo bautizado y de toda la Iglesia amar a Dios y amar al prójimo, incluso a los "enemigos", siguiendo el ejemplo de Jesús?", preguntó el sucesor del apóstol Pedro.

Por este motivo, la canonización de Faustina Kowalska, "testigo y mensajera del amor misericordioso del Señor", aclaró, "no sólo representa un don para Polonia, sino para toda la humanidad".

"De hecho --concluyó--, el mensaje del que fue portadora constituye la respuesta adecuada e incisiva que Dios ha querido ofrecer a las preguntas y expectativas de los hombres de nuestro tiempo, marcado por tragedias inmensas. Un día Jesús le dijo a sor Faustina: "La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a la Misericordia Divina".


El Papa indica la senda para la aprobación del Camino Neocatecumenal

Presenta el reconocimiento de unos estatutos como "requisito indispensable"

CIUDAD DEL VATICANO, 23 abril 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha tomado papel y pluma para explicar que el reconocimiento oficial y jurídico de la Iglesia católica del Camino Neocatecumenal dependerá de la aprobación de unos estatutos. Esta aprobación, añade, es competencia específica del Consejo Pontificio para los Laicos.

En una carta enviada al presidente de ese organismo vaticano, el cardenal estadounidense James Francis Stafford, con fecha del 5 de abril, el Papa destaca los frutos "preciosos" aportados en treinta años de existencia y subraya la importancia de llevar a cabo "algunos requisitos ineludibles, de los cuales depende la existencia misma del Camino".

En particular, subraya precisamente "la redacción de una precisa normativa estatutaria en vista de su reconocimiento jurídico formal". Los iniciadores del Camino comenzaron en 1997, en el Sinaí, la tarea de la redacción de los estatutos. Constituye una ardua empresa. Kiko Argüello, exponente típico del método socrático, basado en la palabra viva, quiere evitar el peligro de que el papel y las fórmulas jurídicas puedan "congelar" el frescor de espíritu que ha animado el nacimiento y la andadura del Camino.

El Camino Neocatecumenal comenzó cuando un joven español, Kiko Argüello, después de pasar por el ateísmo y sufrir una crisis existencial, decidió cambiar de rumbo, y abrazar con enorme fuerza la experiencia cristiana. En 1964, dejó todo para vivir entre los más pobres, en las barracas de Palomeras Altas, en la periferia de Madrid. En contacto con los pobres, el Señor le lleva a descubrir una síntesis teológica catequética y formará con ellos, por obra del Espíritu Santo, una comunidad que vive celebrando la Palabra de Dios y la Eucaristía. Descubre así el trípode en el que se basa la vida cristiana: Palabra, Liturgia y Comunidad. Un carisma en el que se reconocen en estos momentos un millón de católicos, repartidos entre cien naciones.

En su carta, Juan Pablo II explica: "Ya en la exhortación apostólica "Christefidelis laici" subrayaba que "ningún carisma dispensa de la relación y sumisión a los pastores de la Iglesia" y citaba cuanto está escrito al respecto en la Constitución dogmática "Lumen gentium": "El juicio acerca de su autenticidad (de los carismas) y la regulación de su ejercicio pertenece a los que dirigen la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espíritu sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno"".

El Santo Padre insiste en que el reconocimiento y la acogida de los carismas "no es un proceso fácil", que requiere "un discernimiento profundo de la voluntad de Dios y debe ser acompañado constantemente de la oración". El culmen de este proceso es "el acto oficial del reconocimiento y la aprobación de los estatutos, como regla de vida clara y segura", puntualiza.

La carta responde también implícitamente a los obispos que han preguntado a la Santa Sede cuál será la colocación jurídica del Camino Neocatecumenal. En la misiva deja claro que será el Consejo Pontificio para los Laicos el responsable de la aprobación eclesial del Camino y el encargado de darle seguimiento en el futuro.

Juan Pablo II concluye revelando que ha tomado esta decisión no sólo "por la autoridad que le compete" al Consejo de los Laicos, sino también "por la singular experiencia que posee en esta materia". "En esto se basa la esperanza de un feliz resultado del procedimiento, que entra ya en su fase conclusiva".


El Papa y el primer ministro libanés analizan la paz en Oriente Medio

El pontífice relanza las negociaciones y el respeto de las resoluciones ONU

CIUDAD DEL VATICANO, 23 abril 2001 (ZENIT.org).- En estos momentos en los que el proceso de paz parece olvidarse en Oriente Medio, Juan Pablo II recibió en la mañana de este lunes al presidente del Consejo de ministros del Líbano, Rafic Hariri, para relanzar las negociaciones y exigir el respeto de las resoluciones de la ONU.

En el encuentro con el Papa, el primer ministro libanés, de religión sunní, estuvo acompañado por su esposa y un séquito de unas quince personas, entre las que se encontraban numerosos exponentes de su gobierno.

Después de hablar cara a cara con el pontífice, el primer ministro tuvo un coloquio con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, y con el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados ("ministro" de Asuntos Exteriores de la Santa Sede).

La situación del Líbano y la dramática coyuntura que atraviesa Oriente Medio han sido los temas principales de los coloquios. Una declaración firmada por el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, al final del encuentro, revela que "la Santa Sede ha considerado oportuno subrayar, una vez más, la importancia de la reconciliación como elemento esencial para la reconstrucción humana y social del Líbano".

"Por lo que se refiere a Oriente Medio --añade--, la Santa Sede ha confirmado la necesidad de que se observe el derecho internacional y las resoluciones de la ONU, ya sea para reanudar las negociaciones ya sea para alcanzar la tan suspirada paz".

Para el Papa el Líbano no es sólo un país, es un mensaje de diálogo y colaboración entre culturas y religiones, como lo era antes de la guerra que ensangrentó sus tierras durante quince años desde 1975.

En diciembre de 1995, tuvo lugar en el Vaticano un Sínodo de Iglesia en el Líbano, cuyas conclusiones fueron recogidas por el Papa, en mayo de 1998, en la exhortación apostólica "Una esperanza nueva para El Líbano", promulgada por él mismo durante una visita pastoral a Beirut.

El Líbano cuenta con 3.578.036 habitantes, de los cuales al menos 1 millón 900 mil son católicos (según revelaba hoy Radio Vaticano). En virtud de la pluralidad de religiones presentes en el territorio libanés, la constitución de 1926, modificada en varias ocasiones, prevé un sistema que tenga en cuenta las diferentes confesiones cristianas en la atribución de los máximos cargos institucionales. El presidente de la República debe ser un cristiano maronita, mientras que el Consejo de ministros está presidido por un musulmán sunní. La presidencia de la Asamblea Nacional, por último, corresponde a un musulmán chií.