Informes Cardenales

 

Juan Pablo II nombra a los primeros cardenales del nuevo milenio

Sorprende el elevado número de arzobispos de América Latina

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II anunció este mediodía, en su tradicional encuentro dominical con los peregrinos, el nombre de los primeros cardenales creados en el tercer milenio. En la lista no faltan sorpresas.

Entre los nuevos cardenales, 11 son cercanos colaboradores del pontífice en la Curia Romana, 21 son arzobispos de importantes diócesis del mundo, y cinco han sido auténticas sorpresas.

Además, el Santo Padre ha deparado una sorpresa al elevar a la dignidad cardenalicia a cinco obispos o sacerdotes que han superado ya los ochenta años (no podrán participar en el próximo cónclave de elección del pontífice). Con este gesto, como él mismo reconoció, el obispo de Roma pretende hacer un reconocimiento de toda una vida ofrecida al servicio de la Iglesia.

A primera vista, al leer la lista de nuevos cardenales, el dato más significativo es el del elevado número arzobispos que proceden de América Latina. Por primera vez el Papa ha nombrado diez cardenales de los países evangelizados por los misioneros de la península ibérica, donde hoy se encuentra casi la mitad de la población católica del planeta.

Se trata de los argentinos Jorge María Mejía, archivista y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia y Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires; de los brasileños Geraldo Majella Agnelo, arzobispo de San Salvador da Bahía y Claudio Hummes, arzobispo de Sao Paulo; del ecuatoriano Antonio José González Zumárraga, arzobispo de Quito; del colombiano Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá; del chileno Francisco Javier Errazuriz Ossa, arzobispo de Santiago; del hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, de Ignacio Antonio Velasco García, arzobispo de Caracas; del peruano Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima.

El Papa ha nombrado, además, un cardenal de España, Francisco Alvarez Martínez, arzobispo de Toledo y primado de ese país; y dos de Portugal, el patriarca de Lisboa, José Da Cruz Policarpo, y José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Juan Pablo II ha nombrado también a tres cardenales de Estados Unidos. Dos ya eran esperados. Se trata de los arzobispos de Washington, Theodore E. McCarrick, y Nueva York, Edward Michael Egan. Además, en reconocimiento a su larga y fecunda carrera teológica, el pontífice ha elevado a la dignidad cardenalicia al sacerdote Avery Dulles, teólogo jesuita, profesor de la Fordham University de Nueva York.

La geografía del catolicismo está representada además en el colegio cardenalicio por Ivan Dias, arzobispo de Bombay (India); Desmond Connell, arzobispo de Dublín (Irlanda); Audrys Jouzas Backis, arzobispo de Vilnius (Lituania); Bernard Agré, arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil); Louis Marie Billé, arzobispo de Lyon (Francia); Severino Poletti, arzobispo de Turín (Italia); Cormac Murphy-O'Connor, arzobispo de Westminster (Gran Bretaña); y el arzobispo mayor de los sirios-malabareses de la India, Varkey Vithayathil.

Entre los nuevos cardenales de la Curia romana, se encuentran los arzobispos Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos (italiano); Francois Xavier Nguyen van Thuan, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz (vietnamita); Agostino Cacciavillan, presidente del Patrimonio de la Sede Apostólica (italiano), y Sergio Sebastiani, presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede (italiano).

Asimismo, recibirán el capelo cardenalicio los arzobispos de la Curia Romana Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación católica (polaco); Crescenzio Sepe, secretario general del comité del gran Jubileo del Año 2000 (italiano), el patriarca Ignace Moussa Idaoud, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales (sirio); Mario Francesco Pompedda, prefecto del Tribunal Supremo de la Sede Apostólica (italiano), y Walter Kasper, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (alemán).

Por lo que se refiere a las cinco "sorpresas", además del antes mencionado padre Dulles, el Papa ha creado cardenales al patriarca de Alejandría de los Coptos, Stephanos II Ghattas, quien acogió al pontífice en su peregrinación jubilar realizada a Egipto el mes de febrero pasado; del arzobispo emérito de Tours (Francia), Jean Honoré, quien desempeñó un papel importante en la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica de 1992; el sacerdote jesuita Roberto Tucci, del Comité directivo de "Radio Vaticano" y encargado de preparar los viajes internacionales del Papa; y de monseñor Leo Scheffczyk, brillante teólogo de la arquidiócesis de Munich (Alemania).

"Los nuevos purpurados --dijo el Papa al presentar a los designados-- provienen de varias partes del mundo. En sus filas se refleja muy bien la universalidad de la Iglesia con la multiplicidad de sus ministerios. Junto a prelados beneméritos por el servicio que han rendido a la Santa Sede, se encuentran pastores que gastan sus energías en el contacto directo con los fieles".

Con este nuevo grupo de cardenales, de ellos 32 con menos de 80 años, se rebasa el límite de 120 fijado por Pablo VI, por lo que en un eventual cónclave elegirían nuevo pontífice 129 purpurados.

Juan Pablo II reveló también que tiene la intención de "anunciar próximamente" los nombres de dos cardenales que él mismo se había reservado "in pectore" en el consistorio de 1998 por razones de prudencia pastoral.

El consistorio en el que el obispo de Roma creará a los nuevos cardenales tendrá lugar el próximo 21 de febrero. Será el octavo de su pontificado. 


Récord histórico de electores del Papa

La configuración del colegio cardenalicio tras el anuncio de consistorio

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- Al anunciar este mediodía la creación de 37 nuevos cardenales, Juan Pablo II ha batido el récord de la historia del número de posibles electores del obispo de Roma en caso de cónclave. En estos momentos son 128.

De este modo, cuando el pontífice cree a los nuevos cardenales el próximo 21 de febrero, se superará por 8 el límite de 120 cardenales electores que había establecido Pablo VI y que ha sido confirmado por el mismo Juan Pablo II. Ahora bien, dado que varios purpurados cumplirán en los próximos meses los ochenta años (a esa edad dejan de participar en el cónclave), esta anomalía no tardará en superarse.

Los nuevos purpurados creados hoy por Juan Pablo II son siete italianos (uno no elector), tres estadounidenses (uno no elector), dos portugueses, dos argentinos, dos brasileños, dos indios, dos franceses (uno no elector), dos alemanes (uno no elector). El resto de los países representados entre los nuevos cardenales con un sólo miembro son España, Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Honduras, Venezuela, Vietnam, Polonia, Siria, Irlanda, Lituania, Costa de Marfil, Gran Bretaña, Egipto (este último no es elector).

Cuando se celebre el nuevo consistorio, en la Iglesia católica habrá 178 cardenales (además de "dos impectore", cuyo nombre todavía no ha sido revelado por Juan Pablo II). 128 serán electores en un posible cónclave (50 habrán cumplido ochenta años, en ese mismo día lo hará el cardenal Antonio Javierre).

De ellos, 1 ha sido creados por Juan XXIII, 23 creados por Pablo VI , y 154 por Juan Pablo II (además de los dos "in pectore").

Los cardenales más ancianos son Corrado Bafile (1903), Franz Köening (1905) y Giuseppe Maria Sensi (1907). Los más jóvenes son Vinko Puljic (1945), Christoph Schönbron (1945), Crescenzio Sepe (1944).

En el siglo XX han entrado en el colegio cardenalicio 583 eclesiásticos de 79 países del mundo. Desde el siglo XII, cuando los Papas hicieron estable el colegio, el total de cardenales es de unos tres mil. El cardenal más joven del siglo XX fue el arzobispo de Praga, Leone de Skrebensky (creado a los 38 años y 4 días), seguido por el secretario de Estado Rafael Merry del val (38 años y 29 días). El cardenal más anciano en el momento de su nombramiento en el siglo pasado fue el albanés Mikel Koliqi (92 años), seguido del teólogo jesuita Yves Congar (91).

Entre los cardenales del siglo XX tres son venerados como beatos: el arzobispo de Milán Ildefonso Schuster, el de Sevilla Marcelo Spinola y Maestre, y el de Zagreb Alojzije Stepinac.

Al menos, doce cardenales del siglo pasado se encuentran en causa de beatificación: Josef Beran, Emile Biayenda, Terence Cooke, Elia dalla Costa, Rafael Merry del Val, Clemens August von Galen, Ángel Herrera y Oria, August Hlond, Jozsef Mindszenty, Carlo Raffaello Rossi, Joseph Slipy e Stefan Wyszynski.

El último cardenal laico de la historia fue nombrado por Pío IX, en 1858. Era un jurista romano Teodolfo Mertel, autor del Estatuto del Estado Pontificio. Actualmente para ser cardenal se requiere ser al menos sacerdote. Juan XXIII estableció que los cardenales sean obispos, de modo que tras su nombramiento, estos sacerdotes son consagrados obispos.

Los nombramientos "in pectore", que no revela el Papa, se deben en general a razones de prudencia. Pablo VI, por ejemplo, en 1976, consideró "in pectore" al cardenal Tomasek de Praga, por la situación política de la entonces Checoslovaquia, bajo el régimen comunista. Juan Pablo II, en 1979, había creado "in pectore" al cardenal chino Kung Pin-Mei. Reveló su nombre en 1991.

Toda la información sobre el colegio cardenalicio hasta el día de hoy la puede consultar en http://www.catholic-pages.com/hierarchy/cardinals_list.asp


Los 37 nuevos cardenales de la Iglesia

Lista completa revelada hoy por Juan Pablo II

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II anunció en este mediodía el nombre de los próximos cardenales que él mismo creará en el próximo consistorio que tendrá lugar el próximo 21 de febrero.

Ofrecemos a continuación la lista completa.

1. Monseñor Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos. 
2. Monseñor Francois Xavier Nguyen Van Thuan, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz. 
3. Monseñor Agostino Cacciavillan, presidente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede. 
4. Monseñor Sergio Sebastiani, presidente de la Prefectura de la Santa Sede para Asuntos Económicos. 
5. Monseñor Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica. 
6. Monseñor Jose Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. 
7. Monseñor Crescenzio Sepe, secretario general del Comité para el Gran Jubileo. 
8. Monseñor Jorge María Mejía, archivista y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia. 
9. Patriarca Ignace Moussa I Daoud, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. 
10. Monseñor Mario Francesco Pompedda, prefecto del Tribunal Supremo de la Iglesia. 
11. Monseñor Walter Kasper, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y obispo emérito de Rottenburg-Stuttgart. 
12. Monseñor Antonio José González Zumárraga, arzobispo de Quito, Ecuador. 
13. Monseñor Ivan Dias, arzobisp de Bombay, India. 
14. Monseñor Geraldo Majella Agnelo, arzobispo de San Salvador da Bahía, Brasil. 
15. Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá, Colombia. 
16. Monseñor Theodore E. McCarrick, arzobispo de Washington (EE. UU.). 
17. Monseñor Desmond Connell, arzobispo de Dublín, Irlanda. 
18. Monseñor Audrys Juozas Backis, arzobispo de Vilnius, Lituania. 
19. Monseñor Francisco Javier Errazuriz Ossa, arzobispo de Santiago, Chile. 
20. Monseñor Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras. 
21. Monseñor Bernard Agre, arzobisp de Abidjan, Costa de Marfil. 
22. Monseñor Louis-Marie Bille, arzobispo de Lyon, Francia.
23. Monseñor Ignacio Antonio Velasco García, arzobispo de Caracas, Venezuela. 
24. Monseñor Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima, Perú. 
25. Monseñor Francisco Alvarez Martínez, arzobispo de Toledo, España. 
26. Monseñor Claudio Hummes, arzobispo de Sao Paulo, Brasil. 
27. Monseñor Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los siro-malabares, India. 
28. Monseñor Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, Argentina. 
29. Monseñor José Da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa, Portugal. 
30. Monseñor Severino Poletto, arzobispo de Turín, Italia.
31. Monseñor Cormac Murphy-O'Connor, arzobispo de Westminster, Gran Bretaña. 
32. Monseñor Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York. 
33. Stephanos II Ghattas, patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto). 
34. Monseñor Jean Honoré, arzobispo emérito de Tours, Francia. 
35. Reverendo Roberto Tucci, oficial de Radio Vaticano y encargado de preparar los viajes internacionales del Papa. 
36. Monseñor Leo Scheffczyk, teólogo de la arquidiócesis de Munich, Alemania. 
37. Reverendo Avery Dulles, teólogo, profesor de la Fordham University, Nueva York.


Cardenales "hasta el derramamiento de la sangre"

Historia e identidad del colegio cardenalicio

CIUDAD DEL VATICANO, 22 enero 2001 (ZENIT.org).- Con el consistorio del 21 de febrero, anunciado ayer, Juan Pablo II completará el número de sedes vacantes en los "escaños" de electores del Papa en un futuro cónclave.

Históricamente, cuando la Iglesia tenía poder temporal, se les conocía con el apelativo de "príncipes de la Iglesia". De hecho, después del título de Papa, el de mayor dignidad en la Iglesia católica es el de cardenal, que ya fue reconocido durante el pontificado de Silvestre I (314-335).

El término viene de la palabra latina "cardo", que equivale a quicio, gozne sobre el cual gira una puerta o ventana. La creación de cardenales se lleva a cabo por decreto del obispo de Roma quien toma esta decisión en plena libertad.

Los cardenales son conocidos también con el nombre de "purpurados", en referencia al color púrpura de la birreta que reciben del Papa en el consistorio. Birreta del color de la sangre, como dice el mismo rito de esa ceremonia, "para significar que deben estar dispuestos a portarse con fortaleza, hasta el derramamiento de la sangre, por el incremento de la fe cristiana, por la paz y la tranquilidad del Pueblo de Dios y por la libertad y la difusión de la Santa Iglesia Romana".

Al principio, el título de cardenal se atribuía genéricamente a las personas al servicio de una iglesia o diaconía, reservándolo más tarde a los responsables de las iglesias titulares "tituli cardinales" de Roma y de las iglesias m s importantes de Italia y del extranjero. Desde el papa Nicolás II en 1059 y gradualmente hasta 1438 con el papa Eugenio IV, este título adquirió el prestigio que lo caracteriza hoy. El Colegio Cardenalicio fue instituido en su forma actual en 1150.

Los cánones 349 a 359 describen las funciones del Colegio. El canon 349 dice: "Los Cardenales de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio especial cuya responsabilidad es proveer a la elección del Romano Pontífice, de acuerdo con la norma del derecho peculiar; también los Cardenales asisten al Romano Pontífice, colegialmente --cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia--, o personalmente, mediante las distintas funciones que desempeñan, ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal".

Desde 1059, los cardenales han sido los únicos electores del Papa, a quien eligen en cónclave. Pablo VI estableció que los cardenales que han superado los ochenta años no puedan participar en el cónclave, de manera que sólo son electores del obispo de Roma los que todavía no han alcanzado esa edad.

Las últimas normas sobre la celebración del cónclave han sido emanadas por Juan Pablo II en la constitución apostólica "Universi Dominici gregis", del 22 de febrero de 1996. Ahí se establece que el número máximo de los miembros electores del colegio cardenalicio es de 120. Ahora bien, Juan Pablo II, por segunda vez, superará en el próximo consistorio esta norma, pues el número de los electores aumentará a 128. Ahora bien, dado que varios cardenales cumplirán pronto los ochenta años, la excepción no durará mucho tiempo.

Durante el período de "sede vacante" --de la Sede Apostólica-- el Colegio Cardenalicio desempeña una importante función en el gobierno general de la Iglesia y, tras los Pactos Lateranenses de 1929, también el gobierno de la Ciudad del Vaticano. Cuenta con un decano y un camarlengo, que administra los bienes de la Iglesia cuando la Sede de Pedro está vacante.

Los requisitos para ser elegidos cardenales son, más o menos, los mismos que estableció el Concilio de Trento en su sesión XXIV del 11 de noviembre de 1563: hombres que han recibido la ordenación sacerdotal y se distinguen por su doctrina, piedad y prudencia en el desempeño de sus deberes. Los elegidos que todavía no son obispos deben recibir la consagración episcopal, según estableció Juan XXIII.

Como consejeros del Papa, los cardenales actúan colegialmente a través de los consistorios, que convoca el pontífice y se desarrollan bajo su presidencia. Los consistorios pueden ser ordinarios o extraordinarios. En el consistorio ordinario se reúnen los cardenales presentes en Roma, otros obispos, sacerdotes e invitados especiales.

El Papa convoca estos consistorios para hacer alguna consulta sobre cuestiones importantes o para dar solemnidad especial a algunas celebraciones. Al consistorio extraordinario son llamados todos los cardenales y se celebra cuando lo requieren algunas necesidades especiales de la Iglesia o asuntos de mayor gravedad.

A los cardenales se les da el tratamiento de "eminencia".


La internacionalización del colegio cardenalicio se consuma

Aumenta decisivamente el número de cardenales americanos electores

CIUDAD DEL VATICANO, 22 enero 2001 (ZENIT.org).- La internacionalización del colegio de los cardenales promovida por los Papas particularmente a partir de la segunda mitad del siglo XX ha encontrado en el consistorio, que ayer anuncio Juan Pablo II, su expresión más clara.

De los 178 cardenales que hay en la actualidad, 154 han sido creados por el actual pontífice.

En caso de cónclave, en estos momentos, 54 países estarían representados. Menos de la mitad de los cardenales electores (es decir, con menos de ochenta años) son de origen europeo. De los 128 purpurados que, en caso de cónclave deberían elegir ahora al obispo de Roma, 60 son del viejo continente, 12 de África, 4 de Oceanía, 13 de Asia y 39 de América.

Del mismo modo que el número de los católicos ha ido creciendo de manera imparable en el "nuevo mundo" (en ese continente se encuentra casi la mitad de los católicos del planeta), así también ha ido creciendo el número de cardenales bautizados en esas tierras.

El país con el mayor número de cardenales en América es Estados Unidos, que cuenta con once cardenales electores. Norteamérica, además, cuenta con dos cardenales electores en Canadá. Brasil es el segundo país con 7 cardenales electores, seguido por Colombia (3 cardenales electores), México (3), Argentina (2), Chile (2).

Con los diez cardenales electores latinoamericanos nombrados ayer por Juan Pablo II, todo el centro y el sur del "continente de la esperanza" prácticamente cuenta con un representante en un futuro cónclave.

Si bien el número de italianos del colegio cardenalicio ha disminuido en las últimas décadas de manera impresionante, los siete nuevos purpurados nombrados ayer (el padre Roberto Tucci no será elector, pues está a punto de cumplir los ochenta años) hacen que el número de los cardenales electores de ese país en estos momentos ascienda a 24.

Hasta antes de Pío XII, los cardenales italianos eran más de la mitad (en aquella época todos eran electores). Con Pablo VI este porcentaje disminuyó a una tercera parte.

Según explica en las páginas de "Il Corriere della Sera", en su edición de hoy, el historiador Giorgio Rumi, el Papa no sólo ha nombrado muchos cardenales de América Latina por motivos de "cantidad de audiencia".

"Yo considero que es signo de una máxima atención a una amplia área latina, católica, hoy por hoy democrática, con una Iglesia que a veces es progresista, pero siempre fiel --explica el catedrático de historia y frecuente articulista de "L'Osservatore Romano"--. Es un reconocimiento a la historia pasada y presente de este mundo en forma de pirámide que tiene su vértice en España y Portugal, pero su base allá abajo. Y también allá arriba: el español es el segundo idioma de Estados Unidos".

Entonces, ¿podría haber un Papa del continente americano? Rumi responde a la provocadora pregunta del periodista: "Son suposiciones y cálculos electorales divertidos para quien está afuera. En realidad, lo más bello de la Iglesia es, sin duda, su variedad para escoger. Y con frecuencia su carácter imprevisible".

En este sentido, recuerda casos como el de Juan XXIII que elegido con más de 76 años cambió decisivamente la historia de la Iglesia con el Concilio Vaticano II, o Juan Pablo II. "¿Quien lo hubiera dicho?", pregunta refiriéndose a la elección de este último. 


Los cardenales de Juan Pablo II

154 cardenales vivientes han sido creados por este pontífice

CIUDAD DEL VATICANO, 22 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebrará el próximo 21 de febrero su octavo consistorio de creación de nuevos cardenales. Será el más numeroso.

De los 178 cardenales que hay en la actualidad, 154 han sido creados por el actual pontífice. Los demás (23) fueron creados por Pablo VI y uno por Juan XXIII.

El primero convocado por Juan Pablo II fue anunciado el 26 de mayo de 1979 y tuvo lugar el 30 de junio de ese año, día siguiente a la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo. El anuncio, a diferencia de todos los siguientes, no fue dado verbalmente por el Papa, sino publicado por escrito.

En aquel Consistorio fueron elevados a la púrpura cardenalicia 15 prelados, de los cuales uno "in pectore" (es decir sin revelar su nombre). Se trataba del obispo de Shangai, el chino Ignatius Gong Ping-mei, cuya creación cardenalicia fue publicada por el Papa el 28 de junio de 1991.

En aquel primer Consistorio, incluyendo al cardenal "in pectore", eran 10 europeos, 3 asiáticos y 2 americanos. Entre los nombres de mayor relieve estaban: el secretario de Estado, Agostino Casaroli; Marco Cé, patriarca de Venecia; Roger Etchegaray, entonces arzobispo de Marsella; y Franciszek Macharski, arzobispo de Cracovia.

El segundo Consistorio fue anunciado durante la audiencia general del 5 de enero de 1983 y se llevó a cabo el 2 de febrero siguiente, fiesta litúrgica de la Presentación del Señor. En tal circunstancia fueron distinguidos con el capelo cardenalicio 18 eminentes personalidades del mundo eclesial: arzobispos y obispos de los cinco continentes: 2 de Africa, 3 americanos, 2 asiáticos, 10 europeos y 1 de Oceanía.

Entre los nombres más conocidos de este segundo consistorio de Juan Pablo II, figuraron: Carlo Maria Martini, arzobispo de Mil n; Josef Glemp, arzobispo de Gniezno y Varsovia; Alfonso López Trujillo, arzobispo de Medellín; Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París; y el padre Henri De Lubac, jesuita, insigne teólogo francés.

El tercer Consistorio de este pontificado fue también anunciado durante una audiencia general, el 24 de abril de 1985 y realizado el 25 de mayo del mismo año, día de Pentecostés. Recibieron la púrpura cardenalicia, en 1985, 28 prelados de cuatro continentes: 17 europeos, 7 americanos, l3 asiáticos, y 1 africano.

Entre los nombres de aquel consistorio se recuerdan: Juan Francisco Fresno Larrain, arzobispo de Santiago de Chile; Miguel Obando Bravo, arzobispo de Managua; Miroslav Ivan Lubachivsky, arzobispo mayor de los Ucranios; John Joseph O'Connor, arzobispo de Nueva York; Giacomo Biffi, arzobispo de Bolonia; Paul Poupard, actual presidente del Consejo Pontificio para la Cultura; y Silvano Piovanelli, arzobispo de Florencia.

El cuarto consistorio fue anunciado el 29 de mayo de 1988, solemnidad de la Santísima Trinidad, al término de la Misa en la Basílica de San Pedro, y se llevó a cabo el 28 de junio de ese año, vigilia de la festividad de los santos Pedro y Pablo. Fueron electos 25 nuevos cardenales. Estaba en pleno desarrollo el Año Mariano y los nuevos purpurados pertenecían 12 a Europa, 6 a América, 4 a Asia, 2 a Africa y 1 a Oceanía.

Entre los elevados a la púrpura cardenalicia en este Consistorio figuran: Eduardo Martínez Somalo, entonces sustituto de la Secretaría de Estado; Lucas Moreira Neves, arzobispo de San Salvador de Bahia; Michele Giordano, arzobispo de Nápoles, y el gran teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, que murió repentinamente dos días antes de recibir la púrpura.

En el quinto Consistorio, anunciado durante la audiencia general del 29 de mayo de 1991 y efectuado el 28 de junio siguiente, Juan Pablo II creó 22 nuevos cardenales: 6 de la Curia Romana, 14 obispos residenciales, 1 diplomático, y una personalidad eclesial de gran relieve, el jesuita Paolo Dezza, confesor de Pablo VI.

Se trataba, entre otros, del actual secretario de Estado, Angelo Sodano; el fallecido Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires; Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo y Primado de América; Pío Laghi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica; los heroicos arzobispos de Alba Julia en Rumania, Alexandru Todea, y de Nitra en Eslovaquia, Jan Corek; y el actual vicario de Roma, Camilo Ruini.

El sexto Consistorio de la serie del actual Pontífice, fue anunciado en el "Angelus" del 30 de octubre de 1994 y se efectuó el 26 de noviembre del mismo año, con la creación de 30 nuevos cardenales: 15 europeos, 9 americanos, 4 asiáticos y 2 africanos; entre ellos 22 prelados residenciales, 4 de la Curia Romana, 1 diplomático y 3 personalidades eclesiales de relieve: los dos teólogos expertos conciliares, el dominico Yves Congar, y el jesuita Alois Grillmeyer, y el heroico sacerdote albanés Mikel Koliqi.

Entre los otros m s famosos; el arzobispo de Sarajevo, Vinko Puljic; el de Minsk, en Bielorrusia, Kazimierz Swiatek; el de Praga, en la República Checa, Miloslav Vlk; el arzobispo de La Habana, Jaime Lucas Ortega y Alamino; el mercedario Carlos Oviedo Cavada, arzobispo de Santiago de Chile; el arzobispo de Lima, Augusto Vargas Alzamora; y el patriarca libanés maronita Nasrallah Pierre Sfeir.

En el séptimo Consistorio, anunciado en enero de 1998 y realizado el 21 de febrero del mismo año, se crearon 20 cardenales procedentes de 13 países de América, Europa, Asia y Africa, y el Papa se guardó "in péctore" el nombramiento de dos prelados, que, según afirmó ayer el Papa, pronto revelará.

En la lista se hallaba el nombre de monseñor Giuseppe Uhac, secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, pero falleció en la mañana del mismo día en que Juan Pablo II hizo el anuncio.

Entre otras personalidades, recibieron la púrpura cardenalicia el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, James Francis Stafford; el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el arzobispo de Génova, Dionigi Tettamanzi; el arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera, y el titular del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, Giovanni Cheli.


El padre Avery Dulles, de la modesta sotana al rojo púrpura

Teólogo jesuita, hijo del secretario de Estado de Eisenhower

NUEVA YORK, 22 enero 2001 (ZENIT.org).- El padre Avery Dulles se preguntaba ayer, una vez hecho público su nombramiento como cardenal por parte de Juan Pablo II, cómo equilibrar su modesta sotana de estudioso jesuita con el ropaje ceremonial de su nuevo papel como purpurado de la Iglesia.

El padre Dulles es, sin duda, una de las sorpresas del anuncio de los nuevos 37 cardenales que Juan Pablo II creará en el próximo consistorio del 21 de febrero próximo. Una sorpresa que ha creado amplio eco en su país natal, Estados Unidos. El "New York Times", por ejemplo, ha dedicado hoy un interesante artículo a este personaje firmado por Robert D. McFadden..

Vástago de un conocida familia diplomática --hijo de John Foster Dulles, secretario de Estado de Eisenhower-- y destacado teólogo católico ha tenido que afrontar muchos desafíos en sus 82 años, desde el testimonio en tiempos de agnosticismo hasta la relación entre el dogma y el ecumenismo en un mundo cada vez más secularizado. Es el primer teólogo estadounidense que llega al cardenalato directamente sin haber tenido una responsabilidad pastoral.

"Ser nombrado cardenal no es solamente un honor sino por muchos motivos es también un desafío --dijo ayer el padre Dulles en una rueda de prensa en Manhattan--. A mi relativamente avanzada edad, tendré que intentar aprender cómo comparecer en una ceremonia cardenalicia. Estoy mucho más acostumbrado a mis modos informales y plebeyos".

Actualmente profesor de religión y sociedad en la Fordham University, en el Bronx, el teólogo jesuita ha dicho que su nombramiento es "sobre todo honorario" ya que tiene dos años más del límite de edad para ser elector de un nuevo Papa. Mientras llega la ceremonia de creación de los nuevos cardenales, indicó que seguirá escribiendo, enseñando y leyendo. Es autor de 21 libros y 650 artículos y ensayos en su mayor parte de teología.

Ha enseñado en tres universidades estadounidenses, ha sido profesor visitante en otros 15 centros universitarios, ha recibido 21 doctorados "honoris causa" y muchos premios en Educación y Teología.

El padre Dulles --subraya el articulista del "New York Times"-- ha empleado gran parte de sus energías como profesor a explicar las reformas postconciliares y la misión del papado, que siempre ha defendido. Ha sido una voz que ha comunicado el pensamiento de la Iglesia en un país, donde muchos católicos e incluso sacerdotes han cuestionado la posición del pontífice en temas como el aborto, el control de natalidad, el celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres, entre otros.

Otra faceta interesante de la biografía del padre Dulles es que es un converso al catolicismo. Su padre era presbiteriano y su abuelo un teólogo liberal presbiteriano. Y no le falta una pizca de intriga en la componente familiar: su tío, Allen Dulles, dirigió las labores de espionaje durante la II Guerra Mundial y posteriormente estuvo al frente de la CIA. Otros antecesores, antes que su padre, llegaron también a la cima de la carrera diplomática en Estados Unidos.

Estudió en escuelas de Nueva York, Suiza e Inglaterra, no estrictamente presbiterianas. "Nunca fui muy protestante", subrayaba ayer. Cuando entró en la Universidad de Harvard, en 1936, se confesaba agnóstico y se convirtió al catolicismo en 1940.

Reconoce que su conversión causó un auténtico shock a su familia y amigos pero, confiesa, "es la mejor decisión que hice en mi vida". Indicó que su padre, gradualmente, empezó a respetar a los católicos, especialmente cuando se entrevistaba con ellos de manera oficial. Tras su graduación universitaria, prestó servicios de inteligencia en la reserva naval y en 1945 fue condecorado por su trabajo de comunicación con la Armada Naval francesa. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1946 y fue ordenado sacerdote en 1956 por el cardenal Francis Spellman de NuevaYork.

Ente sus publicaciones más destacadas, están los libros: "Models of the Church" (Doubleday, 1974), "A Church to Believe In: Discipleship and the Dynamics of Freedom" (Crossroad, 1982), y "The Reshaping of Catholicism" (Harper & Row, 1987).