Santa Sede

Santo Tomás Moro, proclamado por el Papa patrón de los políticos y los gobernantes

Cardenal Etchegaray: «Un hombre que dió la vida por fidelidad a su conciencia»

CIUDAD DEL VATICANO, 26 oct (ZENIT.org).- Esta mañana, en la Sala de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la rueda de prensa de presentación de la proclamación por parte de Juan Pablo II de Santo Tomás Moro como patrono de los gobernantes y de los políticos. Estuvieron presentes el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité Central del Gran Jubileo del Año 2000, el senador Francesco Cossiga, del Senado de la República Italiana; lord David Alton, de la Cámara de los Lores (Gran Bretaña) y la senadora Ombretta Fumagalli Carulli, presidenta del Intergrupo Parlamentarios por el Jubileo.

El cardenal Etchagary, en su intervención, indicó que al aproximarse el Jubileo de cuantos tienen responsabilidades políticas, «es un gran regalo que Juan Pablo II les ofrece, señalando como patrono celeste a Santo Tomás Moro, un patrono de tanta altura, a la medida de todos aquellos que deben gestionar la cosa pública».

Ha recordado que este gesto ha sido sugerido al Papa por hombres y mujeres de todo horizonte político de varios continentes. Entre los motivos que le han hecho asentir a su petición, Juan Pablo II subraya que «fue justamente en la defensa de los derechos de la conciencia donde el ejemplo de Tomás Moro brilló con luz intensa» .Y añade que su iniciativa está «en plena sintonía con el espíritu del Gran Jubileo que nos inserta en el tercer milenio cristiano».

El cardenal Etchegaray ha recordado la biografía del santo del que el Papa Pío XI dijo cuando lo canonizó, en 1935, «¡Qué hombre completo!».

«Todos, los anglicanos y los católicos --añadió el cardenal-- han visto en él, en primer lugar, no sólo un santo sino un héroe de la conciencia y un mártir de la fe. Y los hombres políticos, cualquiera que sea su creencia o increencia, lo han considerado como uno de los más grandes representantes de las tradiciones jurídicas de las que Inglaterra está, con buen derecho, orgullosa».

La proclamación del Papa, indicó el cardenal «quiere recordar (a los políticos y gobernantes) la prioridad absoluta de Dios hasta en medio de los asuntos públicos. En un tiempo de eclipse de la conciencia, el Papa nos muestra a todos nosotros un hombre que ha preferido la muerte a la vida por fidelidad a su conciencia, a una conciencia que no ha cesado de iluminar a la luz de Dios y de los consejos de los sabios, lejos de todo fanatismo y subjetivismo».

«No es fácil --afirmó el cardenal Etchegaray-- hacer el elogio de la conciencia y testimoniar su valor supremo; porque exige cuidados constantes de formación, de maduración para que el hombre descubra “la presencia de una ley que no se ha dado a sí mismo y a la que debe obedecer (Gaudium et Spes", n. 16). Cuando se leen las cartas conmovedoras escritas en prisión por Tomás Moro, comprendemos mejor hasta qué punto la obligación de conciencia, que había puesto frente a todas las autoridades preestablecidas, emergía de su santidad. Al descubrirlo e imitarlo, cada uno de nosotros se sentirá más hombre porque más llamado a la santidad, más libre porque más desprendido de todo, más alegre porque más amoroso hacia todos».


Capilla papal por el 50 aniversario de la definición dogmática de la Asunción

El próximo 1 de noviembre en la Basílica Vaticana

CIUDAD DEL VATICANO, 26 oct (ZENIT.org).- El próximo miércoles 1 de noviembre, Solemnidad de todos los Santos, en el 50 aniversario de la definición dogmática de la Asunción de la Beata Virgen María, «día de gracia y de alegría para toda la Iglesia», indica la Oficina vaticana para las celebraciones litúrgicas, el Santo Padre Juan Pablo II presidirá, a las 10 horas, en el altar mayor de la Basólica Patriarcal Vaticana, la concelebración de la santa Misa con los miembros del Colegio Cardenalicio.


La Eucaristía, anticipo del futuro de Dios

El Papa saludó de manera especial a los pizzeros venidos de todo el mundo

CIUDAD DEL VATICANO, 25 oct (ZENIT org).- Una multitud de excepción y palabras de aprecio hacia la pizza por parte del Santo Padre en la Audiencia General de esta mañana. Hablando 50.000 fieles reunidos bajo el cielo plúmbeo de la plaza de San Pedro, Juan Pablo II ha recordado su «actividad profesional tan apreciada». Estaban presentes pizzeros no sólo italianos sino de todo el mundo.

«Amadísimos, mientras os agradezco vuestra participación tan numerosa --ha dicho el Papa, que a veces parecía fatigado-- aseguro mi oración por vuestras familias y por vuestra característica actividad profesional tan apreciada». Y los pizzeros, que han inventado una pizza para la ocasión, a base de flor de calabacín, pimientos amarillos y mozzarella de búfala, que recuerda el blanco y el amarillo del escudo papal, han respondido con un largo aplauso al saludo del Papa. Al acabar la audiencia, han llevado al Papa una estufa de cobre para mentener caliente la pizza, característicos platos de porcelana y un cortador de madera decorado.

En la audiencia estaban también los agentes financieros, fieles de San José Jato y cocineros provenientes de Lucca, con los tradicionales gorros blancos, entre los peregrinos italianos y extranjeros presentes en la plaza con pancartas que decían «Viva el Papa».

El Papa ha recordado el aniversario, sábado 28 de octubre, de la elección al papado del Papa Roncalli, beatificado por él el pasado 3 de septiembre, y pasado a la historia, ha añadido, «como el Papa de la bondad», el «Papa bueno». El Papa ha auspiciado que «el recuerdo de Juan XXIII ayude a los jóvenes a ser testigos valientes de Cristo en el empeño cotidiano, sostenga a los enfermos en la calurosa acogida de la voluntad de Dios, y sea para los nuevos esposos ánimo constante a construir una familia acogedora y abierta al don de la vida».

En el curso de la catequesis ha recordado a los fieles el valor de la Eucaristía, «participación en la vida de Dios que es eterna y vence a la muerte».

«En la liturgia terrena participamos, pregustándola, en la celeste» ha dicho Juan Pablo Ii, recordando el Concilio Vaticano II y Santo Tomás de Aquino que hablan de este sacramento como de prenda de la gloria futura. «La comunión con Cristo que ahora vivimos mientras somos peregrinos y viandantes en los caminos de la historia --ha dicho el Papa-- anticipa el encuentro supremo del día en que nosotros seremos semejantes a él, porque lo veremos como él es»

Ha recordado el sentido profundo del maná dado por Dios en las estepas del Sinaí, «alimento de los ángeles», capaz de procurar toda delicia y satisfacer todo gusto, manifestación de la dulzura (de Dios) hacia sus hijos. «Será Cristo mismo quien ilumine este significado espiritual de la vivencia del Exodo. Es él quien nos hace gustar en la Eucaristía el doble sabor del alimento del peregrino y alimento de la plenitud mesiánica en la eternidad», ha añadido Juan Pablo II.

Y ha concluido: «A esta luz --como decía sugestivamente un teólogo ruso, Sergej Bulgakov-- “la liturgia es el cielo sobre la tierra»” Por esto en la Carta Apostólica Dies Domini, retomando las palabras de Pablo VI, he exhortado a los cristianos a no descuidar “este encuentro, este banquete que Cristo nos prepara en su amor. ¡Que la participación en él sea al mismo tiempo dignísima y alegre! Es el Cristo, crucificado y glorificado, quien pasa en medio de sus discípulos, para arrastrarlos juntos en la renovación de su resurrección. Es el culmen, aqui abajo, de la alianza de amor entre Dios y su pueblo: signo y fuente de alegría cristiana, etapa de la fiesta eterna”»


Los artesanos de la pizza no han querido perderse el Jubileo

Colaborarán con la Asociación Peter Pan para los niños enfermos de cáncer

CIUDAD DEL VATICANO, 25 oct (ZENIT.org).- Los descendientes de aquél Raffaele Esposito, de la pizzería Brandi que en Nápoles, a finales del siglo XIX, creó la «Pizza Margarita», en honor de la mujer del rey Umberto I, estarán hoy con el Papa en la conclusión del Jubileo de los pizzeros.

Los artesanos de la pizza no han querido faltar al Jubileo, que están celebrando desde ayer y para el que aumentarán su colaboración con la Casa de Peter Pan, una asociación para los niños enfermos de cáncer que trabaja en colaboración con el hospital romano del Niño Jesús. El Jubileo de los pizzeros fue presentado a la prensa en el Centro de Prensa del Jubileo por el historiador Mario Folliero, el presidente de la Asociación de las Pizzerías italianas Angelo Iezzi y por Walter Botrugno, de la Asociación Nacional de Pizzeros y Restauradores. Para la ocasión Ombretta Boncompagni Ludovisi ha presentado su Guía de las pizzerías italianas.

Hoy, los pizzeros se presentan en la audiencia papal llevando en regalo a Juan Pablo II una antigua estufa napolitana, un portapizzas de cobre y un cortador de pizza decorado. Tras la audiencia, una Misa y desde las 18 horas en adelante, en Castel Sant’Angelo, ofrecen pizza a todos las personas que quieran participar.

Mario Folliero ha defendido con decisión la «paternidad» napolitana de la pizza, reconstruyendo el nacimiento de esta torta, en el siglo XVIII, en las casas de los pobres napolitanos, donde las madres con un poco de harina y levadura natural, añadiéndole las sobras, desde el queso al brócoli o la salchicha, inventaron la pizza.

La fama de este pan sazonado para pobres se difundió, tanto que la reina Margarita, en visita a Capodimonte, pidió probarla y Rafaelle Esposito, inspirado por un cubo de mozzarella, creó por primera vez la «Pizza Margarita».

Marisa Barragano Fasanelli, de la Casa de Peter Pan, anunció la reciente apertura de una casa con jardín junto al Hospital del Niño Jesús, donde los niños en terapia oncológica pueden vivir una vida normal, haciendo las curas en hospital de día y viviendo con los propios familiares. Los pizzeros han contribuido a la iniciativa también con el ofrecimiento de pizza para todos los pequeños huéspedes.

Por último Walter Botrugno ha anunciado el compromiso de los pizzeros en la realización de un tipo especial de pizza, sin gluten, para evitar los problemas de intolerancia al gluten de los enfermos celíacos.

«La pizza tiene la forma de una gran hostia». Lo recuerdan, para testimoniar la «sacralidad» de su trabajo, los pizzeros que hoy pasarán la Puerta Santa. «La pizza es pan amasado a menudo en casa por quien no tiene la posibilidad de compráselo en la tienda y por tanto está al alcance de todos, en suma une a las familias», ha explicado Mario Folliero.

Por su parte, el padre Giuseppe Gagliano, ilustra el mesaje espiritual que el «Jubileo de los Pizzeros» quiere transmitir a la humanidad entera, empezando por los clientes que llenan los miles de negocios de la Asociación de Pizzerías italianas: «Al hombre, cogido por los ritmos frenéticos de la vida, del deseo de éxito, de beneficio, queremos ofrecer la ocasión de pararse un momento y reflexionar».

«A través de Internet (www.pizza.it) --asegura el presidente de la API, Luigi Iezzi-- la cita ha llegado a lugares lejanísimos, tanto que ha convocado a pizzeros de todas partes del mundo: desde Turquía a América, desde Alemania a Australia, desde Suecia a Japón. Han venido a Roma también para trabajar como voluntarios en la preparación de 50.000 porciones de pizza distribuidas a todos los mendigos y pobres de Roma y a los peregrinos que llegan en estos día a encontrarse con el Papa».

Estos dos días, un «Pizzabus» se encarga de llevar la pizza a los comedores de la Caritas antes de situarse ante Castel Sant”Angelo para servir a los peregrinos que compartiran la cita jubilar. Los fondos recogidos en esta ocasión serán entregados a la Asociación Peter Pan.


«El deporte tiene una gran necesidad del Jubileo»

Habla Valerio Bianchini, entrenador italiano de baloncesto

CIUDAD DEL VATICANO, 25 oct (ZENIT.org).- El domingo 29 de octubre se celebra el Jubileo de los Deportistas. A este própósito, Valerio Bianchini, uno de los entrenadores de más éxito del baloncesto italiano, afirma, en una entrevista del diario «Avvenire», que «el deporte verdadero es alegría, amistad, espíritu de sacrificio y transmisión de valores altamente formativos para un joven. Nada que ver con el divismo y la desenfrenada carrera por el dinero, el éxito a toda costa, en que se ha transformado hoy».

Por este motivo, «el deporte, como toda actividad humana, tiene una gran necesidad del Jubileo. Y tendríamos todos necesidad de que el domingo 29, más allá de la celebraciòn del acontecimiento y de sus protagonistas, llegase fuerte y claro el mensaje que nadie mejor que la Iglesia puede dar», añade Bianchini.

Indica el entrenador que «como la gran parte de los chavales de la generación crecida en la postguerra, he dado mis primeros pasos en la parroquia. Recuerdo todavía con qué atención se ayudaba a misa y se escuchaban las palabras del vicepárroco que recomendaba lealtad y respeto entre todos nosotros antes de salir al campo a jugar. ¡Cuánto han contado aquellas enseñanzas en mi relación con el deporte».

Respecto al baloncesto, Bianchini explica que «un deporte de equipo como el baloncesto es una extraordinaria metáfora de los valores cristianos: los atletas son llamados a realizar una síntesis dificilísima: poner su cuerpo extraordinario, sus músculos potentísimos al servicio de un alma hecha de sentimientos positivos, de generosidad hacia el prójimo. Deben tener la humildad de poner sus capacidades siempre al servicio del bien común, porque no hay salvación fuera del grupo. Y deben tener la sensibilidad de comprender cuándo el compañero tiene más necesidad de su ayuda para ser luego a su vez ayudados. El deporte enseña que ninguna meta se logra sin fatiga, trabajo duro, pequeñas renuncias. Además trato siempre de estimular la inteligenci a, el crecimiento humano y personal, la consciencia, el sentido de responsabilidad...».

A la pregunta sobre cuáles son los principales enemigos de los que un deportista debe guardarse, Bianchini ha respondido: «Ser un amplificador de los males de la sociedad, la vulgaridad, el racismo, la violencia, el dopaje, las drogas, el sexo fácil: tentaciones siempre presentes en chavales privados de valores e investidos de imprevistas riquezas. Se decía una vez que el mérito del deporte es el de sacar a los chicos de la calle, pero ¿qué puede suceder luego si en el gimnasio no hay un guía?

Por último, Bianchini ha recordado que «hace algunos años, fui de visita a la Universidad de Indiana, uno de los templos del baloncesto mundial, en el que entrenaba el célebre Bobby Knight, técnico sublime. En la pared de los vestuarios estaba escrita una frase que sonaba así: “Atento: mientras están en el campo, te están mirando los ojos de un chaval para el que eres lo que querrá ser de mayor”. Un atleta modelo no debe olvidar nunca este papel en relación a los más jóvenes».


«Mi juicio sobre el comportamiento de Pío XII con los judíos es positivo»

Entrevista a Michael Tagliacozzo, del Centro de Estudios sobre la Shoah

CIUDAD DEL VATICANO, 25 oct (ZENIT.org).- Se concluye hoy la reunión de la Comisión Histrórica Judeo Cristiana, reunida en Roma en un encuentro a puerta cerrada desde l 23 de cotubre. La Comisión fue instituída en octubre de 1999 por el cardenal Edward I. Cassidy, presidente del Comité para las Relaciones Religiosas con los Judíos, con la tarea específica de examinar los once volúmenes «Actes et Documents du Saint Siège relatifs à la seconde guerre mondiale», en los que están recogidos todos los documentos de archivo relativos a las actividades de la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial.

Los asuntos que se refieren a la vida y la historia de Pío XII están desde hace algunos años en el centro de una gran atención. En los últimos años en especial, el Papa Pacelli y la Santa Sede han sido acusados de no haber hecho bastante en favor de los judíos perseguidos por los nazis.

Para tratar de aclarar estos acontecimientos, Zenit ha entrevistado a Michael Tagliacozzo, un historiador judío, responsable en Italia del Beth Lohamé Ha-Ghettaoth, (Centro de Estudios sobre la Shoah y la Resistencia). «Sé que muchos critican al Papa Pacelli --comenta Tagliacozzo--. Tengo una carpeta sobre mi mesa en Israel donde he escrito «Calumnias contra Pío XII», pero mi juicio no puede sino ser positivo. El Papa Pacelli fue el único que intervino para impedir la deportación de los judíos el 16 de octubre de 1943 e hizo muchísimo para esconder y salvar a miles de nosotros. Ordenó por si fuera poco la apertura de los conventos de clausura. Sin él, muchos de los nuestros no estarían vivos».

Fundado por los combatientes del ghetto de Varsovia, el Beth Lohamé Ha-Ghettaoth se encuentra en Galilea Occidental, en Israel, y es uno de los más grandes museos y centros de documentación del Holocausto a nivel mundial.

--Según algunos, la Santa Sede asistió en silencio a la deportación de los judíos romanos el 16 de octubre de 1943...

--No es verdad. Los documentos prueban claramente que, en las primeras horas de la mañana, Pío XII fue informado de los hechos e inmediatamente hizo llamar al embajador alemán Von Weizsäcker y ordenó al secretario de Estado Luigi Maglione que protestara enérgicamente por el arresto de los judíos, pidiendo que se detuvieran acciones similares. En caso contrario, el Papa las habría denunciado públicamente. Además por iniciativa suya hizo entregar al obispo Aloise Hudal una carta de protesta al comandante militar de Roma general Rainer Stahel para que la persecución de los judíos cesara inmediatamente. Tras estas protestas, la operación que preveía dos días de arrestos y deportaciones fue interrumpida a las 14 horas del mismo día. Y en vez de los 8.000 judíos pedidos por Hitler fueron arrestados 1.259. Tras un meticuloso examen de los documentos de identidad y de otros documentos de reconocimiento, al día siguiente fueron liberadas otras 259 personas. Además, tras la caza al hombre del 16 de octubre en Roma, los alemanes no capturaron un solo judío. Los que fueron detenidos fueron entregados por los colaboracionistas. Herbert Kappler dijo en el proceso: «Los judíos nos eran entregados».

--Usted sostiene que en el ejército y en la diplomacia alemana había personas contrarias a la persecución...

--Del material que hay en el archivo se deduce que el general Stahel y el cónsul alemán Eitel Frederick Moellhausen, apenas tuvieron conocimiento del despacho secretísimo en el que Himmler ordenaba la detención de todos los judíos de Roma, para que fueran trasladados a Alemania para ser liquidados, se opusieron de manera dura. Stahel dijo que no participaría jamás en semejante porquería. Moellhausen hizo presiones sobre Kapper para elevar el asunto al comandante en jefe Albert Kesserling. Moellhausen era un católico observante y consideraba la deportación de los judíos inútil e inhumana y para convencer a Kesserling suscitó cuestiones referentes a la inoportunidad política y militar de la deportación. Kesserling, que temía un inminente desembarco sobre las costas del Tirreno de los aliados, negó la disponibilidad de sus soldados para el arresto de los judíos. De esta manera el 16 de octubre de 1943 Kappler tuvo que utilizar a los 365 miembros de las SS para realizar la redada».

Las palabras de Tagliacozzo son confirmadas también por los diarios de Adolf Eichmann, quien escribe a este propósito que «las objeciones suscitadas, el retraso durante demasiado tiempo de los pasos necesarios para el pleno logro de la operación, hicieron que una gran parte de los judíos italianos pudiera esconderse y sustraerse a la captura».

--¿Por qué la comunidad romana se encontró tan poco preparada para la redada nazi?

--Los representantes del judaísmo y con ellos los dirigentes de la colectividad judía romana demostraron los mismos defectos de la clase dirigente italiana y fallaron en el momento de la prueba. En el libro «Before the Dawn» Zolli cuenta que, a mitad de septiembre de 1943, en el curso de una reunión en comunidad, propuso disolver la comunidad, anticipar seis meses de sueldo a los empleados y esconderse. Pero el presidente Ugo Foà, un hombre de una pieza, dijo que Zolli era un alarmista y que no sucedería nada. El acta de aquella reunión ahora no se encuentra. Zolli no era el único que estaba preocupado. He recogido el testimonio de Amadio Fatucci quien tuvo el coraje de parar al presidente de la comunidad y le dijo: «Señor presidente, hay que temer?» Foà respondió: «Las autoridades no tienen ningún interés contra la población, y la población debe estar tarnquila. Cuando la población está tranquila, las autoridades no intervienen». Fue grave el comportamiento de Foà en la circunstancia de la redada. Mientras que en la mañana del 18 de octubre los nazis hacían subir a los deportados en los vagones de tren, el señor presidente cogió a sus hijos y escapó a Livorno. Volvió a Roma el 2 de noviembre sin haber hecho nada para conocer la suerte de aquellos deportados. En aquella ocasión, la comunidad evidenció una incosciente ligereza y una fatua incomprensión de los peligros y de las sorpresas de la nueva situación.

--Algunos estudiosos niegan que existieran indicaciones del Papa para ayudar a los judíos...

--En aquellos días había mucha confusión --recuerda Tagliacozzo-- pero todos sabían que el Papa y la Iglesia nos habrían ayudado. Tras la acción de los nazis el Pontífice que ya había ordenado abrir los conventos, las escuelas y las iglesias para socorrer a los perseguidos, levantó la clausura de los conventos para permitir a los perseguidos esconderse. Monseñor Giovanni Buttinelli, de la parroquia de la Transfiguración, me reveló que el Pontífice había recomendado pasar la voz para que los párrocos acogieran a los judíos. Conozco personalmente a una familia judía que, ya después de la petición de los 50 kilos de oro por parte de los nazis, decidió esconder a las mujeres y los niños en un convento de clausura en Via Garibaldi. Las monjas s e dijeron disponibles a acoger a la madre y la niña pero no podían hacerse cargo de un niño pequeño. En cambio bajo orden del Papa que les levantaba la clausura escondieron también al niño. Yo mismo me salvé de la persecución gracias a la ayuda de la Iglesia. Recuerdo que era el 16 de octubre y era un día lluvioso. Era sábado, el tercer día de la fiesta judía de la Cabaña «Sukkot», me había refugiado en plaza Bologna. Cuando llegaron los alemanes logré huir por la ventana y me encontré en pijama en la calle. Una familia me ayudó y me escondió. Busqué ayuda en mi ex profesora de italiano que me tuvo en su casa y se interesó ante varios sacerdotes para encontrarme un lugar seguro. Finalmente después de cerca de una semana, gracias a las recomendaciones del padre Fagiolo, fuí escondido en Letrán. Recuerdo que me trataron estupendamente. Después de dos días que no había comido, el padre Palazzini me consiguió una comida con todos los bienes de Dios, una sopera con menestra, pan, queso, fruta. Nunca había comido tan bien...

--¿Qué piensa del libro de John Cornwell «El Papa de Hitler»?

--No lo he leido. Pero se que se escriben muchos despropósitos y, no pudiendo aportar argumentos nuevos, dan interpretaciones exageradas. Yo soy un historiador y no busco polémicas. De los diarios de conversaciones en la mesa resulta que Hitler dijo: «Odio a los judíos porque han dado al mundo a aquel hombre Jesús».


El Jubileo del deporte une en Roma a profesionales y discapacitados

Entre el 28 y el 29 de octubre el Vaticano será capital mundial deportiva

CIUDAD DEL VATICANO, 24 oct (ZENIT.org).- La Santa Sede quiere lanzar un mensaje al mundo entero con los dos momentos más significativos del Jubileo del deporte: un partido de estrellas del fútbol y una carrera en silla de ruedas en la que participan deportistas discapacitados.

Estos dos encuentros entre el símbolo del deporte millonario y el del deporte hecho de sacrificio forman parte del programa, publicado hoy por la Oficina de Información de la Santa Sede de las jornadas jubilares del mundo deportivo, que se celebrará en Roma entre el 29 y el 30 de octubre.

Por primera vez en la historia, con este motivo, Juan Pablo II, quien era un buen delantero centro en sus tiempos jóvenes, asistirá a un partido de fútbol como Papa.

El Jubileo comenzará el sábado 28, a primeras horas de la mañana en el aula de las audiencias generales del Vaticano, con un Congreso Internacional que lleva por tema «En el tiempo del Jubileo: el rostro y el alma del deporte».

Participarán, entre otros, Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional y Dich Wijte, presidente de la Federación Internacional Católica de Educación Física y Deportiva. El acto será presentado por el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité vaticano para el gran Jubileo.

Juan Pablo II se hará presente a las 11 de la mañana para dirigir un saludo y encontrarse con los participantes. En la tarde de ese mismo día, los deportistas y quienes trabajan en el mundo del deporte, en signo de conversión, atravesarán la puerta santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Concluirán el día con una fiesta que lleva por lema «Campeones en el deporte y en la vida».

Al día siguiente, domingo 29, las celebraciones tendrán lugar en el estadio Olímpico de Roma. A las 9 de la mañana se comenzará con el clásico desfile de atletas de todas las federaciones, y asociaciones civiles y militares presentes. No faltará tampoco un espectáculo coreográfico con el que será recibido el Papa a su llegada.

A las 10, Juan Pablo II celebrará la misa y rezará la oración mariana del «Angelus» con los deportistas. A continuación, después de mediodía, está programada las carrera de velocidad en silla de ruedas, organizada por la Federación Italiana de Deportistas Discapacitados (FISD).

Inmediatamente después se celebrará una carrera de cien metros lisos entre finalistas «juniores» del campeonato mundial.

A continuación, tendrá lugar «El partido del Jubileo». En dos tiempos de media hora se enfrentarán la selección italiana contra una representación de estrellas del fútbol extranjeras que juegan en los diferentes equipos de primera división del «calcio» italiano, uno de los campeonatos más prestigiosos del mundo.

En un artículo que aparece hoy en la edición italiana diaria de «L’Osservatore Romano», el arzobispo Crescenzio Sepe, secretario general del Comité vaticano para el Jubileo, considera que el deporte y el Jubileo no son realidades paralelas.

El cristianismo «no es una religión metafísica, sino la única en la que Dios se ha encarnado en un hombre». Por su parte, hacer deporte requiere «un esfuerzo que va mucho más allá del mero cansancio físico». Exige «concentración, compromiso, espíritu de sacrificio, voluntad para luchar por la superación de los límites, respeto de las reglas, lealtad, respeto de los compañeros y de los adversarios». En definitiva, requiere valores que del espíritu que forman parte del patrimonio cristiano.

Además, el deporte desempeña una «función educativa importantísima» que la Iglesia apoya con sus grupos parroquiales. Por esto se ha decidido organizar en el Jubileo de los deportistas pruebas de discapacitados, pues estas personas sirven de ejemplo a todos al acercarse al deporte «con mayor sacrificio y dificultad».


El seminario del tercer milenio, según Juan Pablo II

Los futuros sacerdotes deben utilizar las conquistas de la cultura moderna

CIUDAD DEL VATICANO, 24 oct (ZENIT.org).- Juan Pablo II recomienda a los futuros sacerdotes saber utilizar las conquistas de la cultura moderna y contribuir a crearla. Así lo explicó esta mañana en el Vaticano al recibir a los futuros sacerdotes del seminario mayor de Olsztyn, en la arquidiócesis de Warmia (Polonia).

«El siglo XX ha traído consigo transformaciones en varios sectores de la vida --constató el Santo Padre--. El rápido desarrollo de la ciencia, de la técnica, de la medicina, de la cultura, del pensamiento social y político y, por último, de los medios de comunicación social ha ejercido su influencia en la vida espiritual de las personas, de las familias, de naciones enteras. Se puede prever también que, en el milenio en que estamos entrando, semejantes transformaciones de la realidad de este mundo se convertirán en motivo de nuevos desafíos para el hombre, y especialmente para el creyente».

Para poder afrontar estas emergencias, añadió el pontífice, «los creyentes tienen que encontrar un sólido apoyo en sacerdotes bien preparados para su ministerio. Por ello, hoy es particularmente importante el papel del seminario como comunidad que forma a los futuros pastores».

Según el obispo de Roma, el seminario del tercer milenio tiene que ser «un ambiente de hombres de profunda fe, de inquebrantable esperanza y de caridad total y de abnegación; hombres abiertos a la acción del Espíritu Santo, que infunde en los discípulos de Cristo el deseo de un compromiso activo en la promoción de la venida del Reino del Padre».

«El seminario debe ser también el lugar en el que se formen presbíteros humanamente maduros --concluyó el sucesor de Pedro--, que sepan usar las conquistas de la cultura moderna y que sepan contribuir a crearla. El hombre de hoy tiene necesidad de sacerdotes que tengan amplios horizontes a la hora de pensar y de actuar, que estén dispuestos a atender todo tipo de necesidades de los hermanos».

Juan Pablo II recordó, en su encuentro con los seminaristas, la larga tradición este seminario, el primero en la historia de Polonia, fundado hace 435 años. En 1991, el mismo Papa Wojtyla hizo una visita pastoral a esa comunidad de futuros sacerdotes. Entre las numerosas figuras que se han formado en este centro, el papa mencionó al padre Wladyslaw Demski, asesinado en los campos de concentración nazis, a quien beatificó el año pasado en Varsovia junto a otros 107 mártires.


Armas ligeras, un negocio de 300 mil muertos al año

Mons. Martino: «Es una vergüenza que puedan ser obtenidas incluso por niños»

ROMA, 24 oct (ZENIT.org).- El «embajador» de Juan Pablo II ante las Naciones Unidas pide un mayor compromiso práctico para luchar contra el tráfico (legal o ilegal) de las armas ligeras, que en ocasiones acaban cayendo en las manos de los mismos niños.

El llamamiento del prelado, lanzado a través de las ondas de «Radio Vaticana», tiene lugar en la Semana de las Naciones Unidas, que se celebra del 24 al 30 de octubre, para luchar contra estos instrumentos, pequeños pero mortales, difundidos tanto en países pobres en guerra como en países ricos con leyes liberales en esta materia.

Los datos al respecto hacen pensar: en todo el mundo las armas ligeras provocan cada año cerca de 300.000 víctimas mortales, en su mayoría civiles, una impresionante cifra que da una media de un muerto cada dos minutos.

«Se trata de una amenaza contante y fundamental», ha explicado Kofi Annan, secretario general de la ONU, al presentar una película realizada por esa institución para documentar este drama, que se inserta sobre el todavía más amplio y devastador de los conflictos armados en el mundo. Actualmente permanecen cuarenta: 16 en Africa, 14 en Asia, 6 en Medio Oriente, 2 en Europa y 2 en América.

En la reciente Cumbre del Milenio, las naciones participantes se comprometieron, en línea de principios, a cooperar para detener este terrible comercio pero, como ha recordado el mismo Annan, las soluciones milagrosas no están nunca al alcance de la mano. De aquí la necesidad de sensibilizar cada vez más a la opinión pública sobre esta plaga humanitaria. Algo en lo que insiste el mismo arzobispo Renato Martino, en sus declaraciones a «Radio Vaticana».

«La gran disponibilidad de las armas pequeñas y ligeras contribuye a la intensificación de los conflictos, incrementando su carácter letal y la duración de la violencia --explica el arzobispo--. Se crea así un círculo vicioso, porque el sentido de inseguridad a su vez crea una mayor petición de armas ligeras. Y es una vergüenza todavía mayor el hecho de que estas pequeñas armas puedan ser obtenidas fácilmente incluso por niños, que han sido hechos esclavos y obligados a combatir por las diversas facciones en conflicto».

En relación al peligro de estas armas ligeras, en el 2001, Naciones Unidas ha convocado una Conferencia sobre el argumento: «El tráfico ilícito de las armas ligeras en todos sus aspectos nocivos para la paz». ¿Cuál es el compromiso de la Santa Sede ante esta conferencia?

«La Santa Sede le ha dado y le dará pleno apoyo --responde el prelado--, en la esperanza de que pueda contribuir a desarrollar y reforzar el empeño internacional para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas ligeras. Las normas y las medidas internacionales deben ser mejoradas, pero lo que cuenta es la voluntad política internacional de detener el tráfico de armas, ya sea lícito o ilícito».

«Los estados tienen el deber de ejercer su responsabilidad por lo que se refiere a la exportación, importación, tránsito y transferencia de las armas ligeras --concluye monseñor Martino--. Nuestra esperanza es que la comunidad internacional quiera mantener la promesa contenida en la Declaración del Milenio: la que se refiere a "emprender acciones concertadas para poner fin al tráfico ilícito de las pequeñas armas y de las armas ligeras, en especial haciendo las transferencias de armas más transparentes y apoyando las medidas regionales para el desarme"».


El Papa: No puede equipararse el matrimonio con las uniones homosexuales

Recibe las cartas credenciales del embajador de Holanda ante el Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, 23 oct (ZENIT.org).- Juan Pablo II alaba a Holanda por sus decisiones a favor de los países pobres, pero al mismo tiempo recuerda a este país, que ha legalizado las uniones homosexuales, que ningún tipo de unión puede ser equiparada con el matrimonio.

El Papa repitió esta mañana la visión cristiana del amor humano y de la familia al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de los Países Bajos ante la Santa Sede, Hendrik Volkier Bentineck van Schoonheten.

Economía y solidaridad En un primer momento, el Santo Padre comenzó constatando con el diplomático que la economía debe estar «al servicio de todos los hombres para hacerles vivir y para permitir que desempeñen el papel que les corresponde en la sociedad».

En el marco del Jubileo, que constituye una invitación bíblica a la solidaridad, el pontífice pidió a los países ricos un mayor compromiso a favor de los países más pobres, en especial para reducir su deuda externa.

En este sentido, el obispo de Roma recordó que una economía al servicio de todos los hombres constituye «un elemento esencial para la causa de la paz» y que los desequilibrios sociales «favorecen necesariamente los conflictos».

Matrimonio y parejas homosexuales A continuación, el sucesor de Pedro se refirió al reciente reconocimiento jurídico de las parejas homosexuales por parte del Parlamento holandés, que autoriza también las adopciones de niños por parte de dos personas del mismo sexo (Cf. «Holanda concede a las parejas homosexuales la posibilidad de adoptar»). Confirmó, así, la firme posición de la Iglesia católica sobre el matrimonio, subrayando que «ninguna forma de relación entre las personas puede ser considerada como equivalente a la relación natural entre un hombre y una mujer, que a través de su amor darán vida a los niños».

«Conviene recordar --añadió-- que toda sociedad necesita estructuras básicas para edificarse sobre cimientos sólidos y objetivos».

Por lo que se refiere a la vida de la Iglesia en Holanda, en donde los católicos son el 33 por ciento de la población y los protestantes el 21 por ciento, con un 4,1 por ciento de musulmanes, el Papa alienta a los pastores y a los fieles a continuar «en su misión de anuncio explícito del Evangelio y en la participación en la vida social». 


Juan Pablo II: Los cristianos tienen que ser el alma de la nueva Europa

«No podemos concebir Europa únicamente como un mercado»

CIUDAD DEL VATICANO, 23 oct (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha hecho un apremiante llamamiento a los obispos de las 34 Conferencias episcopales europeas para que los cristianos ofrezcan una contribución decisiva en el proceso de integración europea que tiene lugar en estos momentos.

El pontífice ha hecho pública esta exhortación a través de una carta que ha dirigido a los prelados del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE), reunidos en Bruselas (Bélgica) del 19 al 22 de octubre, para encontrarse con políticos y miembros del Parlamento europeo y analizar, entre otras cosas, la Carta europea de Derechos Fundamentales (Cf. «Los obispos europeos critican la Carta de Derechos Fundamentales»).

En el mensaje, dirigido en primer lugar al cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga y presidente del COMECE, el pontífice constata que «la historia del continente europeo se confunde, desde hace siglos, con la historia de la evangelización». De este modo, en estos momentos en los que «Europa se está construyendo como una "unión"», añadió, «la Iglesia tiene una contribución específica que aportar».

¿Qué es lo que pueden hacer los cristianos en el proceso actual de integración europea? «No sólo pueden unir a todos los hombres de buena voluntad para trabajar en la construcción de este gran proyecto --responde el obispo de Roma--, sino que, además, están invitados a ser en cierto sentido su alma».

El Papa se explica: «No podemos concebir Europa únicamente como un mercado de intercambios económicos o como un espacio de libre circulación de ideas, sino que, ante todo, tiene que ser una auténtica comunidad de naciones que quieren unir sus destinos para vivir como hermanos, en el respeto de las culturas y de las tradiciones espirituales, que no pueden quedar al margen del proyecto común o en oposición a él».

Al mismo tiempo, añade el pontífice, «el fortalecimiento de la unión en el seno del continente recuerda a las Iglesias y a las comunidades eclesiales que ellas también tienen que dar un nuevo paso en el camino de la unidad».

«Hoy día, ante las canteras abiertas por la ciencia, en especial, en el campo de la genética y de la biología, ante la evolución prodigiosa de los medios de comunicación y de los intercambios a escala planetaria --considera el sucesor de Pedro--, Europa puede y debe trabajar por defender por doquier la dignidad del hombre, desde su concepción, mejorando sus condiciones de existencia y trabajando a favor de una justa distribución de las riquezas».

Para alcanzar este objetivo, el Papa propone dos medios privilegiados: en primer lugar, la educación, para que los europeos sean «actores de la vida social» y puedan tener un trabajo «que les permita vivir y atender a las necesidades del prójimo»; en segundo lugar, presentó la importancia de «recordar en todo momento el lugar y el valor inestimable del lazo conyugal y de la familia, que no puede ser equiparada con las demás formas de relación, bajo pena de desestructurar el tejido social y de hacer aún más frágil la situación de los niños y de los jóvenes».

El Papa concluye haciendo un llamado para que los pueblos europeos superen el nacionalismo exacerbado que en la década de los años noventa ha regado de sangre los Balcanes. «Europa no es un territorio fortificado o aislado», concluye. 


«La nobleza del arte puede ayudar a construir una nueva humanidad»

Juan Pablo II asistió al concierto «Christus» de Liszt que le ofreció la República Checa

CIUDAD DEL VATICANO, 23 oct (ZENIT.org).- «Deseo expresar mi gratitud por este espléndido concierto ofrecido por la República Checa que nos ha consentido contemplar con la ayuda del arte el misterio de Cristo fundamento de nuestra esperanza», dijo Juan Pablo II ayer al concluir, en una atestada Aula Pablo VI, el concierto en su honor ofrecido por la República Checa con motivo del Jubileo y del aniversario de su elección como Sumo Pontífice.

«En esta ocasión deseo enviar un saludo al presidente de la República Checa, Vaclav Havel. Saludo con afecto a los señores cardenales y hermanos del Episcopado que han querido participar en este evento artístico y cultural. Mi saludo se extiende a todos los que han intervenido y que han compartido la alegría de la estupenda interpretación dirigida por el maestro Aldo Ceccato», añadió Juan Pablo II, que pronunció parte de su agradecimiento, dirigido también a los organizadores, en checo. «La singular experiencia espiritual vivida esta tarde --añadió el Papa-- me induce a hacer el augurio de que la nobleza del arte pueda introducir al hombre del nuevo milenio en la contemplación evangélica, la única que puede construir una nueva humanidad». El Concierto --al que han asistido el primer ministro checo, otros tres ministros y gran cantidad de peregrinos de este país-- ofreció la parte segunda del Oratorio «Christus», de Franz Liszt, interpretado por la Orquesta Filarmónica y el Coro Filarmónico Checo de Brno, dirigidos por el maestro Aldo Ceccato y con la actuación de los solistas Henrietta Lednárová (soprano), Hana Bandová-Stolfová (mesosoprano), Vladimír Dolezal (tenor), Vladimír Chmelo (barítono) y Jirí Sulzenko (bajo).

Este concierto sigue a los que ya habían ofrecido al Santo Padre Gran Bretaña, Austria y Hungría. En la dedicatoria del concierto, el presidente checo Vaclav Havel escribe: «Cada vez más personas se dan cuenta de que la futura existencia del género humano sobre esta Tierra se encuentra, hoy quizá más que nunca, en las manos de quien logra no pensar sólo en sí mismo y en las de quien durante su actividad piensa en todos sus próximos sin ninguna excepción. Sí, el futuro de la humanidad se encuentra hoy en la civilización del espíritu, en la responsabilidad y en el amor».

Por su parte el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga, expresa su deseo para los intérpretes y el público de que «cada corazón sea tocado por el gran misterio de Cristo que siempre representa una fuerte respuesta a cada deseo del corazón, aunque escondido, en el hombre de hoy».

El ministro de Cultura checo, Pavel Dostal, indica que «el perfil de este fin de siglo así como el inicio del nuevo milenio es un momento en el que recordar nuevamente todos aquellos acontecimientos que han estado en la raíz de nuestra civilización europea. Sin duda el oratorio “Christus” de Liszt es el mejor regalo que nuestro músicos podían hacer al Santo Padre con ocasión del Gran Jubileo 2000 y del aniversario de la elección a Sumo Pontífice».

Martin Stropnicky, embajador de la República Checa ante la Santa Sede, ha indicado a Radio Vaticana a propósito del concierto que, además de un regalo al Santo Padre «es también para nosotros un gran honor. Al mismo tiempo, para una pequeña embajada como la nuestra representa un esfuerzo logístico absolutamente fuera de lo normal: el Aula es grande y también el interés de la gente es grande». La República Checa ya ha estado presente con motivo del Jubileo en el Vaticano. «Hemos iniciado --explica el embajador-- en diciembre del año pasado con una forma de prólogo: estuvo aquí nuestro presidente, Vaclav Havel, que trajo el regalo del árbol de Navidad con nuestra peregrinación nacional. Ahora, este concierto y luego habrá una exposición muy interesante en el Palacio Venecia, a finales de noviembre». 


El próximo Sínodo de los obispos se celebrará en octubre del año 2001

Afrontará el tema de la figura del obispo hoy

CIUDAD DEL VATICANO, 23 oct (ZENIT.org).- Ya es oficial: el próximo Sínodo general de obispos de todo el mundo se celebrará el próximo año en el mes de octubre en el Vaticano.

Lo confirmó hoy un comunicado distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede en el que se recuerda que la cumbre episcopal estará centrada por primera vez en analizar precisamente la figura del obispo. El tema será: «El obispo, ministro del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo».

El anuncio tiene lugar después de que entre el 9 y el 10 de octubre se celebrara en Roma la reunión del IX Consejo Ordinario de la Secretaria General del Sínodo de los Obispos, presidida por el cardenal belga Jan P. Schotte, en la que intervinieron, entre otros, el cardenal de Bruselas (Bélgica), Godfried Danneels, el de Colonia (Alemania) Joachim Meisner, y el de Addis Abeba (Etiopía), Paulos Tzadua.

En la reunión se aprobó además la primera redacción del documento de trabajo («Instrumentum laboris») que servirá de base para las discusiones episcopales. Se trata de un texto redactado teniendo en cuenta las respuestas de todas las conferencias episcopales, diócesis, órdenes, congregaciones y personalidades eclesiásticas del mundo a un documento de «Orientaciones», acompañado por un cuestionario («Lineamenta») (Cf. «La Santa Sede hace un «sondeo» mundial sobre la figura del obispo»).

El documento, que puede ser consultado en el archivo documental de Zenit, al igual que el Sínodo, quiere culminar la serie de encuentros episcopales que han ayudado a aplicar la renovación traída por el Concilio Vaticano II. Las asambleas sinodales anteriores habían hablado de todos los estados de vida y ministerios: falta ahora analizar la figura del obispo (Cf. «Sínodo 2001: La Iglesia no necesita obispos buenos, necesita obispos santos»).

En la reciente reunión, los miembros del Consejo del Sínodo hicieron, sin embargo, algunas sugerencias para la redacción final del «Instrumento de Trabajo», según revela el comunicado de prensa oficial: «Se ha confirmado la recomendación de evitar la dispersión que podría ser causada por la multiplicidad de los argumentos o por la tendencia a examinar cuestiones ajenas al tema».

En particular, el Consejo que prepara el Sínodo ha pedido que se «dedique especial atención a ciertas características del obispo, como son la espiritualidad y la paternidad en su vida personal y en su acción pastoral, y que se subraye el papel y la misión del obispo en su diócesis, como punto central a discutir en la asamblea sinodal».

La próxima reunión del Consejo presinodal tendrá lugar entre el 24 y el 26 de abril del año próximo.

Con motivo del Jubileo de los obispos (Zenit, 8 de octubre), se celebró en el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» de Roma un Congreso internacional en el que unos doscientos obispos de todos los continentes conversaron sobre algunos de los temas más importantes de la asamblea sinodal (Cf «No es fácil ser obispo hoy»).


Histórico acuerdo entre el Vaticano y la Organización de la Unidad Africana

Establece compromisos a favor de salud, educación y derechos humanos

CIUDAD DEL VATICANO, 23 oct (ZENIT.org).- El jueves 19 de octubre, en la sede de la Organización de la Unidad Africana (OUA), en Addis Abeba (Etiopía), se firmó el «Acuerdo de Cooperación entre la Santa Sede y la Organización de la Unidad Africana».

Por parte de la Santa Sede firmó el arzobispo Silvano M. Tomasi, nuncio apostólico en Etiopía, y por parte de la OUA, el secretario general, Salim Ahmed Salim.

El Acuerdo, que consta de ocho artículos, abre el camino a una estrecha cooperación entre la Santa Sede y la OUA en las materias de interés común, como la educación, la salud, los derechos humanos y los asuntos sociales. Además, prevé que la Santa Sede sea enviada, como observador, a los encuentros organizados por la OUA en las materias de interés para ambas.

Para las materias de interés común, el Acuerdo prevé la organización de encuentros, el intercambio de informaciones y documentos, la cooperación técnica, la asistencia material y el desarrollo de actividades en vista del logro de objetivos comunes.

En el acto también participó el cardenal beninés Bernardin Gantin, decano del colegio cardenalicio, que pronunció un discurso. El purpurado africano habló sobre la presencia de la Santa Sede en las relaciones internacionales en general y en las organizaciones internacionales en particular; la presencia de la Santa Sede en Africa a través de la Iglesia católica; la OUA y la Santa Sede.

Gantin dijo entre otras cosas que «la Santa Sede espera sinceramente que todos los africanos y los gobiernos de Africa respeten el derecho fundamental de la Iglesia católica de adorar y de trabajar libremente, es decir, que los miembros y las instituciones de la Iglesia gocen de completa libertad para estar al servicio de sus fieles y de todos los africanos, además de proclamar libremente, con palabras y actos, el mensaje de amor de Cristo».


Juan Pablo II: El mundo globalizado no puede vivir sin los misioneros

70 mil participantes en la cumbre misionera más grande de la historia

CIUDAD DEL VATICANO, 22 oct (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró este domingo su vigesimosegundo aniversario del inicio solemne de su pontificado presidiendo en la plaza de San Pedro del Vaticano la cumbre misionera más grande de la historia.

La columnata de Bernini abrazó a unas setenta mil personas --son datos de la Agencia Romana para el Jubileo, institución estatal italiana--, en representación de 124 naciones, que vinieron a Roma para celebrar el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) del Jubileo.

El encuentro había sido precedido por el Congreso Misionero Mundial, en el que participaron en la semana pasada 1.200 representantes de todos los países del mundo, entre los que se encontraban 47 obispos y más de 300 sacerdotes (Cf. «La mayor cumbre misionera de la historia»).

Fiesta misionera El Jubileo de las misiones, como ha venido a llamarse, comenzó esta mañana, mientras los presentes esperaban la llegada del Papa, con una fiesta salpicada de cantos, testimonios, gestos simbólicos ricos de significado: danzas interpretadas por hombres y mujeres con vestidos tradicionales que trajeron a Roma experiencias y sabores lejanos.

Un bosque colorido de banderas testimoniaba gráficamente la presencia de delegaciones de prácticamente todos los rincones del mundo. Un espléndido sol veraniego acariciaba la fachada de la basílica vaticana, haciendo más alegre la mañana.

Juan Pablo II concelebró después la eucaristía junto al cardenal eslovaco Jozef Tomko, prefecto de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos y superior de los territorios de misión en el mundo; con el cardenal vasco-francés, Roger Etchegaray, presidente del Comité para el Gran Jubileo; así como con 50 obispos, algunos responsables de organismos misioneros y 700 sacerdotes, en representación de todos los continentes.

La misión: entrega hasta dar la vida El Santo Padre dedicó la homilía a analizar el «sentido y el estilo» de la misión cristiana. Recordando el ejemplo de Cristo, los sintetizo en cuatro palabras: «el servicio, la pobreza, la humildad y la cruz».

Así como Jesús «no vino a ser servido, sino a servir y dar la vida por los demás», aclaró, así «la entrega de sí a todos los hombres constituye el imperativo fundamental para la Iglesia y, al mismo tiempo, una indicación del método que ha de seguir para su misión».

Entrega que significa, ante todo, «reconocer al otro en su valor y en sus necesidades» y respetar «todo aquello que en él ha hecho el Espíritu Santo, que sopla donde quiere».

Con el compromiso misionero, al que están llamados todos los cristianos, continuó diciendo el obispo de Roma, la Iglesia «se acerca a la persona humana con la discreción y el respeto de quien tiene un servicio que cumplir».

No hay nada más lejos del espíritu de Cristo, añadió citando el pasaje evangélico que meditaron los católicos en la liturgia de ese domingo, que «el espíritu de rivalidad y de competición».

«La palabra de Cristo traza una línea neta de división entre el espíritu de dominio y el de servicio --aclaró--. Para un discípulo de Cristo ser el primero significa ser "siervo de todos"».

Misiones y misioneros hoy A continuación, el pensamiento del Papa se dirigió a «todos los misioneros que, día a día, en silencio y sin el apoyo de ninguna potencia humana, anuncian y, antes aún, testimonian su amor por Jesús, con frecuencia hasta entregar la propia vida, como ha sucedido recientemente». No entró en detalles, pero en este mes de octubre han muerto ya cinco misioneros extranjeros, sacerdotes, laicos y religiosas en diferentes países de África.

Para el pontífice, la sociedad actual no puede vivir sin este testimonio. «No tenemos que perder nunca la esperanza de hacer nacer un mundo más fraterno --constató--. La competición sin reglas, el deseo de dominio sobre los demás a toda costa, la discriminación ejercida por algunos que se creen superiores a los demás, la desenfrenada búsqueda de la riqueza, constituyen el origen de injusticias, violencia y guerras».

El Papa concluyó su intervención recordando las palabras que pronunció hace 22 años en esa misma plaza: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!».

Durante la oración de los fieles se elevaron súplicas en chino para que los misioneros «sean entre los pueblos presencia de consuelo y esperanza, promoviendo la vida y el progreso, trabajando por la defensa de los derechos humanos, el respeto de las minorías, el diálogo con las culturas y las religiones».

En árabe se rezó para que las comunidades cristianas «sientan la urgencia» de anunciar el Evangelio y «escuchen la voz de todas las Iglesias hermanas».

Nuevos misioneros Al final de la misa, Juan Pablo II confirió oficialmente el «mandato» a doce misioneros que saldrán a evangelizar países de varios continentes entregándoles el crucifijo. Algunos misioneros trajeron al Papa tierra de los cinco continentes en una maceta, en la que el sucesor de Pedro plantó un olivo. Él mismo comentó este gesto con estas palabras: «En esta "tierra de todas las tierras" es plantado un olivo, símbolo de la paz, en recuerdo de esta jornada jubilar. El Evangelio de Cristo, de hecho, es Evangelio de la paz. Que todo pueblo pueda abrirse a Cristo y encontrar el camino de la paz».

Antes de despedirse de los fieles, en el momento de la oración mariana, a mediodía, Juan Pablo II recordó de nuevo los inicios de su pontificado, afirmando: «Y para recordar el primer "Angelus" del 22 de octubre de 1978, repito a los jóvenes: "Sois la esperanza de la Iglesia. ¡Sois mi esperanza! Que así sea también hoy"».

La fiesta de las misiones concluyó liberando en el aire centenares de globos de colores, blancos, rojos, amarillos, verdes y azules, como símbolos de los cinco continentes.