TESIS 1. La religión como categoría fundamental del hombre.

 

            La religión es la referencia o relación originaria y trascendental del hombre con el fundamento de su existencia (H. Fries). Etimológicamente puede significar: re-ligare, atarse; re-legere, reparar con atención en algo; re-eligere, elegir de nuevo. Tomás de Aquino acertamente funde esta tríada en una frase; "La religión importa propiamente en orden a Dios".

 

- La religión es una referencia originaria y universal: es un fenómeno humano no derivado de otro, sino que al contrario, de la religión brotan otras facetas. V. Frankel lo ha planteado en su conocido libro, "El hombre pregunta por el sentido", la dimensión religiosa es común a todo hombre en cuanto pregunta por el sentido. Es la fuerza primaria de la existencia humana. La G.S. lo expresó bellamente en aquellas preguntas perennes del hombre.

 

- La religión es una referencia trascendente: el hombre descubre el sentido como algo dado que nos trasciende. No está ni en las cosas, ni en uno mismo. Como realidad trascendente es "numinoso", pertenece a la esfera de lo divino. De ahí que percibiéndolo como fundamento de la existencia, sólo cabe reconocerle y entregarse a él.

 

            ¿Por qué importa a la teología?

 

1) El hombre religioso es el destinatario de la revelación, es la condición de posibilidad creada para el diálogo de la salvación.

 

2) Hay una suerte de analogía, así como la gracia supone la naturaleza y la eleva, la revelación supone y eleva la religión.

           

            3) También le interesa como palabra de diálogo con otras religiones

 

i. El acto religioso y las características en cuanto al objeto y al sujeto:

 

            La religión se expresa a través de gestos y símbolos, es decir, de actos religiosos. El acto religioso es el fenómeno originario por el cual el hombre expresa su referencia hacia lo que lo fundamenta.

 

a. Tiene tres aspectos constitutivos en cuanto al objeto:

 

1) Mitos: creencias o narraciones sobre el origen, esto es, algo del pasado, que fundamenta el presente y lo abre hacia el futuro.

 

2) Ritos: Celebraciones que reviven la realidad del mito en el tiempo y espacio actual.

 

3) Ethos (ética): Normas de vida conformes al mito. Permiten la convivencia.

 

b. En cuanto al sujeto podemos señalar las siguientes características:

 

1) Fenómeno originario, esto es, no derivado ni alienante, fundamental en la plenificación de la existencia de cada persona.

 

2) Fenómeno universal, es decir, de todo hombre y de todos los hombres. Todo hombre es religioso aunque en muchos puede haber una religiosidad deformada (magia, individualismo, etc.).

 

3) Abarca toda su existencia, sus dos facetas polares individual y social, personal y comunitario y todas sus posibilidades (palabra, gesto, signos oración...). 

 

iii. Relación y diferencia de la religión con otras experiencias humanas:

 

a. Religión y experiencia filosófica:

 

            "Todo hombre busca por naturaleza saber" (Aristóteles), el amor por la sabiduría (filosofía) está como una semilla en todo hombre y en todos los hombres, pero requiere una serie de condiciones para que germine: la admiración, situaciones límites, etc. La religión en cambio es una faceta humana aún más originaria, pues si bien, existen hombres que rechazan un fundamento trascendente concreto, todos requieren de algún fundamento para la existencia. Nadie escapa de aquellas preguntas más fundamentales ante la muerte, el dolor, ante el amor y la felicidad.

            Con todo, la experiencia filosófica profundiza la experiencia religiosa, la hace más humana al radicalizar las preguntas, la clarifica con conceptos, la hace disponible para el diálogo.

 

b. Religión y experiencia estética:

 

            Sucede algo análogo que con la anterior relación, la experiencia estética está en disposición de todos los hombres, pero requiere de ciertas condiciones que la hagan bullir; mientras que  la referencia a Dios es más básica y nuclear en la existencia, se la puede eludir, pero sólo a cambio de deformarla en alguna suerte de idolatría.

            La experiencia estética complementa la religión, la exterioriza, tanto en expresiones finas, como en el goce del encuentro con Dios en las criaturas.

 

c. Religión y experiencia política:

 

            Sólo el hombre es un "animal político", lo propio del hombre es vivir en sociedad, ello requiere de relaciones de gobierno y de obediencia para alcanzar su perfección con otros. La religión como la política son experiencias originarias, que se complementan mutuamente: La política requiere de la religión, los fines últimos o trascendentales; la religión requiere de la política para que pueda realizarse en su plenitud (ej. que el Estado promueva, asegure y proteja una auténtica libertad de conciencia y religiosa).

 

iv. Formas auténticas y tipos deformados de religiosidad:

 

a. Formas auténticas de religiosidad:

 

            Aquellas que expresan al hombre en su verdad, respetan su dignidad, lo hacen más humano y comunitario. Ello queda asegurado sólo cuando, la religión tiene:

 

1) Una verdadera trascendencia.

 

2) Unos ritos en el espacio y en el tiempo.

 

3) Unas normas éticas de convivencia.

 

b. Tipos deformados de religiosidad:

           

            Aquellos en que falta:

 

1) Trascendencia: la religión se vuelve ritualismo vacío, idolatría o superstición.

 

2) Ritos: la religión se torna un moralismo estéril.

 

3) Normas morales: Se vuelve un amoralismo que niega la dignidad de la persona (antropofagia, bestialismo, etc.)

 

            En definitiva el hombre no tiene en sus manos ser o no religioso, sino el de encauzar su actualización hacia la verdadera trascendencia o hacia una realidad que la suplante (idolatría).

 

v. Religiosidad popular:

 

            El documento de Puebla (444) la define como la forma o existencia cultural que la religión adopta en un pueblo determinado. Esta compuesta de un conjunto de:

 

1) Hondas creencias selladas por Dios (trascendencia).

 

2) Actitudes básicas que de estas convicciones se derivan (normas de conducta).

 

3) Expresiones en que se manifiestan (ritos).

                    

            En América Latina la fe católica  ha tomado la forma de catolicismo o piedad popular, es decir, la respuesta popular a las preguntas religiosas que anidan en todo hombre, mediada por la evangelización cristiana.

            Tiene elementos positivos como: la presencia trinitaria, el sentido de la providencia, la importancia de la muerte del Señor y de la Eucaristía, la presencia de María, etc. Pero también hay en ella elementos negativos que hay que discernir y purificar como: creencias deformadas ancestrales, superstición, influjo del secularismo y consumismo, etc.

 

Conclusión:

           

            El cristianismo no es una religión que simplemente transmite verdades y normas de conducta, sino ante todo la que vive una experiencia histórica de la manifestación personal de Dios. Precisamente por esto la revelación es uno de los distintivos característicos de nuestra fe. Dios se ha revelado, se ha manifestado en nuestra historia, ha hablado al hombre por medio de hechos y palabras, ha querido mostrarnos la realidad de su ser y su designio amoroso hacia nosotros. Dios se nos revela y nos invita al mismo tiempo a responderle con la fe. Él es quien entabla el diálogo interpersonal que interpela lo más profundo de nuestra existencia.