TEMA 52 

LA VIRTUD DE LA TEMPLANZA

1. Naturaleza y noción de la templanza

1. El comportamiento moral no es conformarse a unas reglas externas, sino un dinamismo interno del sujeto para adecuarse a la recta ratio. La templanza no la contempla la ética política pero es la base de la vida social. Hoy se minusvalora la ética personal privada teniéndola como arbitraria, a gusto de cada cual, se desplaza el acento a una ética política: paz-justicia-libertad, y se justifican pecados contra la templanza. Templanza se refiere más a la ética personal. Para unos, un comportamiento es conformarse a unas reglas, pero no sólo es esto. La ética es un dinamismo interno del sujeto. Es adecuarse a la recta ratio, no a las reglas externas.

Sto. Tomás, en S. Th., II-II afirma que algo no está mal por no adecuarse a la Ley, sino por ir contra la recta ratio, contra el hombre, por desordenar al hombre, oponerse a un comportamiento acertado. Bruno Schuller opone a S. Tomás, contra la ética como dinamismo interno del sujeto. Hay que afirmar que ser moral o inmoral es ser o no consecuente con la recta razón.

La templanza no es meramente dominarse, moderarse, sino que es una discreción ordenadora en orden a la armonía y perfección del interior del hombre. Ordenar por la templanza no sólo significa suprimir, sino armonizar; suprimir o incrementar. Algunos autores la conciben como "crianza": cultivar bien las potencias. suprimir o incrementar. Algunos a;

2. Definiciones

-"Virtud cardinal sobrenatural que modera la inclinación a los placeres sensibles especialmente del tacto y del gusto, conteniéndola dentro de los límites de la razón iluminada por la fe. Adolece de un tono un tanto represivo.

- "Virtud cardinal que inclina al apetito concupiscible a ordenar sus actos propios bajo el imperio de la voluntad según el dictamen de la recta razón (iluminada por la fe - virtud sobrenatural)"

- importante: armonía que la voluntad quiere y consigue obrar de acuerdo con el dictamen de la razón. Ya no modera tanto sólo al defecto de templanza sino también al exceso, por ejemplo, no saber fomentar la ira cuando hace falta.

3. Templanza como orden y armonía en el interior del hombre.

Sto. Tomás, Sent. IV, d. 14, 1, 4 ad 2: "...por ser la templanza lo que es (ordenadora el lo interior) el primer y más inmediato efecto del templaza es la tranquilidad del espíritu."

Su fruto el orden interior (tranquilidad). La prudencia tiene como objeto el orden en su universalidad; busca el bien en general, ordena todas las demás potencias hacia su objeto, etc. La justicia tiene como objeto el orden hacia los demás. La fortaleza tiene como objeto buscar el bien sin contar con uno mismo (a pesar del cansancio, etc.). La templanza tiene como objeto conseguir este orden dentro de uno mismo, en el propio yo. Por tanto, está enfocada sobre el sujeto mismo.

Problema: Este orden interno no es natural ni espontáneo. Todo depende de cómo el hombre, voluntariamente se ordene a sí mismo.

El orden, por no ser igual para todos, debe ser guiado por la razón. El objeto de la razón es la realidad; conocer la realidad, por tanto, no es desordenado pero puede desordenarse voluntariamente, por la voluntad. Uno puede "ordenarse" en sentido egoísta (sería pues desordenarse) o en plan inteligente. conocer la realidad, por tanto, no es desordenado pero puede desordenarse voluntariamente, por la voluntad. Uno puede ordenarse en sentido ego ;

Este desorden interno tiene 3 posibilidades de explicación:

- no tiene explicación, es puro azar, pura cosa natural. No es aceptable, pues nadie tendría responsabilidad de nada, ni libertad.

- se explica por Revelación - por la fe - pecado original.

- se niega, sencillamente, que exista un desorden: el desorden es el orden, lo natural.

Las fuerzas intrínsecas del ser humano, llamadas a conservar, edificar y perfeccionar el ser más que ninguna otra potencia, son a la vez las que antes se prestan a la autodestrucción de la personalidad moral. S. Th., II-II, q. 141: "Estas fuerzas de las que se hace cargo la templanza son las que más discordia siembran en el espíritu; y esto se debe a que tales fuerzas forman parte de la esencia del hombre". Son la propia conservación, y la propagación de la especie.

Al mismo tiempo, es de la esencia natural y de la estructura volitiva del hombre el que éste ame a Dios más que a sí mismo. No es que ame a Dios por el culto, manifestaciones de religiosidad, sino que hay un impulso más fuerte que el alimento y el sexo, que es la búsqueda del bien y de la verdad, que tiene relación con el Bien y la Verdad. Guardini: La moral cristiana analiza y es la única capaz de ver la verdad; toda filosofía que capta la verdad de las cosas se la puede llamar cristiana, pues participa de la búsqueda del Bien y de la Verdad. Gadamer: "esto creo; y me gustaría aceptarlo, pero en el fondo no puedo aceptarlo."

El hombre tiene que buscar el bien y la verdad siempre. El puramente inmoral no existe. Todo el mundo tiene una regla interna que busca el bien y la verdad.

El desorden en el interior del hombre viene cuando se trastoca la razón. La razón tiene dominio político sobre las pasiones. No un dominio despótico (como el cerebro sobre la mano). Las pasiones pueden oscurecer y anular el uso de la razón y actuar por su cuenta.

Pieper - Este orden de la templanza no puede darse mas que poniendo en práctica el mirar por sí mismo pero de forma desprendida. Aceptar las relaciones reales. La auto posesión del yo no es realizable mientras la mirada siga puesta exclusiva y egoístamente sobre lo humano propio. Pues de estas relaciones reales, la primera de todas es la dependencia ontológica respecto al Creador. Se llega a esto incluso por la Filosofía. El filósofo tiene que poner su último pensamiento en Dios, o no es capaz de mostrar nada.

Por tanto, la templanza defiende como potencia la realización interior. Pues el principal elemento del desorden es el propio interior del hombre. El principal elemento del discordia es uno mismo: el yo. Es uno quien quiere el mal personalmente, no el hombre viejo, como si éste fuera alguien ajeno.

4. Dios puso en la naturaleza humana unas fuerzas vitales, que son constitutivas de la vida: la propia conservación, la conservación del especie. Estas fuerzas están en el núcleo del mismo hombre.

¿Qué es la naturaleza humana donde Dios puso estas fuerzas?

La naturaleza humana no es una lista de mandamientos, ni producto evolutivo de la cultura. La naturaleza humana es la recta ratio. Sabe descubrir la verdad interna de las cosas. No meramente la verdad sino la verdad interna.

Todo lo revelado por la fe debe demostrar la razón. Ni la S. E., ni los Padres, ni la Tradición habían dicho nada sobre la fecundación "in vitro" antes del "Donum Vitae". Decir que no está revelado no debe dar miedo. Hay que elaborar la doctrina con la razón, saber descubrir la verdad de las cosas.

No se puede prescindir de esta recta razón. Por tanto, su desorden es desastroso para el hombre, pues se produce en el núcleo de sí mismo.

5. Ámbitos del posible desorden de la templanza.

- sobriedad: ordena aquello que se refiere al la propia conservación. Vicio opuesto: gula.

- castidad: ordena la sexualidad. Vicio opuesto: lujuria

- humildad: ordena la propia excelencia. Vicio opuesto: soberbia.

- mansedumbre: ordena la restauración de un orden lesionado. Vicio opuesto: cólera

- estudiositas: ordena el afán de verdad y conocimiento. Vicio opuesto: curiositas

6. En cuanto a los actos que la templanza debe moderar: todo acto del apetito concupiscible de la voluntad que sigue al conocimiento intelectual, sea corporal o sensible, sea intelectual.

- actos del apetito concupiscible de la voluntad que provienen de un conocimiento sensible: oler chocolate con churros.

- actos del apetito concupiscible de la voluntad que provienen de un conocimiento intelectual: acordarse del chocolate con churros.

- actos de la voluntad que siguen al conocimiento intelectual: deseo de saber cómo se hace el chocolate con churros.

2. Antropología cristiana (cfr. Dominum et vivificantem, nn. 59 y 60)

La antropología cristiana no sólo usa la razón para llegar a un dato, sino que también incorpora el dato revelado.

1. Teología de la imagen. El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios de tal forma que un hombre nos remite a Dios, que el amor humano es reflejo del amor divino, y que Dios es en cierto modo imagen del hombre.

Dios y el hombre se reflejan mutuamente. La antropología cristiana tiene esta base fundamental: el hombre es imagen y semejanza de Dios. Por tanto, al hablar de la muerte de Dios, también sigue la muerte del hombre, y viceversa: desprestigiar la dignidad del hombre, acaba por hacer desaparecer a Dios de esa cultura o sociedad.

Dominum et Vivificantem: "La revelación íntima con Dios, por el Espíritu (Dios y hombre como imágenes mutuas) hace que el hombre se comprenda a sí mismo y comprenda de un modo nuevo a la humanidad. Así se realiza plenamente aquella imagen y semejanza de Dios, que es el Hijo desde el principio." Esta es la verdad íntima e interna del ser humano: esta imagen y semejanza es plenamente desvelada en Cristo.

2. Dignidad del hombre (ref. GS 24)

"El hombre es la única criatura del universo que Dios ha querido por sí mismo."..."El conocimiento eficaz de esta verdad (del hombre y del ser) y su realización plena se dan solamente por obra del Espíritu"

No quiere decir que la unión fe-razón sea artificial. Es más, se respeta al hombre sólo en culturas donde está el cristianismo, o vestigios o asomos de cristianismo. Sólo donde está el ES, se ama al hombre por sí mismo, y no sólo por lo que aporte o tenga: culturas del ser, y del tener.

Cuando se pierde la verdad sobre Dios, también se pierde la verdad sobre el hombre. (Cfr. Centissimus Annus, 46)

Se pierde la dignidad del hombre. C.A. - "Hoy se tiende a afirmar...son la filosofía y la actitud fundamentalmente correspondiente y cuando están convencidos a conocer la verdad, no son fiables desde el punto de vista democrático o sean variables...una democracia se convierte fácilmente como se muestra en la historia. No hay razón unitaria, todo depende de lo que diga el Estado: el positivismo.

Sólo se resuelve acabadamente la cuestión de la dignidad del hombre por obra del ES.

D. et V. - "Bajo la acción del Espíritu Paráclito se realiza en nuestro mundo la maduración de la humanidad por la cual Jesús mismo o cuando ruega al Padre de que seamos una como El y el Padre son uno, sugiere una cierta semejanza a la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la Verdad y en la Caridad."

3. Revelación de Dios

Dios se reveló en 3 modos: por la creación, por la gracia y por la unión hipostática. Podía haber sido de otras formas, pero no fue así. Esta revelación no es simplemente algo que Dios ha dicho, sino algo que ha hecho al hombre. La principal revelación de Dios al hombre es el hombre mismo. La revelación no es algo que está allí. El hombre se hace igual que Cristo. El misterio del hombre sólo se entiende en Cristo - al hacerse alter Christus. Por su pertenencia a Cristo comprende mejor también su dignidad de hombre. Dignidad en llevar a cabo el modelo de hombre: vocación humana, porque es sujeto de la presencia y acercamiento de Dios. Por tanto, la gloria de Dios es el hombre viviente pero la vida del hombre es la visión de Dios.

S. Basilio dice que Dios, simple en su esencia y diverso en sus dones, reparte al hombre sus dones. Está presente y ama al hombre como si cada hombre fuera el único existe. Dios creó por puro amor, no por necesidad. Esto es lo que significa verdaderamente crear de la nada.

4. Consecuencias prácticas: (n.60)

La verdadera libertad del hombre es la que se ajusta a su dignidad bajo el influjo del ES: la vocación humana. En Cristo se realiza y se descubre la verdadera dimensión de la dignidad del hombre. La revelación es la revelación de la libertad y por tanto, de la dignidad.

3. Teología del Cuerpo

1. Muchas elucubraciones sobre el cuerpo:

Pitagoras habla de los 4 elementos. Vivificado por un alma que se transmigra. Hay una procedencia material, el cuerpo, y procedencia celeste, el alma.

Socrates dice que el cuerpo es un elemento secundario.

Platón: El hombre es su alma. El alma (que es simple e inmortal) y el cuerpo (conglomerado que se disuelve con la muerte) son contrarios. La unión era un castigo por el pecado. Están unidos como un caballero y el caballo, como el barquero y la barca. El alma quiere separarse del cuerpo violentamente, porque el cuerpo es la cárcel del alma.

Aristóteles: El cuerpo es co-principio substancial del hombre. Forma una sola substancia con el alma. El alma es el acto del cuerpo. Por tanto, cualquier acto humano no se puede atribuir sólo al cuerpo o sólo al alma, sino a todo el hombre.

Tradición cristiana: Durante los primeros siglos, platónica, por tanto, hubo un ascetismo tremendo, muchos herejes que se pasaban. Grandes escándalos al decir S. Tomás que no peca una mujer que se pinta para ser más presentable.

Boecio: s. VI. retoma a Aristóteles. El cuerpo tiene un papel esencial. Visión todavía peyorativa.

Sto. Tomás: no hace, propiamente, una teología del cuerpo, pero habla del cuerpo como no accidental, sino que alma y cuerpo son dos realidades incompletas que al reunirse forman una sola substancia.

s. XVII-XVIII - crisis

Descartes: "res cogitans y res extensa". El alma y cuerpo son dos substancias completas que nada tienen que ver, que se unen en la glándula pineal, hasta tal punto que puedo fingir que no tengo cuerpo sin dejar de pensar ni de existir. Por tanto, soy una substancia cuya esencia es pensar. El cuerpo es pura máquina, autómata. La persona está en el "yo pienso"

Leibniz: armonía prestablecida

Malebranch:

Idealistas: La única realidad humana es el pensamiento (no ya el sujeto que piensa). Salen los panteísmos, criticismos, neocriticismos.

Bergson: primer intento de oposición a este dualismo - materialismo. Pero cayó al espiritualismo. El cuerpo es una extensión homogénea, duración diluida. El alma es una intensidad heterogénea, una condensación de la duración. Se base en la calidad. El alma y cuerpo son dos vías que se enlazan en una curva, y no en un perpendicular (como dicen los anteriores)

2. Cuatro caracteres del hombre como ser corporal.

a) carácter totalitario

La persona es cuerpo animado. El ser sujeto también pertenece al cuerpo. Yo soy sujeto de un cuerpo. "Yo soy mi cuerpo pero no absolutamente porque lo tengo. Yo tengo mi cuerpo pero no absolutamente porque lo soy" (K. Wojtyla).

Leibniz - el cuerpo que tiene la persona en una única esencia.

Korper - en su materialidad. como sujeto de funciones.

"La unión se realiza a cada instante en el momento de la existencia". El cuerpo es la persona. No confundir la materialidad del cuerpo con la dimensión corporal de la persona.

b) carácter expresivo

En el cuerpo, se manifiesta el hombre entero. No es representanre del espíritu o instrumento de la persona. Uno se entrega a Dios por su corporalidad, sexualidad incluida. El cuerpo es el encuentro mismo de lo espiritual y lo material. El cuerpo es el manifestarse del alma.

K. Wojtyla: el cuerpo está atravesado por el alma.

K. Rahner: el cuerpo es el símbolo más genuino de la persona.

Guardini: el cuerpo es la interioridad manifiesta.

Merleau-Ponty: el cuerpo es la Palabra del espíritu: el lenguaje del espíritu. la palabra se manifiesta en su subjetividad por el cuerpo.

c) carácter abierto

El hombre pasa a ser ser-con-otros (dimensión relacional del espíritu). No es individuo de una especie. Por eso hay comunicación, unión, ser de deseos y carencias. La forma eminente es el amor en el que interviene el cuerpo aunque no sea conyugal. Amar a Dios con todo mi cuerpo. Cristo mismo toma la naturaleza humana.

d) carácter ambivalente

La persona con cuerpo siempre está en una situación de exposición tal que la subjetividad personal está constitutivamente afectada desde fuera. El hombre cerrado no tiene subjetividad. El cuerpo no es algo que se tiene de forma trivial o neutra, otorgando fijeza espacio-temporal. Pues no...ya que la persona se forma desde fuera y los vicios corporales ciegan la sensibilidad anímica. El alma no es opaca y cerrada sino que tiene la luz que le brinda el cuerpo.

3. Teología del cuerpo en JP II: el cuerpo refleja la luz de Dios.

- Gal 5, 7 : "vivir según la carne - según el espíritu". El pecado está en el corazón. También la virtud está en el corazón. Ahí está el origen del pecado.

- 1 Tes 4, 3: "mantened el cuerpo en santidad y respeto". El cuerpo es parte integral y esencial de la persona humana. Es sujeto y no instrumento u objeto y tras la Providencia de Cristo, el cuerpo es templo del ES tal que es del ES. Esto es fuente de dignidad del cuerpo. Cristo redime al hombre entero, otorgando santidad y dignidad también al cuerpo.

- 1 Cor 6, 20: "Glorificad a Dios en vuestro cuerpo". El mirar la realidad con ojos limpios es condición necesaria para la sabiduría y viceversa. Por eso, en Tito 1, 15: "Todo es puro para los puros, mas para los impuros no hay nada puro."

- Ratzinger: condena en su introducción a óD. V.ó, el considerar a la persona humana sólo en su aspecto físico, el biologicismo o tecnicismo: la antrapotecnia. JP II condena la consideración dualista del cuerpo= Korper. Hay que tener en cuenta la unión substancial. El hombre es lo que es.

- Algunos consideran el cuerpo como objeto manipulable e instrumentalizable, como una posesión material: un tener. El respeto a la persona humana exige respeto al cuerpo. Y hay sentido natural de repugnancia cuando otra persona es considerada como mero objeto (pudor innato).

- 11.XI.81 Discurso a los deportistas: estimular desarrollo armónico de la persona...del cuerpo porque es la obra maestra de la creación material. Por su materialidad, por ser templo del ES y porque el cuerpo tiene soplo de vida. Pero ojo con el culto al cuerpo. Cultivar el cuerpo incluye evitar el culto al cuerpo. Ni despreciarlo, ni darle culto: ambos casos serían antropocentrismo.

4. Cuidado de la propia vida

El cuidar de la vida responde a la virtud de la caridad. La vida es un don absoluto-relativo. Absoluto, porque sin él no se da ningún otro. Relativo, porque no todos los demás están ordenado a él, sino que hay dones superiores. Por tanto, es el primero cronológicamente, pero no cualitativamente.

Cuatro formas del amor

- amor sensual: amar algo por placer que me proporciona; peligro de tomar la parte por el todo. El hombre se convierte en placer. Es sólo un amor placentero.

- amor natural: conservarse en el ser, buscar el propio bien. Es un amor estoico.

- amor de sobrenatural de concupiscencia: es un amor hacia un bien pero no al bien en sí mismo sino por la ventaja que se saca al amar este bien. Por ejemplo, querer ir al cielo para ser feliz; motivo formal o en la atrición, no pecar para no ir al infierno.

- amor sobrenatural de caridad: amar como consecuencia de amor a Dios. Es el amor a Dios sobre todas las cosas y amarse a sí mismo y a los demás por Dios.

Caridad es un acto sobrenatural por el cual nos amamos a nosotros mismos en Dios, por Dios y para Dios. Dios es el origen, motivo y el fin.

GS. La vida es una cosa sagrada, sobre la cual el hombre no tiene dominio absoluto. Tiene el dominio de un ministro, en cuanto administrador, pero no el dominio de un señor absoluto. Sobre la vida, sólo Dios es dueño.

Esto lleva consigo obligaciones sobrenaturales y naturales. Reconocer la santidad y el respeto del propio cuerpo. Hay que cuidar el cuerpo. Reconoce también la licitud y necesidad de la mortificación. S. Gregorio Magno dice que por la mortificación, lo que hay que extinguir son los vicios de la carne, no la carne. Reconoce también la licitud del sacrificio, la inmolación de la propia vida por amor a Dios. Cuidar al enfermo, dar la vida a los demás, etc. Sin embargo, hay que ver los motivos que uno tiene .

La vida es un don que adquiere su pleno sentido a la luz de la fe. GS dice que "el hombre ha sido creado y puesto en la tierra para trabajar y dar gloria a Dios (sentido presente) y de este modo alcanzar su destino eterno (sentido futuro)".

En el presente se juega el destino eterno. La vida presente se ordena a la vida eterna. Puede haber circunstancias en que, por primar la vida eterna, se sacrifica la vida presente. Esto nos lleva a comprender que la vida presente adquiere su sentido a la luz de la muerte.

Ratzinger, Informe sobre la fe: "La sexualidad y la alimentación son dos elementos de la dimensión física del hombre. Y hoy a una menor comprensión de la castidad corresponde una menor compresión del ayuno. Una incomprensión de la una y del otro vienen de la misma raíz : el actual oscurecimiento de la tensión escatológica", de la tensión cristiana hacia la vida eterna. "Sin la castidad y el ayuno la Iglesia ya no es Iglesia. Se sumerge en la historia". El sentido común es histórico (la moral se adapta a la historia) pero el fin es escatológico.

5. El hedonismo

Una de los corrientes que hace perder esta tensión escatológica es el hedonismo. Spaemann, en "Ética: cuestiones fundamentales", dice que en la primera ética que existió lo que se preguntaba no era "¿qué debemos hacer?", no era una búsqueda de normas, sino "¿qué es lo que, de verdad, el hombre quiere en el fondo?" Es el mismo planteamiento de algunos moralistas buenos americanos ahora. El bien "es lo que todos apetecen". Por ejemplo, Charles Derrick, en "Huid del Escepticismo", dice que la ética debe responder no a qué es lo que debo hacer, sino a qué tipo de persona quiero ser yo.. También lo mantiene McInthayr, en "Tras la Virtud", donde afirma que a la luz de este fin, el hombre busca a los medios.

Aquí entran los sistemas morales.

- naturales: ayudan a alcanzar lo que queremos con autonomía y conocimiento.

- no naturales: no ayudan a alcanzar lo que queremos, porque se nos pone en manos de otro; por ejemplo, cuando tiene más importancia la masa que el individuo; o cuando uno se deja llevar por el capricho (pues no es racional).

¿Hay algo en el hombre que le permite saber lo que quiere, y lo que es bueno?. La primera respuesta de la historia a esta cuestión: sí lo hay: es bueno todo lo que produzca placer, y malo todo lo contrario. Lo que el hombre busca al fondo es lograr todo lo que es placer y rechazar todo lo que es dolor. Y esto tiene bastante ciencia de la vida: la amistad es un placer, incluso la que requiere sacrificio; uno que busca el deber, busca el placer de cumplir el deber; uno que busca tener conciencia tranquila, busca el placer de tener conciencia tranquila.

El hedonismo tiene bastantes asomos de razón (el hedonismo, digamos, auténtico: el clásico; no el del proceso de macarrización contemporáneo). Es placentero tener todas las virtudes. A la corta, es difícil tener las virtudes, pero a la larga es placentero.

Pero en ese mismo aspecto está el fallo de hedonismo: confunde la felicidad con el placer. El centrarse en el placer propio no significa que se consiga la felicidad. Es una ética subjetivista. Hay que darse cuenta que en cualquier ética, es importante el bien objetivo. Lo que importa no es el placer sino el bien que me aporta el placer. El hecho de que me satisfaga lograr el objetivo de la voluntad, no quiere decir que el verdadero fin de nuestras acciones es el placer: salvar a un hombre que se está ahogando, da cierta satisfacción pero no quiere decir que yo lo haya salvado para satisfacerme. El placer acompaña, o no, a una acción, pero no es el fin del acto.

Además, en las placeres sexuales y de alimentación, a veces, uno es capaz de sacrificar unos placeres para conservarse. Uno hace actos para salvarse, no para el placer de salvarse. Según Spaemann, no hay gente dispuesta a someterse al siguiente experimento: sentarse en una silla que toca todos los placeres con la condición de que después del tiempo previsto moriría. Lo normal es no apuntarse, porque no es cierto que lo real sea lo contrario y opuesto a lo que queremos acomodarnos a la fuerza. El placer no es el fin y también al hombre quiere más lo real que el placer porque sabe que todo tiene un fin y que el placer se acabará.

En el fondo, el hombre lo que más apetece es la realidad. Lo que apetece el hombre es ser él mismo: desarrollarse, aceptarse tal y como es, independientemente si le guste o no.

Por tanto, si no es capaz de aceptar la realidad, se desquicia. Sólo ante una resistencia podemos desarrollarnos como persona. La paradoja surge cuando uno convierte el placer en fin, no experimenta el gozo (que es una realidad más profunda). El gozo sólo lo tiene aquel a quien se le manifiesta el verdadero contenido de la realidad. Pues cuando uno se encierra en su propio placer, no experimenta otros bienes. A mayor bien, mayor felicidad. Uno no se enriquece por el placer de la realidad, sino por el bien de esta misma realidad.

Dos peligros del hedonista: apatía y pasiones (la pasión mata a la pasión).

El hombre, si en verdad lo que quiere es placer, más tarde reconoce que en verdad lo que quiere no es el placer. JP II, Persona y Acción: "El drama de la vida humana se convierte en una tragedia si no se acierta en lo que quiere".

6. Sentido cristiano de la mortificación.

El hecho de la mortificación es universal. Todos los hombres conocen la mortificación. Todos los fines necesitan un cierto esfuerzo, interior o exteriormente. Hay tendencias que envilecen al hombre, y hay que actuar en contra de ellas: soberbia, flojera, pereza, ira, etc. Ningún ideal se hace realidad sin sacrificio.

En el pecado original, el don de la impasibilidad se perdió, y además supuso una herida, la inclinación al mal, el fomes peccati en la naturaleza humana.

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GS, 13: la perspectiva cristiana: la herida de la naturaleza humana cada vez se agrava más por el pecado personal, especialmente si se degenera en un vicio. Esta naturaleza herida que es capaz de pecado personal puede ser aliviada por una doble vía:

- por la gracia, que sana y eleva a la naturaleza, y

- por la purificación o mortificación: actos que en cuanto corrigen un impulso desordenado, ordenan la correspondiente potencia o acto humano.

No es maniqueísmo, ni masoquismo, ni es sufrir por sufrir. No se puede quitar la Pasión del Evangelio. Tampoco es fatalista sino que hay un desorden que hay que purificar y ordenar. Por tanto, en el fondo, apunta a salvaguardar el orden interior de la persona. Cualquier acto de virtud es mortificación. S. Gregorio Magno dice que "por la abstinencia hay que extinguir los vicios de la carne, no la carne misma". Hay que ser según la razón y la prudencia sobrenatural.

Teológicamente, lo que nos redimió no fue el sufrimiento de Jesús en la Cruz, sino su amor en la Cruz, que supo ser superior al sufrimiento. Por tanto, el cristiano no es uno que sigue su modelo sin más, sino que está incorporado a Cristo - ver cómo Cristo actúa en mí. No es imitar Cristo sin más, sino que es dejar a Cristo trabajar en mí, desde dentro. En el fondo, la mortificación es dejar a Cristo actuar. El desorden interior es una disposición estable. La naturaleza está siempre herida.

La mortificación no sólo es un medio de purificación, sino también de identificación: unirse al único sacrificio que tiene sentido absoluto en el mundo: la Cruz, con el amor de Cristo. Esto es una exigencia del sacerdocio común, de la identificación con Cristo: la abnegación (cfr. LG, 10)

Como toda la templanza, la mortificación no es algo negativo.

Sto. Tomás dice que es mucho más fructífera una afirmación que una negación. Por tanto, ante una tentación, es mejor la fuga (adherirse a otro bien) que el no consentir (mera resistencia).

No es una negación de una serie de bienes, potencias, etc., sino que busca la armonía íntima de la persona. A secas, esta mortificación es humna (por la limitación del hombre) y es cristiana.

Es cristiana porque:

todas las realidades (cosas, tendencias, impulsos, etc.) son buenas (premorales). El hombre, al aplicar una elección, como tiene que ser circunstanciada (un hombre concreto, un bien concreto), lo puede hacer bien o mal. Toda la creación es buena, pero el hombre puede usar mal de cosas buenas. Pueden introducir un desorden en el interior del hombre. La renuncia voluntaria de estas cosas buenas no se hace así sin más, sino en orden a bienes mayores y mejores, que perfeccionan más; p.ej., respecto a la tendencia a adquirir bienes, la pobreza no significa el mero renunciar a tener sino que por sus circunstancias concretas, perfecciona más el renunciar.

Por prioridad ontológica, no es algo negativo, pues es aspirar por algo mejor. Es aspirar por algo superior, el orden interior de la persona. No es que los cristianos "no pueden" sino que "no quieren". La verdadera mortificación cristiana es causa de mayor alegría, pues es causa de mayor bien. No sería así, si fuera una negación por la negación.

Partes de la Templanza

A) Partes Integrales: hábitos que ayudan a vivir la templanza

1. Verecundia: vergüenza = tener temor al oprobio. Estrictamente no es una virtud. Pues uno puede sentir vergüenza por cosas buenas. Sin embargo, es un gran apoyo para la templanza si se conecta con las demás virtudes. Actuar sin vergüenza de lo malo limita al hombre.

2. Honestitas: amor al decoro. Es saber optar siempre por lo bueno, verdadero, justo. Portarse siempre de acuerdo con lo bueno. La honestidad moral además incluye el optar bien. Saber optar no sólo por lo bueno sino también por lo bello. Hacer las cosas con elegancia para hacerlas bien.

B) Partes Potenciales: virtudes que en sí mismas no son templanza, pero pueden llegar a serlo (necesitan de hábitos complementarios).

1. continencia: No es la misma castidad. La castidad supone la continencia. En sí misma, es una virtud imperfecta, pues lo único que hace es omitir, es no hacer actos. Es el hábito que robustece la voluntad para resistir la concupiscencia desordenada. Para ser virtud, hay que ver los motivos. Es una virtud de resistir solamente, de omisión. Puede ser un vicio que puede empequeñecer la caridad. Por ejemplo, un solterón que tiene motivos no informados por la caridad sino por egoísmo.

2. mansedumbre: Es una virtud que tiene por objeto moderar (potenciar o limitar) la ira (sea externa o interna) según la recta razón o razón práctica

Defecto de mansedumbre: iracundia: Es una ira desordenada. Puede ser interna o externa. Puede ser venial o mortal, según las circunstancias. En todos los pecados, hay como un prototipo de pecado, un punto de deshonestidad, a fin de cuentas se apuntan contra los 10 mandamientos. La ira apunta contra el 5º mandamiento - "no matarás". Si uno no controla con la recta razón los actos menores, llega a los mayores. En S. E., la ira puede generar la hinchazón de la mente - deseos de venganza. Otras consecuencias son el griterio, riña, pelea, injuria, calumnia, hasta la blasfemia.

Por exceso: blandura (falsa humildad)

3. Clemencia: es una virtud que inclina al superior (cualquier tipo de autoridad) a mitigar según razón la pena o castigo del culpable, por motivos nobles (no por soborno) y sin traspasar los límites de la justicia (por ejemplo, devolver menos de lo robado).

Por defecto: servicia: autoridad rígida que no contempla las circunstancias. Ferocidad, crueldad, rigorismo.

Por exceso: lenidad: No castigar al culpable; traspasar la justicia. Más pernicioso que la servicia, especialmente para la vida social, comunitaria, el bien común. No castigar al culpable, y como afecta a terceros, fomenta un clima de indisciplina.

4. Modestia: virtud que inclina al hombre a comportarse, sean sus movimientos internos o externos dentro de sus límites, ingenio y fortuna: portarse de acuerdo a su propia condición

1) Humildad: hábito que inclina a moderar el apetito desordenado de la propia excelencia, dando el justo conocimiento de lo que es nuestra persona, primero ante Dios y después ante los demás.

Por tanto, los mandatos de adorar a Dios y a amar a Dios y a los demás tiene algo de natural.

Hay dos elementos claves: la verdad y la justicia.

No es la primera virtud, pero es fundamental. Tiene algo que ver con la prudencia, pero visto desde el punto de vista de moderar el apetito de la propia excelencia. Sin comportarse de acuerdo con la verdad de la propia condición, no puede desarrollarse de acuerdo como persona, porque tendrá un fundamento falso.

El hombre tiene un instinto natural que le lleva a sobresalir, a ser superior, etc. que se puede desordenar. Sto. Tomás, en q.161, dice que es un hábito que lleva al hombre a tenerse por lo que realmente es. Nos es autodesprecio, autoreproche, rebajamiento, no legitimar el propio derecho.

Humidad y soberbia (leer Pieper). No es propiamente un modo de comportarse con los demás, sino con Dios. Es afirmar o negar la relación criatura-Creador. El pecado es una conversión a las criaturas o/y una aversión a Dios. Lo que propiamente hace que un pecado sea tal es la aversión a Dios. La soberbia lo que hace genuinamente es lo formal del pecado: aversión a Dios y no propiamente una conversión a las criaturas. Es el único pecado, en su forma pura, que le planta cara a Dios, todos los demás son una fuga, éste es un encararse.

Formas de soberbia

- atribuirse a sí mismo unos bienes debidos a Dios (...racionalismo)

- reconocer que los bienes vienen de Dios pero no como don de Dios, sino como mérito propio.

- jactancia por unos bienes que no se tienen o se tienen pero no en el grado que se dice.

- buscar un brillo personal aún degradando a los demás.

Malicia de la soberbia: grave ex genere suo

N.B. leve ex genere suo - leve en sí mismo, pero puede ser grave.

grave ex genere suo - grave en sí mismo, pero puede ser leve

grave es toto genere suo - grave en sí mismo, y no puede ser leve.

La soberbia es grave ex genere suo. Pero también hay que decir que los pecados más graves son de soberbia (más grave: querer ser como Dios). La humildad lleva a uno a aceptar sin reservas aquello que por divina voluntad es real.

Se derivan de la soberbia: la presunción, desprecio, vanagloria, jactancia, orgullo, susceptibilidad etc.

La humildad es la virtud fundamental, pues si no se tiene, se niega la realidad fundamental: la relación criatura-Creador.

La humildad en primer término no es una forma de relacionarse con los demás, sino una forma de tener presencia de Dios. Pues es mantener la realidad de la relación criatura-Creador. Cita a Sto. Tomás

La humildad está ligada de raíz a la alegría porque es reconocer las cosas tal y como por voluntad divina son realmente. Por tanto, no es doblegarse al hecho de que las cosas y el hombre no son Dios. Por tanto, la humildad y el humor tiene aquí su relación. Ante la dificultad, no amargarse excesivamente.

La humildad se une también a la libertad del espíritu. Lo primero no es la relación con los demás. En el hombre, hay que distinguir lo que es de Dios y lo que es del hombre. Humildad, estructuralmente, es el miedo reverencial por el cual el hombre se somete a Dios; por tanto, el hombre debe subordinar lo que hay de humano en sí mismo a lo que hay de Dios en el prójimo. Pero la humildad no exige que se someta lo que hay de Dios en sí mismo a lo que parece que hay de Dios en lo otro, ni lo humano de sí a lo humano de otro.

Por tanto, hay una escala de humildades, pero lo importante es que en esta escala, hay un camino de santidad: cada uno según su vocación. No hay camino único. San Agustín dice que si uno dice que tiene que recibir al señor diariamente y otro dice que no, que cada uno haga lo que quiera, como tampoco no hay camino único entre Zaqueo y el Centurión que no quiso recibir a Cristo.

2) Estudiosidad: virtud que modera el apetito o deseo de saber (otro de los instintos más fuertes) según la razón.

Ya comentado por Aristóteles: decía que es un instinto que por ser primario, se puede desviar:

- a lo ilícito para uno, cosa que también depende de las circunstancias

- por abandonar otras cosas: una madre que descuida el hogar

- por saber menos de lo debido.

Vicio por exceso: curiositas: apetito por saber cosa inútiles o perjudiciales:

- por el mal fin que uno da

- por el mal objeto en sí que uno estudia. Hay que distinguir: estudiar lo deshonesto, estudiar deshonestamente.

- por los malos medios (magia negra o espiritismo: invocar al demonio para conocer cosas ocultas)

Se identifica con la concupiscencia de los ojos. Consiste en lo siguiente: la vista es para ver la realidad; la concupiscencia de los ojos nos hace ver, pero no la real. Como la gula: para comer y gustar, no para saciar hambre. Heiddeger dice que lo que mueve no es el deseo de saber, sino el descubrir posibilidades de salir de la realidad, de que nos posea el objeto y no al revés.

Sto. Tomás dice que esta inquietud errante del espíritu incluye:

- evagatio mentis (disipación del alma): es lo típico de la acedia o tibieza. Esta acedia es lo que más destruye el orden y también la templanza. Dirige las potencias interiores por objeto externo, no por autodominio. Pieper dice que la acedía es típica de un corazón que no se dirige a lo grande, a lo que se debe. Actúa sobretodo cuando va contra la filiación divina que le exige. Por tanto, la pereza según Sto. Tomas es la inquietud errante del espíritu, es la primera consecuencia y el ocio es la puerta del todo pecado, pues el espíritu está disparado, y se dirige a lo que más le atrae.

- La segunda consecuencia es la dispersión. Se manifiesta en la inquietud. En la palabrería incontrol, querer dispararse de sí y meterse en la pluralidad: desasosiego interior, inestabilidad, imposibilidad de asentarse en un lugar (físico o moral) imposibilidad de decirse por algo serio.

Cuando esta inclinación a conocer la verdad degenera en curiositas, puede ser algo peor una desorientación inocente en el ser humano. Puede ser un desarraigo, fuga de su propio yo, desesperación y búsqueda por medios imposibles de la plenitud de la vida. Todo lo prueba, buscando afirmarse en lo no estable.

Vicio por defecto: negligencia o pereza para adquirir la verdad. Puede ser un pecado mortal por una ignorancia vencible (no saber lo que se debe saber). Hay que tener la ciencia suficiente para solucionar los casos ordinarios, y la prudencia suficiente para remitir al experto los casos difíciles.

3) modestia corporal: virtud que inclina a guardar el debido decoro en los gestos y los movimientos.

Hay que distinguir la dignidad del agente y tener en cuenta a los que le rodean.

Vicio por exceso: afectación: tratar a personas con demasiada suntuosidad.

Vicio por defecto: ordinariez o rusticidad

4) eutrapelia: un impulso de pasárselo demasiado bien, reír de mucho por una cosa dentro de la Iglesia, pero no en la sala de estar. Es la virtud que regula este impulso de pasárselo bien.

Vicio por exceso: necia alegría: alegría o manifestaciones de alegría fuera de lugar, sin motivo. Los motivos son muy importantes pues puede haber motivos que no responden a lo que exige el bien.

Vicio por defecto: austeridad excesiva: está relacionada con la falsa humildad. El que se cree que es todo muy solemne, grandioso. Hay que tener en cuenta el aspecto humano p.ej. cansancio.

Es muy importante en la convivencia. No alegrarse en la desagracia ajena, pero también alegrarse en sus alegrías.

5) modestia en el ornato: según la razón, se regula el arreglo en el vestido y otros aspectos exteriores.

Los vicios son:

- el vestirse excesivamente fuera de la moda razonable

- la afectividad excesiva

- ostentación, sobrecarga

- sensualidad

- excesiva solicitud: falta de higiene es malo pero no hay que ser afectado excesivamente

- excesiva negligencia: hay quien tener en cuenta que el hombre es humano. A veces aparta los fieles de la Iglesia. No son motivos buenos pero en la práctica, afecta mucho a los fieles

- jactancia: presunción

C) Partes Subjectivas, virtudes menores (formas de templanza) que la acompañan. Son cuatro especies de templanza, diversas por el objeto del acto que regulan:

- abstinencia: uso del alimento

- sobriedad: uso bebidas y drogas

- castidad: uso de lo que indirecta se refiere a la generación

- pudor: sobre actos que óindirecteó se refieren a la generación.

Dos se refieren a la generación y dos a la nutrición

En manuales clásicos, se distinguía entre castidad, por su aspecto temporal, y virginidad, si era decisión perpetua. Eso ha cambiado, para distinguir entre castidad y pudor. (Cfr. II-II, 143, 1).

1. Abstinencia: No hay que identificarla con la ley eclesiástica de la abstinencia. Es una realidad que está también en las religiones no-cristianas. Es una virtud que modera el uso de los alimentos y bebidas alimenticias en orden al bien moral según lo determina la recta razón (iluminada por la fe - en cristianos).

Ley eclesiástica

La Iglesia, para facilitar la penitencia de los fieles, sabiendo que la penitencia era algo necesario para la vida cristiana, ha dado unas leyes mínimas para que los cristianos tengan unos momentos para la penitencia. Actualmente, se regula por la Const. Apos. "Poenitemini", de 1976, en la cual se dice que hay 3 formas de penitencia: la oración o piedad, las obras de caridad, y el ayuno.

CIC 1252: manda observar el ayuno eclesiástico: una comida normal y dos frugales colaciones al día, y nada más. Se extiende a dos días del año: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo. Obliga a todos los súbditos de la Iglesia con 18 años cumplidos hasta 60 incohados. No obliga si hay un notable perjuicio.

CIC 1251: La ley de abstinencia prohíbe comer carne todos los viernes que no coincidan con solemnidad, más el Miércoles de Ceniza; especialmente, los Viernes de cuaresma. Las conferencias Episcopales pueden sustituir la carne por otro alimento. Obliga a todo súbdito de la Iglesia con 14 años cumplidos. Las CE pueden determinar con más detalles e incluso sustituirlo por otras formas de penitencia. especialmente, los Viernes de cuaresma. Las conferencias Episcopales pueden sustituir la carne por otro alimento. Obliga;

En estas leyes obligan graviter, al cumplimiento substancial de la ley.

Uno no peca gravemente si incumple accidentalmente; por ejemplo, comer 3 cacahuetes. También se considera incumplimiento accidental en los viernes fuera de cuaresma. Se refiere más bien a la intención.

Exime: la imposibilidad moral. Moralmente no se debe cumplir, si, por ejemplo, se puede comer solo una vez - familias pobres o despiste

Dispensa: por motivos justos. Los obispos pueden dispensar a todos sus fieles. El párroco puede dispensar mediante una consulta al obispo sobre casos singulares (personas concretas). El superior de una orden religiosa, a sus súbditos. El confesor no puede dispensar. Lo más que puede hacer es decir que a su juicio existen razones válidas, pero hay que remitir al párroco.

2. Gula: vicio de la inclinación a comer desordenadamente; no es comer mucho. no es comer mucho.;

Es uno de los 7 pecados capitales, pues, pone en esclavitud a la persona y es cabeza de muchos otros pecados.

S. Tomás dice que hay cinco formas de gula:

- comer cosas muy costosas

- comer vorazmente, óvoraciteró

- comer rebuscadamente y con exquisito capricho

- comer a deshora

- comer poco pero continuamente.

En la mesa y en el juego, se conoce al caballero: pone de manifiesto también el alma de una persona; se puede conocer a uno por su comportamiento en la mesa

Por sí mismo la malicia es leve in genere suo pero puede ser grave:

- si se supone un perjuicio grave a la salud

- si se llega a perder conocimiento - el recto uso de la razón

- si hay escándalo

- si supone un voluntario in causa: perder un poco el límite moral; embota la mente, por tanto, puede no cumplir algunos deberes, y ser causa de otros pecados.   

3. Sobriedad

Es la virtud de la templanza en cuanto que regula racionalmente la inclinación al uso de la bebida y productos embriagantes.

Embriaguez: uso de productos que nublan o quitan el uso de razón.

Malicia: hay distinción:

- embriaguez incompleta o imperfecta: de por sí es venial. Puede ser mortal si se producen consecuencias graves, que se deben prever. También, hay que ver el daño a la salud: no in actu, pero puede quedarse enganchado al vicio. 

- embriaguez completa o perfecta: voluntaria o por puro placer. Es importante el mismo acto, pero también hay que ver el conjunto de la vida de la persona, porqué busca tal placer. Es pecado mortal, pues nadie le es permitido perder el uso de la razón innecesariamente. Y también por los actos posteriores: voluntario in causa. Uno es responsable por todo lo que haga en estado de embriaguez si los efectos o fueron previstos, al menos o confuso, o debieron ser previstos: lujuria, incumplimiento de los deberes, escándalo, riesgos mortales en conducción, etc.

En la Sagrada Escritura:

- Ps 103: óvinum laetificat cor hominisió.

- JC: no beberé el fruto de la vid hasta que vuelva a beber con vosotros en el cielo.

- Eccle: que se beba en su debido tiempo y con moderación; excita la mente del loco.

- 1 Cor 6, 10 - ó...ni los borrachos, heredarán el reino de los cielos

- Ef 5, 18: funestas consecuencias de la embriaguez - blasfemias, accidentes, desorden.

- S. Pablo: ya comáis, ya bebáis, hacedlo todo por la gloria de Dios.

Toxicomanías: parecida con la embriaguez pero con un elemento más: crea dependencia mucho más rápidamente y hay un peligro más real para la salud.

Juicio moral: hay que contemplar el caso concreto. Hay una constante: la pérdida del sentido cristiano de la vida. El porqué de drogarse, no querer vivir en este mundo, evasión.

Organización Mundial de la Salud: efectos de las drogas erróneamente clasificadas como blandas. Hay que ver la pureza del producto y los efectos.

En uso esporádico, dosis normales

- estado mental y ánimo: durante el momento eufórico hay un aumento de expresividad, cambios sensoriales cualitativos y mas tarde, depresión psíquica, disforia, fatiga.

- capacidad del trabajo, al principio, hay más capacidad e insomnio pero más tarde, fatiga.

- aunque aumenta la fantasía, puede ser causa de impotencia, reducción de la agudeza auditiva, taquicardia, alta presión arterial, vasoconstricción periférica y vasoconstricción cerebral.

- se disminuye el poder de euforia y por tanto, hay que aumentar el dosis. Se convierte en un animo depresivo, fobias, apatía, irritabilidad, psicosis paranoide, disminución de memoria y concentración, reduce sensación de fatiga en estado de privación de sueño.

- Lo que se busca es la sensación, pero lo que produce es la alteración.

- El efecto más notable: desorganización de la estructura de la personalidad, pues la droga hace esclavos a la razón y voluntad.

- grados de intoxicación (muy técnico)

Características de una verdadera toxicomanía:

- deseo invencible de consumir droga - procurando por cualquier medio

- tendencia de aumentar la dosis - fenómeno de tolerancia

- dependencia psicológica, y en algunos casos, dependencia fisiológica.

Principios morales - cuidado de la propia vida etc.; hay casos en que está justificado la droga, cuando se responde al principio de totalidad: para salvar el todo, se puede sacrificar o anular temporalmente una parte: analgésicos, etc., en hospitales.

Es pecado mortal tomar drogas fuertes.

Drogas blandas: uso esporádico. Algunos lo equiparan con el uso de alcohol. Pero no es así, pues crea dependencia más rápidamente. En principio, ha de ser considerado grave (ex genere suo). Hay que calibrar las circunstancias: edad, finalidad (evasión o fuga existencial, para tener menos barreras morales), ambiente, cooperación al mal (trafico de drogas, etc.) escándalo. Hay que ver: uso de razón, daño a la salud, circunstancias y peligro próximo de la persona (su constitución moral-débil o fuerte).

Drogas blandas - uso habitual: es grave. S. Tomás: lo especifico del hombre es tenerse a sí mismo. Privarse de esto innecesariamente es pecado y además, pone en peligro la vida.

 La castidad.

1. Castidad y sexualidad

Se puede estudiar desde muchos puntos de vistas. Apunta a Gen: el hombre es imagen y semejanza de Dios. Dios creó al hombre varón y mujer.

A veces, se ha polarizado la moral a la castidad; hasta el s. XIX y principios de XX, se consideraba la sexualidad como algo misterioso, sucio, etc., y además, considerando que hay que tener pudor, verecundia, etc., los moralistas no-católicos atacan a la moralidad católica aduciendo que se contempla la sexualidad como un tabú.

Pero no es verdad, pues la Iglesia ha visto la sexualidad como un bien.

Sto. Tomás, en II-II q. 153, dice que cuanto más importante es una cosa tanto más debe entrar en juego la razón. La sexualidad es importante porque: el buen uso forma parte de la constitución moral de la persona, incluye la procreación, y los pecados son muy placenteros.

Es muy importante tener en cuenta que la procreación de la familia humana y de Dios y además, a este sentido inherente, Dios ha añadido un placer (como en la comida y bebida). El placer no sólo no es pecaminoso, sino que es bueno.

Sto. Tomas dice que una insensibilidad por renuncia expresa y voluntaria (no una opción de celibato) fuera del orden de la razón no sólo es una deficiencia, sino que es un vicio.

En la Sagrada Escritura, S. Pablo en 1 Tim dice que son hipócritas los que prohíben casarse y comer ciertos alimentos. S. Juan Crisóstomo comenta que el que se va contra lo que dijo Cristo "serán una sola carne" es un hereje.

2. Noción de castidad: orden en la razón de lo sexual.

Por referirse a cosas importantes y santas, requiere ser guardado por la razón (iluminada por la fe, para los cristianos).

La moral de actitudes (en donde no valen los actos concretos) y el emocionalismo (emoción de la conciencia como último criterio) van contra la castidad como ordo rationis.

En los pecados contra la castidad, siempre hay un egoísmo, pues meter el orden de la razón en la sexualidad se quiebra en la lujuria. Este ordo rationis, frente al emocionalismo: decir que la razón es capacidad de conocer la realidad no sólo incluye la racionalidad, sino también la fe. La fe, aunque supera la razón, entra dentro del orden de la razón. es un conocimiento por revelación. El hombre tiene acceso a la realidad por dos vías: ciencia y revelación (fe).

Antes, se ha dicho que la sexualidad es un mal menor que hay que soportar, pues hace perder el uso de la razón (cátaros, maniqueos, etc). Algunos Santos Padres dijeron que en el paraíso, si no hubiere pecado original, la reproducción humana habría sido de otra forma. Sto. Tomás refuta esto diciendo que en el paraíso, sin pecado original, no sólo la reproducción no habría sido de otra forma sino que el placer de la sexualidad sería mayor, pues este placer es un bien y es así porque Dios lo ha querido. En la vida eterna, no habrá reproducción.

Para salvaguardar este orden de razón, hay una institución moral, divina, pero natural: matrimonio. Hay dos formas de salvaguardar este orden: celibato (propter regnum caelorum) y el matrimonio.

Todo pecado de lujuria implica una injusticia porque es contra el bien común, el bien propio y contra Dios. En algunos casos muy explícitamente, (rapto, violación, etc).

Es injusticia contra la realidad, contra la razón.

Sto. Tomás dice que la prudencia queda herida de muerte por la lujuria.

- La lujuria es lo que más ciega al espíritu. La lujuria parcializa el hombre, le hace ver sólo aquello que le produce un placer sensible. Es incapaz de hacer oración, por haber incorporado un hábito que sólo le atrae la atención lo que le produce placer.

- Le quita la fuerza a la voluntad, que se deja dominar sólo por el bien sensible, no por bien honesto.

- Y, por tanto, la castidad, más que ninguna a otra virtud, hace capaz de contemplación, sea sobrenatural o natural (contemplar la belleza).

Pieper: El daño de la lujuria es distinto a que una planta se seque porque le falta agua. La lujuria no es algo que afecta poco a poco por falta de riego, sino que es algo que positivamente envenena. La visión parcial, entrega a la sensibilidad, no es capaz de escuchar la realidad ni reunir los datos de la realidad. Es incapaz de tener posturas justas.

Es mala la lujuria no porque sea sensible, material, sino por la visión de la realidad sólo desde la perspectiva del placer. El desorden es porque le hace insensible a captar la realidad. Ve valores, pero sólo de forma egoísta. Esta obsesión de gozar le priva del verum, y le hace tener ilusiones que no son reales. La razón humana es capaz de ver la realidad en sí misma, no sólo en cuanto me afecta a mí mismo. Es capaz de desligar el pulchrum de la cosa no como los animales que siguen sólo el estimulo-respuesta.

Por tanto, la esencia del egoísmo es la lujuria (porque busca sólo el bien placentero para mí) y la esencia de la lujuria es el egoísmo.

S. Agustín: un corazón puro es el que ama sin pensar en el pago.

Sto. Tomás: la lujuria degenera la raíz del conocimiento. Debilita la potencia volitiva, que busca sólo el bien deleitable y deja herida de muerte a la prudencia

- en la reflexión, introduce disipación y ligereza

- en el juicio, provoca precipitación

- en la decisión, introduce la inconstancia.

La castidad y lujuria se refieren a disposiciones estables, hábitos, difícilmente removibles.

Continencia y incontinencia son actos.

En el hábito (lujuria) el pecado es querido por la voluntad, pues le es connatural. Quiere el pecado, por tanto, es de difícil arrepentimiento. No es importante el acto lujurioso, sino el ser lujurioso. El lujurioso es deshonesto. El incontinente es uno que cae por debilidad: no quiere el pecado, por tanto, es fácil de arrepentirse. No es deshonesto.

La lujuria es uno de los hábitos que más fácilmente se adquiere con el menor numero de actos. El pecado se da en el corazón. Hay que aclararlo, contra la casuística. Puede haber actos que materialmente son de la lujuria, pero no son pecado. No hay que intranquilizar las conciencias.

Peligro de maniqueísmo. Depende en como se guarde el orden interior, así también será la visión de lo exterior. Se desgracia la moral al poner la castidad en el primer lugar. El maniqueísmo insiste que hay cosas creadas malas; no todo lo creado es bueno. Los ritmos de la fertilidad femeninos son defectos de la naturaleza. Es una especie de angelismo que ve unos actos naturales como un mal que hay que aguantar. Por tanto, surge una moral que da mucho valor a lo corporal (ayunos, mortificación) Y en el plano de la santidad, ocupa el primer lugar lo externo.

Pero no es esto el catolicismo (misericordia quiero y no sacrificio). Frente a todos estos, hay que decir que todo lo creado es bueno.

Pieper cuenta cómo Sto. Tomás habla del Tertuliano, al que siempre le denomina "hereje". Tertuliano dijo que había 3 pecados que no pueden ser perdonados: idolatría, homicidio y adulterio. El montanismo creía en la maldad de lo corporal, del cuerpo del hombre. El pecado original y el pecado de los Ángeles fueron contra la castidad. Papa Calixto dijo que no puede ser perdonado sólo si no quiere ser perdonado. Pues, el mérito de Cristo es infinito. Tertuliano le comenta que se mancha la Iglesia con estas palabras de Papa Calixto. Siempre molesta a la Iglesia denominar el pecado contra la castidad como "mancha" y los demás pecados como falta.

Lo vreado y lo producido. En 1 Io, se habla del mundo que invita a la concupiscencia y a la soberbia, bajo la influencia del maligno. Este mundo, sí puede estar descompuesto. Sin embargo, sobre este mundo versa la templanza para discernir el bien honesto detrás el bien aparente.

Nietszche: "El hombre en la ciudad peca más que el hombre en el campo."

S. Th. II-II, q. 142: "No se cometen muchos pecados por la incitación de las pasiones mismas, sino que la mayor parte se comete por incentivos que vienen de fuera."

Pieper: "Estas pasiones reaccionan con virulencia ante los excitantes de la sexualidad". Se puede crear un "callo moral". Esta fascinación es resultado de una acción concertada de lujuria y de atrapar las sensaciones deleitables y el afán de lucro de los intermediarios.

2. Sexualidad como don de Dios. Hay que seguir afirmando que la sexualidad es buena, una dádiva divina que se ordena limpiamente al amor, a la vida y a la fecundidad.

Familiaris Consortio, 11 - "Esta facultad sexual con su propio sentido sólo tiene un ámbito en que se puede llevar a cabo: el matrimonio monógamo indisoluble."

Orientaciones sobre la educación sexual: cfr. Com. Episc. Educ. (Ene 87 en Ecclesia), recoge la persona humana; no muy normativo pero explica el por qué de la doctrina. no muy normativo pero explica el por qué de la doctrina.;

Historia

No sólo para responder a los anticatólicos, sino que se vio que hacía falta cierta educación sexual. No sólo saber qué no hay que hacer, y lo que hay que hacer sino también el por qué, el sentido de la norma moral. Más que educación sexual habría que hablar de educación de la castidad.

Pió IX, 31 Dic 29, Divina Illius Magistri vs. una educación sexual naturalista (lo que es bueno es lo espontáneo). Muestra la importancia de la educación sexual en 4 puntos:

- La educación sexual no se debe situar para la enseñanza católica en un plano meramente natural. Para los no-católicos, sí, pero lo natural en cuanto lo humano y racional, no como mero factum espontáneo. La norma ética no se refiere a la inclinación sino a la libertad o no-libertad a la ejercicio de esta inclinación. No sólo en lo humano, sino en lo sobrenatural.

- No se debe limitar a explicar el misterio de la vida. Debe ser más amplia.

- Debe tender a robustecer la voluntad. No sólo una información sexual, sino una formación de la castidad como valor humano.

- Debe darse individualmente. No se puede dar indistintamente. Hay que ser gradual y prudente. Primero, los padres, y luego los que tienen la misión educativa. En segundo lugar, los educadores por delegación de los padres. Hay que darla con las cautelas oportunas para no dar efectos contraproducentes.

Santo Oficio: Reafirma DIM. Insiste que la educación sexual debe ser acompañada (además de la formación de la voluntad), por medios sobrenaturales. No debe ser una mera información, sino una formación de la persona, pues la sexualidad es una dimensión de la persona.

Juan XXIII, 1960: Conmemora 30 años de la DIM. Reafirma que no ha perdido actualidad pero hay que adaptarla. Incluye métodos pedagógicos etc.

CV II, 28 Oct 1965, Educación Cristiana (Gravissimum Educationis Momentum). Se debe dar una educación moral en todas las escuelas, conforme a los pareceres religiosos de la familia, pues lo padres son los primeros educadores. Incluye la educación sexual. Los niños y los adolescentes tiene derecho a que se les ayuden a ver los valores.

S.C. Ed. Cat., 1 Nov 83, Orientaciones Educativas sobre el Amor Humano y Pautas Sobre la Educación Sexual.

0. Cuestiones introductorias (1-20)

- Sentido integral de la sexualidad. La sexualidad es un elemento básico. Hay diferenciación y complementariedad (hombre-mujer).

- Distinguir muy bien entre la genitalidad (mera función física) y la sexualidad (interviene la espiritualidad, comunión y persona: orientada al amor, y al amor fecundo).

- Hay una situación actual donde se ve necesaria una educación sexual fina y buena, pues la reclaman los alumnos. Los educadores deben ser firmados.

- 3 puntos de apoyo:

CV II, Gravissimum Educationis Momentum

GS 49, 52

Familiaris consortio 37

Estos documentos deben ser leídos de acuerdo con la situación. Pero también debe haber fidelidad al Magisterio. En estos momentos, quizás hay que ir más gradualmente, permitir un matrimonio a usar métodos naturales de prevención de concepción aun con mentalidad anticonceptiva en vez de medios artificiales.

1. Cap. I - Algunos principios fundamentales.

La concepción cristiana de la sexualidad: la persona humana, cuerpo y alma, es imagen y semejanza de Dios. El cuerpo revela a la persona; la sexualidad es un lenguaje de la persona en que no debe haber mentira. Este lenguaje es también imagen del amor creador de Dios. Hay una complementariedad entre el amor y sexualidad. El sentido intrínseco de la sexualidad es la fecundidad.

La educación sexual. No sólo física, biológica, sino todos aspectos: bios (física), psyche (sentimento), anima (espiritual). Tiene que ser en el ámbito de la fe, adaptada a la edad y su objetivo fundamental no sólo es el conocimiento de la sexualidad, sino el crecimiento total de la persona (una maduración).

2. Cap. II - Responsabilidades en la realización de la Ed. Sexual.

El orden jerárquica de los agentes educativos es el siguiente:

a) familia. Los padres poseen el derecho primario de educar a sus hijos; la función de la escuela es subsidiaria respecto a los padres. Los genuinamente educadores son los padres, pero delegan su autoridad a la escuela, la cual debe adecuarse a los deseos de los padres.

b) La Iglesia. Tiene una misión educadora, enseñar a los fieles el camino para ser humano, ser santos. Tres capítulos: catequesis y educación sexual (debe seguir DIM), catequesis prematrimonial, orientaciones y catequesis para adultos.

c) La sociedad civil: la autoridad. Tiene una misión muy expresa: velar por el bien común. No es perseguir, castigar al pecado sino lo que atenta contra el bien común. Los medios de comunicación tienen una gran importancia. La autoridad tiene misión, autoridad para moderar lo que va contra el bien común.

d) La escuela. Es complemento asistente a la acción de los padres. Tienen que tener una material didáctico y humano bueno.

e) Los grupos y asociaciones juveniles

3. Cap. III - Condiciones y modalidad de la educación sexual (condiciones para una buena educación sexual)

Formadores: buena persona, preparación

Métodos educativos: calidad, objetividad, prudencia

Educación del pudor: defensa de la dignidad del hombre, del amor humano, educación de la amistad.

4. Cap. IV - Algunos problemas particulares

Relaciones prematrimoniales, masturbación, homosexualidad, droga y desorden sexual.

5. Conclusión. Hay urgencia de una buena educación sexual. La primacía pertenece a los padres. Debe ser, a la vez, una información y formación dentro de la fe.

Virginidad y Celibato

S. Th., II-II, q.52 a.3 - "lo que es la magnificencia a la liberalidad es la virginidad a la sexualidad." La liberalidad es atender a los ruegos del hombre. Magnificencia es como lo que dijo Alejandro Magno: "Tu pides como eres, y yo doy como soy."

1. Virginidad

Concepto: Suele entenderse un estado físico, o de soltería, pero es más rica que esto. Es una virtud (no un estado) nacida de la voluntaria decisión y de la gracia de Dios por la cual se renuncia para siempre y por amor a Dios el ejercicio de la sexualidad. No es sólo una realidad física, sino sobre todo, una conducta, una decisión, por tanto, es una virtud.

Lo esencial. Como virtud moral, la esencia es la decisión de querer vivirla. Pieper sostiene que esta decisión se plasma en toda su perfección y

Hay que atender a los motivos para vivir la virginidad. Algunos miran a la sexualidad como algo malo (maniqueos, dualistas). S. Agustín: la nobleza de esta virtud no le viene por el estado de virginidad sino por estar consagrada a Dios. Sto. Tomás: tal decisión no se hace laudable sólo por ser tal decisión, sino por su fin: propter regnum caelorum.

La virtud por voluntaria decisión y por gracia de Dios, pero también por el carisma de renunciar al ejercicio de la sexualidad propter regnum caelorum. Mt 19, 11 -"eunuchus propter regnum caelorum."

La Iglesia afirma la dignidad del matrimonio, pero da la primacía a la virtud de la virginidad.

El matrimonio es un bien natural y sobrenatural. No hay contradicción entre matrimonio y santidad. La virginidad es una incorporación a Cristo indivisa, total. Sólo en este sentido se afirma en Trento, en la ses. XXIV, que la virginidad es superior al matrimonio.

No se da por ser más fuerte o no sino por el carisma - matrimonio o virginidad. Es mejor el carisma de la virginidad que el del matrimonio, ascéticamente. Pero no se puede decir que es más santo un virgen que un casado. La Iglesia sólo dice que el carisma de la virginidad es más alto. La santidad en cambio es respuesta personal.

S. Th., II-II, q. 152 a.2: dos objeciones: que la virginidad es contra natura.

No es contra natura perder un bien material para cuidar la vida y tampoco es contra natura perder un bien corporal para adquirir un bien espiritual.

En casi todas culturas hay vírgenes para ser ejemplo, para que no se pierda el espíritu de tal civilización.

La obligación y permisión puede ser para todos y para cada uno, o para todos en general. La alimentación es para todos y cada uno, mientras "creced y multiplicaos" no es para todos y cada uno sino para el conjunto de los hombres, pues el conjunto de los hombres necesita un crecimiento corporal y también un crecimiento espiritual.

La actitud que se toma ante esta cuestión refleja la cosmovisión de una persona.

Por ej., virginidad: se ve si da prioridad al carisma o la mera naturaleza, si es más importante lo material o lo espiritual. Se ve la cosmovisión de la persona viendo su postura.

2. Celibato

Distintos puntos de vista. Desde el punto de vista teológico, la virginidad equivale a celibato pero desde el punto de vista jurídico o en lenguaje normal, la virginidad es para las mujeres y el celibato es para los hombres.

CV II: Los periodistas dicen que el CV II fue pegajoso en esta cuestión. Pablo VI en la Carta a los Padres dice: "No es conveniente tratar en discusiones públicas el tema del celibato".

Los periodistas dijeron que es una imposición por Pablo VI, que quiso que no se malinterpretara desde el exterior. De hecho, se trató y se discutió el tema en las aulas conciliares. Se pidió todo tipo de intervenciones. Nunca se había tratado un tema tan profundamente.

Historia

- C. Elvira (300). Da una disposición disciplinaria. Pide a los clérigos casados antes del sacerdocio que no usen el matrimonio.

- C. Letran I (1123). Prohíbe que los clérigos tengan concubinas y que se hicieron atender por mujeres buenas.

- C. Letran II (1139). Declara nulos el matrimonio de los clérigos.

- C. Trento. También declara nulos los matrimonios de ordenados in sacris (diáconos, subdiáconos). Se ordena solo el que tenga carisma del celibato

- CV II - PO 16, OT 10

Por votación no por imposición. Los pasos en el CV II:

1961 - castidad in genere de los presbíteros

1963 - castidad según los ritos, tradición

1964 - castidad como algo que es de imitación de Cristo. Antes, se ligaba mucho con los votos religiosos pero la desventaja era asimilar todo al estado religioso. El celibato sacerdotal propiamente dicho pone una significación excelsa en el sacerdote. PO 16 tuvo 1150 enmiendas hasta el texto definitivo. La votación: 2243 placet, 27 non placet, 1 nulo. Véase también. CIC 277.

Razones de conveniencia - CV II

El celibato está en estrecha e íntima en relación con el sacerdocio ministerial. El celibato no pertenece suapte natura al sacerdocio pero no significa que es mera configuración histórica, cambiable. Algunos fuera de la Iglesia acusan al CV II de tener concepciones maniqueas, dualistas pero esto no es verdad, pues CV II habla de la verdadera vocación matrimonial, llamada universal a la santidad.

Dos razones del celibato

a) Por Consagración

Heb 7, 3 - "Homo ex hominibus assumptus"; sin padre, sin madre, sin genealogía. Tim 6, 11. Es una especial configuración sacramental con Cristo, no una mera función, tarea.

PO 2 - "El sacerdote de la Nueva Alianza se confiere por un sacramento muy peculiar por el cual se configura por un carácter...según el cual se configura con Cristo sacerdote." Por tanto, configura también a la virginidad de Cristo. Con, por y en Cristo.

Mt. 10, 23; 20, 24; Lc. les invita a renunciar a tener mujer e hijos "propter regnum caelorum".

Es una configuración interior, más espiritual.

b) Por Misión

Es una realidad más fáctica, consecuencia de la consagración. Su misión es servir a todos los hombres por su ministerio, su vida, en su crecimiento, salud y destino de la Iglesia. El sacerdote pertenece a los demás, no se pertenece a sí mismo. Es el servus servorum Dei. Es posesión de la Iglesia.

PO 14 - "Esta castidad pastoral constituye para el sacerdote el vínculo de la perfección a la que ha sido llamado". Su santidad depende de su grado de entrega.

El celibato no es el principal motivo del celibato pero, sí, es una ventaja muy grande.

No es una necesidad absoluta para el sacerdocio, pero sí muy conveniente

No es una asimilación de la espiritualidad religiosa. Sería una superestructura por influencia. PO 16 dice "Es casi necesariamente conveniente pues expresa muy bien la misión sacerdotal y ayuda al sacerdote en el cumplimiento de su misión en la Iglesia". Da un paso a la imitación de Cristo y permite con más facilidad el servicio a la humanidad. Hay razones cristológicas, eclesiológicas y escatológica que hacen que le celibato no sea un vínculo artificial, sino teológico y pastoral. Incluso el sensus fidelium lo ha captado.

Así, ¿se puede imponer por ley humana el celibato?

La Iglesia no impone la ley del celibato sino que sólo se admite a los órdenes a quien tenga certeza moral de tener el carisma del celibato, y se comprometa a cuidar tal carisma. La pregunta en el fondo: no se impone, pues es un carisma divino. PO dice que la Iglesia ruega a Dios que se conserve siempre tal carisma. La Iglesia no admite tampoco a los órdenes a los hombres no normales.

Matrimonio (cfr. Zalba: La regulación de la natalidad, BAC Minor)

1. Fin: pro-creación. Esto no es sólo algo biológico; es, sobre todo, comunión de personas, algo más íntimo, enraizado en el amor conyugal por que dos se hacen una sola carne. Pero, al mismo tiempo, como son dos personas humanas -cuerpo y alma-, lo biológico no se puede separar de lo íntimo o personal, son coesenciales. En caso contrario, se daría una instrumentalización de la persona por el sexo, o mejor, por la genitalidad.

Los actos conyugales, tienen un doble significado: unitivo y procreativo. Dos significados inseparables, como cabeza y tronco en un hombre: por poder, se pueden separar, pero....Significan la unión sexual, previa la unión espiritual o comunión, en una donación total, exclusiva y definitiva. De hecho, la separación voluntaria de este doble significado, se aboca o a instrumentalizar a la persona o a desvirtuar el amor conyugal, que pierde su sentido.

Procreación y comunión conyugal vienen exigidas por la verdad interior del ser personal, dando lugar a una realidad unitaria, llamada amor conyugal. Este doble significado se une y se protege mutuamente: se toma el todo (la persona), no la parte (el cuerpo). La mejor defensa del amor conyugal se da con la apertura a la vida.

2. Castidad y sexualidad matrimonial

El acto matrimonial tiene una moralidad esencial

- HV 11: "Todo acto matrimonial abierto a la vida es honesto y meritorio aunque ese acto resulte infecundo de hecho o se prevea infecundo o se desee infecundo". Es esencialmente distinto del acto no abierto a la vida. Continencia como virtud no es lo mismo que como método.

No es, propiamente, un acto humano si no está abierto a la vida, es decir, si voluntariamente la cierra.

Cuando es un acto inhumano por parte de quien lo realiza o lo sufre uno no actúa como persona incluso si está abierto a la vida. El CIC dice que una violación no es una consumación del matrimonio, pues la consumación es algo más que lo físico, es comunión personal.

- HV 8: El acto matrimonial no puede no ser honesto, cuando el matrimonio es una institución del Creador para que el hombre coopere con El en la creación. Un dominio a imagen y semejanza del Creador. En otros casos es un dominio ministerial (no total). Tiene dominio sobre todo, incluso no material, pero como servidor. El hombre no es un dueño absoluto de todo.

La generación del prole es una forma exquisita de colaborar en la creación. Los nuevos hijos del hombre son también hijos de Dios. Hay que emplear de forma especial el dominio de la razón.

Todos esos actos son buenos (puede haber circunstancias que los hacen malo, pero en sí son buenos). Son malos cuando no se llevan bien, cuando la voluntad lo hace en forma no personal (uso de fármacos, etc., incluso cuando se desea infecundo sin razón suficiente). Hay que enfrentar a la gente con su responsabilidad y conciencia.

 Los esposos pueden tener deber moral (no una concesión) de evitar la procreación. Pueden usar los períodos infecundos, lo ha dispuesto Dios sabiamente. No son defectos de la naturaleza. Además, puede haber anormal

Dios no ha determinado tiempos concretos para no usar el acto.

Lo que quiere Dios es no poner obstáculo a la fecundidad. Cafarra dice que hay un espacio de Dios en la generación; ponerle obstáculo es borrar este espacio de Dios. La creación de un nuevo ser sería pues puramente acto humano. Crea una mentalidad de desprecio por la otra persona, usándola como objeto. El divorcio, contracepción, fecundación artificial están relacionadas con esto.

- HV, 12: Magisterio, acto matrimonial, unitivo y procreativo. El Magisterio siempre ha defendido un punto muy complejo: en el acto matrimonial no se puede separar el acto unitivo (acción personal - física, afectiva, moral, etc.), del acto procreativo.

El amor del cónyuge es por naturaleza fecundo. La voluntad no debe romper esta unidad. LG, 25 lo recoge. Esta cuestión no es meramente en el plano sobrenatural, sino que se capta por la razón. Dice LG 25 que aun cuanto sea captable por la razón, el cristiano debe mantener esto tanto por la enseñanza de la Iglesia cuanto por moción del ES.

El amor conyugal debe ser personal. Es el único sitio en que nazca la persona. Por tanto, el amor conyugal debe superar lo meramente físico, sexual. Es la donación de la persona.

Tiene que ser pues:

- perfectivo: capaz de perfeccionar al hombre en cuanto hombre.

- expresivo: expresar la donación personal (con todas sus potencialidades incluso la posible maternidad o paternidad); si no, sería una donación física pero no personal

- generativo: capaz de generar (es otra cosa si de hecho no genere). Un acto que no lo sea, no sólo es contrario al plan divino sino además inepto para expresar íntegramente el acto conyugal.

- HV 14 (?) Al ser un acto generativo, expresivo y perfectivo, es también, de alguna forma, un acto suprapersonal por la función que tiene, la posible vida que puede generar, etc.

- HV 14: habla de las vías ilícitas de regulación, naturales (la paternidad responsable mal entendida) y artificiales.

 

3. Paternidad responsable

Las causas económicas deberían ser las últimas. Sería negar la vida a un hombre por una suma de dinero. Tiene la raíz en una mentalidad hedonista donde la fecundidad se ve como una desgracia.

- Pablo VI (recoge Casti Connubii, Pio XII) - también Hum. vit 5(?)

"Siempre que no existan serias causas para limitar los nacimientos, la paternidad responsable se ejerce mediante la generación de hijos que Dios envía, porque los cónyuges no ejercen la capacidad generativa a su arbitrio total, sino que son responsables ante Dios, ante la familia, ante la sociedad y ante sí mismos."

- JP II - Hom. 7 Oct 79: "No se puede olvidar que es menor mal negarles ciertas ventajas materiales que privarles la presencia de hermanos que les permiten a desarrollarse."

- Continencia periódica: el único medio ilícito conforme a la dignidad de la persona y del acto para usar la unión matrimonial evitando la fecundación.

¿Estaría legitimado el uso del matrimonio sólo en los períodos fecundos? En sí mismo, no. Se requieren motivos serios, causas proporcionadas.

La mera licitud del medio no basta para el comportamiento recto. En F.C. se dice que de hecho, se puede usar con mentalidad e intención anticonceptiva. Sería malo por tal intención. Pero ¿cuáles son los "motivos graves"? Por ejemplo, un corazón débil, pero no el capricho, posible malestar, privarse de ciertos alimentos.

Ex. Apost. Fam. Cons.: No se refiere expresamente a los "motivos graves". Por tanto, algunos han cogido esta ausencia de "motivos graves" para decir que no hacen falta motivos graves.

Frente a esto, en FC 21, 29, 34 se confirma explícitamente todo el contenido de HV. Nunca dice el Papa que sea lícita la continencia periódica. Además. cita HV 59 (FC 22) que la mentalidad anticonceptiva puede viciar.

FC 32, 34: JP II habla de la ley de la gradualidad: si uno se encuentra con un matrimonio que usa anticonceptivos, es mejor decirle que use la continencia periódica; pero no se debe quedar con esto. FC 32 dice que la continencia periódica es un método contrapuesto y de esencial diversidad moral a los métodos artificiales pero no algo bueno en sí sin atender a las causas. pero no se debe quedar con esto. FC 32 dice que la continencia periódica es un método;

Los cónyuges son quienes que deciden. No el cura. No puede aconsejarles usarlo ni negar la absolución. Si la persona en conciencia (aun mala conciencia) cree que lo usan bien, el cura le debe absolver de sus pecados (otros pecados). Habrá que formar a la conciencia, a la gente. Puede informarles de la doctrina de la Iglesia, sin meterse en lo médico; pero sí puede aconsejarlo a los que practican métodos artificiales (por la ley de gradualidad).

Medios artificiales de regulación de natalidad. (HV 14: vías ilícitas de regulación).

- interrupción del proceso generativo ya iniciado (aborto, experimentación)

- interrupción del proceso encaminado a la generación, aunque de hecho no hay generación. Se inicia con el acto conyugal. Después cualquiera de los siguientes: lavados vaginales, actus interruptus, onanismo etc.

- esterilización: 2 divisiones importantes

indirecta e directa // temporal y perpetua.

Indirecta - e.g. efectos secundarios de una pastilla para curar otra enfermedad (sin haber otra pastilla posible). Se juzga como los actos voluntarios indirectos.

directa: lo que quiere la voluntad es esterilizarse. Vicia todos los actos posteriores.

perpetua o temporal: según duración y/o reversibilidad.

e.g. cáncer del útero - es voluntaria indirecta perpetua

Error: Algunos médicos identifican esterilización directa con perpetua. Efectos de sólo un mes - la considera indirecta.

Pastoralmente: Si es reversible (siendo voluntariamente directa la esterilización), tiene que revertirse. Podrán ser lícitos los actos posteriores

- medios anticonceptivos (HV 14)

"Es ilícito todo lo que o en previsión del acto conyugal o en su realización o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o medio, hacer imposible la procreación."

- en el acto conyugal

instrumento mecánicos -DIU, anillos uterinos, fármaco para matar a los espermatozoides

- en su realización

romper el acto unitivo con preservativos, pseudovaginas

- en el desarrollo de sus consecuencias naturales

interrumpir el acto generativo ya iniciativo 

(No donarse personalmente - en el fondo es igual la masturbación, acto homosexual y uso de anticonceptivos) (?)

- HV 15: licitud de medios terapéuticos

Los que hacen imposible la fecundación o yugulan las funciones del órgano o extirpan el órgano.

Hay que ser desapasionado, y juzgar con rectitud de intención. Criterios del principio del doble efecto. Puede haber casos de gran similitud médica pero con intenciones distintas. Hay que juzgarla como un doble efecto. Los criterios son:

- objeto bueno

- proporción entre el bien y el mal causado

- que el efecto bueno no sea consecuencia del malo, sino al revés

- que el efecto bueno es la intención.

Debe ser para guardar la salud:

- Se interviene sobre un verdadero paciente actual o potencial e.g. castración total del cáncer

- Deben ser verdaderamente necesarios.

No son tal esterilizantes, pues se hacen con el fin no de curar, sino para que no se siga una fecundación. No cura nada. Es más, la fecundación no se radica en el órgano sexual sino en la voluntad. Hay que formar en la sexualidad, en la castidad. Lo humano es ser casto, y no el hacer el acto sexual como sea.

El principio de totalidad: Sacrificar una parte en beneficio del todo. Se debe vivir respetando la ética, dignidad, moral y no sólo la perfección técnica. Hay cierta burguesía, una dicotomía - querer las causas pero no los efectos.

- Polémica HV - períodos infecundos (HV 16,11)

Antes, aunque conocido el método, no se sabía aplicar muy bien estas normas científicas, hasta mitad s.XIX: 1830, Ogino y Knaus: método natural

pero con polémica: a nivel científico (precisión) y moral (por la intención)

1853: La S. Sede ya había dado dictamen sobre los períodos infecundos: Es lícito cuando hay razones graves y válidas y la intención no es meramente anticonceptiva. Y sólo se puede regular la natalidad por métodos naturales. Los artificiales siempre son ilícitos.

- Diferencia entre métodos naturales y artificiales (hay una diferencia moral esencial )

Métodos naturales: el opus hominum es correcto; y el opus naturae es correcto (no hay voluntariedad que rompa el curso natural). En métodos artificiales, ni el opus hominum ni naturae es correcto (Cafarra). Haering atacó a Cafarra. Tadeus Styczen contesta a Haaering.

Algunos dicen que es una concepción muy fisicista pero está clara la diferencia: la voluntad respeta la naturaleza en los medios naturales. No es mediada por fármacos la donación interpersonal.

En los métodos naturales: hay una educación a la castidad (una realización humana), que supone autodominio, supremacía de la voluntad sobre la pasión.

Persona y Acción - sólo puede donarse aquello que se posee (pues uno no puede donar lo que no posee). Sería sólo una acción pasional.

En métodos naturales (sin intención anticonceptiva), aunque se desee, se prevea o resulte infecundo, hay una apertura, orientación a la vida. Se cierra esta apertura en métodos artificiales; la voluntad de evitar el prole no es absoluta en métodos naturales pues si resulta que hay prole, se acepta. Engendran una mentalidad peligrosa los métodos artificiales.

Los métodos naturales dan y respetan un espacio de Dios que interviene. Los artificiales, anulan el espacio de Dios, pues uno determina cuando hay o no hay vida. La acción, pues, es únicamente humana, un antropocentrismo radical: el hombre es únicamente y exclusivamente creación del hombre. La sexualidad pues es totalmente bajo la voluntad del hombre.

La fecundación in vitro: FIVET (Cfr. Ratzinger en Donum vitae - en Defensa de la Vida)

Donum vitae: 5 partes

Introducción: relación entre ética y técnica (no todo lo útil es honesto)

Respeto a los embriones

Intervenciones en la procreación humana - fiv

Moralidad y ley civil: aclarar a la legislación civil lo que está en juego

Conclusión: la humanidad está perdida si no se ajusta a la ética

Ratzinger: 4 tesis que se deben tener en cuenta

c.4.- La persona humana es una unidad sustancial del cuerpo y alma, donde el cuerpo es parte constitutiva de la persona. Esto conlleva unas consecuencias antropológicas, científicas y éticas. Es un cuerpo vivificado. Consecuencias éticas: respetar la persona supone respetar el cuerpo. Falta de respeto al pudor es no respetar la persona. Hoy hay un desprecio por la corporalidad, sobre la que hay una concepción reductiva. No se da cuenta que se desprecia también a la persona.

Por tanto, persona y objeto se distinguen en el modo de ser tratados, amados.

Algo # alguien; algo útil # alguien amado por sí mismo.

La FIV al final apunta a la producción de objeto.

Pregunta: ¿Cuál es la mentalidad que está detrás de la FIV?

Hay que liberarse de una concepción nefasta de la técnica: que la verdad de las cosas la da la intención del hombre: la moralidad no la da el objeto, sino el fin, el fin que justifica el medio. Hay que distinguir la bondad técnica y la bondad moral.

La Iglesia comprende el trauma de la infecundidad, pero tampoco puede callar los derechos de las personas aun no nacidas. Defiende la bondad moral, no la técnica. El problema central de DV es responder a la pregunta "cual es el acto que por su naturaleza (por s misma) posee la dignidad tica

Respuesta: el acto matrimonial como resultante de la donación personal.

Uno no tiene derecho a tener un hijo, sino derecho al acto conyugal.

- Sólo en el acto conyugal se ama a la otra persona: al cónyuge y al hijo.

No se rechazan los métodos artificiales simplemente por ser artificiales sino porque hacen crujir la dignidad humana. También se rechaza una violación, que es natural biológicamente porque atenta contra la dignidad humana. La persona debe ser "engendrada", no "producida". Toda persona merece respeto personal, y no ser tratado como un instrumento. Por tanto, la unión matrimonial es la única cuna digna de engendrar una persona.

- Contra los ataques (volver a la época de Galileo, "la autonomía" de la ciencia)

Cada ciencia tiene sus métodos propios y autonomía propia. Pero hay autonomía siempre que no vayan contra la persona, que está por encima de toda la ciencia. La libertad personal termina donde comienza la libertad de otra persona. El límite de la ciencia es la ética. No es la ciencia un absoluto: debe respetar a la persona. No todo lo técnicamente posible es lícito.

Todos estos "no es" hay que entenderlos como un "sí" en defensa de la persona humana.

Cooperación al pecado del otro cónyuge

Cuando un cónyuge quiere vivir bien el matrimonio y el otro no, en el mismo acto físico, hay dos actos humanos. El cónyuge tiene derecho al débito matrimonial. ¿Hasta que punto puede un cónyuge prestarse al otro, sabiendo que el otro lo hace mal?

La cooperación forma es ilícita siempre.

La cooperación material y pasiva - se puede dar en unas circunstancias

La materialidad de esta cooperación consiste en no aprobar externamente el pecado ajeno ni consentir internamente. No quiere decir no sentir el placer natural de la unión, sino no consentir ni aprobar el pecado. Debe manifestar su desaprobación al pecado.

La pasividad tampoco quiere decir pasividad en la unión en cuanto tal, sino que el cónyuge inocente no puede ser la causa de la acción que cierra la procreación. En algún caso, puede ser la causa de la unión conyugal, pero no de la acción que cierra la procreación. Puede ser causa indirecta de cierra la procreación una señora que continuamente habla a su marido de lo pesado que es el embarazo.

Casti connubii - La Iglesia no condena al cónyuge que más que cometer, sufre el pecado. El que sufre carece de culpa, siempre que mantiene la ley de la caridad (i.e., disuadir el pecado, etc.)

Ante el onanismo (amplexus reservatus, copula interrumpida) del marido, cabe la cooperación de la mujer si hay amenazas (de separación, física, adulterio etc.) Aun si no hay amenazas, cabe la cooperación material y pasiva si sabe la mujer que hay peligro de incontinencia del marido.

Cabe también la cooperación material y pasiva si el otro cónyuge está esterilizado temporal o permanentemente siempre que no sea abortivo

Problema: los preservativos. Antiguamente (1930s), la S. Penitenciaría dice que la mujer debe oponerse como ante un injusto agresor, incluso jugándose la vida: debe oponerse "pro viribus suis", con todas sus fuerzas. Esta respuesta no se llegó a publicar, pues ante lo intrínsecamente malo no puede haber cooperación, ni formal, ni material.

La mujer se debe oponer al marido que usa preservativo, pero sin tener que sufrir un mal mayor. Pues como es injusto agresor, y es intrínsecamente malo, no es que coopere, sino que sufre. Es como uno que da el dinero ante uno que le apunta la pistola, no es cooperación al mal.

Uno no está obligado a sufrir un mal mayor. Por tanto, no se debe tirar por la ventana. No está obligada la mujer oponerse con toda su fuerza, pero debe hacer lo posible para que no suceda el pecado.

Unión sodomítica. Por ser netamente antinatural, la S. Penitenciaria dice que la mujer no puede consentir con el marido impúdico ni por causas aparentemente suficientes: evitar graves discordias familiares, prevenir el adulterio del otro cónyuge, evitar el peligro próximo de incontinencia del culpable.

Hay casos especialmente delicados (crisis matrimonial etc.,) Aquí, incluso la parte inocente puede pedir el débito, siempre que se realice el acto de modo natural. Estos causas nunca justifican un acto en que se sabe que positivamente sigue un aborto, pues no sería cooperación al pecado del otro sino cometer un crimen.

LOS PECADOS CONTRA LA MORAL SEXUAL: LA LUJURIA.

(leer Persona Humana, 29 Dic 75)

Definición: uso desordenado de las facultades generativas

efectos: quedan en el alma, como los otros pecados, pero también en el cuerpo: hábito muy físico.

2. Tipos - dos grandes divisiones de los tipos de lujuria

c.3.a. según la ejecución

c.4.1. consumada

a. según naturaleza - desordenada según el opus hominum (no opus naturae)

1. fornicación - acto sexual completo entre dos solteros sin ordenar (sin vínculo humano ni espiritual)

2. rapto - un secuestro con fines deshonestos

3. estupro (violación) - es vs. la castidad y la justicia

4. adulterio - una de las partes está casada

5. sacrilegio - una de las partes está ordenada o consagrada a Dios, o se hace el acto en un lugar sagrado

6. incesto - entre parientes en grado en que se impide el matrimonio

b. contra naturaleza - no se respeta tampoco el opus naturae

1. masturbación

2. onanismo - acto conyugal interrumpido o artificial (positivamente cerrado a la procreación)

3. sodomía- entre 2 del mismo sexo

4. bestialidad - con animales o cadáveres

2. no consumada

a. interna - malos pensamientos, deseos, gozo pecaminoso

tiene la misma especie teológica que la lujuria externa, aunque con menos gravedad

b. externa - aquellos actos ex libidine (fruto del mal deseo) que no llegan a consumarse i.e., inicio de actos consumadas, tacto, mirada, palabra, etc.

No tiene moralidad propia (un beso, mirada que no tiene una maldad propia). Por tanto, son lujuria si proceden ex libidine.

b. según la intención

c.4.1. directamente querida

Consumada, inconsumada; ex/interna. Siempre persigue un fin deshonesto. Es pecado grave ex toto genere suo, no datur parvitas materia. También hay que ver la atención.

2. indirectamente querida

Cuando se produce un movimiento venereal sea consumado o no, pero que el fin no es deshonesto, e.g., un estudiante de moral que le consulta un caso moral y lo estudia, o un medica que examina a un paciente. El fin no es malo, pero un efecto secundario es el movimiento corporal venereal.

Malicia de la Lujuria

Lujuria directamente querida: grave ex toto genere suo, non datur parvitas materia

Cuanto más delicado e importante es un tema, hace falta más el uso de la razón, y que la racionalidad le mande. Lo malo no es el placer. El placer se hace bueno o malo por la acción que lo acompaña. Es la acción la que es buena o mala. Lo malo es la separación voluntaria entre los aspectos unitivo y procreativo, el desorden voluntario del ejercicio de la facultad.

NT: pecados que excluyen del Reino de los Cielos. Impudicia, adulterio, fornicación. Según algunos, estos pecados son normas categoriales, no transcendentales. Por tanto, pueden cambiar: no son válidos para siempre. Esa opinión jamás la ha secundado la Iglesia, ni la tradición, ni el Magisterio: Son malos intrínsicamente. Ninguna circunstancia puede justificarlos.

No se da parvedad de materia. La Iglesia no niega que hay un más o un menos, físicamente, entre la consumada y la no consumada; lo que la Iglesia quiere decir es que lo menor siempre se ordena a lo mayor. lo que la Iglesia quiere decir es que lo menor siempre se ordena a lo mayor.;

En la no consumada, no es el objeto sobre todo lo que lleva la carga de la malicia, sino la voluntad, la intención. Si se hace ex libidine (con mala intención libidinosa, lujuriosa) se está apuntando a pecados "tipos": en el mandamiento se dice "no cometerás adulterio - no fornicarás", porque, por la intención, todo acto aspira a su consumación: todo se apunta a la fornicación.

S. Th I-II: Todo comienzo de algo se ordena siempre a su consumación. Los actos no consumados no son malos sólo por ser ocasión de pecado, sino por ser ordenados a su consumación. De hecho no se consuman siempre, pero está la intención: ex libidine. Uno que hace la mirada impura (ex libidine) no es lo mismo que uno que mira buscando el arte.

Aprender a juzgar la honradez personal: Puede haber actos no consumados que no sean pecado, pero no por la materia, sino por falta de advertencia o consentimiento.

Lujuria indirectamente querida: El deleite no es directamente querido ni buscado, sino un efecto de otra acción. Conviene aclarar que hablar de "lujuria", siempre lleva consigo la voluntariedad, pero sentir nunca es lujurioso sin consentir. El fin de la acción es

Criterio moral para ver si es directamente o indirectamente querida: ponderar si es licito realizar tales acciones, con el efecto malo añadido, si hay motivo o causa (o deber) proporcionado suficiente para hacerlas.

Aquí, se suele hablar de la parvedad de materia en lujuria, no por parvedad de lujuria, sino por insuficiencia del motivo. Los criterios para juzgar si hay motivo proporcionados son:

- la mayor o menor ocasión del pecado.

- la mayor o menor necesidad del bien que se intenta conseguir: si se puede conseguir tal bien por otros medios, o si es un bien necesario, conveniente, superfluo, etc.

- la mayor o menor probabilidad en que se siga el movimiento desordenado.

Hay que educar la conciencia: Los "pecados de debilidad" son pecados. Son menos graves que los de malicia, pero son graves.

Los actos cometidos en estado de semi-advertencia, semi-consentimiento, hay que juzgarlo en el voluntario incausa. Persona y Acción: Hay acciones que el hombre realiza que se va almacenando en el subconsciente, que puede llegar al límite del conciente.... (no dar importancia a los actos semi-advertidos, semi-consentidos)..En estas acciones pequeños se educa la virtud de la castidad, no en el adulterio


Es una gentileza de http://www.servicato.com para la
BIBLIOTECA BÁSICA DEL CRISTIANO