TEMA 48
ESCATOLOGÍA
INDIVIDUAL
48.1) Noción de escatología
48.2) Aspectos escatológicos de la
predicación de Jesús
48.3) La muerte como término del
estado del viador
48.4) Juicio particular
48.5) Inmortalidad del alma y
escatología intermedia
48.6) El purgatorio
48.7) La reprobación
48.1 Noción de Escatología
La escatología es la parte de la
Teología que estudia los últimos acontecimientos del hombre y del mundo. Dios
crea, dirige lo creado y lo consuma, por tanto, la escatología se sitúa después
del tratado de creación y no como un apéndice independiente como se situaba
antes, ni siquiera detrás de la Soteriología.
- "es la doctrina de las
cosas últimas del mundo y del hombre. Las cosas últimas son la
muerte, el juicio, el infierno y la gloria" (Lexicón alemán).
- "Estudio teológico de
las realidades últimas, es decir, posteriores a la vida terrena del hombre
y a la historia humana" (P. Cándido Pozo).
- "Reflexión creyente
sobre el futuro de la de la promesa aguardado por la esperanza cristiana"
(J.R. de la Peña).
La teología clásica se ha ocupado
mucho de los novísimos, como una consideración de lo que va a
venir pero no como misterios que dan sentido y orientación a la vida presente
del cristiano y de la Iglesia, porque el más allá ya está
presente, con Cristo se inaugura el futuro en la tierra. La escatología
puede ser:
General: Parusía - Resurrección
Consumada: Vida Eterna - Retribución del Impío
Intermedia: Muerte - Purgatorio
48.2 Aspectos Escatológicos de
la Predicación de Jesús
Leyendo el N.T. se puede afirmar:
1. El Reino de Dios se hace
presente en Jesús de Nazareth
2. El Reino de Dios se consumará
en el futuro
En cuanto a la primera afirmación:
Juan Bautista predica: "Preparad el camino del Señor..." (Mc. 1,2,3).
Juan introduce el reino, o sea, lo prepara - promesa y cumplimiento- exhorta a
la penitencia y a recibir un bautismo para evitar la "ira venidera" (Mt.
3,7) o sea el juicio escatológico.
Jesús tiene conciencia de que con
El irrumpe en la historia el Reino de Dios anunciado por Juan como inminente.
"¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?" (MT. 11,3) y la
respuesta remite a Isaías en versos que describen el más allá (escatn) 26, 19
y 35,5.
O sea, que la presencia y la
actuación de Jesús no es un simple anuncio sino que es un cumplimiento. Juan
fue el profeta al que cupo el honor de señalar con el dedo a Jesús (Prefacio).
Hay pues, un esquema clásico
de profecía-Juan ; cumplimiento-Jesús. Todo esto se remata con
ese bello momento de Lucas 4, 16-21 Jesús en la sinagoga de Nazareth (esta
profecía se ha cumplido hoy entre vosotros).
Veamos pues algunos textos sobre
cada uno de estos dos aspectos:
1. El Reino de Dios se hace
presente en Jesús de Nazareth
La presencia del Reino de Dios se
manifiesta en su actividad taumatúrgica y exorcista, en una irrupción de la
gracia, del poder de Dios, de poner fin al reino del demonio con lo que se
demuestra que hay en la tierra otro más fuerte que el demonio. En la teología
judía, la presencia del reino implicaba la derrota de Satanás.
Las manifestaciones de esta
presencia del Reino de Dios:
a) Los milagros - que no son
la alteración de las leyes naturales, Dios no hace paréntesis ni hiatos. El
milagro responde a una capacidad de la naturaleza, se glorifica puntualmente la
naturaleza anticipadamente a lo que será en el escatón. El milagro prefigura
los nuevos cielos y la nueva tierra porque ya está aquí el Reino, semilla de
lo que va a venir.
b) Expulsión de demonios -
La única explicación posible de que los demonios sean expulsados es que el
reino de Satanás se tambalea porque ya está aquí el Reino de Dios (Mc. 3,
23-27).
c) El perdón de los pecados
- Ejerce el poder presente de Jesús: Al paralítico, a la mujer adúltera.
El relato de la muerte de Jesús se
acompaña con señales: tinieblas, el velo del templo se rasga, apertura de
sepulcros y resurrecciones, son imágenes apocalípticas del fin. Este fin de
las cosas se ha anticipado con la muerte de Jesús. El fin ya ha llegado.
Como se puede ver, la escatología
consecuente de Albert Schwaitzer que dice que Jesús anunció el reino
como una magnitud futura, no es justa, no da razón de los textos que acabamos
de aducir, suprime la frontera entre Jesús y Juan que prácticamente hacen lo
mismo. El Reino de Dios no está virtualmente en Jesús, sino que está con todo
su dinamismo, solo contenido por las limitaciones de lo temporal, la
contingencia de lo humano.
Tampoco la escatología realizada
de C.H. Dott que dice que Jesús anunció el Reino como algo presente y
no habló de ninguna dimensión futura da razón de otros textos del NT. Lo
vemos al considerar el segundo aspecto.
2. El Reino de Dios se consumará
en el futuro
Jesús habla de dos siglos o eones
o mundos, son dos espacios temporales sucesivos:
Mt 12,32: "No se le perdonará ni en este mundo ni en el
otro" (blasfemia contra Espíritu Santo).
Lc 20,34: "Los hijos de este mundo se casan, los que tengan parte
en el otro..." (Viuda de siete hermanos sucesivamente).
Mc 10,30: "Ahora en el presente es así, pero en el futuro, siglo
venidero..." O sea, el siglo presente espera aún su consumación que
dividirá de modo final y definitiva a justos y pecadores.
Mc 8,38: El juicio: recoge las ideas del AT sobre el día de Yahweh
con una connotación de retribución futura que tiene que ver con algo que ya ha
ocurrido aquí.
Las figuras del banquete mesiánico,
la Vida etc., todo eso habla de un final que todavía no ha llegado, es una tensión
siglo presente-siglo futuro.
Las Parábolas:
Varias exhortan a la vigilancia;
porque el momento de la venida futura tiene carácter incierto. Hay parábolas
de índole futurista: siervos que velan; ladrón en la noche; administrador
infiel (Lc12) o las Diez Vírgenes (Mt25). El esquema
es siempre el mismo:
- Expectación ante una venida que
consumará la historia.
-Ignorancia del momento en que se
producirá.
-Exhortación constante a la
vigilancia.
Las parábolas indican crecimiento
de algo que ya está presente caminando en una dirección de futuro en la que
habrá una consumación.
Hijo del Hombre:
Título cristológico que solo lo
dice Jesús de sí mismo, Mesías, Hijo de David etc., lo dicen otros, pero esto
solo lo dice Jesús, al principio es algo misterioso, tiene un contexto de
glorificación y abajamiento y tiene su antecedente en el Libro de Daniel,
último libro del AT que es un Apocalipsis y enuncia los dos temas preparatorios
del NT: el Hijo del Hombre y el Reino de Dios -"su reinado es sempiterno y
todos los Reyes le servirán"..
Resumiendo y terminando:
Las dos series de afirmaciones se
necesitan mutuamente para entenderse. La originalidad del NT reside en la tensión
de estos dos momentos del escatón, es un ya pero todavía no, el todavía no se
apoya en el ya.
48.3 LA MUERTE COMO TERMINO DEL
ESTADO DE VIADOR
El hombre está compuesto de alma
(forma sustancial) y cuerpo (materia). Esta composición no es una idea original
helénica, también entre los primeros judíos (cfr. muerte y entierro de Jacob)
había la idea de una cierta composición con algo que permanece después de la
muerte. La SCDF publicó una carta el 17 de mayo de 1979 en la que se
recuerda la pervivencia del alma inmortal después de la muerte del hombre,
el término "alma" es indispensable para exponer la
doctrina cristiana sobre la muerte. La muerte es en cierto sentido natural
al hombre, siendo este un compuesto de materia (potencia pasiva) y forma, la
materia puede perder siempre la forma que tiene. Dios dotó al primer padre del
don preternatural de la inmortalidad (Concilio de Cartago, 418). Ahora la muerte
es castigo del pecado original. La universalidad de la muerte está definida
(Trento ses.V, c.2).
Con la muerte acaba el tiempo de mérito. En muchos documentos dogmáticos (Const.
benedictus Deus, de Benedicto XII; Conc.II de Lyon; Conc. de Florencia) se habla
del inmediato cumplimiento de la sentencia de premio o castigo.
S.Pablo: "Hemos de presentarnos ante el tribunal de Cristo para
referir lo bueno o lo malo que hicimos cuando estábamos unidos al cuerpo
(2Cor5,10); y a los Gálatas: "hagamos el bien mientras tengamos
tiempo".
Todos los Padres sostienen
lo mismo, sobre todo al combatir la Apocatastasis de Orígenes o sea el continuo
movimiento de apartamiento de Dios y de vuelta a El y la posibilidad de
desmerecer incluso en el Cielo. S. Juan Crisóstomo compara la vida con un
torneo deportivo: solo se puede ganar el premio mientras dure.
Muchos Padres usan la parábola de
Epulón y Lázaro para subrayar que después de la muerte ya no se puede
merecer.
La respuesta del Cristianismo al
problema de la muerte es pues la permanencia del yo y la superación de la
propia indigencia.
48.4 Juicio Particular
Cada hombre, después de morir,
recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que
refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación, bien para entrar
inmediatamente en la bienaventuranza del Cielo, bien para condenarse
inmediatamente para siempre (Cat. de La Igl. Católica 1022)
Esta es la segunda enseñanza explícita
sobre el juicio particular, la primera es el CV. II al recoger las
palabras de San Pablo: "Compareceremos ante el tribunal de Cristo para dar
cuenta cada cual de las cosas propias del cuerpo, según que hizo el bien o el
mal". A continuación el Concilio se refiere al juicio final como cosa
distinta (L. G. 48).
Aunque la existencia del juicio
particular no está definida expresamente; así se deduce de la inmediatez con
que se cumple el premio o el castigo merecido (cfr. Benedictus Deus; II Lyon y
Florencia).
La Sagrada Escritura: Epulón y Lázaro; premio prometido al Buen Ladrón; Vírgenes
necias y prudentes
La Tradición: No se reza por los condenados no por los bienaventurados, sí
se reza a los mártires y otros santos como a quienes gozan del premio y se
ofrecen sufragios por las almas del purgatorio.
48.5 Inmortalidad del Alma y
Escatología intermedia
Es de fe que el alma es inmortal (V Letrán) y también es de fe que es espiritual
(IV Letrán y Vaticano I) que se refiere a la composición del hombre de
espíritu y materia.
La Sagrada Escritura
atribuye al alma muchas operaciones espirituales: querer, pensar, etc. Luego es
espiritual ya que toda potencia es específica por su objeto y el modo de operar
sigue al moda de ser.
En cuanto a su inmortalidad basta
recordar la promesa del Señor al Buen Ladrón, y sus palabras: "No tengáis
miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla" (Mt.
10,28).
En el original hebreo, se menciona
al alma con varios nombres: Nefesh; Ruah; que
significan respectivamente: "aliento de vida", "espíritu"
o soplo de Dios a los hombres, al cuerpo animado se le llama "basar",
el hebreo tenía pues cierta dificultad para expresar nuestro concepto de alma
espiritual. Pero esto no quiere decir que concibieran al hombre como una unidad
no compuesta, pues es también claro que a la muerte del hombre, pervive algo de
él en el sheol o morada de los muertos. La revelación de la espiritualidad e
inmortalidad del alma es mucho más clara en el N.T.
La razón puede demostrar la
espiritualidad e inmortalidad del alma estudiando sus operaciones. Si el hombre
es capaz de operaciones en las que no puede intervenir la materia, quiere eso
decir que principio del que proceden tiene que ser también espiritual, o sea,
no compuesto de materia. Las operaciones del entendimiento son puramente
espirituales porque capta formas de modo universal (p. ej. tengo en el
entendimiento la forma del "caballo" porque no está ligada al tiempo
o al espacio, sino que es válida para todos los individuos de esa especie, es
pues un universal); si el receptor de esas formas estuviera compuesto de
materia, ya no sería posible captarlas universalmente, porque la materia
individúa o sea, limita un tiempo y espacio concreto.
Otras pruebas: la experiencia de la
libertad; la capacidad de buscar lo sensiblemente desagradable por un ideal (la
mortificación no la hacen los animales); la posibilidad de tender a todo lo que
tiene razón de bueno; la de conocer y amar a Dios, etc.
48.6 El Purgatorio
El Catecismo de la Iglesia Católica
sintetiza la doctrina sobre el purgatorio:
Los que mueren en la gracia y en la
amistad de Dios pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su
eterna salvación, sufre después de la muerte una purificación, a fin de
obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo (1030).
La Iglesia llama purgatorio a esta
purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de
los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al
purgatorio sobre todo en los concilios de Florencia (DS 1304) y Trento
(DS 1820, 1580). La tradición de la Iglesia haciendo referencia a ciertos
textos de la Escritura (p. ej. 1 Cor. 3,15; 1 Pt. 1,7) habla de un fuego
purificador. (1031).
Esta enseñanza se apoya también
en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la
Escritura: "Judas Macabeo, por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio
en favor de los muertos para que quedaran liberados del pecado" (2 M 12,
46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los
difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico
(Cf. DS 856) para que una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica
de Dios. La Iglesia también recomienda limosnas, las indulgencias y las obras
de penitencia en favor de los difuntos (1032).
Muchos Padres de la Iglesia aplican
al purgatorio la parábola del Señor sobre la cárcel de la que no se sale
hasta haber pegado el último cuadrante (Mt. 5, 26). El Catecismo trae dos citas
de los diálogos de S. Gregorio Magno y de una homilía de Crisóstomo.
Razón teológica: En el cielo no puede entrar nada manchado (Cfr. Apoc.
21,27). Remitida la culpa del pecado mortal o venial (aversio a Deo) queda la
pena temporal en mayor o menor grado (conversio ad criaturas), se han de
purificar todas las reliquias de pecado antes de entrar en el cielo.
Penas del purgatorio:
a) De daño: privación
temporal de la visión de Dios y que es la peor de todas las penas.
b) De sentido: No está
definida su naturaleza, pero es opinión común que es semejante a la pena de
sentido del infierno (fuego corporal)
Las penas del purgatorio son
desiguales, según la pena temporal aún debida y temporales -no sabemos como es
ese tiempo- después del juicio final no habrá ya purgatorio. Se pueden aliviar
con sufragios, sobre todo con la aplicación de los frutos de la Sta. Misa
(Trento ses. 25).
48.7 La Reprobación
El A.T. prepara ideológica y
literariamente el tema del infierno, el problema es la retribución del impío:
¿porqué en esta vida sufre el justo mientras que triunfa el impío? Primero
los salmos (Ps 37) se cierran en un horizonte terreno: El justo acaba por
triunfar aunque momentáneamente prevalezca el impío. El libro de Job da
un paso más: El más allá como solución del problema. La Sabiduría y Daniel
12,2 ya hablan más claramente: "unos resucitarán para la vida eterna,
aquellos para el oprobio, para eterna ignominia".
Juan Bautista supone una transición entre el A.T. y el N.T. Su predicación
contiene el anuncio de un castigo escatológico: "Ya está puesta el hacha
a la raíz de los árboles... la paja la quemará en el fuego
inextinguible" (alusión a Isaías).
Doctrina del N.T.
1. El destino de los justos y el
de los impíos en el estadio escatológico son diversos.
-"Así será en la consumación
del mundo: saldrán los ángeles y separarán los malos de en medio de los
justos". Jesucristo explicando la parábola de la red barredera y la
explicación de una parábola (metáfora) no puede ser otra metáfora.
2. El destino de los impíos
implica la exclusión definitiva de la vida eterna
- "Apartaos de mí,
malditos".
- "¡Señor! ¡Señor! ábrenos.
No os conozco."
- "Siervo inútil arrojadlo a
las tinieblas de allá fuera".
- "Ninguno de los que habían
sido convidados probarán mi cena".
Idea de exclusión definitiva muy
frecuente en S. Pablo, sentido tan absoluto que hace inadmisible cualquier idea
de apokatástasis.
- "¿Es que no sabéis que los
injustos no heredarán el Reino de Dios?"
3. Dolor sensible y fuego eterno
- "Si tu ojo derecho te
escandaliza..."
- "Serpiente, raza de víboras..."
- "Quien dijere a su hermano
necio será reo de la Gehenna del fuego"
- "Si tu mano te
escandaliza..."
Afecta a toda la realidad
existencial del hombre: "No temáis a los que matan el cuerpo... temed al
que pueda arrojar cuerpo y alma al fuego".
4. Las expresiones de eternidad
- "Y el humo de su tormento
sube por los siglos de los siglos" (Apoc 14,11).
- "Apartaos de mí malditos al
fuego eterno...
Los Padres:
S. Justino: "Cada uno va a la pena eterna o a la salvación eterna,
según los méritos de sus acciones"
S. Ireneo: Establece distinción entre penas temporales y eternas.
Magisterio:
Es un estado, después de la
resurrección será lugar, privación dolorosa de la visión de Dios (pena de daño)
y fuego (sentido) ambos eternos.
a) Símbolo Quicumque:
"Los que hicieron bien Irán a la gloria eterna, los que mal al fuego
eterno".
b) Sínodo endemonsa de 543
condenación de Orígenes (apokatástasis) por el Papa Vigilio.
c) Concilio IV de Letrán,
Inocencio III habla de la eternidad del infierno.
d) Concilio II de Lyon y IV
de Florencia: Aquellos que mueren en pecado mortal actual o pecado
original bajan en seguida al infierno para ser castigados con penas desiguales: pecado
original priva de la visión de Dios, pecado actual: Gehenna
perpetua.
e) Benedictus Deus
(Benedicto XII) habla de penas infernales: carencia de la visión de Dios y otra
pena.
f) Lumen Gentium:
Pena eterna del infierno
g) Credo del Pueblo de Dios
de Pablo VI: Pena de daño y pena de sentido distintas, aquella no mera aflicción
sicológica que provendría de la privación de la visión de Dios.
En 23 lugares del N.T. se menciona
el "fuego" como agente de esta pena. El Santo al hablar
de las almas separadas explica cómo les puede afectar un agente material como
es el fuego: un espíritu se puede unir a una materia como la forma a su materia
(caso del alma humana) o como el motor al móvil; la acción del fuego sobre al
alma implica una unión de ese segundo tipo, el alma se verá aterrazada por un
agente material que impide su libertad de movimiento y es el instrumento de la
justicia divina, con todo, es imaginable lo que supondrá esta sujeción será
un fuego material no unívoco al terreno que actúa sobre espíritus y demonios.
(Texto extraído de Servicio Católico)
48.1) Noción de escatología
48.2) Aspectos escatológicos de la
predicación de Jesús
48.3) La muerte como término del
estado del viador
48.4) Juicio particular
48.5) Inmortalidad del alma y
escatología intermedia
48.6) El purgatorio
48.7) La reprobación
48.1 Noción de Escatología
La escatología es la parte de la
Teología que estudia los últimos acontecimientos del hombre y del mundo. Dios
crea, dirige lo creado y lo consuma, por tanto, la escatología se sitúa después
del tratado de creación y no como un apéndice independiente como se situaba
antes, ni siquiera detrás de la Soteriología.
- "es la doctrina de las
cosas últimas del mundo y del hombre. Las cosas últimas son la
muerte, el juicio, el infierno y la gloria" (Lexicón alemán).
- "Estudio teológico de
las realidades últimas, es decir, posteriores a la vida terrena del hombre
y a la historia humana" (P. Cándido Pozo).
- "Reflexión creyente
sobre el futuro de la de la promesa aguardado por la esperanza cristiana"
(J.R. de la Peña).
La teología clásica se ha ocupado
mucho de los novísimos, como una consideración de lo que va a
venir pero no como misterios que dan sentido y orientación a la vida presente
del cristiano y de la Iglesia, porque el más allá ya está
presente, con Cristo se inaugura el futuro en la tierra. La escatología
puede ser:
General: Parusía - Resurrección
Consumada: Vida Eterna - Retribución del Impío
Intermedia: Muerte - Purgatorio
48.2 Aspectos Escatológicos de
la Predicación de Jesús
Leyendo el N.T. se puede afirmar:
1. El Reino de Dios se hace
presente en Jesús de Nazareth
2. El Reino de Dios se consumará
en el futuro
En cuanto a la primera afirmación:
Juan Bautista predica: "Preparad el camino del Señor..." (Mc. 1,2,3).
Juan introduce el reino, o sea, lo prepara - promesa y cumplimiento- exhorta a
la penitencia y a recibir un bautismo para evitar la "ira venidera" (Mt.
3,7) o sea el juicio escatológico.
Jesús tiene conciencia de que con
El irrumpe en la historia el Reino de Dios anunciado por Juan como inminente.
"¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?" (MT. 11,3) y la
respuesta remite a Isaías en versos que describen el más allá (escatn) 26, 19
y 35,5.
O sea, que la presencia y la
actuación de Jesús no es un simple anuncio sino que es un cumplimiento. Juan
fue el profeta al que cupo el honor de señalar con el dedo a Jesús (Prefacio).
Hay pues, un esquema clásico
de profecía-Juan ; cumplimiento-Jesús. Todo esto se remata con
ese bello momento de Lucas 4, 16-21 Jesús en la sinagoga de Nazareth (esta
profecía se ha cumplido hoy entre vosotros).
Veamos pues algunos textos sobre
cada uno de estos dos aspectos:
1. El Reino de Dios se hace
presente en Jesús de Nazareth
La presencia del Reino de Dios se
manifiesta en su actividad taumatúrgica y exorcista, en una irrupción de la
gracia, del poder de Dios, de poner fin al reino del demonio con lo que se
demuestra que hay en la tierra otro más fuerte que el demonio. En la teología
judía, la presencia del reino implicaba la derrota de Satanás.
Las manifestaciones de esta
presencia del Reino de Dios:
a) Los milagros - que no son
la alteración de las leyes naturales, Dios no hace paréntesis ni hiatos. El
milagro responde a una capacidad de la naturaleza, se glorifica puntualmente la
naturaleza anticipadamente a lo que será en el escatón. El milagro prefigura
los nuevos cielos y la nueva tierra porque ya está aquí el Reino, semilla de
lo que va a venir.
b) Expulsión de demonios -
La única explicación posible de que los demonios sean expulsados es que el
reino de Satanás se tambalea porque ya está aquí el Reino de Dios (Mc. 3,
23-27).
c) El perdón de los pecados
- Ejerce el poder presente de Jesús: Al paralítico, a la mujer adúltera.
El relato de la muerte de Jesús se
acompaña con señales: tinieblas, el velo del templo se rasga, apertura de
sepulcros y resurrecciones, son imágenes apocalípticas del fin. Este fin de
las cosas se ha anticipado con la muerte de Jesús. El fin ya ha llegado.
Como se puede ver, la escatología
consecuente de Albert Schwaitzer que dice que Jesús anunció el reino
como una magnitud futura, no es justa, no da razón de los textos que acabamos
de aducir, suprime la frontera entre Jesús y Juan que prácticamente hacen lo
mismo. El Reino de Dios no está virtualmente en Jesús, sino que está con todo
su dinamismo, solo contenido por las limitaciones de lo temporal, la
contingencia de lo humano.
Tampoco la escatología realizada
de C.H. Dott que dice que Jesús anunció el Reino como algo presente y
no habló de ninguna dimensión futura da razón de otros textos del NT. Lo
vemos al considerar el segundo aspecto.
2. El Reino de Dios se consumará
en el futuro
Jesús habla de dos siglos o eones
o mundos, son dos espacios temporales sucesivos:
Mt 12,32: "No se le perdonará ni en este mundo ni en el
otro" (blasfemia contra Espíritu Santo).
Lc 20,34: "Los hijos de este mundo se casan, los que tengan parte
en el otro..." (Viuda de siete hermanos sucesivamente).
Mc 10,30: "Ahora en el presente es así, pero en el futuro, siglo
venidero..." O sea, el siglo presente espera aún su consumación que
dividirá de modo final y definitiva a justos y pecadores.
Mc 8,38: El juicio: recoge las ideas del AT sobre el día de Yahweh
con una connotación de retribución futura que tiene que ver con algo que ya ha
ocurrido aquí.
Las figuras del banquete mesiánico,
la Vida etc., todo eso habla de un final que todavía no ha llegado, es una tensión
siglo presente-siglo futuro.
Las Parábolas:
Varias exhortan a la vigilancia;
porque el momento de la venida futura tiene carácter incierto. Hay parábolas
de índole futurista: siervos que velan; ladrón en la noche; administrador
infiel (Lc12) o las Diez Vírgenes (Mt25). El esquema
es siempre el mismo:
- Expectación ante una venida que
consumará la historia.
-Ignorancia del momento en que se
producirá.
-Exhortación constante a la
vigilancia.
Las parábolas indican crecimiento
de algo que ya está presente caminando en una dirección de futuro en la que
habrá una consumación.
Hijo del Hombre:
Título cristológico que solo lo
dice Jesús de sí mismo, Mesías, Hijo de David etc., lo dicen otros, pero esto
solo lo dice Jesús, al principio es algo misterioso, tiene un contexto de
glorificación y abajamiento y tiene su antecedente en el Libro de Daniel,
último libro del AT que es un Apocalipsis y enuncia los dos temas preparatorios
del NT: el Hijo del Hombre y el Reino de Dios -"su reinado es sempiterno y
todos los Reyes le servirán"..
Resumiendo y terminando:
Las dos series de afirmaciones se
necesitan mutuamente para entenderse. La originalidad del NT reside en la tensión
de estos dos momentos del escatón, es un ya pero todavía no, el todavía no se
apoya en el ya.
48.3 LA MUERTE COMO TERMINO DEL
ESTADO DE VIADOR
El hombre está compuesto de alma
(forma sustancial) y cuerpo (materia). Esta composición no es una idea original
helénica, también entre los primeros judíos (cfr. muerte y entierro de Jacob)
había la idea de una cierta composición con algo que permanece después de la
muerte. La SCDF publicó una carta el 17 de mayo de 1979 en la que se
recuerda la pervivencia del alma inmortal después de la muerte del hombre,
el término "alma" es indispensable para exponer la
doctrina cristiana sobre la muerte. La muerte es en cierto sentido natural
al hombre, siendo este un compuesto de materia (potencia pasiva) y forma, la
materia puede perder siempre la forma que tiene. Dios dotó al primer padre del
don preternatural de la inmortalidad (Concilio de Cartago, 418). Ahora la muerte
es castigo del pecado original. La universalidad de la muerte está definida
(Trento ses.V, c.2).
Con la muerte acaba el tiempo de mérito. En muchos documentos dogmáticos (Const.
benedictus Deus, de Benedicto XII; Conc.II de Lyon; Conc. de Florencia) se habla
del inmediato cumplimiento de la sentencia de premio o castigo.
S.Pablo: "Hemos de presentarnos ante el tribunal de Cristo para
referir lo bueno o lo malo que hicimos cuando estábamos unidos al cuerpo
(2Cor5,10); y a los Gálatas: "hagamos el bien mientras tengamos
tiempo".
Todos los Padres sostienen
lo mismo, sobre todo al combatir la Apocatastasis de Orígenes o sea el continuo
movimiento de apartamiento de Dios y de vuelta a El y la posibilidad de
desmerecer incluso en el Cielo. S. Juan Crisóstomo compara la vida con un
torneo deportivo: solo se puede ganar el premio mientras dure.
Muchos Padres usan la parábola de
Epulón y Lázaro para subrayar que después de la muerte ya no se puede
merecer.
La respuesta del Cristianismo al
problema de la muerte es pues la permanencia del yo y la superación de la
propia indigencia.
48.4 Juicio Particular
Cada hombre, después de morir,
recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que
refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación, bien para entrar
inmediatamente en la bienaventuranza del Cielo, bien para condenarse
inmediatamente para siempre (Cat. de La Igl. Católica 1022)
Esta es la segunda enseñanza explícita
sobre el juicio particular, la primera es el CV. II al recoger las
palabras de San Pablo: "Compareceremos ante el tribunal de Cristo para dar
cuenta cada cual de las cosas propias del cuerpo, según que hizo el bien o el
mal". A continuación el Concilio se refiere al juicio final como cosa
distinta (L. G. 48).
Aunque la existencia del juicio
particular no está definida expresamente; así se deduce de la inmediatez con
que se cumple el premio o el castigo merecido (cfr. Benedictus Deus; II Lyon y
Florencia).
La Sagrada Escritura: Epulón y Lázaro; premio prometido al Buen Ladrón; Vírgenes
necias y prudentes
La Tradición: No se reza por los condenados no por los bienaventurados, sí
se reza a los mártires y otros santos como a quienes gozan del premio y se
ofrecen sufragios por las almas del purgatorio.
48.5 Inmortalidad del Alma y
Escatología intermedia
Es de fe que el alma es inmortal (V Letrán) y también es de fe que es espiritual
(IV Letrán y Vaticano I) que se refiere a la composición del hombre de
espíritu y materia.
La Sagrada Escritura
atribuye al alma muchas operaciones espirituales: querer, pensar, etc. Luego es
espiritual ya que toda potencia es específica por su objeto y el modo de operar
sigue al moda de ser.
En cuanto a su inmortalidad basta
recordar la promesa del Señor al Buen Ladrón, y sus palabras: "No tengáis
miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla" (Mt.
10,28).
En el original hebreo, se menciona
al alma con varios nombres: Nefesh; Ruah; que
significan respectivamente: "aliento de vida", "espíritu"
o soplo de Dios a los hombres, al cuerpo animado se le llama "basar",
el hebreo tenía pues cierta dificultad para expresar nuestro concepto de alma
espiritual. Pero esto no quiere decir que concibieran al hombre como una unidad
no compuesta, pues es también claro que a la muerte del hombre, pervive algo de
él en el sheol o morada de los muertos. La revelación de la espiritualidad e
inmortalidad del alma es mucho más clara en el N.T.
La razón puede demostrar la
espiritualidad e inmortalidad del alma estudiando sus operaciones. Si el hombre
es capaz de operaciones en las que no puede intervenir la materia, quiere eso
decir que principio del que proceden tiene que ser también espiritual, o sea,
no compuesto de materia. Las operaciones del entendimiento son puramente
espirituales porque capta formas de modo universal (p. ej. tengo en el
entendimiento la forma del "caballo" porque no está ligada al tiempo
o al espacio, sino que es válida para todos los individuos de esa especie, es
pues un universal); si el receptor de esas formas estuviera compuesto de
materia, ya no sería posible captarlas universalmente, porque la materia
individúa o sea, limita un tiempo y espacio concreto.
Otras pruebas: la experiencia de la
libertad; la capacidad de buscar lo sensiblemente desagradable por un ideal (la
mortificación no la hacen los animales); la posibilidad de tender a todo lo que
tiene razón de bueno; la de conocer y amar a Dios, etc.
48.6 El Purgatorio
El Catecismo de la Iglesia Católica
sintetiza la doctrina sobre el purgatorio:
Los que mueren en la gracia y en la
amistad de Dios pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su
eterna salvación, sufre después de la muerte una purificación, a fin de
obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo (1030).
La Iglesia llama purgatorio a esta
purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de
los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al
purgatorio sobre todo en los concilios de Florencia (DS 1304) y Trento
(DS 1820, 1580). La tradición de la Iglesia haciendo referencia a ciertos
textos de la Escritura (p. ej. 1 Cor. 3,15; 1 Pt. 1,7) habla de un fuego
purificador. (1031).
Esta enseñanza se apoya también
en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la
Escritura: "Judas Macabeo, por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio
en favor de los muertos para que quedaran liberados del pecado" (2 M 12,
46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los
difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico
(Cf. DS 856) para que una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica
de Dios. La Iglesia también recomienda limosnas, las indulgencias y las obras
de penitencia en favor de los difuntos (1032).
Muchos Padres de la Iglesia aplican
al purgatorio la parábola del Señor sobre la cárcel de la que no se sale
hasta haber pegado el último cuadrante (Mt. 5, 26). El Catecismo trae dos citas
de los diálogos de S. Gregorio Magno y de una homilía de Crisóstomo.
Razón teológica: En el cielo no puede entrar nada manchado (Cfr. Apoc.
21,27). Remitida la culpa del pecado mortal o venial (aversio a Deo) queda la
pena temporal en mayor o menor grado (conversio ad criaturas), se han de
purificar todas las reliquias de pecado antes de entrar en el cielo.
Penas del purgatorio:
a) De daño: privación
temporal de la visión de Dios y que es la peor de todas las penas.
b) De sentido: No está
definida su naturaleza, pero es opinión común que es semejante a la pena de
sentido del infierno (fuego corporal)
Las penas del purgatorio son
desiguales, según la pena temporal aún debida y temporales -no sabemos como es
ese tiempo- después del juicio final no habrá ya purgatorio. Se pueden aliviar
con sufragios, sobre todo con la aplicación de los frutos de la Sta. Misa
(Trento ses. 25).
48.7 La Reprobación
El A.T. prepara ideológica y
literariamente el tema del infierno, el problema es la retribución del impío:
¿porqué en esta vida sufre el justo mientras que triunfa el impío? Primero
los salmos (Ps 37) se cierran en un horizonte terreno: El justo acaba por
triunfar aunque momentáneamente prevalezca el impío. El libro de Job da
un paso más: El más allá como solución del problema. La Sabiduría y Daniel
12,2 ya hablan más claramente: "unos resucitarán para la vida eterna,
aquellos para el oprobio, para eterna ignominia".
Juan Bautista supone una transición entre el A.T. y el N.T. Su predicación
contiene el anuncio de un castigo escatológico: "Ya está puesta el hacha
a la raíz de los árboles... la paja la quemará en el fuego
inextinguible" (alusión a Isaías).
Doctrina del N.T.
1. El destino de los justos y el
de los impíos en el estadio escatológico son diversos.
-"Así será en la consumación
del mundo: saldrán los ángeles y separarán los malos de en medio de los
justos". Jesucristo explicando la parábola de la red barredera y la
explicación de una parábola (metáfora) no puede ser otra metáfora.
2. El destino de los impíos
implica la exclusión definitiva de la vida eterna
- "Apartaos de mí,
malditos".
- "¡Señor! ¡Señor! ábrenos.
No os conozco."
- "Siervo inútil arrojadlo a
las tinieblas de allá fuera".
- "Ninguno de los que habían
sido convidados probarán mi cena".
Idea de exclusión definitiva muy
frecuente en S. Pablo, sentido tan absoluto que hace inadmisible cualquier idea
de apokatástasis.
- "¿Es que no sabéis que los
injustos no heredarán el Reino de Dios?"
3. Dolor sensible y fuego eterno
- "Si tu ojo derecho te
escandaliza..."
- "Serpiente, raza de víboras..."
- "Quien dijere a su hermano
necio será reo de la Gehenna del fuego"
- "Si tu mano te
escandaliza..."
Afecta a toda la realidad
existencial del hombre: "No temáis a los que matan el cuerpo... temed al
que pueda arrojar cuerpo y alma al fuego".
4. Las expresiones de eternidad
- "Y el humo de su tormento
sube por los siglos de los siglos" (Apoc 14,11).
- "Apartaos de mí malditos al
fuego eterno...
Los Padres:
S. Justino: "Cada uno va a la pena eterna o a la salvación eterna,
según los méritos de sus acciones"
S. Ireneo: Establece distinción entre penas temporales y eternas.
Magisterio:
Es un estado, después de la
resurrección será lugar, privación dolorosa de la visión de Dios (pena de daño)
y fuego (sentido) ambos eternos.
a) Símbolo Quicumque:
"Los que hicieron bien Irán a la gloria eterna, los que mal al fuego
eterno".
b) Sínodo endemonsa de 543
condenación de Orígenes (apokatástasis) por el Papa Vigilio.
c) Concilio IV de Letrán,
Inocencio III habla de la eternidad del infierno.
d) Concilio II de Lyon y IV
de Florencia: Aquellos que mueren en pecado mortal actual o pecado
original bajan en seguida al infierno para ser castigados con penas desiguales: pecado
original priva de la visión de Dios, pecado actual: Gehenna
perpetua.
e) Benedictus Deus
(Benedicto XII) habla de penas infernales: carencia de la visión de Dios y otra
pena.
f) Lumen Gentium:
Pena eterna del infierno
g) Credo del Pueblo de Dios
de Pablo VI: Pena de daño y pena de sentido distintas, aquella no mera aflicción
sicológica que provendría de la privación de la visión de Dios.
En 23 lugares del N.T. se menciona
el "fuego" como agente de esta pena. El Santo al hablar
de las almas separadas explica cómo les puede afectar un agente material como
es el fuego: un espíritu se puede unir a una materia como la forma a su materia
(caso del alma humana) o como el motor al móvil; la acción del fuego sobre al
alma implica una unión de ese segundo tipo, el alma se verá aterrazada por un
agente material que impide su libertad de movimiento y es el instrumento de la
justicia divina, con todo, es imaginable lo que supondrá esta sujeción será
un fuego material no unívoco al terreno que actúa sobre espíritus y demonios.
Es
una gentileza de http://www.servicato.com
para la
BIBLIOTECA BÁSICA DEL CRISTIANO