TEMA 6: LIBROS PROFÉTICOS DEL A.T.

 

6.1. Vocación y misión de los profetas.

6.2. Importancia de los profetas y de su mensaje para el desarrollo de la revelación del AT.

6.3. Características de los libros proféticos: preexílicos, exílicos, postexílicos.

 

A) DESARROLLO

6.1. Vocación y misión de los profetas.

Son tres los términos usados para designar al profeta: Nâbî’: profeta; Hôzêh: visionario; Rô’êh: el vidente. Con estos mismos nombres se designa tanto a los verdaderos como a los falsos profetas. Cualquier camino de investigación conduce al convencimiento de que los profetas son instrumentos, personas elegidas gratuitamente por el Señor para transmitir su palabra.

La misión de los grandes personajes bíblicos sólo puede entenderse en el contexto de la vocación de Israel, como pueblo; todos ellos han sido elegidos, llamados por un designio peculiar de Dios, para llevar adelante la misión de un pueblo, también elegido por Dios; la elección del profeta ilumina la del pueblo y, a la vez, la experiencia de la predilección del pueblo explica la del profeta. Casi todos han reseñado el momento de su llamada en unos relatos que tienen muchos puntos de contacto con los que narran la llamada de otros personajes bíblicos, como Moisés, Gedeón, etc. Los relatos de vocación, desde el punto de vista literario, contienen lo siguientes elementos comunes: encuentro con Dios, discurso divino introductorio, misión, objeción humana, confirmación divina y signo.

En los profetas podemos distinguir:

Variedad de personalidad y de circunstancias. El profeta hebreo no tiene un perfil uniforme. Cada uno poseía sus propias características, con sus propios valores, cualidades y debilidades. Es una vocación singular, con un carisma especial. Lo decisivo es la Palabra del Señor que llama, transforma y sostiene.

Carácter imperativo de la vocación: No se trata de que los profetas sintieran un impulso personal de acercamiento a Dios, sino más bien de haber recibido un encargo.

Carácter dialógico de la profecía: Los profetas fueron auténticos intercesores del pueblo; y la tradición bíblica los tuvo como verdaderos interlocutores entre Dios y el pueblo.

La experiencia de Dios y la libertad del profeta: El profeta no es instrumento estático, no pierde ni su libertad ni originalidad. Los profetas, como portavoces humanos del mensaje revelado, usaron de todas sus facultades para llevar a cabo su misión.

Se pueden describir las diferencias entre el carisma de profecía y el carisma de inspiración. El profeta es consciente de su carisma, puesto que se sabe portador de la Palabra de Dios; el hagiógrafo no necesariamente es consciente de la inspiración divina. La misión del profeta es doble:

a) Mantener viva la alianza del Sinaí; explicar la Ley en su sentido profundo.

b) Preparar la Nueva Alianza: dirigiendo su mirada hacia el futuro, el reino mesiánico en el que se habían de cumplir las promesas dadas por Dios al pueblo de Israel

 

6.2. Importancia de los profetas y de su mensaje para el desarrollo de la revelación del A.T.

Los profetas han desempeñado un papel considerable en el desarrollo religioso de Israel. El mensaje de todos ellos coincide en las tres lineas maestras:

1.- Monoteísmo: no hay otro Dios que el Señor:

a) Dios es soberano absoluto de la historia y la naturaleza. Los profetas reconocen al Señor como dueño de la Creación, pero es en sus intervenciones en la historia donde Dios se da a conocer (Amós, Isaías...).

b) Dios tiene con Israel una relación particular que se denomina Alianza. Dios es el compañero del camino; hay una imagen esponsal entre Dios e Israel y de paterno-filial. La elección es un don gratuito que el pueblo debe reconocer (Oseas, Jeremías, etc.).

c) Dios es Santo, su relación con el pueblo no significa que sea uno más, y menos que sea manipulable por medio de sacrificios. Dios es trascendente, es Altísimo (Isaías, Miqueas).

d) El castigo es consecuencia de no cumplir las exigencias de la elección (Jeremías).

e) Alianza, nace por pura iniciativa de Dios, es fruto de su bondad y de su misericordia, aunque conlleva unos compromisos ineludibles. Sólo Dios puede pedir cuentas cuando estos compromisos no son guardados y rompen la alianza. Todos los profetas recogen la tradición de la Alianza, en el doble aspecto de compromiso de amor y de exigencias morales.

2.- Mesianismo: es la verdadera espina dorsal de los profetas.

a) Preexílicos: parten de la profecía de Natán para expresar su idea de salvación del pueblo a través de un descendiente de David.

Espiritualizan la idea mesiánica, quitando importancia al monarca reinante y subrayando su condición de elegido del Señor.

b) Los profetas exílicos apenas hablan del mesianismo real; el Mesías se denomina a todo personaje que en nombre de Dios traiga la salvación a Israel, aunque sea extranjero, como el caso de Ciro.

c) Profetas postexílicos: En estos hay una mayor espiritualización del mesianismo que cuadra mejor con la escatología. Israel juzga a las naciones y prefigura el juicio definitivo de Dios que alcanzará al pueblo y a todas las naciones. La sublimación de la escatología conducida por los apocalípticos llevará a la idea trascendente del Mesías. En el libro de Daniel, la figura del Hijo del Hombre, da testimonio de la esperanza en un salvador.

3.- Doctrina moral y social:

Los profetas insistieron en las exigencias sociales de la fe. Denuncian la opresión y proclaman la predilección por los pobres del Señor. Estos son muestra de quienes son los necesitados de la protección divina, llegan a identificarse con los justos y piadosos, con el resto fiel, capaz de invocar a Dios. Los preceptos morales son los mismos que aparecen en la Ley, pero los profetas hacen un esfuerzo de interiorización, exigiendo un corazón limpio, por encima de los actos externos.

 

6.3. Características de los libros proféticos: preexílicos, exílicos, postexílicos

A. Anteriores al destierro.

1. Siglo VIII. En este período situamos a Amós y a Oseas, profetas en el reino del norte.

Israel estaba en un momento de prosperidad económica; pero este apogeo escondía una gran descomposición social, una degradación religiosa por los templos paganos y de prostitución sagrada, esperaban el Día del Señor en un sentido material y político; el pueblo se había alejado de Dios, no siendo fiel a la alianza.

- Los profetas ante esta situación crítica anunciaron el inminente castigo que el pueblo sufriría.

- Se insiste en la Soberanía del Señor sobre la naturaleza frente a los cultos idolátricos (a los baales) que cometía el pueblo. Estos pecados traerían el día del Señor como juicio, condena y destrucción.

- Se presenta la elección y la alianza del Señor; se aplica la imagen esponsal a las relaciones de Dios con su pueblo, se muestra la misericordia divina; todo ello con el objetivo de que el pueblo se convierta y vuelva a poner sus ojos en Dios.

- Lo anunciado por los profetas no tardó mucho tiempo, puesto que Asiria comienza con su amenaza y, con Salmanasar V rey, termina sometiendo a Israel y acabando con el reino norte en el 721 a.C.

El resto de los profetas ejercieron su función en el reino de Judá, el sur.

2. Siglo VIII, situamos a Isaías (en concreto, la primera parte, Is 1-39) y Miqueas. Es una época de prosperidad económica, pero al bienestar material iba unida una relajación progresiva de costumbres; además, entre los años 734-730, tiene lugar la guerra siro-efraimita que amenazaba la independencia de Judá; más tarde Senaquerib, rey de Asiria, invadió Palestina y conquistó varias ciudades, pero no asedió a Jerusalén. A igual que el norte, en el sur había injusticias sociales, abusos judiciales, corrupciones en el culto, etc.

Sobre la aportación de estos profetas, diremos que:

1. Se habla de la santidad y transcendencia de Dios, El es el único Santo; se muestra el sentido del pecado como rebelión contra Dios.

2. Los profetas condenan la situación degradante, como la falta de confianza en Dios en el momento de la invasión asiria, las injusticias sociales, puesto que si el pueblo no mejora puede pasarle lo mismo que a Samaría.

3. Comienza a exponerse la doctrina sobre el mesianismo regio: un descendiente de David, será el restaurador de la dinastía davídica; se le aplican unos títulos superiores a los del rey, cómo también la idea de los pobres del Señor, aquellos que le son fieles, esperan en El.

3. Siglo VII -VI, Sofonías, Nahum, Habacuc y Jeremías.

- El poder asirio cae y comienza el nuevo imperio babilonio. En este siglo, Jerusalén sufrió los vaivenes de la historia, estuvo sometida a severo vasallaje del faraón egipcio. Los libros de este período tiene una temática distinta (Nahum, libro nacionalista; Habacuc, plantea la existencia del mal; Sofonías, tiene un género sapiencial, y Jeremías es un profeta que vivió su ministerio cuando la deportación); sin embargo, expondremos los puntos comunes.

- Los profetas no cesan de anunciar el enorme castigo que sobrevendrá al pueblo si no se convierte de sus pecados; las opresiones por parte de los más superiores no cesan. Exigen la justicia y la rectitud para con Dios y los débiles.

- Se pronuncian oráculos contra las naciones. El castigó del Señor será tan fuerte que no solo llegará a Israel sino que se extenderá a todas las naciones, como es el caso de la destrucción de Nínive anunciada por Nahum y Jeremías.

- Los hechos darán razón a lo anunciado por los profetas, sobre el castigo de Israel por olvidarse del Señor, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, asedia a Jerusalén, y comienza la deportación de los más profesionales, los que quedan en el pueblo están divididos entre aceptar la sumisión a Babilonia o rechazar todo esto y unirse a Egipto.

- Se predica que la raíz o causa de la deportación no es más que el pecado, el cual es la ruptura de las relaciones entre Dios y los hombres.

- Pero no todo terminará en pura destrucción; los profetas dicen que Dios puede conceder la salvación de modo gratuito cuando se conviertan.

- Anuncian también un sentido escatológico en cuanto al resto de Israel que seguirá siendo fiel a Dios, y la profundización de la espera mesiánica de un futuro descendiente de David que restaurará la nación tras el castigo; Israel y Judá volverán a unirse para formar una sola nación. La consideración mesiánica deja de ser ya dinástica, puesto que el rey también es deportado.

- Dios que es Creador y trascendente, Justo y Misericordioso, realizará una nueva alianza que será eterna, que no se basa en normas sino que penetra en lo más profundo del hombre. Esta alianza se considera con una proyección más personalizada.

B. Durante el destierro.

Situaremos en este período a Ezequiel y al deuteroisaías[27].

-Después de la toma de Jerusalén, y ante la crisis nacional, se consuela al pueblo, se anuncia la promesa del futuro resurgimiento de la nación. El exilio no es el final, porque Dios hará una restauración definitiva (Is 40-55).

- Dios mismo es quien salvará a su pueblo.

- Es el momento del Deuteroisaías, el se situaría entre los desterrados, al final del exilio. En el libro de la consolación, aparecen unos poemas de exaltación de Israel y Jerusalén, del Siervo del Yahveh y la convicción de la misión del profeta. Aparece la figura del Siervo doliente de Yahveh, su personalidad y misión, que sufrirá y salvará al pueblo Israel y a la humanidad entera de los pecados[28].

- Hay una profundización acerca de la misión de Israel y la universalidad de la salvación.

- Se tiene muy en cuenta tres hitos y personajes: la historia patriarcal con Abrahám, el éxodo con Moisés y la monarquía con David, como aparece en el deuteroisaías.

- Se habla del Mesías como el 'Pastor de su pueblo, es un príncipe'. Doctrina centrada en la renovación interior, un corazón y espíritu nuevo que será dado por Dios al hombre (Ezequiel).

C. Posterior al destierro (Tritoisaías, Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías, Joel, Jonás.

1. Época Persa

Ciro el rey, da autorización para el regreso de los desterrados. Los repatriados, al regresar, se encuentran en un momento duro, puesto que el templo y las murallas estaban destruidas, los judíos que habían quedado en Palestina durante el destierro estaban ya instalados y no querían compartir sus tierras, los repatriados se sienten forasteros, etc. Ante esta situación:

- Los profetas anuncian momentos esperanzadores, predicando una nueva era de bendición, una nueva Jerusalén, una nueva creación.

- Se exhorta a la reconstrucción del templo. Y se manifiesta la grandeza del nuevo templo cuando aparezca el Mesías.

- Por la falta de piedad en el culto: se denuncia las víctimas defectuosas de los sacrificios ofrecidos en el culto al Señor, y la falta de disposiciones internas.

- Se anuncia la sustitución de este culto.

- Los oráculos contra las naciones no desaparecen, sino que se sigue considerando al Señor como el único que tiene poder y juzga las naciones.

- Se anuncia la venida del ángel de la Alianza preparada por un enviado misterioso contemplará el restablecimiento del orden moral y del orden cultual, que culminará en el sacrificio perfecto ofrecido por Dios en favor de todas las naciones.

- Hay un progreso en la doctrina sobre el mesianismo: se presenta al Mesías no como un rey dominante, ni por la presencia de un ser trascendente, sino por el anuncio de una nueva etapa de libertad, de bendición y de gracia.

- También es anunciado como un rey manso y pacífico. Se preocupa por la pureza y la moralidad, la reconstrucción del Templo y la restauración nacional.

- Se narra, además la efusión del Espíritu Santo. "El espíritu" indica sólo la acción directa de Dios, no la existencia de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

2. Época helenística.

Un tratamiento específico merece el libro de Daniel, cuyo género es apocalíptico, a pesar que su redacción es de época helenística, tiene elementos antiguos. Al ser tardío, notamos la imagen escatológica que tiene con la presencia de ángeles, la figura del Hijo del Hombre y la del Reino de Dios; la venida salvadora del reino no será fruto del esfuerzo humano sino don de Dios.

- El tema central es que Dios, conductor de la historia, guía a los hombres y a los pueblos hasta el final de los tiempos, momentos en que resplandecerá en plenitud la soberanía de Dios y de los suyos. El reino de Dios se presenta en dos perspectivas:

a) la actual se refleja el señorío de Dios en los asuntos privados y en los públicos; se manifiesta presente porque dirige los destinos de los imperios.

b) El dominio definitivo es el escatológico. Las visiones anuncian la llegada de un “reino universal y eterno". Tres son sus características: 1) que es eterno e indestructible, 2) llega misteriosamente, 3) es universal.

- Su carácter mesiánico es por su constante referencia a la imagen del reino y del dominio universal y eterno, pero con una perspectiva nueva.

 

B) RESUMEN

La profecía es un elemento esencial en la vida de Israel y tiene su expresión en una abundante y significativa presencia literaria. Son 16 los profetas escritores que nos presenta la Sagrada Escritura en el Antiguo Testamento; en ellos distinguimos dos bloques:

1. Mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y, dentro del canon Católico, también Daniel

2. Los restantes son los doce profetas menores.

El orden que encontramos en las Biblias católicas (y en el canon de Trento) no es el cronológico, sino que primero presenta a los mayores, empezando por Isaías hasta Daniel, por ser más extensos que los menores. En los profetas menores comienza con Oseas y termina con Malaquías.

El profeta, por el carisma profético, es consciente de hablar en nombre de Dios, su mensaje puede llegar a él de muchas manera: por sus propios sentidos, por su experiencia, visión, audición, de forma imprevista, etc. Transmite el mensaje de formas variadas: en fragmentos líricos o relatos en prosa, en parábolas, en oráculos, etc. Son enviados a sus contemporáneos, les transmite los deseos divinos, pero su mensaje se halla por encima del tiempo. Sus mensajes siguen un sentido lineal ya que desembocan en el Nuevo Testamento; ocupa un lugar importante la promesa mesiánica que tiene su cumplimiento pleno con la venida de Jesucristo y su Iglesia.

 

C) BIBLIOGRAFÍA

- Apuntes de Exégesis del Antiguo Testamento II profetas y libros proféticos.
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NOTAS

[27]Is 40-55.

[28]Is 52, 13-53, 12.