TEMA 49: VIDA ETERNA Y VISIÓN BEATÍFICA

 

49.1. Enseñanzas Bíblicas sobre la Vida Eterna.

49.2. La Visión de Dios en la S.E. y en el Magisterio de la Iglesia.

49.3. Visión Intuitiva de la Esencia Divina y Lumen Gloriæ.

 

A) DESARROLLO

49.1. Enseñanzas Bíblicas sobre la Vida Eterna.

Al exponer la Doctrina bíblica sobre la resurrección de los muertos, es importante fijarse con atención en unas palabras de Jesús en Juan 5, 28 ss. donde hace una mención a la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán cada uno a la destinación según como han obrado en la vida terrena.

En el AT, la palabra  se aplica en primer lugar a Dios. Es Dios quien tiene la posesión de la vida en su sentido más pleno. Él es el Dios vivo, el eternamente vivo en oposición a los ídolos muertos. También, por esta razón es dador de la vida: Gen 2,5 nos describe a Dios después de haber formado el cuerpo del hombre . Por tanto la vida cristiana es don de Dios. Sab 1,13 ss. explica que Dios no creó al hombre para la muerte sino para la vida: .

El que ya la misma vida natural no fuera concebida por los judíos como mera existencia (plano biológico), sino que implicara un matiz de plenitud, constituido por una serie de bienes concomitantes, hace comprender el sentido bíblico de vida cuando se utiliza en el plano de lo escatológico como es el caso de Salmo 16, 10, donde el justo espera ser liberado del sheol mediante se resurrección corporal. Hay una dimensión religiosa en el término: hay más vida cuanto más unido se está a Dios, fuente de la vida. Por eso el pecado, que es alejamiento de Dios, es siempre una disminución de la vida. En Dan 12,2, por ejemplo hay una conexión explícita entre la resurrección de los justos y la vida eterna.

En el NT la expresión  es un término frecuente en los Evangelios, tanto en los sinópticos como en San Juan. Pero mientras que en los sinópticos se habla de ella en futuro, es decir, como una realidad escatológica en conexión con la resurrección final[608], San Juan habla de la vida eterna como de una realidad ya presente. La , que se encuentra en el Logos[609] se ha hecho carne, Cristo es la Vida en persona. Hay ya en el presente una incoación de la vida eterna por la fe en Cristo: [610]. Tiene vida eterna el que acepta la oferta de Cristo:[611]. El resto del Nuevo testamento definirá cristológicamente también la “vida”: La vida eterna es estar con Cristo[612]. La vida eterna encierra no solo la idea de visión de Dios, un conocimiento intelectual, sino que es más que eso, es estar junto a Él[613].

49.2. La Visión de Dios en la S.E. y en el Magisterio de la Iglesia.

En la S.E.: En el Evangelio el Señor Dios dice “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”[614] La existencia de la visión beatífica está claramente enseñada en la Sagrada Escritura: Mt. 22,30, Lc. 20, 36.

En el Cielo veremos a Cristo, Dios y hombre verdadero para siempre, y también al Padre y al Espíritu Santo sin velos y directamente. La importancia de dicha verdad se ve en los siguientes textos del Nuevo Testamento.

1Jn. 3, 2: aquí San Juan afirma que habrá un después un estado futuro en el que veremos a Dios tal cual es.

1Cor 13, 12: ahora veremos en un espejo, entonces veremos cara a cara, ahora de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.

Se refiere a que en este mundo conozco a Dios mediante la creación y conocimiento natural de Dios también por la Revelación sobrenatural. Pero en el Cielo lo veré cara a cara, no la imagen sino al mismo Dios directamente y sin confusión.

La visión de Dios implica sobre todo la intimidad con Dios: al igual que “conocer” implica unión esponsal y amorosa con El.

La visión intuitiva y directa de la Esencia Divina, significa un acto de la inteligencia, finalmente alcanza el interior del misterio de la vida Trinitaria.

Magisterio: Que los justos ya difuntos que carecen de toda culpa y pena de los pecados entran para siempre en la vida eterna, es una verdad de fe divina y definida en todos los símbolos: Nicea, Apostólico, Atanasiano.

El principal documento del Magisterio sobre este tema es la Constitución Benedictus Deus de Benedicto XII[615]. Su objetivo principal era definir cuál es el estado de las almas en seguida después de la muerte (antes de la resurrección y el juicio final). Sin embargo, con esta ocasión se define en qué consiste la bienaventuranza celeste, la cual es esencialmente la misma antes y después de la resurrección. Ante todo, se trata en él de la , cuyo elemento primario se coloca en la visión de Dios inmediata e intuitiva. Consecuentemente a esta visión se da el gozo. Finalmente se insiste en la eternidad de la visión y el gozo. Teniendo en cuenta que la Constitución Benedictus Deus es una verdadera definición , su doctrina debe ser considerada como perteneciente a la fe católica definida.

En términos parecidos se expresa también el IV de Lyon (sesión IV) y la bula "Laetuntur Coeli" y el decreto pro graecis del C. de Florencia (1439).

 

49.3. Visión Intuitiva de la Esencia Divina y Lumen Gloriæ.

a) Lumen Gloriae.

La promesa de la visión de Dios implica la intimidad, una participación en la intimidad de las la Tres Personas Divinas.

Para que una criatura pueda ver a su creador y gozar de él -acciones que exceden infinitamente su capacidad- es necesario que su entendimiento sea fortalecido y elevado sobrenaturalmente. Así sucede ya de forma analógica mientras estamos de camino y la luz de la fe nos permite un conocimiento profundo, si bien incompleto, del misterio divino. A esta ayuda y capacitación escatológica que superan las fuerzas naturales, se llaman lumen gloriae -luz de la gloria-[616].

b) La visión intuitiva de Dios.

Quien contempla a Dios en el Cielo lo hace de un modo inmediato, claro, directo y abierto, tal como es en sí misma la Esencia Divina. Este tipo de conocimiento puede contrastarse con los modos imperfectos que conocemos en esta vida: un conocimiento por la fe, el conocimiento analógico, el conocimiento por raciocinio, etc.; que están caracterizados por la mediatez. En el Cielo se ve a Dios cómo es en sí mismo: Uno en Esencia y Trino en Personas, junto con sus atributos esenciales. Y en Dios y por Dios, se ve también el mundo, las otras personas en su verdadera luz.

Pero ni así seremos capaces de conocer, de abarcar y comprender plenamente a Dios aunque sí estaremos saciados. Veremos a todo Dios, pero no veremos a Dios totalmente.

 

B) RESUMEN

Enseñanzas Bíblicas sobre la Vida Eterna.

      En el AT: la palabra  se aplica en primer lugar a Dios. Por esta razón es dador de la vida. El que ya la misma vida natural no fuera concebida por los judíos como mera existencia, sino que implicara un matiz de plenitud, hace comprender el sentido bíblico: hay más vida cuanto más unido se está a Dios, fuente de la vida. Por eso el pecado, que es alejamiento de Dios.

      En el NT: la expresión  es un término frecuente en los Evangelios, tanto en los sinópticos como en San Juan. Pero mientras que en los sinópticos se habla de ella en futuro, es decir, como una realidad escatológica en conexión con la resurrección final, San Juan habla de la vida eterna como de una realidad ya presente. La , que se encuentra en el Logos se ha hecho carne, Cristo es la Vida en persona. Hay ya en el presente una incoación de la vida eterna por la fe en Cristo.

La Visión de Dios en la S.E. y en el Magisterio de la Iglesia.

      En la S.E.: En el Evangelio el Señor Dios dice “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”[617] La existencia de la visión beatífica está claramente enseñada en la Sagrada Escritura: Mt. 22,30, Lc. 20, 36.

      Magisterio: Que los justos ya difuntos que carecen de toda culpa y pena de los pecados entran para siempre en la vida eterna, es una verdad de fe divina y definida en todos los símbolos: Nicea, Apóstolico, Atanasiano. El principal documento Constitución Benedictus Deus de Benedicto XII[618]. define el estado de las almas en seguida después de la muerte, se insiste en la eternidad de la visión y el gozo. En términos parecidos se expresa también el IV de Lyon (sesión IV) y la bula "Laetuntur Coeli" y el decreto “pro graecis” del C. de Florencia (1439).

Visión Intuitiva de la Esencia Divina y Lumen Gloriæ.

      Lumen Gloriae: para que una criatura pueda ver a su creador y gozar de él -acciones que exceden infinitamente su capacidad- es necesario que su entendimiento sea fortalecido y elevado sobrenaturalmente. A esta ayuda y capacitación escatológica que superan las fuerzas naturales, se llaman lumen gloriae -luz de la gloria-[619].

      La visión intuitiva de Dios: quien contempla a Dios en el Cielo lo hace de un modo inmediato, claro, directo y abierto, tal como es en sí misma la Esencia Divina. Este tipo de conocimiento puede contrastarse con los modos imperfectos que conocemos en esta vida: un conocimiento por la fe, el conocimiento analógico, el conocimineto por raciocinio.

 

C) BIBLIOGRAFÍA

C. Pozo “Teología del más allá”. Bac, Madrid, 1968.

Justo L. R. Sánchez y Jorge Molinero “Más Allá” Rialp, 2000.

Ludwig Ott “Manual de Teología Dogmática”. Herder, Barcelona,1997.

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[608]Mt 19, 16; Mt 25, 46, Mc 10, 17.

[609]Jn 1,4.

[610]Jn 3,36.

[611]Jn 4,14.

[612]Flp 1,23; 1 Tes 4,17.

[613]1 Jn 3,2; 1 Cor 13,12.

[614]Mt. 5, 8.

[615]DZ 530.

[616]Los siguiente textos son significativos respecto a esto: Sal 35, 10; Ap. 22, 23; 22-5.

[617]Mt. 5, 8.

[618]DZ 530.

[619]Los siguiente textos son significativos respecto a esto: Sal 35, 10; Ap. 22, 23; 22-5.