TEMA 26: LOS SACRAMENTOS

 

26.1. La sacramentabilidad en la economía de la salvación.

26.2. Concepto y número de los sacramentos.

26.3. Elementos que integran el signo sacramental.

26.4. Cristo, autor de los sacramentos.

26.5. La potestad e intención del ministro.

26.6. La capacidad e intención del sujeto.

26.7. Efectos de los sacramentos.

 

A) DESARROLLO

26.1. La sacramentabilidad en la economía de la salvación.

La salvación es una realidad sacramental[307]. La efusión del Espíritu Santo, inaugura un tiempo nuevo en la "dispensación del Misterio": el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación por los sacramentos; es “la Economía sacramental"[308], instituidos por Él para comunicar su gracia. Los sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones). Realizan eficazmente la gracia que significan, en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo[309].

La categoría de la sacramentalidad: la comunión con Dios no se puede dar sin mediación, por ello existe la sacramentalidad[310]. Los sacramentos son los acontecimientos salvíficos que continúan en la historia la salvación obrada por Jesucristo.

 En el Nuevo Testamento las realidades sacramentales son entendidas como: acciones mandadas por el mismo Jesucristo, que anuncian y actualizan el misterio de su muerte y resurrección[311]. Jesucristo mismo concede a la Iglesia un poder que le da la capacidad ministerial de cumplirlas (exusía).

Sentido eclesiológico del organismo sacramental:Los sacramentos son de la Iglesia[312], en el doble sentido de que existen por ella y para ella: por la Iglesia, se celebran en ella; para la Iglesia, constituyen a la Iglesia. La Iglesia hace los sacramentos, y los sacramentos hacen la Iglesia.

Los sacramentos son sacramentos de la fe[313]. Los sacramentos no sólo suponen la fe, sino que la fortalecen, alimentan y expresan con palabras y acciones, por esto se llaman sacramentos de la fe[314]. La fe precede los sacramentos (los sacramentos se celebran en la fe de la Iglesia) pero es una fe sacramental, porque la fe se expresa en el sacramento. Tienen como objeto al mismo Cristo. La eficacia sacramental deriva de la fe.

 

26.2. Concepto y número de los sacramentos.

-La noción de “mysterium sacramentum”: nos dice el sentido de la categoría de la sacramentalidad:

      - Mysterium: Designio salvífico divino previsto desde antes de la Creación, anunciado por figuras en el Antiguo Testamento, plenamente revelado y actuado en la Encarnación de Jesucristo (sobretodo muerte y resurrección) y, continuamente presente en la Iglesia por medio de los sacramentos.

      - Sacramentum: Para la comprensión del sacramento nos hemos de servir de las dos categorías: misterio y tipoi[315].  Son acciones mandadas por el mismo Jesucristo que anuncian y actualizan el misterio de su muerte y resurrección. Realizadas por el poder concedido por Cristo.

-Evolución histórica: la primeras definición es de San Agustín lo define como “signum sacrum” (signo sagrado), realidad sensible que hace referencia a una realidad invisible (espiritual). Distingue dos dimensiones: dimensión sensible (el significante o Sacramentum Tantum formada por res -gesto- y verba -fórmula-); dimensión espiritual (el significado o Res Sacramenti); al final apunta una nueva dimensión: Res et Sacramentum (que es a la vez efecto interior y acción exterior)[316]. El único límite: no supo explicar bien la relación entre las dos dimensiones del hecho sacramental.

En el s-XI. Berengario de Tours decía: “Visibilis forma, invisibilis gratiae” forma visible de la gracia invisible[317]. El Catecismo Romano: signo[318] sensible que, por haber sido instituido por Jesucristo, tiene la virtud de significar y conferir la gracia.

Los teólogos de la escolástica vuelven a S. Agustín y explican su doctrina: “sacrae rei signum” (signo de una cosa sagrada). S. Tomás[319] la completará con un paso más: “Sacrae rei signum in quantum est santificans”[320]. La estructura del sacramento: Recoge la triple dimensión: sacramentum tantum -res et verba (gestos y palabras)-; res sacramenti; res et sacramentum.

Después vienen los reformadores protestantes, que influenciados por el nominalismo, no ven que el signo pueda ser relación, lo único real es Cristo.

-Definición de sacramento: El sacramento  es un signo sensible y eficaz de la gracia instituido por Jesucristo de modo permanente, confiados a la Iglesia, por los cuales nos es dispensada la gracia divina[321]. Hay una distinción entre realidades sustanciales (instituidas por Cristo sobre las que la Iglesia no tiene poder) y las realidades accidentales (las que añade la Iglesia a la celebración) en los sacramentos.

Número de los sacramentos: La sistematización del número septenario se alcanzó en el S-XII y  fue posteriormente definida en Trento[322]. Se llegó al número septenario por el esfuerzo en encontrar una definición propia y exclusiva de la naturaleza sacramental (se consideran sacramentos los que confieren la gracia “ex opere operato”), y sobretodo, por el análisis acerca de su institución por parte de Jesucristo.

El criterio último de la consideración del número septenario ha dependido del actuar de la Iglesia, consciente de que le viene por Tradición. Por esto, las explicaciones teológicas sobre el número septenario son posteriores: primero se da la conciencia eclesial del número septenario y después la reflexión sobre ello.

Todas las explicaciones -argumentos de conveniencia- tienen un fuerte acento antropológico: examinando las diversas situaciones del hombre, encontramos un sacramento apropiado para cada situación. Se ordena a un doble fin: perfeccionar al hombre en el servicio de Dios (cada sacramento, una etapa de la vida humana)[323]; y remedio contra los daños del pecado. Desde ambos puntos de vista, es conveniente que haya siete sacramentos.

 

26.3. Elementos que integran el signo sacramental.

Por signo debemos entender aquella realidad cuya naturaleza es relacional, que manifiesta algo distinto de si mismo. Es un nexo que tiene un fundamento real, aunque la realidad dicha, la supere y trascienda.

El signo tiene una estructura que la Tradición ha acuñado por: res (gestos)[324], et verba (palabras)[325], indisolublemente unidos entre sí. Res et Verba no son dos aspectos unidos por cronología, sino por un orden teológico intrínseco: el gesto es determinado por la palabra. Configuran una sola realidad.

La naturaleza cristológica del signo sacramental se entiende como la palabra -Verbo Eterno- el que determina la naturaleza del gesto -Salvación-. La palabra da significado al gesto. Pero son unitarios; la palabra sin el gesto es ineficaz.

La eficacia[326] está en estrecha relación con el significado, en la misma estructura de signos se encuentra la eficacia del signo, la causalidad es intrínseca al signo.

El significado está presente en el signo sacramental por la composición de los dos signos que lo componen: palabra y gesto. Pero el significado trasciende al signo, por el mismo hecho de ser sacramento: significado establecido por Cristo y que la Iglesia le da. El significado es el símbolo de fe de la Iglesia, todo sacramento  es una profesión de fe.

Los sacramentos presentan un triple significado: son signos conmemorativos de la pasión de Cristo (hacen memoria); son signos demostrativos de los frutos de la pasión de Cristo, por medio de ellos se comunica el fruto de la pasión de Cristo a los fieles; son signos proféticos, anticipan su consumación en la gloria (los sacramentos son prendas de la vida eterna).

El signo sacramental está compuesto por un gesto compuesto de palabras y acciones. Este gesto se encuentra siempre dentro de un conjunto orgánico de acciones simbólicas mediante las que la Iglesia da culto a Dios, y al mismo tiempo confiere a los hombres la salvación (dimensión ascendente y descendente). También pertenece al signo sacramental aquellas acciones que lo preceden y continúan, de tal manera que estas acciones, condicionan en muchas circunstancias el verificarse el sacramento.

La realidad teológica del sacramento está compuesta por 3 elementos, a los que la tradición llama: Sacramentum tantum (signo sacramental); Res tantum (significado que el sacramento causa o contenido salvífico del sacramento, es decir, “acta et pasa Christi”, que son los hechos y la pasión de Cristo); Res et sacramentum (a la vez signo y contenido).

 

26.4 Cristo, autor de los sacramentos.

Historia: La patrística confirma a Jesús como autor de los sacramentos. Santo Tomás dice que los sacramentos los instituye Jesús —Dios hecho Hombre—, porque tienen la dimensión visible e invisible, tienen que tener una causa con las mismas características -Jesús-. Desde Trento[327] queda establecido que son siete los sacramentos y que están instituidos por Cristo.

Fundación Cristológica[328]: La institución debe ser entendida no de un modo jurídico -decretos de Cristo-, sino más bien de un modo teológico. Tampoco debe ser entendida como la institución de un ente previo, la Iglesia, que posteriormente crearía cada uno de los sacramentos. Debemos reconocer que institución es, la fundación cristológica de los sacramentos, y no sólo por mandato sino en su propio ser. La realidad sacramental se fundamenta en el misterio de Cristo, porque nacen de Él y pertenecen a su mismo misterio (este es el fundamento Cristológico).

Mediación de Cristo y de la Iglesia: Por el Espíritu Santo[329] y mediante Él, Cristo continúa presente en la Iglesia para santificar a los hombres y llevarlos al cumplimiento de su salvación. Los sacramentos son gestos que haciendo memoria del acontecimiento de Cristo, lo realizan en la Iglesia, y por ello Cristo[330] es el acontecimiento originario por el cual se dan en la Iglesia los sacramentos.

Momento de la institución: No podemos precisar el momento exacto de la institución, excepto de la Eucaristía, pero sí podemos tomar del A.T. y del N.T. los momentos más importantes que afectan a la institución. Esto no quiere decir que sea una institución indirecta o mediata, la institución es siempre directa e inmediata[331].

La sustancia[332] del sacramento es la estructura teológica fundamental propia de cada uno de los sacramentos: lo que Cristo instituyó, que debía ser observado en el signo sacramental[333], por ello es inmutable; también pertenece a la sustancia el significado del sacramento, que Cristo le ha dado. La Iglesia tiene potestad de modificar todo lo que no pertenezca a estas dos realidades (que son la sustancia según el Magisterio)[334].

En síntesis podemos decir: sólo Dios es el autor principal de los sacramentos; los sacramentos se fundan en el misterio de Cristo y continúan en la economía salvífica los misterios de Cristo; todos los sacramentos han sido instituidos por Cristo, de Él nace la estructura teológica fundamental propia de cada signo sacramental y el significado operativo (eficaz), que cada uno de ellos posee; la Iglesia posee la potestad sobre todo lo que no forma parte de la sustancia.

 

26.5. La potestad e intención del ministro.

El ministro y el sujeto son también elementos constitutivos de la estructura fundamental del sacramento. Al ministro se le puede considerar desde dos aspectos:

      - Desde el aspecto objetivo de ministro de la Iglesia (condición ministerial[335]): El ministro primario del sacramento es Dios. Dios es Dominus (señor del sacramento) y el minister es el sirviente de Dios (ministro en referencia siempre a otro, por eso llamado a veces ministro secundario). El ministro de los sacramentos es aquel que posee la facultad y autoridad de Cristo en la Iglesia[336]. Facultad que es diversa para cada uno de los sacramentos. Hay sacramentos que exigen actuar “in persona Christi capitis” y otros “in nomine Christi”.

      - Desde el aspecto subjetivo del ejercicio del ministerio[337] se requiere:

i) Ni ortodoxia, ni estado de gracia: la validez de los sacramentos no depende de la ortodoxia -la fe, la santidad- del ministro (si la heterodoxia afecta a la materia o forma sacramental sí que afectaría a la validez), ni de la ortopraxis (estado de gracia) para la validez de los sacramentos. La razón de ambas condiciones se apoya en que el ministro es ministro secundario, el primordial es siempre Cristo.

ii) Intención: La intención del ministro ha de ser la intención de hacer lo que hace la Iglesia, que significa realizar el gesto que la Iglesia quiere que se haga: se refiere al signo exterior.

iii) Atención: La tradición coincide en que basta una atención virtual, siempre que no se omitan los gestos previstos.

iv) Acción efectiva en la celebración (obligación de administrar o de denegar): El ministro debe ser consciente de su deber y cumpla con oficio y amor aquello que se le ha encargado, debe estar en gracia, debe negar el sacramento cuando no sea lícito: sujeto incapaz de recibirlo y sujeto indigno -excomulgados, herejes,...-[338].

 

26.6. La capacidad e intención del sujeto.

El sacramento no se celebra si no inhiere en un sujeto. Debemos considerar unas condiciones para la recepción válida de los sacramentos:

i) Requisitos objetivos: que el sujeto sea una criatura humana; que esté vivo (para algunos se establece además el uso de razón).

ii) Requisitos subjetivos: No se requiere la ortodoxia del sujeto para la validez de la recepción sacramental, esto no implica que el sacramento no requiera en quien lo recibe cierta fe; tampoco la falta de la disposición necesaria de estado de gracia invalida la recepción del sacramento; sin embargo, sí pueden ser impedimentos la carencia de ortodoxia o de gracia para la recepción fructífera.

      - Para la recepción válida: intención (al menos virtual) de recibirlo; haber sido Bautizado (exc: Bautismo) y uso de razón[339].

      - Para la recepción lícita: arrepentimiento para sacramentos de muertos, el estado de gracia para los de vivos; recibirlos con reverencia; y pedirlos a un ministro digno.

Impedimentos y reviviscencia: Cuando el impedimento (óbice) no es conocido por el que recibe el sacramento, el efecto gratificante se produce inmediatamente. Si es consciente del impedimento, la gracia tendrá lugar cuando se pongan las disposiciones necesarias, gracias al carácter sacramental, y en aquellos sacramentos que no tienen carácter sacramental, pero sí cierta irreiterabilidad (Matrimonio, Unción), se apoya en la res et sacramentum.

 

26.7. Efectos de los sacramentos.

a) Produce dos efectos: Santificación y el carácter.

-Santificación: El primer efecto de todos los sacramentos es la inserción del hombre en el misterio de Cristo, la gracia santificante: esta incorporación pertenece al ámbito ontológico (la gracia sacramental se sitúa en el ámbito del obrar y ésta en el ser). Pero cada sacramento confiere una gracia específica: la gracia sacramental. No es una realidad distinta sino un modo de recibir la gracia santificante según las necesidades del individuo. Los sacramentos producen lo que significan: hay diversas gracias porque hay diversos signos. Por eso tiene sentido que existan siete sacramentos. La gracia sacramental es la modalidad propia que tiene cada sacramento de configurarnos con el misterio de Cristo (no es lo mismo un sacramento que otro).

-El carácter: es una marca indeleble que el Espíritu Santo pone en el alma del cristiano para señalar su pertenencia definitiva a Dios. Podemos definir el carácter en cuatro puntos: Es un efecto que es diferente de la gracia santificante; se mantiene de forma imborrable incluso en los pecadores y excomulgados; es la razón intrínseca de la no reiterabilidad de estos tres sacramentos[340]; nos dan la garantía del revivir de la gracia sacramental, tan pronto como se nos quita el impedimento de la gracia (el pecado).

Podemos ver dos aspectos del carácter: i) Cristológico: signo que caracteriza la pertenencia de los miembros de Cristo, a Cristo Cabeza, principio de organización estructural. Por ello el carácter constituye la razón sobre la que se apoya la acción sobrenatural de los demás sacramentos; ii) Eclesiológico: El carácter funda un nuevo modo de ser y obrar en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. El carácter es su condición de pertenencia a la Iglesia en cuanto comunidad visible.

El carácter es la res et sacramentum. Nuestra relación con Dios no es inmediata, sino que pasa a través de Cristo y éste en nosotros a través del carácter.

b) Otros efectos: como consecuencia de los anteriores, los sacramentos producen en enriquecimiento general de la vida cristiana y una mayor unidad de los fieles en la Iglesia[341].

c) Eficacia de los sacramentos[342]: La eficacia de los sacramentos es “ex opere operato”[343]. Confieren la gracia que significan, es decir, son eficaces por sí mismos. La causalidad sacramental, la eficacia del signo, tiene que concordar con el hecho de que en la realidad sacramental la dimensión significativa  y la dimensión operativa del signo, son inescindibles: “sacramenta significanda causam”. El signo sacramental es lo que es eficaz, porque es lo que ha recibido de Cristo la capacidad de ser eficaz.

 

B) RESUMEN

La sacramentabilidad en la economía de la salvación: Los sacramentos son los acontecimientos salvíficos que continúan en la historia, la salvación obrada por Jesucristo. La categoría de sacramentalidad es una realidad de relación con Dios. La Iglesia hace los sacramentos, y los sacramentos hacen la Iglesia (son por la Iglesia y para la Iglesia). Los sacramentos son sacramentos de la fe.

Concepto y número de los sacramentos: fundamentación en “mysterium sacramentum”, evolución histórica hasta CEC “el sacramento  es un signo sensible y eficaz de la gracia instituido por Jesucristo de modo permanente”. El número fue definido en Trento, se llegó al número septenario por el esfuerzo en encontrar una definición propia y exclusiva de la naturaleza sacramental, y por el análisis acerca de su institución por parte de Jesucristo. Argumentación antropológica “a posteriori” del número septenario

Elementos que integran el signo sacramental: el Sacramentum tantum (signo sacramental) tiene una estructura que es la que la Tradición ha acuñado por res (gestos) et verba (palabras), indisolublemente unidos entre sí.

Cristo, autor de los sacramentos:- Todos los sacramentos han sido instituidos por Cristo, de Él nace la estructura teológica fundamental propia de cada signo sacramental y el significado operativo -eficaz-, que cada uno de ellos posee; la Iglesia posee la potestad sobre lo accidental.

La potestad e intención del ministro: Desde el aspecto objetivo (condición ministerial): ministro primario es Dios, el ministro es el sirviente de Dios (aquel que posee la facultad y autoridad de Cristo en la Iglesia); Desde el aspecto subjetivo del ejercicio del ministerio se requiere: Ni ortodoxia, ni estado de gracia; Intención de hacer lo que hace la Iglesia; Atención virtual; Acción efectiva en la celebración.

La capacidad e intención del sujeto: Para la recepción válida se requiere: La intención positiva del sujeto del sacramento; y la intención debe ser al menos virtual. Para la recepción digna de los sacramentos de vivos se requiere, en los sacramentos de vivos el estado de gracia, y en los de muertos, el arrepentimiento.

Efectos de los sacramentos: Santificación: gracia santificante, incorporación al cuerpo místico de Cristo; y la gracia sacramental ya que cada sacramento confiere una gracia específica, signos diversos provocan significados diversos. Y el carácter que es una marca indeleble que el Espíritu Santo pone en el alma del cristiano para señalar su pertenencia definitiva a Dios. La eficacia de los sacramentos es “ex opere operato”. Confieren la gracia que significan.

 

C) BIBLIOGRAFÍA

Los siete Sacramentos. Enric Moliné. Rialp 1998.

Apuntes de la asignatura.

Catecismo de la Iglesia Católica 1076-1112.

Constitución “Sacrosanctum Concilium” del CVII y Constitución “Lumen Gentium” del CVII.

Denzinger .

Sto Tomás.“Summa, Theologiae, q-65, III pars”.

Codex Iuris Canonici 834ss.

Iniciación a la liturgia de la Iglesia. José Antonio Abad.
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NOTAS

[307]CEC 1129; C. de Trento: DS1604 “La Iglesia afirma que los sacramentos de la Nueva Alianza son necesarios para la salvación”.

[308]CEC 1076.

[309]CEC 1084.

[310]La noción de sacramentalidad, se desarrolla en el siguiente apartado.

[311]CEC 1085: “El misterio pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente”.

[312]CEC 1111. La obra de Cristo en la liturgia es sacramental porque su Misterio de salvación se hace presente en ella por el poder de su Espíritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento (signo e instrumento) en el cual el Espíritu Santo dispensa el Misterio de la salvación; porque a través de sus acciones litúrgicas, la Iglesia peregrina participa ya, como en primicias, en la liturgia celestial.

[313]“Sacramenta sunt sacramenta fidei”. Cfr. SC 59 y CEC 1123.

[314]Cfr. CEC 1123.

[315] Según etimología griega son prefiguraciones que se realizan en el misterio de Jesucristo, por ello son acontecimientos históricos celebrados ritualmente, también deben entenderse en su nivel de continuación, que prolongan el misterio de Cristo.

[316]Por ejemplo: Sacramentum tantum (pan y vino y fórmula consecratoria de la oración eucarística); Res sacramenti (la gracia); Res et sacramentum (presencia de Jesucristo bajo las especies invisible, y visible porque se ve las especies del pan).

[317]El sacramento es signo y forma visible de la gracia invisible (hasta ahora bien, igual de lo que dice S. Agustín) pero entendida bajo el influjo de S. Isidoro, así pues, las dos dimensiones del sacramento (signo-gracia) son entendidas como dimensiones separadas (no distintas como dice S. Agustín).

[318]  Símbolo es como más convencional, por ejemplo, un semáforo; signo implica semejanza con la cosa conocida, aunque los hay naturales, mixtos y convenidos. Por ejemplo: El agua limpia al hombre de forma natural; después Dios ha querido que en determinadas ocasiones produzca también limpieza espiritual -es un buen signo-.

[319]Cfr. “S Th.q-65, III p”, S. Tomás.

[320]“In quantum” hace referencia a que es causa instrumental (es el signo el que santifica) -la causa Dios en los sacramentos­-. La causa eficiente de los sacramentos es la pasión de Cristo.

[321] CEC 1131 “Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas”.

[322] Trento, en el canon 1º sesión 7ª. DS  1601. El Conc. de Florencia DS 1310.

[323]En la vida corporal del hombre, se perfecciona: por la generación (Bautismo), por el crecimiento (Confirmación), por el alimento (Eucaristía), por el que se restablece la salud (Penitencia), por el que se recupera las fuerzas perdidas por la vejez (Unción), por el servicio a la sociedad (Orden) y de cara a la procreación natural (Matrimonio). El CEC los clasifica en tres grupos: los de iniciación cristiana, el Bautismo, Confirmación y Eucaristía; los destinados a la curación, Penitencia y Unción; y los destinados al servicio de la comunidad, Orden y Matrimonio.

[324]También llamado “materia”: es la acción o gesto, material sensible. Explicación de Sto. Tomás.

[325]También llamado “forma”: son las palabras que acompañan al gesto y que declaran el sentido especial de aquella acción o gesto material. Explicación de Sto. Tomás.

[326]Cfr. Ultimo apartado del tema.

[327]DS 1600-1601. Definido en CEC 1114.

[328]Una parte del apartado anterior, completa esta parte: el significado.

[329] CEC 1111. “La obra de Cristo en la liturgia es sacramental porque su Misterio de salvación se hace presente en ella por el poder de su Espíritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento (signo e instrumento) en el cual el Espíritu Santo dispensa el Misterio de la salvación (...)”.

[330]CEC 1115. “Las palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público eran ya salvíficas (...). Anunciaban y preparaban aquello que Él daría a la Iglesia cuando todo tuviese su cumplimiento. Los misterios de la vida de Cristo son los fundamentos de lo que en adelante, por los ministros de su Iglesia, Cristo dispensa en los sacramentos (...)”.

[331]"Los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo" (DS 1600-1601).

[332]Ya definido en Trento DS 1728.

[333]DS 3857 y 3858.

[334] CEC 1117. Por el Espíritu que la conduce "a la verdad completa" (Jn 16, 13), la Iglesia reconoció poco a poco este tesoro recibido de Cristo y precisó su "dispensación", tal como lo hizo con el canon de las Sagradas Escrituras y con la doctrina de la fe, como fiel dispensadora de los misterios de Dios (cf Mt 13, 52; 1 Co 4, 1). Así, la Iglesia ha precisado a lo largo de los siglos, que, entre sus celebraciones litúrgicas, hay siete que son, en el sentido propio del término, sacramentos instituidos por el Señor.

[335]CEC 1562. "Cristo, a quien el Padre santificó y envió al mundo, hizo a los obispos partícipes de su misma consagración y misión por medio de los apóstoles de los cuales son sucesores. Estos han confiado legítimamente la función de su ministerio en diversos grados a diversos sujetos en la Iglesia" (LG 28).

[336]El ministro ordinario es aquel a quien por oficio incumbe administrar un sacramento determinado. El ministro extraordinario es el que puede hacerlo en caso de necesidad.

[337]Cfr. CIC 843 § 1. “Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos”.

[338]En la práctica se suelen dar dos reglas: denegar el sacramento al pecador público del que no consta arrepentimiento y al pecador oculto que los pide privadamente; y no hay que denegar los sacramentos al pecador oculto que los pida públicamente.

[339]Cfr. S.Th. 3,62, 7 ad 2.

[340] CIC can. 845 § 1. Los sacramentos del bautismo, de la confirmación y del orden imprimen carácter y, por tanto, no pueden reiterarse.

[341]Cfr. LG 7 y CIC 840.

[342]Este apartado es un añadido que no pide la pregunta. Debido a su importancia lo hemos puesto.

[343]CEC 1084:”Realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo”.