SECTAS Y RELIGIOSIDAD ALTERNATIVA

José Ángel García Clemares

Diplomado en Teología por la
Universidad Pontificia de Salamanca

Especialista en 
Intervención Psicopedagógica
de adolescencia y juventud

 

LAS SECTAS: DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN


No siempre ha sido fácil determinar el concepto de lo que es una secta, dada la diferente perspectiva de quien trata de definirla, y sobre todo por el peso que representa la evolución del hecho religioso y sus sucesivas connotaciones, y recíprocas descalificaciones.

En la actualidad, y en rigor, cuando nos referimos a una secta señalamos una organización con unas características propias claramente identificables, sin las cuales no cabría hablar de dicho fenómeno, sino de otra realidad.

Por extraño que resulte, el factor ideológico, teológico o filosófico no es determinante a la hora de su cualificación como fenómeno u organización sectaria.

La secta, por tanto, es un colectivo en el que se dan las siguientes características:

  1. Estructura piramidal.- Cuenta con una organización que podríamos dividir en cúspide absoluta, mandos intermedios y adeptos-tipo. Tratándose por tanto, de una estratificación simplificada, si bien la misma en la secta permite un control riguroso de escalones inferiores.

  2. Sumisión incondicional a los dirigentes.-  Es norma absoluta de conducta la sumisión sin matices ni reservas. Y en no pocos casos, aquellos pretenden presentarse como instrumentos de Dios, objeto de su inspiración divina.

    No cabe la menor posibilidad de romper el cerco de sometimiento mientras uno se encuentre en el seno de la secta.

  3. Anulación de la crítica interna.-  En consonancia con lo anterior, la secta no permite ningún resquicio de crítica interna . La fidelidad ciega procede en línea recta de la incapacidad del adepto para leer fuentes ajenas a la secta o las pertenecientes a la misma críticamente.

  4. Persecución de objetivos económicos y/o políticos enmascarados bajo una ideología de tipo filosófico o religioso. La secta persigue fundamentalmente la consecución de unas finalidades de tipo económico y en su caso político. No persigue finalidades espirituales, ni filosóficas de manera filantrópica. El afán de poder y de lucro subyacen en lo más hondo de sus motivaciones.

  5. Instrumentalización de los adeptos en orden a obtener los fines de la secta.  De tal manera que el adepto, sometido a un ferreo control no deja de ser mero instrumento en manos de la secta.

    La explotación económica suele ser generalizada en todas las sectas, en algunas de las cuales, a ello se une la utilización sexual de sus componentes. El adepto es un simple número que utilizar para sus fines, esencialmente de captación de fondos y de otros adeptos.

  6. Ausencia de control de una autoridad superior sobre la secta. Lo que supone una ausencia de control sobre las actuaciones de la misma.

 

Expuestas las características básicas del fenómeno sectario, hemos de aclarar que hay que distinguir lo que es una secta propiamente, de lo que son comportamientos sectarios –cuestión distinta-. De tal manera que en algunos grupos u organizaciones de tipo político, religioso, cultural o de otra índole pueden darse dichos comportamientos sectarios, sin que ello implique que dicha entidad sea en sí misma una secta.

La calificación de secta va mucho más allá del encuadramiento de ciertos comportamientos como sectarios. De ahí la peligrosidad de estos grupos, que pasan a convertir en habitual los abusos que en otros son sólo excepcionales.

Expuesto lo anterior, hemos de delimitar el fenómeno sectario, de aquellas situaciones que a veces se han asimilado al mismo, naturalmente sin el necesario rigor y precisión.

Así no pertenecen al fenómeno sectario:

  1. La religión.- Las sectas suelen contar con un mensaje religioso, pero no por ello puede equipararse secta y religión sin más.

  2. El comportamiento sectario.-  El cual puede, desgraciadamente, darse en todos los colectivos, pero a diferencia de su perfil en las sectas como característica esencial, junto a otras del fenómeno antes indicadas, en los demás casos constituye una deformación que sólo puede actuar en detrimento del grupo en cuyo seno se produce.

  3. El fundamentalismo.- Tal fenómeno que inicialmente sólo tenía el carácter positivo de fundamentar la fe en sus bases reales, no implica necesariamente que origine una secta ni tampoco tiene por qué entenderse negativamente en el sentido del fanatismo, cerrazón o intransigencia. Simplemente ese grupo estaría apegándose a lo que considera que son los fundamentos de su fe. Lo que no es óbice para que el fundamentalismo en algunos casos sobrepase la firme defensa de unos principios para caer en el sectarismo incluso violento.

 

CLASIFICACIÓN  DE  LAS  SECTAS

Resulta difícil hacer una clasificación completa de las sectas, ya que algunas de ellas encajarían en varios apartados, y además el nacimiento de nuevos grupos de manera continua dificulta mucho la presente labor por el riesgo de poder dejar a alguno excluido.

Para clarificar sintéticamente esta tipología, ofrecemos los siguientes cuadros. El eje vertical contiene los diez  “tipos” en que vamos a clasificar los movimientos: conversionistas, revolucionistas, introversionistas, manipulacionistas, taumatúrgicos, reformistas, utópicos, mixtos, nueva religiosidad, satánicos. El horizontal contiene seis elementos que se consideran relevantes para establecer el tipo de “relación salvífica” que se establece en cada tipo de movimiento: la “esencia” de la salvación, la actitud adoptada ante el mundo, ante las religiones, ante la Sagrada Escritura, los rasgos más destacados de cada tipo y los paradigmas y modelos más conocidos de cada tipo, según B. Wilson, tributario de la situación de movimientos surgidos tras el “Gran despertar”.  Añadiremos algunos nombres muy conocidos. Referiremos una lista de movimientos religiosos alternativos con implantación en España, muchos de ellos con carácter sectario, según los listados clasificatorios más importantes: los de F. Azcona, el de J. Cardona y el de las asociaciones Ijzys, Libertad y Projuventud, para concluir con la clasificación de César Vidal Manzanares.

Continuará