24 Diciembre
San Gregorio, presbítero y mártir
(† a. 303)
Presbítero que murió mártir en la persecución de Diocleciano a comienzos del
siglo IV.
En su historia interviene un personaje llamado Flaco que es el encargado por
el gobierno de Roma para poner orden en el Imperio en lo que concierne a la
unidad de religión fundamento del orden social. Ha pensado en su estrategia
contra los rebeldes e inconformistas de cuya existencia en su territorio
está bien informado: multiplicará los dioses y obligará a prestarles
adoración. Quienes no acaten la orden con fidelidad serán aniquilados.
En la península itálica, en la Umbria, concretamente en Spoleto, hay un
hombre llamado Gregorio, se ocupa en hacer el bien a los demás, está
interesado en poner remedio a las necesidades económicas de los más pobres y
de hecho las remedia en la medida que puede, da consuelo a los tristes e
incluso quema el tiempo animando cuando alguien está desalentado. Es
pacífico y en su vida se advierte la rectitud. Todos lo tienen por hombre
religioso. Incluso a los que quieren les descubre poco a poco los misterios
de Dios y, lo que es más llamativo aún, algunos le siguen porque tanto su
enseñanza como el estilo de su vida tienen un atractivo poco común. Sí, hay
un no-sé-qué atrayente por su nobleza y altura de miras.
Pero por lo que se ve que no agrada a todos. No quiere sacrificar a los
dioses. Tiene ideas distintas. Él no se acomoda a lo establecido. Es acusado
de "ser rebelde a los dioses". Afirma que sólo un Dios merece adoración y
tan testarudo se muestra en su convicción que, a pesar de las amenazas y
vejaciones, está dispuesto incluso a morir. De hecho así terminó su vida en
el año 303.
Desobediente. Inadaptado. Reaccionario. Indócil. Rebelde. Indisciplinado.
Agitador. Inconformista. Independiente. Parece que todos estos calificativos
tienen un contenido negativo. Pero, claro... hay que saber contra qué o
contra quien. Porque —a la postre y para ser justos en el juicio— todo
depende de a qué lado quede la verdad. Quizá resulte que hay que cambiar el
esquema y se deban proponer para premios Nobel precisamente a los que no se
acomoden a los croquis de la sociedad y vayan contra el "status".
No siempre "ser como los demás" es signo de "estar en la verdad".
¡A que la verdad no depende del poder, de la fuerza física, política o
militar! ¡A que no!