24 de Diciembre
San Chárbel
Makhlouf
Autor: P. Ángel Amo.
San Charbel Majluf (1828-1898)
En el Líbano moderno el humilde hijo de un mulero, Joseph Zarun Majluf, ingresó en el monasterio de San Marón, en Annaya, donde se ordenó de sacerdote en 1859.
Pero no le bastaba ser un monje modelo de piedad, trabajo y obediencia, y queriendo imitar a los padres del desierto, en 1875 se hizo ermitaño y desde entonces vivió en una desnuda celda llevando una vida sencilla y tremendamente austera. Dormía sólo tres horas reposando sobre una tabla cubierta de hojas secas con un trozo de madera para apoyar su cabeza y envuelto en sus desgastados hábitos y una delgada cobija. A esta celda llegaban muchos visitantes par pedir sus consejos, sus oraciones y su bendición.
San Charbel se ofreció todos los días de su vida, y el Señor se lo llevó consigo al terminar la consagración de su Misa de Nochebuena.
Al abrir la fosa donde estaba enterrado san Charbel y otros cincuenta y dos monjes por motivo de una inundación, encontraron su cuerpo incorrupto, y un líquido rojizo saliendo de su cuerpo. Por cincuenta y cuatro años consecutivos fue desenterrado el cuerpo de san Charbel y siempre se veía el cadáver tan fresco como si estuviera dormido. Aunque un médico retiró finalmente todos los órganos del cuerpo, el flujo de sangre no paraba. Con la unción de este líquido, se dieron muchísimas curaciones milagrosas, y no sólo del cuerpo sino del alma: pecado, indiferencia, odio e incredulidad.
Para su beatificación se necesitaba un milagro reconocido por médicos y teólogos. En el caso de este santo se contaron hasta 1,200 milagros.