Laura Vicuña

 

La suave figura de la beata Laura Vicuña, gloria purísima de Argentina y Chile, despierte un renovado compromiso espiritual en estas dos nobles naciones, y a todos enseñe que el ideal de inocencia y de amor, aunque denigrado y ofendido, al fin brillará e iluminará los corazones"

(J.P. II, 3-IX-1988).


¿Quién fue Laura Vicuña?

LAURA VICUÑA PINO, nació un 5 de abril de 1891, en el seno de una familia en que se contrastaban muchos elementos. Partamos haciendo notar que su padre, Don José Domingo Vicuña, pertenecía a una familia de la aristocracia criolla chilena, de gran influencia política y alto nivel social. Su madre en cambio, Doña Mercedes del Pino, era de una familia más bien pobre. Esta diferencia social, no fue nunca bien aceptada, sobre todo por la familia Vicuña., lo cual fue un motivo de tensión y conflicto dentro del cual se desarrolló la primera etapa de la infancia de la niña.

Los posteriores conflictos políticos por el poder y la guerra civil, trajeron fuertes dificultades a los Vicuña, lo cual se vio agravado por la derrota ante las familias influyentes en el camino al poder de la nación. Este fue el motivo por el cual la familia integrada ahora por los esposos, Laura y una nueva hermana llamada Amanda debe huir de la capital. Luego de un tiempo en este forzado "relegamiento" en Temuco, el padre de familia, sumido en el cansancio y la desesperación muere.

Aquí comienza el drama; en primer lugar para la madre, que debe buscar los medios para mantener a los niñas. En segundo lugar, el problema de las necesidades en que se verían envueltas. No teniendo a quien pedir apoyo en Chile, y viendo la falta de posibilidades de trabajo, la madre toma a sus dos niñas y emprende el viaje hacia la vecina República Argentina, al poblado de Neuquén. Hay que considerar que la mamá, tampoco es una mujer de edad, sino más bien joven, así también se presenta como un ejemplo de superación, de buscar salida a los problemas y no quedarse en la pura contemplación de estos, haciendo de la vida un continuo sufrimiento sin salida. La situación no cambia mucho el primer tiempo. Mercedes hace grandes esfuerzos para ganar un poco de dinero en forma honrada, apareciendo ante esto un primer rasgo característico de la pequeña Laura. La firmeza para enfrentar los momentos de necesidad, transformándose en el apoyo y consuelo de la madre y de su pequeña hermana, sumándose a esto la gratitud y el reconocimiento que en todo momento expresaba ante el esfuerzo que veía en la madre.

Fue en este momento cuando aparece la figura de Manuel Mora. Era dueño de un gran fundo ubicado en las afueras del pueblo de Junin de los andes, en Argentina. Ocurrió que repentinamemnte, la madre y sus dos niñas se mudaron al fundo "Quilquihué", y pasaron de la necesidad a una completa comodidad, con todo lo que necesitaban... ropa, alimentos, buenas habitaciones, y sobre todo el sentirse acogidas como si verdaderamente estuvieran en algo propio. Las dos niñas, pudieron ser matriculadas en un colegio abierto hace poco en el pueblo de Junín, por los Religiosos Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora.

A pesar de continuar demostrando su gratitud en todo lo que podía, Laura, con sus nueve años ya veía con algo de extrañeza lo que estaba ocurriendo con su madre y con ellas mismas y el cambio de vida tan repentino. Había ya en esa niña algo que el enseñaba a ver más allá de las comodidades y los bienes materiales: que le mostraba que en estas cosas no está lo más importante de la vida, sino aquello se lleva dentro y se encuentra en otras coas y por otros caminos, precisamente algo de este elemento faltaba en la persona del "bienhechor".

La asistencia a las clases regulares, el apoyo y la amistad que encontró en ese colegio, fueron determinantes para que Laura fuera formando dentro de si ese espíritu de Amor a Dios por sobre todas las cosas, que se combinaba al mismo tiempo con una gran fortaleza y valentía que fueron creciendo hasta hacerse más importantes en los duros momentos que vendrán después y que la llevarán pronto a la muerte. Se puede decir que aquí fue aprendiendo a ser cada vez más bune, tal cual era su propio deseo.


UN GOLPE MUY FUERTE

Dentro de las cosas que aprendían las niñas en el colegio, por tratarse de una casa religiosa, se valoraba mucho la familia y se enseñaba a las niñas, como debía ser y vivir una familia cristiana. Aprendió también que el verdadero sentido de una relación de pareja, está uúnicamente en el amor que puede existir entre ambos, y que no son válidos los motivos sociales, económicos, o cualquiera otra cosa externa. Dentro de estas reflexiones, sin embargo, vino una prueba muy fuerte, que Laura, desde su inocencia ya podía entender con mucha claridad. Pensando en lo que significaba la relación que se iba dando día a día entre su madre y Manuel Mora, descubrió aquello que nunca hubiera deseado conocer y que era al mismo tiempo, lo que tanto había aprendido en el colegio, que se debía evitar al máximo, si se quería llegar a vivir como verdadero cristiano... SU MADRE ESTABA EN PECADO, CONVIVIENDO CON ESE HOMBRE. Es así, como superada la primera impresión, se muestra en la niña un propósito difícil y hermoso a la vez: " Debo devolver a mi madre; mostrarle el verdadero amor. Lucharé Señor, aunque me cueste a mi la vida. Mi vida por la suya, valdría la pena... No hay amor más grande que el que da su vida por la persona amada." En estas líneas debemos sacar otro elemento importante, que llamamaos un compromiso con la propia familia. Es algo que nunca puede perderse, y or lo que debemos luchar para mantener... es necesario que no lo perdamos, ya que es la mejor manera de agradecer por este regalo que se llama familia: que se llaman padres. Ese es el motivo por el que Laura toma este propósito. Va mucho más allá de una actitud piadosa. Aquí no estamos ante una niña que pareciera hacer de su vida una pura y permanente oración; también hizo esto, y fue muy importante que estuviera así de cercana a Dios, porque sino su vida hubiera sido un puro sufrir, sin esperanza de cambio. Pero detengámonos a ver que aquí hay una acción concreta, real, sincera, y esto es lo que también estamos invitados a seguir.. a ser testimonios visibles de lo que creemos y darlo a conocer sin temor, puesto que nuestra fe, nuestras convicciones tienen que darnos la seguridad que tenemos la verdad en nosotros, y esa verdad también se hizo concreta en Jesucristo.

Volvamos a la vida de Laura. Al ir al fundo en vacaciones, va dándose cuenta de que sus temores son ciertos. No logra entablar una conversación con su madre, aunque en el fondo desearía hacerlo y decirle toda la verdad ya. Antes de entrar, recibe otra advertencia que la confunde más: "Podeís rezar donde quieras -dice la madre-, pero que no os vea Mora, porque se enfadaría" Ahora, hasta su relación con Dios, tan cernana y necesaria a la vez, parece tener trabas. Pero no se alejará de El. Hace sus mayores esfuerzos por encontrarlo en las cosas de cada día, y ofrece como penitencias los malos momentos, los problemas, las contradicciones y las dudas, NUNCA ABANDONARA LA ORACION.

Al volver al colegio, trae muy marcadas las cosas que ha visto. Sin embargo, no quiere que esto sea un problema para todas las personas que comparten con ella; sigue siendo muy servicial, dispuesta a ayudar a todos los trabajos que se le pidieran. Le gusta ser buena compañía para sus amigas, se interesa por las materias de estudio y por seguir creciendo en la fe. Al mismo tiempo, su salud se va deteriorando, pero solo ella lo sabe bien. Tampoco quiere ser motivo de preocupación para los demás. Entre estas situaciones, termina el año escolar. Las evaluaciones de Laura, son siempre notables: además ha recibido la primera comunión y pertenece a la compañía de las Hijas de María. Llega otro momento de contradicción. Por un lado, sabe que al volver al fundo significa estar con su madre, y al mismo tiempo sufrir por la presencia de Manuel Mora, y la amenaza de este, que ya no solo irá hacia la madre, sino también guerra dañar a Laura. Los golpes, los malos tratos, los momentos difíciles no lo hacen dudar de aquello que ha aprendido y de lo cual está convencida... Sus mejores amigas lo notarán, compartirán con ella los momentos difíciles, transformándose también en un gran apoyo.

La enfermedad no se detiene. Llega el invierno con fuertes lluvias y heladas. Laura se desgasta día a día, manteniendo intacta su dulzura, s delicadeza, su humildad y al mismo tiempo, tratando de mantener también la fortaleza. Se consuela grandemente en la oración, aunque sabe también que lo que está ocurriendo es lo que ella misma había pedido "su vida, por su madre...". Mercedes, decide llevarla al fundo para atenderla mejor, pero tampoco hay mejoría notoria. La lleva luego a Junin, pensando también que más medicinas y doctores al alcance... todo sigue igual y avanza. Es en ese lugar donde cae la gota que derramó el vaso. Manuel Mora, llega hasta donde se encontraban, y entrando por la fuerza exige quedarse ahí también. Laura a pesar de la fiebre y la debilidad, se impone con firmeza para que esto no ocurra. Recibirá a cambio una golpiza, que adelantará su muerte, pero su objetivo se cumple. Ante este panorama, al fin logra que su madre se de cuenta de lo que ha hecho todo este tiempo y decida cambiar su vida. Con esta noticia tranquilizadora. Laura Vicuña se duerme definitivamente el 22 de enero de 1904. El pacto se ha cumplido y Dios lo ha escuchado.

Así se desarrolla la vida de esta niña... estos motivos son más que suficientes, para reconocer que se encuentra en un digno lugar, camino a la santidad.


Oración

Señor, Dios nuestro, te alabamos por los dones de gracia que has infundido en el alma de la adolescente Laura Vicuña.
Glorifica a esta fiel hija tuya y haz que su camino de fe coherente, de intrépida pureza, de heroísmo en el amor filial, sea para los jóvenes de hoy llamada eficaz a un compromiso de vida cristiana.
Concédenos la gracia que por su intercesión te pedimos, y da a las familias la paz y la unión, frutos del verdadero amor.
Amén.

 

22 de Enero

Beata Laura Vicuña

 

La hija que ofreció la vida por salvar a la madre.

Nació en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el 22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988.

Su padre es un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo, desterrados a 500 kilómetros de la capital. Allá muere el papá y la familia queda en la miseria. Laura tiene apenas dos años cuando queda huérfana de padre.

La mamá, con sus dos hijas, Laura y Julia, emprende un larguísimo viaje de ocho meses hacia las pampas de Argentina. Allá encuentra un ganadero brutal y matón, y movida por su gran miseria, la pobre Mercedes se va a vivir con él en unión libre. El hombre se llamaba Manuel Mora.

En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes.

Allí, en clase de religión, al oír que la profesora dice que a Dios le disgustan mucho los que viven en unión libre, sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando la religiosa empieza a hablar otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. La profesora cambia de tema pero consulta el caso con la hermana directora del colegio: "¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?". La superiora le aconseja: "Vuelva a tratar de ese tema, y si ve que la niña se asusta, cambie de tema". Así lo hace.

Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que ella más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna. ¡Es terrible!.

Y Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado. Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Pero la niña está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor Dios, en sacrificio para salvar el alma de la propia madre.

En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora.

El día de su primera comunión ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como "Hija de María", consagra su pureza a la Sma. Virgen María.

Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de irrespetarla pero ella no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Manuel aprende a respetarla.

En una gran inundación que invade el colegio, Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas horas de la noche entre las friísimas aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.

Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír de los superiores que no la podrán aceptar como religiosa porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae a cama. Dolores intensísimos. Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando. "Señor: que yo sufre todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve".

Va a entrar en agonía. La madre se acerca. "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?

"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".

Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.

Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amadísma mamacita. Su misión en este mundo ya está cumplida. Dios la llama al Paraíso.

Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!.

Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904. Iba a cumplir los 13 años.

La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.

Laura Vicuña ha hecho muchos milagros a los que le piden que rece por ellos ante Nuestro Señor. Y el Papa Juan Pablo II la declaró Beata en 1988.

Señor Jesús: Tú que concediste a Laura Vicuña la gracia de ofrecer su vida por la salvación del alma de su propia madre, concédenos también a todos nosotros la gracia de obtener buenas obras, la conversión y salvación de muchos pecadores. Amén.

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