28 DE SETIEMBRE

 

-San Wenceslao, duque de Bohemia, 936.

-San Simón de Rojas. Nacido en Valladolid, 1552, entró joven en la Orden de los Trinitarios. Fue confesor de doña Isabel, esposa de Felipe II, y ayo de don Carlos y don Fernando. Murió en Madrid a los setenta y dos años, 1624.

-San Privato, mártir, Roma. 222. 

-San Estacto, mártir, Roma. 

-Santos Marcial, Lorenzo y otros veinte mártires, Africa.

-Santos Marcos, pastor; Alfio, Alelandro y Zósimo, hermanos mártires, Antioquía.

-Santos Nicón, Neón, Heliodoro y treinta soldados mártiress., Antioquía, 303. 

San Máximo, mártires, 250.

-San Exuperio, obispo. Alabóle mucho San Jerónimo por su caridad inagotable y escribía a San Ambrosio que se encomendase a las oraciones del obispo santo de Tolosa, Francia. En cierta ocasión sanó el prelado de Milán con sólo beber el agua que le envió Exuperio. A los solitarios de Egipto llegaron sus larguezas. Condenó a Vigilancio, que dogmatizaba en el sur de Francia por aquellos días. La invasión de los vándalos, que asoló su diócesis, acortó los días de este prelado celoso, pues no pudo su corazón amantisimo presenciar tantas ruinas y destrucción: murió en Blognac, 415.

-San Salomón, obispo de Génova, 469.

San Silvino, obispo de Brescia, 444.

-Santa Eustoquio, viuda, hija de santa Paula y discípula de San Jerónimo. Acompañó a su madre a la soledad de Belén y a su muerte fue electa superiora del monasterio de vírgenes que allí había fundado la piedad de su madre. San Jerónimo la dedicó el Tratado de la virginidad, su libro de Cartas a Eustoquio y el Comentario sobre Ezequiel. Belén, 419.

-Santa Lioba, virgen. Una monja inglesa que acompañó en sus correrías apostólicas por Alemania a San Bonifacio y sus monjes, y fundó muchos monasterios en el continente. Carlomagno y su esposa Hildegardis la tuvieron en mucha estima y la llevaron a su corte de Aquisgrán. Murió cerca de Maguncia (Alemania), 779.

-San Fausto, abad de Lerins y obispo de Riez. Bien conocido este insigne obispo por sus muchos escritos en la actualidad, lo fue más por la influencia que ejerció en su tiempo entre los príncipes y dignatarios de la Iglesia. Vivió desde 396 a 493. De sus obras merecen citarse el Liber de Spiritu Sancto, De gratia Dei et humanae mentis libero arbitrio libri duo, Professio f¡de¡...; Adversus Arcanos et macedonianos libellus; de Paenitentia ad Felicem y Sermo ad monachos, etc.

-San Bernardino de Feltre, el gran misionero franciscano de Italia en el s. XV.