24 DE SETIEMBRE

 

-Nuestra Señora de la Merced

-San Vicente María Strambi († 1824).

-Santos Andoquio y Tirso, mártires, Autun (Francia), 178.

-San Pafnucio, anacoreta, y compañeros mártires. Vivía en los desiertos de Egipto haciendo vida solitaria y conversando con solo Dios. Un día oyó que los cristianos eran perseguidos y buscados por los emperadores para darles muerte, y dejó la soledad para morir por Cristo. En efecto, fue preso por los soldados de Maximiano y clavado en una palmera, Egipto, hacia 303.

-Cuarenta y nueve mártires, Calcedonia, 307.

-San Gerardo Sagredo, obispo y mártir, apóstol de Hungría. Fue un patricio de Venecia que tomó el hábito benedictino en San Jorge el Mayor. Emprendió la peregrinación a los Santos Lugares, pero pasando por la Panonia (Hungría), su rey (San Esteban) le forzó a predicar la fe a su pueblo. Más de treinta años anduvo diseminando la palabra de Dios por toda Hungría. El papa le nombró obispo de Chonad. En 1041 el celoso prelado se opuso a la elección del rey Samuel Aba, un tirano cruel que amenazaba destruir el cristianismo en Hungría. En 1047 unos paganos le apedrearon en una de sus correrías apostólicas.

-San Rústico, obispo de Clermont (Francia), 446.

-San Geremaro, abad, Beauvais (Francia), 658.

-Beato Dalmacio Moner. Natural de Santa Coloma de Farnés e hijo de pobres labriegos. Estudió en Montpellier y a los veintidós años vistió el hábito dominicano en Gerona. Fue de los mejores predicadores de su siglo; falleció en 1341.

-Beato Casiodoro, 574.