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—San Juan de Capistrano, 1497. —San Ignacio de Constantinopla (799-877). —Santos Servando y German, mártires, perseguidos en tiempos de Diocleciano, bajo su prefecto Victor, en Osuna, cerca de Cádiz; se les sometió al tormento de las varas, a la cárcel, hambre y sed y a caminar largo trecho cargados de cadenas, y por fin les cortaron la cabeza. Germán fue enterrado en Mérida y Servando en Sevilla, siglo IV. —San Teodoro, mártir en tiempo de Juliano; se le martirizó en el potro, se le aplicaron al cuerpo teas encendidas, y finalmente la espada segó su cabeza, en Antioquía de Siria, s. IV. —San Ignacio, obispo de Constantinopla, condenado al destierro por el César Bardas, después de haberle inferido toda clase de ultrajes. El papa Nicolás I le restableció en su sede, 877. —San Severino, obispo de Colona, s. V. —San Román, obispo de Rouen, 639. —San Vero, obispo de Salerno, s. V. —San Domicio, confesor, en la diócesis de Amiéns, s. Vlll. — San Bertario o Bertadio, abad y mártir. Descendía de sangre real francesa; pero abandonó todo su porvenir brillante para tomar el hábito de San Benito en Montecasino, en donde llegó a ser abad. Una irrupción de los sarracenos devastó Italia, se apoderó del monasterio y en él los invasores mataron al abad mientras oraba en la iglesia. De este abad se conservan algunas homilías, sermones y composiciones en verso, 884. —Santos Teódoto y Sócrates, mártires, en Nicea, bajo el imperio de Alejandro Severo. |