9 DE JUNIO

 

-Santos Primo y FeLiciano, mártires, Roma, 286.

-San Efrén, doctor, Edesa, s. IV.

-Beata Ana María Taigi († 1837)

-San Vicente, diácono y mártir, Agen (Francia), 273. 

-Santa Pelagia, virgen y mártir, Antioquía, 304.

-San Maximiano, obispo de Siracusa, Sicilia, 594.

-San Ricardo, obispo de Adria (Italia), s. XII.

-San Columba o Columkill, obispo de Jona (Escocia), 597.

-San Julián, monje, Edessa (Siria), cuya vida admirable fue escrita por San Efrén: 'Amaba -dice este santo- a Dios con todo su corazón y toda su alma, y puede decirse que sobresalió en todas las virtudes. Estábamos juntos en la congregación y mi celda al lado de la suya. Un día le dije: ¿Quién borra en tus libros el nombre de Dios y de Jesucristo, pues veo borrados por todas partes esos nombres? El me dijo: "La mujer pecadora regó con sus lágrimas los pies del Salvador y los enjugó con sus cabellos; también yo, en mis lecturas, cuando encuentro escrito el nombre de Dios, lo riego con mis lágrimas, a fin de que reciba la remisión de mis pecados." Hacia 370.

-Beata Diana de Andalo, fundadora del monasterio de Santa Inés de esta ciudad. Fue una mujer notable por su belleza, por su prudencia, por su sabiduría, por su dulce elocuencia y por sus raras virtudes. De tal manera hablaba, que su palabra bastaba para hacer brotar las lágrimas en los ojos de sus hermanos. En su humildad profunda escogía los vestidos más viles y los alimentos más groseros. Murió en 1236.

-Beata Gerardesca, que después de haber estado sometida a los lazos del matrimonio, consiguió de su marido que la permitiese consagrarse a Dios por completo, entrando él en la Camáldula y haciéndose ella oblata de San Benito. Pisa, Toscana, siglo XIV.

-Beata Marina de Escobar, virgen, que después de haber vivido en la tierra como un ángel, sin haber cometido un solo pecado mortal, fue a recibir la recompensa de sus virtudes en el cielo, Valladolid. 1633.