26 DE DICIEMBRE


San Esteban, protomártir, Jerusalén, 36.

—San Marino, m., personaje senatorial, que dio testimonio de su fe sufriendo toda suerte de tormentos durante la persecución de Numeriano, Roma, 280.

San Dionisio, Papa, Roma, 269. Calabrés de nacimiento, fue llamado a ocupar la cátedra de San Pedro en 259. Su primer cuidado fue proceder a una nueva circunscripción eclesiástica de Roma y a la reorganización de la Iglesia después de los desastres de la octava persecución general. Condenó el sabelianismo y refutó las blasfemias de Pablo de Samosata. San Atanasio y San Basilio citan sus escritos para probar la divinidad del Verbo y la del Espíritu Santo. El primero dice que, al defender la doctrina católica, los Padres de Nicea no hicieron más que repetir las expresiones de San Dionisio de Roma y de San Dionisio de Alejandría.

—San Zosimo, papa., 418. Griego de origen, ocupó algo mas de un año la cátedra apostólica. Dio varios decretos disciplinarios y condenó las doctrinas de Pelagio y de Cebelio.

—San Arquelao, obispo de Cascar, en Mesopotamia, conocido por la polémica que sostuvo contra el heresiarca Manes; hubo entre ambos una conferencia famosa, conocida con el nombre de Coloquio de Cascar, en que Manes fue enteramente confundido, 277.

—San Zenón. obispo de Majuma, en Palestina, s. V.

—San Teodoro, clérigo de la iglesia de San Pedro. Roma, s. V.

—Beato Pagano de Lecco, dominico, sucesor de San Pedro de Verona en el cargo de inquisidor, y asesinado, como él, por los cátaros.