18 DE AGOSTO

 

-Beato Manés de Guzmán († 1234)

-San Agapito, mártir, Palestrina (Italia). Nacido en Roma de una familia noble, había renunciado a las dignidades para dedicarse al ministerio de los altares desde sus primeros años. Antíoco, prefecto de Roma, le mandó prender y atormentar con inauditos suplicios, y ante la constancia del joven, de unos dieciocho años, y ante los prodigios que obraba el Cielo, librándole milagrosamente de los tormentos, se convirtieron quinientos paganos. Irritado por ello, Antíoco le expuso a las fieras en el anfiteatro; éstas le respetaron y se postraron a sus pies. Atanasio, que era lugarteniente del prefecto y el martirologio le da el título de Cornicalario, se convirtió a vista de tan gran portento. Dos días más tarde mandó degollar a este soldado el prefecto. San Agapito, arrastrado hasta Prenesta, le sobrevivió algunos días. En dicha ciudad le pasaron una espada por el pecho. Prenesta. 274.

-Santa Elena, madre de Constantino el Grande y esposa de Constancio Cloro, general de las legiones de Bretaña (Inglaterra). Hija del rey Coilo, nació en York. Convertida al cristianismo hacia 307, y ejerciendo un gran ascendiente sobre su hijo, debió de influir no poco en el ánimo del emperador para que éste abrazase la fe cristiana. A raíz de la batalla del Puente Milvio, Constantino la declaró Augusta. A ella se debe la invención de la Santa Cruz de Nuestro Señor y la construcción de muchas basílicas cristianas en Oriente. Sus últimos años los paso en Tréveris, capital de los estados de su marido, ciudad que ella enriqueció con la preciosa Túnica de Nuestro Señor, que, hoy venera el pueblo fiel con tanta devoción. Tréveris (Alemania), 328.

-Santos Hermas, Serapión y Poliero, mártires, Roma, s. III.

-Santas Flora y Laura, mártires, Iliria, siglo II.

-Santos León y Juliana, mártires, Mira (Asia Menor).

-San Fermín, obispo de Metz (Francia), 496.

-Santos Juan y Crispo, sacerdotes de Roma, que dieron sepultura a innumerables mártires en la persecución de Diocleciano, Roma, 303.

-Suplicio de muchos monjes en Córdoba ,y su comarca, degollados unos y dispersos otros por los soldados de Abderramán III, Córdoba, 874.