SOCIEDADES SECRETAS 1. Sociología.
Se conoce con este nombre a aquellos grupos, sectas, comunidades, asociaciones,
formados con distintos fines, que utilizan el secreto y el misterio para mejor
desarrollar sus actividades y conseguir sus objetivos. Las s. s. son
consecuencia o resultado de la decisión del hombre de asociarse con otros
congéneres suyos para diferentes fines, algunas veces moralmente reprobados, con
la característica específica de mantener en secreto (v.) el nombre de sus
miembros o de sus jerarquías, o bien la naturaleza de sus actividades o de sus
objetivos.
Desde muy antiguo se tiene constancia de su existencia. Las primitivas s.
s. tenían un carácter criptorreligioso. El «poder» sobrenatural, que creía
obtener el que se integraba en ellas, era un poder mágico. Propiamente hablando,
no todas estas s. eran secretas, pues se conocía quiénes pertenecían a ellas,
sino más bien lo secreto eran sus ritos, procedimientos, actividades, los cuales
provocaban el temor en base a la ignorancia de los mismos por parte de los no
miembros o no totalmente iniciados. Por otra parte, el grado superior de
iniciación, introducción solemne de una persona entre el número de los
escogidos, ceremonia usual en las s. primitivas, constituye en sí una de las
primeras formas de s. s., al excluir del clan a los no iniciados. Esta
iniciación se realizaba según los ritos de los cultos de misterio (v. MISTERIOS
Y RELIGIONES MISTÉRICAS), de los que aún hoy día persisten algunos ejemplos (p.
ej., el vudu).
Característica fundamental de las s. s., además del secreto y del
misterio, suelen ser esos ritos de iniciación (v.), más o menos aparatosos,
solemnes y complejos, que suelen incluir un juramento, expresión de unos lazos
de unión fuertemente anudados bajo una fórmula juramental. Este juramento de
secreto y de ayuda mutuos es uno de los principales atractivos, una de las
principales motivaciones que impulsan a hacerse miembro de una s. secreta. Otra
de las motivaciones, muy unida a la anterior, es la creencia de que, al
pertenecer a una s. s., se obtiene un poder protector o de acción.
Aparte de las motivaciones señaladas, de tipo general, aplicables a la
mayor parte de las s. s., hay otras, muy variadas, determinadas por el contexto
y las circunstancias político-sociales del momento. Las minorías (v.), en su
lucha por la libertad o sus derechos, han estado inclinadas a (o no han
encontrado otro camino que) llevar a cabo su acción a través de s. secretas. Las
opresiones de los poderes fuertemente asentados (dictaduras, colonialismo,
ocupaciones extranjeras) han originado con frecuencia luchas clandestinas,
naturalmente puestas en práctica a través de s. secretas.
Además de este tipo de s. s., por así decirlo lógicas, en cuanto que
surgen dadas las condiciones de un entorno, existen otros tipos de s. s. con
fines menos confesables: las de ayuda mutua y, sobre todo, las de tipo
delictivo. Ejemplos notables de estas últimas son: la camorra, mafia (v.), «mano
negra», cosa nostra, etc. Casi todas estas s. s. surgieron como asociaciones de
ayuda mutua de grupos desfavorecidos, marginados o perseguidos, con filosofía y
fines libertarios, y en ocasiones hasta cierto punto justos, degenerando más
tarde en comunidades que basaban su poder efectivo en el secreto, y cuyos
objetivos terminaron siendo totalmente egoístas y delictivos. El crimen y el
delito organizados encuentran su mejor modo de actuar a través de s. secretas.
En política, los extremismos suelen señalar tendencia a la actuación
clandestina. Las s. s., en general, y las políticas en particular, tienen raíces
antidemocráticas, incluso algunas que proclaman fines altruistas. Por su
naturaleza, se trata naturalmente de grupos minoritarios, por el número de sus
miembros y como cauce de expresión. En religión, la heterodoxia motivó a menudo
s. s. (p. ej., priscilianos, v., cátaros, v., etc.). En tiempos muy recientes se
han dado s. s. de tipo religioso, en general como resistencia contra cultos
invasores (thugs en la India y senussis en África del Norte). Por su índole, las
s. s. han tenido que enfrentarse a acusaciones muy graves, algunas veces simples
leyendas, pero otras muchas totalmente fundadas.
Señalemos, a propósito, dos características muy importantes en las s. s.:
la pérdida de la libertad personal por parte de sus miembros, fuertemente
condicionados por su pertenencia a la s., y la responsabilidad total frente a
ella, exigida normalmente -literatura y mitos apartecon arreglo a códigos
terribles e inexorables. Por muchas razones, y no en último lugar porque escapan
a su control, la mayoría de los Estados persiguen y declaran fuera de la ley a
las s. secretas.
El s. XVIII y la primera mitad del XIX pueden ser considerados como la
época de auge de las s. s. en Europa, en particular de las s. s. políticas, muy
activas en su lucha contra los absolutismos. Existe cierta correlación entre
romanticismo (v.) y s. s. políticas. Destacaremos como importantes los
carbonarios (v.) en Italia, luego extendida a Francia y España, y los
movimientos joven Alemania y joven Italia, más recientes. El tema ha sido
tratado profusamente en literatura (p. ej., Stendhal, v., y el P. Coloma, v.).
Sin duda, la s. s. de mayor importancia, por su extensión e influencia, de ya
larga historia y todavía en acción, es la Francmasonería (v. MASONERíA). Además
de ésta, hoy existen infinidad de s. s. de todo tipo. Hemos mencionado ya
algunas claramente delictivas cuya principal actuación se desarrolla en el
juego, la trata de blancas y las drogas. En el terreno político merecen
destacarse los movimientos terroristas independistas modernos, entre ellos : el
Mau-mau en Kenia, la Eoka en Chipre (v.), los Tupamaros en Uruguay (v.), IRA en
el Ulster (v. IRLANDA DEL NORTE), Septiembre Negro palestino, Irgun y Stern en
Israel, por citar sólo unos cuantos. En toda Iberoamérica actúan hoy movimientos
de inspiración guevarista (V. GUEVARA, ERNESTO), guerrilleros rurales o urbanos,
que constituyen auténticas s. secretas. En los EE. UU., hay que mencionar el Ku-klux-klan
(v.), racista y protestante, nacido en 1865, con resurgimientos en 1920-30, y en
la década de los 60, aunque ya prácticamente desaparecido. En España,
destaquemos ciertos movimientos del s. XIX, además de otros ya mencionados; unos
de signo liberal: carbonarios (v.), «comuneros» y «anilleros»; otros de signo
derechista-extremista: «Ángel Exterminador», «Junta Apostólica», «Aurora de la
fe» y «Amigos del Rey».
BIBL.: H. WEBSTER, Primitive secret societies, Nueva York 1908; F. W. BUTT-THOMPSON, West African secret societies, Their organisations, officials, and teaching, Londres 1929; M. MENÉNDEZ PELAYO, Historia de los heterodoxos españoles, libr. VI, cap. I; libr. VII, cap. I, III, etc.; 2 ed. BAC, t. II, Madrid 1967; G. K. MORBERGER-THOM, Enigmas de las sociedades secretas, Barcelona 1971.
J. TESTA ALAVEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991