SOCIEDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Instituto apostólico, al servicio de la Iglesia, que busca en la labor educativa el medio más apto para una transformación de la sociedad por el Amor del Corazón de Jesucristo.
     
      El 21 nov. 1800, S. Magdalena Sofía Barat (v.) y sus primeras compañeras iniciaban una vida de consagración al corazón de Jesucristo. Vida de austeridad, en la mística de un amor y en la expresión de un celo apostólico que abarcaría pronto los cinco continentes. La Sociedad fue fruto de lenta y progresiva maduración al calor de una intensa vida de oración y en la fragua de persecuciones y destierros.
     
      Despertaba Francia entonces de la Revolución (v.) y de la sacudida interior del jansenismo (v. JANSENIO Y JANSENISMO). Tanto o más que el desarrollo político y social del país era necesario el equilibrio de las conciencias, la promoción serena de la mujer, la educación realista y sobrenatural de las clases sociales elevadas y menos pudientes para que cada una en su ambiente contribuyera a crear una sociedad cristiana. Para realizar esa obra educativa surgió la obra de S. Magdalena Sofía. Hija de un tonelero de Joigny, que había recibido una educación clásica, sería, así, un campeón de la promoción de la mujer en 1820. Y su obra, una revolución en el mundo religioso de entonces.
     
      Instituto evangélico, misionero, flexible, con fuerte tradición basada en la oración, trae en savia nueva el carisma de una unidad que dos siglos de vida han hecho más honda. La vitalidad de esa savia se ha manifestado en la adaptación del Instituto a las normas del Vaticano II.
     
      El gobierno, subsidiario, descentralizado, crea un clima de diálogo «que desarrolla la obediencia activa y responsable». La vida de las religiosas se desenvuelve en función de su tarea educativa que, con la base de un profundo realismo, se podría caracterizar como: a) una mística del trabajo y de la enseñanza, que señala como el verdadero sacrificio la entrega al magisterio y el desprendimiento de la humana correspondencia; b) una mística del deber «que es como la brújula que se le entrega a cada alumna y que le señalará el Norte de su actuación cristiana en cualquier encrucijada de la vida»; c) un espíritu de familia que, sin crear uniformidades, promueve una fraternidad que une a través de los países más alejados, de los estamentos sociales más diversos, de las edades y culturas más dispares.
     
      La Sociedad cuenta en 1973 con cerca de 7.000 miembros y 231 casas. Tiene en los altares a su fundadora, S. Magdalena Sofía, canonizada por Pío XI el 24 mayo 1925 y a la b. Filipina Duchesne, primera misionera del Instituto.
     
     

BIBL.: V. la de MAGDALENA SOFíA BARAT, SANTA.

 

MARÍA ROSA ARVIZU.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991