SIETE SANTOS FUNDADORES


Se llama así a siete mercaderes florentinos, unidos por la más estrecha amistad y por su piedad y devoción a la Virgen, fundadores de la orden de los servitas (v.). Sus nombres son Bonfilio Monaldi, Juan Manetti, Benito de Antella, Bartolomé, Gerardino, Ricovero y Alejo Falconieri. La noche del 14 al 15 ag. 1233 la Virgen se les aparece a cada uno por separado, animándoles a llevar una vida más austera. A los pocos días ponen por obra los deseos de la Señora en Villa Camarzia, junto a Florencia; pero deseando mayor soledad, se retiran a Monte Senario, donde echan los cimientos de la Orden.
     
      El más anciano de todos y primer General de los servitas, Bonfilio Monaldi, n. en 1198. Recibida la aprobación de la Orden por Alejandro IV, presentó la dimisión y, en su lugar, fue elegido Juan Manetti. Bonfilio se distinguió por su gran devoción a la Virgen y su austeridad de vida. Dio el hábito a S. Felipe Benicio. Murió el 1 en. 1262.
     
      Juan Manetti n. en 1206 y fue el primero en morir (31 ag. 1257), permaneciendo sólo un año en el Generalato. Fue amante de la soledad, de la contemplación y de la meditación de los misterios de Jesús y de María.
     
      Benito de Antella, n. en 1203, se destacó por su humildad y devoción a la Virgen. Fue elegido General en 1265 para suceder a Santiago de Siena. Contribuyó poderosamente a la expansión de la Orden. Dimitió en 1267 e hizo elegir en su lugar a Felipe Benicio; murió el 20 ag. 1268.
     
      Bartolomé n. en 1204, trabajó mucho por su Orden en los Prioratos de Monte Senario y de Cafaggio y m. el 18 abr. 1266.
     
      Gerardino y Ricovero nacieron y fallecieron en el mismo día y año, 3 mayo 1204 y 1282. Una amistad especial les unió desde su juventud. Fueron los apóstoles de las provincias transalpinas: Gerardino en Francia y Ricovero en Alemania, trabajando con denuedo hasta su más avanzada edad.
     
      Alejo Falconieri, cuya vida sencilla y humilde atrajo la admiración ' y devoción de las gentes, n. en 1200, y su peregrinación fue más larga que ninguna, muriendo a los 110 años, el 17 febr. 1310. De grandes facilidades para los estudios, pero con un gran deseo de abnegación, renunció al sacerdocio, para dedicarse toda su vida a los servicios más humildes. Se distinguió además por su castidad y devoción a la Virgen. Todos los días rezaba 100 Ave Marías en honor de la Señora y para pedirle fuerzas con que guardar el voto de castidad que había emitido ya en su juventud. Tuvo la dicha de ver en vida confirmada plenamente su Orden. Impulsó a Felipe Albrizzi a escribir la historia de la Orden desde la fundación y él mismo fue el primero en comenzarla; el manuscrito se encuentra todavía en el archivo de los Servitas en Florencia. Fue eJ instrumento del que quiso Dios servirse para la santificación de S. Juliana Falconieri, sobrina suya.
     
      La veneración del pueblo a los s. s. f. empezó poco después de su muerte. En 1717 Clemente XI aprueba el culto tributado al b. Alejo, y en 1725 extiende la aprobación a todos los demás. León XIII, en vista de los milagros operados por los beatos, los canoniza solemnemente en enero de 1888, y el 26 dic. del mismo año fija su fiesta para el 11 de febrero, trasladada después al 12, para respetar la fiesta de la aparición de la Virgen en Lourdes. En el Martirologio se hace mención de cada uno en el día de su muerte.
     
     

BIBL.: L. DE ECHEVERRÍA, Los siete santos Fundadores Servitas, Año cristiano, 1, 2 ed. Madrid 1966, 304-11; BENEDICTINOS DE PARÍS, Vies de Saints et des Bienheureux selon l'ordre du calendrier avec l'historique des fétes, Il février, París 1936, 282-295; A. MORINI y SOULIER, Monumenta ordinis servorum Sanctae Mariae, Bruselas 1887-1905, especialmente 1, 60-103 y 111, 53-80; A. LEPICIER, Saint Alexis Falconieri, des saints Fondateurs de l'Ordre des serviteurs de Marie, Bruselas 1910.

 

AGUSTÍN ROMERO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991