SEXUALIDAD. INTRODUCCIÓN


Se entiende por s. en primer lugar el conjunto de características propias de cada sexo o, lo que es lo mismo, la condición sexual, propia de la especie humana y de todos los animales y plantas que se reproducen mediante la unión de células específicas y diversas una de otra: una masculina y otra femenina (v. I; REPRODUCCIÓN I). Otras veces se entiende por s. -ahora ya en el campo de los vivientes superiores- un aspecto concreto, que es el impulso hacia el individuo del sexo opuesto. Impulso que en los animales reviste claramente las características instintivas, pero que en el hombre -teniendo en cuenta su racionalidad y el papel de la voluntad en la conducta- adquiere otras modalidades, de tal manera que se tiende a evitar la palabra instinto (v.) sexual para referirse a la s. humana. Se prefiere la palabra tendencia (v.) o impulso, pues el instinto incluye unas características de incoercibilidad y de espontaneidad de aprendizaje que no se dan netamente en el hombre.
     
      Una tercera posibilidad de entender la palabra s. -posibilidad bastante extendida- es la que identifica s. con genitalidad, es decir, con uno de sus elementos, concretamente con lo que de modo directo tiene que ver con la propagación de la especie. En otras palabras, se identifica la s. -que es todo un conjunto de características muydiversas- con los fenómenos y mecanismos propios de los órganos genitales y su fisiología. En ese mismo sentido restrictivo, pero en dirección opuesta, otros entienden por s. todo el constitutivo genético, anatómico, hormonal, fisiológico, psíquico, etc., del hombre o de la mujer, según los casos, hecha abstracción de lo que es específicamente genital. Naturalmente ambos modos de entender la s., ya sean fruto de un prejuicio o resultado de una elaboración racional voluntaria, son una distinción especulativa, porque en la realidad no pueden separarse por completo s. y genitalidad, pero esa distinción es útil, ya que permite el estudio de numerosos problemas relacionados con estos temas.
     
      Por último, en la perspectiva de ciertos autores (algunos moralistas sobre todo), la palabra s. es usada como sinónimo de sensualidad (v.), y más concretamente como equivalente a placer venéreo o incluso a lujuria (v.), pero ésta no nos parece una acepción adecuada y propia.
     
      En los artículos que siguen se hace un estudio de la s. bajo sus aspectos biológico, psicológico y teológico, bien entendido que esta división tiene sólo un carácter metodológico, pues el tema del sexo, para ser comprendido cabalmente, requiere un estudio global, analizando ciertamente los distintos elementos que comporta, pero integrándolos en la totalidad de la persona. La consideración aislada de la s., como sucede frecuentemente en la actualidad, en libros, enciclopedias, sexatlas, etc., tiene el evidente peligro de desvincularla del conjunto total de la persona y, por tanto, de exagerar su papel en la existencia humana. El hombre es ser sexuado, pero eso no significa que apenas sea otra cosa que sexo. Esta absolutización de lo parcial, en frase de R. Allers, fue el error que cometió Freud (v.) con su doctrina del psicoanálisis -(v.). «Él hombre creado a imagen y semejanza de Dios (Gen 1,26-27) no es solamente carne, ni el instinto sexual lo es en él todo; el hombre es también, y sobre todo, inteligencia, voluntad, libertad; gracias a estas facultades es y debe tenerse como superior al universo; ellas le hacen dominador de los propios apetitos físicos, psicológicos y afectivos» (Paulo VI, Enc. Sacerdotalis coelibatus, 53).
     
      La s. no es algo puramente biológico, exclusivamente natural; no hay ningún factor de la vida del hombre que pueda ser considerado exclusivamente natural o biológico, sino que cualquier manifestación de la vida revela lo que el hombre (v.) es: un ser complejo en el cual se unen la materia y el espíritu. En cualquier nivel de la naturaleza humana, en cualquier zona de la experiencia del hombre, en cualquier manifestación de la vida, la materia y el espíritu están presentes. El sexo ciertamente es algo biológico, aunque como todo lo humano trasciende lo biológico; en el hombre expresa un deseo de unión para realizar el afán de prolongarse más allá de su propia vida; la paternidad está así insertada en la s. humana. Nada tiene de extraño que el hombre haya experimentado siempre el sexo como algo sagrado, algo que le pone frente al misterio, el misterio de la vida y de su prolongación. Si el sexo no se entiende enmarcado en la espiritualidad se vuelve inhumano y lo inhumano es más bajo que lo puramente animal. El sexo aislado del mundo espiritual ve en el otro un «objeto sexual», no una «persona amada». La pura unión carnal desprovista del espíritu rebaja las personas a la condición de cosas que sólo tienen sentido en cuanto producen satisfacción o placer (v. LUJURIA).
     
      Estas consideraciones justifican el hecho de que el lugar apto para el recto ejercicio de la s..sea solamente el matrimonio -fuera de él el uso de la s. será siempre ilegítimo- y que dentro del matrimonio la s. debe ser vivida en un contexto ético-espiritual de realización de amor auténtico (para este aspecto, V. MATRIMONIO I, 4; IV, 3; V, 5-6).
     
      La s. está también tratada en otras voces de esta Enciclopedia. Para la determinación del sexo, además de, V. GENÉTICA III y MUJER III; para la diferenciación sexual hombre-mujer, V. REPRODUCCIÓN II (aspectos anatómicos y fisiológicos) y AMOR II (aspectos psicológico-afectivos); el desarrollo evolutivo de la s. se trata en ADOLESCENCIA Y JUVENTUD 1, 3-7 y III, 2, c; para la relación entre s. y amor humano, V. AMOR II y MATRIMONIO I, 1 y 2; v, 4 y 5; la intrínseca ordenación de la s. a la procreación se estudia en MATRIMONIO 1, 4; IV, 3; V, 6; NATALIDAD I y III; PATERNIDAD RESPONSABLE; la educación sexual en EDUCACIÓN V; para algunos aspectos morales de la s. pueden verse las voces CASTIDAD; FORNICACIÓN; LUJURIA; MODESTIA; NOVIAZGO; PROSTITUCIÓN; PORNOGRAFÍA; PUDOR; VIRGINIDAD, etc.
     

BIBL.: NO APLICABLE

 

MIGUEL ÁNGEL MONGE.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991