Salud, Sectas de
Derivan del movimiento de Pentecostés (v. PENTECOSTAES) que cree disponer de los carismas que el Espíritu Santo otorgó a la Iglesia primitiva como dones extraordinarios para una rápida formación de la comunidad cristiana. Entre éstos estaba también el don de las curaciones. Los sucesos curativos de los que se habla en algunas revistas del movimiento de Pentecostés se basan, a su modo de ver, en la virtud del Espíritu Santo y representan solamente uno de los efectos espirituales externos en el perfeccionismo religioso de estas sectas. Un carácter distinto presentan tales curaciones en aquellas sectas que hacen depender la salud corporal de una reforma del pensamiento humano. Estas sectas consideran a Cristo como fundador suyo, y, por tanto, han de ser llamadas sectas cristianas de la salud; si bien deforman por completo la esencia del cristianismo.
1. Movimiento del Nuevo espíritu. Concibe este
movimiento al cristianismo como una reforma teosófica de la vida, como doctrina
y visión práctica del mundo basada
en el espíritu. Presenta afinidad con la antropofosía, porque trata de dar vida
interior a sus adeptos principalmente mediante una autodisciplina espiritual
sistemática, con la cual busca despertar en ellos fuerzas nuevas y superiores
para llegar a la meta, es decir, para alcanzar el dominio del espíritu sobre la
materia. Su origen se remonta a 1843. El fundador fue el médico americano doctor
P. U. Quimby (m. 1866), que luego influyó mucho en la fundadora de la Christian
Science, Mary Baker Eddy. La sociedad de Quimby recibió en 1889 el nombre de New
Thought Movernent, nombre impuesto por el swedenborgiano Halcombe (v. SWEDENBORG
Y SWEDENBORGIANOS). A ella se adhirieron en EE. UU. algunos grupos neognósticos-reformadores
de la vida. En 1890 comenzó a propagarse por diversos países. Los numerosos
grupos se unieron en la International New Thought Alliance, que comprende un
número mucho más elevado de miembros, y cuya central se halla en Hollywood.
El movimiento del Nuevo espíritu mezcla ideas gnóstico-místicas con reformas
humanitarias y sanitarias. La doctrina sobre Dios es monista. Cristo es
considerado como primer maestro universal del Nuevo espíritu; el pecado, como
desarmonía con el universo. Los miembros, en cuanto incorporados al
cristianismo, se tienen por cristianos esotéricos, es decir, se creen miembros
de un cristianismo más profundo y sublime. Según la doctrina del Nuevo espíritu
todos los hombres están sustancialmente unidos por el núcleo divino interior, y
la conciencia de la unión con Dios proporciona paz, alegría, salud y armonía
espiritual en la propia vida y una unión internacional-universal de todos los
hombres de todas las razas. Crece así el reino de Dios en cada individuo para
que resulte el «Dios-hombre», a cuya formación conduce la cuádruple senda
psíquica de la afirmación, de la concentración, de la meditación y de la
contemplación. Mediante este «encauzamiento positivo de fuerzas» el alma es
cargada de energías espirituales; y con la difusión del movimiento del Nuevo
espíritu, el globo terrestre quedaría envuelto por una red de energía luminosa
espiritual. Junto a estos medios psíquicos están los físicos, tales como la
reforma de la alimentación, la curación de cerca y de lejos por imposición de
las manos y oración, la reforma del vestido y de la vivienda, la renovación
matrimonial y sexual, y, sobre todo, la reforma del trabajo mediante el cese del
hombre máquina. En religión impera el indiferentismo; por eso este movimiento
engloba no solamente a los que confiesan a Cristo, sino también a aquellos que
ven sólo en Cristo al gran maestro del mundo. Lo que el movimiento del Nuevo
espíritu enfoca principalmente bajo el aspecto teosófico y de reforma sanitaria
ha sido elaborado ulteriormente en un sistema religioso por la Christian Science.
2. La «Christian Science». La Ciencia cristiana tuvo
su origen en la llamada «madre Eddy», que nació en 1821 como séptimo y último
hijo del colono Baker, en Bow, junto a Concord (New Hampshire); su madre era
hija de un predicador puritano. Mary Baker resultó una joven intelectualmente
dotada, muy interesada por las cuestiones religiosas. Frecuentemente caía
enferma y sufría ataques histéricos. Al igual que otros fundadores de sectas,
tampoco ella pudo digerir la doctrina calvinista sobre la predestinación (v.). A
la edad de diecisiete años entró en la comunidad congregacionalista de Tilton; y
aquí atacó, públicamente y con toda decisión, esa doctrina.
A los veintidós años de edad, Mary se casó en 1843 con el contratista de obras
G. W. Glover, que seis meses después murió de fiebre amarilla. Entonces ella se
retiró a casa de sus padres, y cuatro meses después de la muerte de su esposo
dio a luz a su único hijo. En el año 1853 se casó con el dentista Patterson, del
cual se divorció en 1871. Durante el tiempo de este segundo matrimonio
(1853-71), a causa de sus crecientes achaques se ocupó mucho en la lectura de la
Biblia y de obras de medicina. En 1862 comenzó a- relacionarse con Quimby, el
fundador del movimiento del Nuevo espíritu, que opinaba que toda enfermedad se
basa en el pensar defectuoso y, por tanto, hay que curarla espiritualmente. Mary
Patterson se fue convenciendo cada vez más de la inanidad y nulidad de la
materia. Dos semanas después de la muerte de Quimby resbaló en una superficie
helada y se causó ciertas heridas, el día 1 feb. 1866. Según su narración
posterior, al tercer día, cuando leía en la Biblia la curación del paralítico (Mt
9,1-8), «solamente con el espíritu, con una fuerza innata en el alma», quedó
curada instantáneamente. Según el médico que la atendió, doctor Cushing, no
realizó los primeros ensayos para andar sino después de diez tratamientos. Sin
embargo, la Christian Science considera 1866 como año de su nacimiento. En los
años siguientes, Mary Patterson se dedicó a dar forma literaria a sus ideas; y
en 1875 publicó en Boston su obra titulada Science and Health with Key lo the
Scriptures.
En el año 1876 fundó Mary Patterson la Christian Science Association, la cual al
principio sólo reunía seis miembros, entre los que se hallaba el representante
de máquinas de coser Asa Gilbert Eddy (m. 1882) de sesenta años de edad. Con él
se casó Mary el 1 en. 1877. El nuevo marido contribuyó eficazmente a propagar
las teorías de su esposa. Fundó una escuela dominical propia para el nuevo
movimiento y ganó para él a un predicador baptista de Boston, que invitó a Mary
Eddy a predicar en 1878 los sermones de los domingos en la comunidad
correspondiente. Estas actividades de tipo eclesiástico hicieron que la
Christian Science Association se transformara en una asociación religiosa en el
año 1879, con el centro en Boston. Mary era su pastora y ostentaba el título de
reverenda. En 1881 creó Asa G. Eddy, con el beneplácito del Estado, el
Massachusetts Metaphysical College, una institución docente para medicina
espiritual. Al año siguiente murió él; y Mary Eddy continuó la obra comenzada
cual hábil organizadora de negocios. En 1883 creó la revista mensual «The
Christian Science Journal»; en 1898, la revista semanal «Christian Science
Sentinel»; en 1903, el «Heraldo de la ciencia cristiana», en diversas lenguas
extranjeras; y en 1908, el diario «The Christian Science Monitor». En cuanto a
métodos de propaganda de la palabra escrita, Mary Eddy se puede comparar a
Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová (v.). En 1892 Mary Eddy
introdujo para la comunidad de Boston el nombre de The First Church of Christ
Scientist; edificó en 1894 un templo con capacidad para 5.000 personas y murió,
cargada de éxitos, a la edad de noventa años, el 3 dic. 1910. Su movimiento se
extendió, sin misioneros, por toda la tierra.
Junto a la «Christian Science» de Boston existe en Alemania el movimiento
cristiano-cientista de rama alemana; y en Suiza, la asociación regional suiza de
cientistas cristianos libres. Ambos grupos coinciden en lo esencial con la
Christian Science, aunque son independientes de la sede central de Boston. Se
deben a la profesora alemana María Schón (m. 1941), la cual había dado lecciones
en 1892 en la Universidad de Minnesota, se incorporó pronto a la Christian
Science, se separó luego de la fundación de Mary Eddy y en 1898 creó
en Hannover el llamado movimiento cristiano-cientista de rama alemana. Además,
en Kansas City (EE. UU.) apareció la Unity School of Christianity, independiente
de Boston.
La Christian Science cree en la palabra inspirada de la Biblia, en el «Dios
infinito», espiritual, uno en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero no en el
sentido de que haya tres personas unidas en uno, sino que «vida, verdad y amor
son los tres principios que son llamados Dios». La Christian Science deforma,
pues, la doctrina trinitaria, y, en general, el concepto cristiano de Dios:
«Todo ser real está en Dios, la conciencia divina; vida. verdad y amor son
omnipotentes y siempre presentes; al contrario, error, pecado, enfermedad y
muerte son el falso testimonio del falso sentido material. La conciencia es
todo». «El universo y el hombre son las ideas o fenómenos espirituales de una
conciencia infinita». Cristo, cuyo nacimiento virginal es reconocido
expresamente, aparece como «Hijo de Dios», pero no como Dios mismo. Su misión
consistió en librar a la humanidad de la creencia en la mortalidad, por cuanto
mostró que el hombre es espiritual en su verdadera naturaleza. Su crucifixión y
resurrección fueron efecto del amor divino, expresaron la unidad del hombre con
Dios y sirvieron para comprender que el alma es todo y la materia es nada.
Según las teorías de esta secta, Cristo fue el primer cientista. «Jesús es el
nombre del hombre que ha representado más que todos los hombres a Cristo, a la
verdadera idea de Dios». Sus milagros se basaban en el pensamiento espiritual,
al estilo de la Christian Science. Como la fe que se realiza en la «intuición
espiritual», quedan equiparadas la oración y la intuición o visión espiritual.
Toda vida es en el fondo divina, la salud una realidad espiritual. La
enfermedad, el pecado, la muerte y todas las disonancias son irreales; pueden,
por tanto, ser destruidas, haciendo que la intuición espiritual reforme el falso
pensamiento humano. Esta intuición espiritual se basa en un monismo idealista:
Espíritu es todo lo que existe; el espíritu se manifiesta a sí mismo, y su
manifestación es el hombre. Los cientistas cristianos procuran vivir de suerte
que el espíritu divino se manifieste como suyo propio. El hombre de por sí está
sin pecado; el pecado se origina únicamente porque el hombre olvida su verdadero
ser divino y cree en la ruina y en la muerte. La muerte es un entreacto soñado
de mortalidad, una vivencia del espíritu mortal, no del divino. La Christian
Science rechaza la ciencia y los tratamientos de la medicina. No así las tareas
asistenciales; de hecho ha tenido una intervención muy destacada en la acción
asistencial americana tras la II Guerra mundial.
KONRAD ALGERMISSEN.
BIBL.: K. ALGERMISSEN, iglesia católica y
confesiones cristianas, Madrid 1964, 1260-1300 (con abundante bibl.).
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991