Octava (Liturgia)

 
Se entiende por o. la prolongación de una fiesta durante ocho días consecutivos. Algunas de las más importantes festividades judías conocían ya semejantes prolongaciones festivas: la Pascua, que se celebraba el 14 del mes primero, seguida de la fiesta de los Ázimos, que duraba siete días (Lev 23,5-8), y la fiesta de los Tabernáculos, celebrada el 15 del séptimo mes, durante siete días, seguidos de un octavo día festivo con reunión cultual (Lev 23,34-36). La prolongación de las fiestas cristianas durante ocho días está influenciada además por el simbolismo del número ocho como símbolo de la perfección final. En la época helenística, esta idea está en relación con la doctrina del viaje celeste del alma a través de las esferas de los siete planetas hasta llegar a la esfera octava, lugar de la bienaventuranza. En autores cristianos aparece a veces el número ocho como símbolo de la perfección total y de la salvación escatológica (cfr. 1 Pet 3,20; 2 Pet 2,5; Carta de Bernabé; etc.).

El primer documento conservado que habla de la celebración de una o. es la Vita Constantini de Eusebio a propósito de la dedicación de las basílicas de Tiro y de Jerusalén el año 355. Eteria narra en su Diario de viaje, a fines del s. IV, la celebración en Jerusalén de las o. de Epifanía y de Pascua. Poco después aparecen testimoniadas también las o. de Pentecostés y de Navidad. Según H. Leclercq, antiguas inscripciones romanas testimoniarían la celebración de una fiesta en el octavo del natale de un mártir ya antes del s. V. Los siglos VIII-IX conocen una multiplicación de o., para resaltar y solemnizar algunas fiestas. Esta proliferación de o. dominará toda la Edad Media. La reforma de Pío V después del Conc. de Trento dio normas restrictivas. Hasta el decreto de Pío XI I de 23 mar. 1955 había siete octavas privilegiadas, seis comunes, cinco simples, más las de la dedicación, de los santos titulares y patronos de los respectivos lugares. Después, la liturgia romana ha conservado sólo la celebración de las o. de Navidad, Pascua y Pentecostés. En el Calendario Romano publicado en 1969 se ha suprimido la o. de Pentecostés para resaltar más la unidad de la cincuentena pascual.

BIBL. : H. LECLERCQ, Octave, en DACL X!I,2 (París 1936), 1883-1886; G. Low, Ottava, en Enciclopedia Cattolica, IX, Vaticano 1952, 451-453; I. PASCHER, El año litúrgico, Madrid 1965, 27 ss.

MATÍAS AUGÉ cmf.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991