METODIO, SAN


Patriarca bizantino n. ca. 787 en Siracusa. Recibió esmerada educación religiosa en la corte de Constantinopla. Un encuentro con el monje S. Eutimio motivó su entrada en el Monasterio de Chenolacos (Bitinia). En 815, siendo hegumenos (abad), al desencadenarse la persecución iconoclasta (v.) promovida por las nuevas directrices políticas de León V el Armeno (813-820), depuesto el patriarca de Constantinopla Nicéforo, con quien M. estaba muy relacionado, éste no tuvo otra solución que huir a Roma. Permaneció allí siete años, realizando una intensa labor en favor del culto a las imágenes cerca del pontífice Pascual I, e impidiendo que se aprobara la carta sinodal del intruso patriarca Teodoto.
      En el 820 volvió a Constantinopla. Su labor para obtener del nuevo emperador Miguel II la vuelta de Nicéforo y la deposición de Teodoto resultó inútil y hasta contraproducente para su difícil situación personal. En efecto, acusado de haber colaborado con un general rebelde llamado Tomás el Eslavo y de haber calumniado la política religiosa imperial durante su estancia en Roma, M. tuvo que sufrir un sinfín de crueles castigos que se agravaron con la deportación a la isla de S. Andrés cuando, a todo ello, se le añadió la calumnia, del todo infundada, de ser el autor de un escrito anónimo que profetizaba la muerte del Emperador.
      Después de nueve años de encarcelamiento (829-838), M. fue llamado a colaborar en calidad de exegeta en la reorganización de la Escuela teológica de Bizancio promovida por el patriarca Juan el Gramático, bajo la protección del emperador Teófilo (829-842). Poco duró esta situación de relativa tranquilidad, pues, al morir Teófilo, M. volvió al destierro, esta vez el Monasterio de Elignoi, fundado por él mismo antes del 815.
      El a. 843 fue decisivo para la suerte de M. Rehabilitado por la emperatriz Teodora (regente hasta la mayoría de edad de su hijo Miguel III), y después de un debate público sobre la veneración debida a las imágenes, debate en el que los ortodoxos salieron victoriosos gracias a M., la intervención de algunos hombres ilustres por su santidad (Isaías de Nicomedia, Simeón de Lesbo) logró descartar a los candidatos estuditas (partidarios de Teodoro Estudita, abad del Monasterio de Studion, en Constantinopla, famoso iconófilo) y la sede patriarcal recayó en M. Éste, en el sínodo de 843, restableció el culto a las imágenes según la mente del Concilio de Nicea (787; v.) y, en memoria de tal gloriosa efeméride, instituyó la «fiesta de la ortodoxia».
      El ministerio pastoral de M. se vio, sin embargo, perturbado por la lucha de los estuditas, que por su parte se mostraron demasiado rigurosos en la reconciliación de los clérigos iconoclastas -M. no sólo exhortó al perdón, sino que incluso escogió a algunos de estos clérigos como colaboradores suyos- y en el asunto del difunto emperador Teófilo, cuya excomunión M. había alzado. Las •ensiones se agudizaron cuando los estuditas se negaron a anatematizar los escritos de Teodoro Estudita contra S. Tarasio y S. Nicéforo, llamado este último «otro Juan Crisóstomo». A causa de ello fueron condenados con penas canónicas que provocaron un grave cisma. Quizá M. fue excesivamente severo contra estos monjes disidentes y, en particular, contra los escritos de Teodoro, aunque las desavenencias en cuestión se solventaron antes de su muerte, acaecida el 14 jun. 847, cuando contaba 59 años. Consta que, antes de morir, redactó un testamento en el que perdonaba a cuantos le hubiesen ofendido y recomendaba la readmisión, con ciertas condiciones, de los estuditas arrepentidos.
      M. es autor de varios escritos de carácter apologético, canónico y hagiográfico (vida de S. Eutimio de Sardes, a quien conoció personalmente en el destierro de S. Andrés). El papa Nicolás 1 hizo de él un amplio elogio (PL 119,946). Venerado como santo en Oriente y Occidente, su fiesta se celebra el 14 de junio.
     
      V. t.: ICONOCLASTAS
     
     

BIBL.: E. V. DoBscxüTz, Methodios und die Studien. Strómungen und Gegenstrómungen in der Hagiographie des 9 Iahrhunderts, «Bytantinische Zeitschrift», 28 (1909) 41-105; V. GRUMEL, Les Resgestes des Actes du patriarcht de Constantinople, I, II, París 1936, 42-64; V. LAURENT, Méthode de C., en DTC 10,1597-1606; G. DA COSTA-LOUILLET, Saints de Constantinople aux VIII-IX siécles, «Byzantion», 24 (1955) 453-461; V. GRUMEL, Byzanz und Rom unter Léon V, «Rév. Études Byzantins», 18 (1960) 19-44; íD, La politique religieuse du patriarche saint Méthode, «Échos d'Orient», 24 (1935) 385-401; 1. PARGOIRE, Saint Méthode de Constantinople avant 821, íb. 6 (1903) 126-131; 1. GOUILLARD, Une oeuvre inédite du patriarche Méthode; La Vie d'Euthyme de Sardes, «Byzantinische Zeitschrift», 53 (1960) 34-46; D. STIERNON, Metodio I, en Bibl. Sanct. 9,382-393 (artículo excelente y en no pocos puntos exhaustivo)

 

CEBRIÁ M. PIFARRÉ

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991