MERCIER, DÉSIRÉ JOSEPH


Cardenal y filósofo belga. N. en Braine I'Alleud (Brabante valón) el 21 nov. 1851, de una familia de abolengo burgués. Tras cursar la enseñanza secundaria en el colegio de S. Rombaut de Malinas, ingresó en el seminario conciliar de dicha ciudad donde destacaría por su gran inteligencia. Una vez ordenado sacerdote (1874) y obtenida la licenciatura de Teología en la Univ. de Lovaina (1877), enseñó Filosofía en el seminario de Malinas y más tarde (julio 1882) en la Universidad de la que fuera alumno. La labor desplegada en los primeros años de sus enseñanzas en Lovaina fue pródiga en iniciativas y felices resultados. Su espíritu creador hizo de él el mejor intérprete de las directrices trazadas por León XIII en su Encíclica Aeterni Patris en pro de la restauración de un tomismo abierto a todas las corrientes del mundo moderno. En contacto estrecho con el pensamiento y las ciencias de su época, M. ensanchó los horizontes de la neoescolástica hasta límites insospechados por el propio Pontífice, abriéndole caminos que se dirigían a los grandes problemas del pensamiento y la ciencia de fines del S. XIX
      Percatado de la trascendencia que podía tener para el futuro la creación de un Instituto Superior de Filosofía en el seno de la propia Univ. de Lovaina, consiguió ganarse el ánimo de León XIII, que acogió su proyecto y ordenó ejecutarlo al Primado Belga (1880). Sin embargo, estos planes tardaron en ser llevados a la práctica por la oposición encontrada en determinados ambientes romanos y belgas. Por fin, un breve pontificio de 7 mar. 1895 erigió el Instituto proyectado por M., bajo cuya inspiración se creó también por las mismas fechas, como centro complementario, un Seminario que llevó el nombre de León XIII. A partir de entonces y hasta su designación como cardenal arzobispo de Malinas (7 feb. 1906), se abre el periodo más importante de su vida como filósofo y pensador. Serán éstos los años en que publique su Logique, Methaphisique general, Criteriologie generale, etc. Las cualidades de promotor y hombre de acción de M. se pusieron de manifiesto ahora con la puesta en marcha de una serie de importantes publicaciones, que constituirían el punto de arranque de la ciencia neotomista. Portavoz principal de la escuela filosófica de Lovaina sería la Révue neoscolastique de Philosophie, editada a partir de 1894
      Elevado a cardenal, las tareas pastorales de M. adquirieron una resonancia similar a las que revistiera su obra cultural. Firme colaborador de S. Pío X en su lucha contra el modernismo (v.), no existió en realidad ninguna faceta de la amplia catequesis abierta al catolicismo de comienzos de siglo en la que no dejara oír su voz y tomar posiciones. Su popularidad entre sus compatriotas alcanzó su punto culminante durante la I Guerra mundial, en la que se erigió en paladín incansable de los derechos de su pueblo. M. se esforzó después por restañar las heridas y secuelas de la guerra. En especial los niños de las naciones beligerantes fueron objeto de su solicitud, que (Elemento)tendría una de sus pruebas en la acogida en su diócesis en 1924 de 2.600 niños húngaros. Sus funciones pastorales y caritativas no le impidieron, gracias a una prodigiosa capacidad de trabajo, presidir la Unión Internacional de Estudios Sociales, cuyas energías estimuló. Los últimos años de su vida estuvieron transidos de afán ecumenista (v. ECUMENISMO 1, c, 1). M. en Bruselas el 23 en. 1926
      V. t.: LOVAINA, ESCUELA DE; NEOESCOLÁSTICOS
     

BIBL.: P. PEÑALVER, Désiré Joseph Mercier, en F. PÉREz-EMBID, Forjadores del Mundo contemporáneo, 111, 7 ed. Barcelona 1971, 275-286; C. A. GRAIFF, Mercier, en Ene. Fil., 4,543-546; A. LAvEILLE, Le cardinal Mercier, archevéque de Malines, París 1927; 1. ZARAGÜETA, El cardenal Mercier, Madrid 1927; 1. GUISA DE AZEVEDo, El cardenal Mercier o la conciencia occidental, México 1952; L. DE RAEYMAEKER, Le card. Mercier et VInstitut superieur de philosophie de Louvain, Lovaina 1952

 

J. M. CUENCA TORIBIO

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991