MARCELO DE ANCIRA


Obispo de Ancira (Ankara), en Asia Menor. No conocemos la fecha de su nacimiento. Tuvo una destacada actuación en el Concilio de Nicea (325; v.) frente a los arrianos, lo que le valió la estima de S. Atanasio (v.) y de los legados romanos. En el a. 335 publica un extenso tratado contra el sofista y hereje Asterio de Capadocia, pero a la vez, atacó también la postura de Eusebio de Cesarea (v.). Este último le replicó en seguida con la obra Contra Marcellum: De ecclesiatica theologia, en la que, además de defenderse, acusaba a M. de sabelianismo (v. SABELIO). Este escrito fue entregado al emperador Constantino en unión de una carta acusatoria. Con el fin de dilucidar la actitud de M. se convocó un sínodo en Constantinopla (336), al que acudieron bastantes arrianos. El Sínodo condenó la obra de M. como herética. M. fue depuesto y desterrado (cfr. Sozomeno, Hist. Eccl., II,33).
      Tras la muerte de Constantino (337), vuelve por breve tiempo a Ancira. En el 338-339 es de nuevo condenado por un sínodo de Constantinopla, y acusado ante Roma. El papa Julio 1 (a. 339) le pidió una exposición de su fe por escrito. Su professio fidei fue considerada ortodoxa por el Papa y por un sínodo romano. El Conc. de Sárdica (343-344) le declaró también inocente -al menos por parte de los padres occidentales-, aunque había sido acusado de «combinar en un sistema confuso la falsedad de Sabelio, la malicia de Pablo de Samosata y las blasfemias de Montano» (Epist. Synod. Sard. Orient., 2: CSEL 65,50). En el 347 una orden del emperador Constancio le depuso y le desterró nuevamente. No se sabe cómo pasó los últimos años de su vida; según Epifanio m. ca. 374. En 380 el papa Dámaso, sin nombrarle, condenó sus doctrinas (Anatematismo 8: Mansi III, 483 A). El Conc. I de Constantinopla (381; v.) en su canon primero lo condenó como hereje (Denz.Sch. 151).
      Si es exacta la noticia que da S. jerónimo, M. compuso diversos escritos contra los arrianos (De viris ill., 86: PL 23,729), pero no nos ha llegado ninguna. Del libro contra Asterio no se sabe ni siquiera el título. El conocimiento que tenemos de esta obra se debe a Eusebio de Cesarea, que en su obra Contra Marcellum cita 127 pasajes de M. También M. es autor de un pequeño trabajo titulado De sancta ecclesia.
      Su doctrina se expresa, a veces, con fórmulas algo complicadas y sutiles. De todas formas, se puede afirmar que sostiene un cierto modalismo (v.) o monarquianismo (v.) de tipo adopcionista (V. ADOPCIONISMO). Según M. las personas de la Trinidad son sólo distintas manifestaciones de una única persona de acuerdo con las diversas etapas de la economía de la salvación, y en consecuencia, tiende a hacer de Cristo un puro hombre en el que inhabita la virtud divina. Esta postura puede explicarse, en parte, por el vigor que puso M. en su polémica con los arrianos. M. insiste en el concepto de Dios como una unidad absoluta (monás), única persona (prósopon), el Padre, quien tiene en sí eternamente un Logos, que no es una persona distinta, sino sólo fuerza activa (energeia) del único prósopon, y en este sentido es como entiende el homousios (consustancialidad) entre el Padre y el Hijo.
      En el momento de la creación del mundo, el Logos procedente del Padre se exterioriza como operación activa del único prósopon. En la Encarnación este Logos se hace Hijo, sin que esto lleve consigo una verdadera generación en Dios, ya que la carne de Cristo se genera de la Virgen y, en esa carne, la energeia divina es el principio de todas las operaciones. Por otra parte, como estaba el Logos antes de la creación, así estaba el Espíritu en el Logos antes de que Cristo, después de la Resurrección, lo comunicara a los Apóstoles; sólo a partir de ese momento, procediendo del Padre y del Hijo, se ha exteriorizado como fuerza activa en la Iglesia del prósopon divino. Al fin del mundo, aquella fuerza operadora, procedente de la única mónada, se reabsorberá en ella misma y tendrá así fin el reino de Cristo y del Espíritu Santo.
     
      V. t.: ARRIO Y ARRIANISMO; SEMIARRIANISMO; CONSTANTINOPLA, CONCILIOS DE
     
     

BIBL.: E. KLOSTERMANN, Eusebius'Werke, Berlín 1906, 183-244; G. MERCATI, Note di letteratura bíblica e cristiana antica, «Studi e Test¡» V (1901) 87-98; M. D. CHENU, Marcel D'Ancyre, en DTC IX,1993-1998; 1. M. FONDEVILLA, Ideas cristológicas de Marcelo de Ancira, «Estudios eclesiásticos» XXVII (1953) 20-64; 1. QUASTEN, Patrología, II, Madrid 1962, 207-210; C. VAGAGGINI, Marcello di Ancira, en «Enciclopedia Cattolica» VIII, Vaticano 1952, 13-15.

 

D. RAMOS LISSVN

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991