JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, SAN
Fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (v.) y
restaurador de la escuela popular francesa.
Vida. N. en Reims (Francia) el 30 abr. 1651. Hijo de familia ilustre,
oriunda de España, se inició en las primeras letras en la intimidad del hogar.
Cursó los estudios secundarios en eJ Colegio «des Bons-Enfants» de la Univ. de
Reims. Ingresó en el Seminario de S. Sulpicio (v. SULP1CIANOS) de París en 1669
y comenzó los estudios de Teología en la Sorbona. La muerte de sus padres,
ocurrida a pocos meses de intervalo, le obligó a volver a su ciudad natal.
Entonces repartió el tiempo entre la educación de sus hermanos menores y la
prosecución de los estudios sacerdotales.
La estancia en el Seminario de S. Sulpicio, aunque breve, influyó
poderosamente en la orientación vocacional de La Salle hacia el campo de la
pedagogía. Allí pudo ponerse en contacto con las clases más humildes a través de
las catequesis dominicales sulpicianas, y conocer el abandono espiritual en que
se encontraba el pueblo. Por otra parte, la Asociación de Oraciones que existía
en el Seminario, y de la que formaban parte todos los alumnos, contribuía a
encender en cada uno de ellos la llama apostólica, ya que su objeto era «pedir a
Dios maestros de escuela dignos para desempeñar las santas funciones de la
enseñanza».
Estas circunstancias explican el hecho de que, una vez sacerdote (1678),
veamos a La Salle colaborando activamente con su director espiritual, Nicolás
Roland, en el establecimiento de las Hermanas del Santísimo Niño Jesús, para la
educación cristiana de las niñas pobres (consiguió que fuera reconocida como
congregación sin votos solemnes). Fue también lo que le impulsó, posteriormente,
a secundar la iniciativa de Adriano Nyel, ayudándole a fundar, en Reims, dos
escuelas de caridad para niños, las cuales serían el punto de partida del
Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundado el 24 jun. 1682.
La Salle estuvo al frente del mismo hasta 1717 en que confió su gobierno al
Hermano Bartolomé. Murió en Rouen el 7 abr. 1719. León XIII le beatificó el 19
feb. 1888 y le canonizó el 24 mayo 1900. Al cumplirse el 50 aniversario de su
canonización, Pío XII le proclamó, el 15 mayo 1950, patrono de todos los
educadores.
Sus reliquias se conservan actualmente en Roma, en la Curia General del
Instituto. Su fiesta se celebra el 7 de abril (hasta 1969, el 15 de mayo, aunque
en España se adelantaba al 14 del mismo mes).
Pedagogía. La Salle es, sin duda, la figura más representativa de la
pedagogía popular francesa de los s. xvii y xvili. Su obra se polariza
fundamentalmente en torno al maestro y a la escuela, y es como el coronamiento
de los esfuerzos de algunos precursores y contemporáneos suyos (César de Bus, S.
Pedro Fourier, v.; Carlos Demia, Nicolás Barré), que intuyeron los mismos
problemas e intentaron solucionarlos, sin que los acompañase el éxito.
La preocupación por la formación del maestro fue como la nota distintiva
de la pedagogía de La Salle. Ello dio origen a tres instituciones, que
constituyeron su aportación más original a la Historia de la Educación: la
Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas, los Seminarios de maestros
urbanos y los Seminarios de maestros rurales.
Los Seminarios de maestros urbanos fueron, en realidad, los noviciados de
la Congregación. En ellos, además de la formación ascética y religiosa, los
aspirantes al Instituto recibían formación pedagógica bajo la dirección de un
maestro experimentado. Fueron célebres los Seminarios de Reims, París, Rouen y
Marsella.
Los Seminarios de maestros rurales representaron los primeros ensayos
formales de Escuelas del Magisterio, o Escuelas Normales, que registra la
Historia de la Educación. En la mente de La Salle habían de ser el complemento
necesario de la Congregación de Hermanos. Estaban destinados exclusivamente a la
preparación de maestros seglares, que luego pasaban a regentar escuelas de
ambiente rural, adonde no podían llegar los Hermanos por tener que vivir en
comunidades de al menos tres miembros. Entre estos establecimientos funcionaron
sucesivamente, y dieron excelentes resultados, el de Reims, abierto en 1687; el
de S. Hipólito, en París, eJ más floreciente de todos, fundado en 1699; y el de
S. Dionisio, también en París, creado en 1709, y en el que estuvieron
interesados el cardenal de Noailles, Madame de Maintenon, y el propio rey, Luis
XIV.
En el terreno estrictamente escolar, La Salle se presenta como reformador
y reorganizador. Dirige principalmente su atención a la escuela primaria, a la
que dota de fisonomía y espíritu propios: fijación del horario escolar,
determinación exacta de los programas, carácter eminentemente realista de la
enseñanza, dedicación total y exclusiva del maestro, el cual no puede ejercer
más ministerio que el de la escuela, y, sobre todo, atmósfera de piedad y
religiosidad profundas.
Pero el genio de La Salle no se agotó en la organización de la escuela
primaria popular. Se encarnó también en un conjunto de instituciones
educacionales que hacen de la suya el prototipo de una pedagogía abierta y
progresiva. Cronológicamente cabe señalar, en primer lugar, las Escuelas
dominicales o Academias cristianas, donde los jóvenes obreros podían ampliar sus
conocimientos los domingos y días festivos. Además de la instrucción religiosa,
el programa comprendía lectura, escritura, ortografía, aritmética, geometría,
arquitectura y dibujo. Constituyeron, pues, como el preludio de las actuales
escuelas profesionales. En 1698 La Salle abría en París la institución conocida
con el nombre de Internado de los Irlandeses. En ella se proponía educar a 50
jóvenes irlandeses, hijos de emigrantes que habían seguido al rey Jacobo 11 en
su destierro después de la revolución de 1688. Esta institución tuvo su
prolongación en el Internado de San Yon, establecido en Rouen en 1705, para
subvenir a las necesidades de los hijos de la burguesía industrial y comerciante
de esta ciudad. Aquí La Salle inauguró las Humanidades modernas y los
Bachilleratos técnicos, al establecer como programa de estudios «cuanto
concierne al comercio, la hacienda pública, la cultura militar, la arquitectura
y las matemáticas; en una palabra, a todo lo que un joven debe saber, excepto el
latín». De este modo, La Salle llevó a la práctica ideas renovadoras, como las
de Locke (v.) y Fleury, y se convirtió, de hecho, en educador de la burguesía,
la nueva clase social que adquirió carta de naturaleza en el reinado de Luis XIV.
Junto al Internado funcionó en San Yon la Pension de forte, especie de
correccional para delincuentes sobre quienes pesaba sentencia judicial. Su
régimen disciplinario fue muy diferente del de los demás establecimientos
similares de la época. Perdió pronto el carácter de prisión para convertirse en
escuela de artes \ oficios, en la que los arrestados podían trabajar en taller
k, de carpintería; seguir lecciones de geometría, dibujo y W quitectura; o
dedicarse a trabajos de jardinería en un espacio del parque destinado al efecto.
Añadamos, para tener una visión completa de la obra pedagógica de La Salle, que
en San Yon existió una tercera categoría de internos: niños y adolescentes
«difíciles», en cuya educación se aplicaron los principios de la pedagogía
diferencial (v. EDUCACIÓN).
Espiritualidad. Al mismo tiempo que eximio pedagogo, La Salle es uno de
los principales representantes de la espiritualidad católica francesa de los s.
xvii y xviii. Aparece en todo momento como el hombre entregado
incondicionalmente a la voluntad de Dios, a quien descubre y adora en todos los
acontecimientos de su vida. Y es precisamente ese «espíritu de fe», del que
deriva espontáneamente el «espíritu de celo», lo que, en la mente de La Salle,
ha de constituir el carácter peculiar de todos los miembros de la Congregación
por él fundada.
BIBL.: Obras: Conduite des Écoles Chrétiennes divisée en deux parties, Aviñón 1720; Explicación de la Méthode d'Oraison, Rouen 1739; Recueil de différents petits traités á Pusage des Fréres des Écoles Chrétiennes, Aviñón 1711; Méditations pour le temes de la retraite, Rouen, s. f.; Régles de la Bienséance et de la Civilité Chrétienne, Reims 1703; Méditation pour tous les dimanches et fétes de l'année, Rouen s. f.-Estudios: FÉLIX PAUL, Las cartas de San Juan Bautista de la Salle, Madrid 1962; C. ALCALDE GóMEZ, El maestro en la pedagogía de S. Juan Bautista de la Salle, Madrid 1961; A. RAVELET, S. Juan Bautista de la Salle, Madrid 1952; F. AGATON, Explicación de las doce virtudes del buen maestro, Madrid 1952; 1. GUIBERT, Histoire de Saint JeanBaptiste de La Salle, 1900; H. HERMENT, Les idées pédagogiques de S. Jean-Baptiste de La Salle, París 1937; G. RIGAULT, Histoire de 1'Institut des Fréres des Écoles Chrétiennes, París 1937; G. SAVINO, Giovanni Battista de La Salle, en Bibl. Sanct., 6,946-959.
C. ALCALDE GÓMEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991