ILDEFONSO DE TOLEDO, SAN
Obispo de Toledo del a. 657 al 667 y Padre de la Iglesia.
Vida. Para reconstruir su biografía, además de los datos contenidos en sus
obras, disponemos principalmente del Beati Ildephonsi Elogium de S. Julián de
Toledo, contemporáneo suyo y segundo sucesor en la sede toledana, escrita como
apéndice al De viris illustribus (PL 96,43-44). La Vita vel gesta S. Ildephonsi
Sedis Toletanae Episcopi, atribuida a Cixila, obispo de Toledo ca. 774-783 (PL
96,44-88; Flórez, V,501-520), donde se mencionan por primera vez los milagros de
su vida y la Vita Ildephonsi Archiepiscopi Toletani de fray Rodrigo Manuel
Cerratense, s. xiii (Flórez V,521-525), añaden al Elogium tradiciones
posteriores con tinte legendario.
N. ea. el 607, durante el reinado de Witerico en Toledo, de padres
visigodos. Según una tradición que recoge Nicolás Antonio (Bibliotheca Hispana
Vetus, PL 96,11), fue sobrino del obispo de Toledo S. Eugenio 111 (v.), quien
comenzó su educación, aunque no es cierto que más tarde lo enviase a Sevilla
para continuar su formación bajo S. Isidoro, como afirma Cixila. Por el estilo
de sus escritos y por los juicios emitidos en su De viris illustribus sobre los
personajes que menciona, se deduce que recibió una brillante formación
literaria. Según su propio testimonio fue ordenado de diácono (ca. 632-633) por
Eladio, obispo de Toledo (De vir. ill. 7: PL 96,202). En un pasaje interpolado
del Elogium, se dice que siendo aún muy niño, ingresó en el monasterio Agaliense,
en los arrabales de Toledo, contra la volunta de sus padres. Más adelanté se
afirma que «se deleitaba con la vida de los monjes», frase que debe
interpretarse siguiendo a Flórez (V,276) en el sentido de que desde niño se
inclinó al estado religioso. Ildefonso estuvo muy vinculado a este monasterio,
como él mismo recuerda al hablar de Eladio, y como se deduce del De vir. ill.
con el que pretende exaltar la sede toledana y quizá mostrar el papel
privilegiado que correspondía al monasterio Agaliense. Estando ya en el
monasterio, funda un convento de religiosas dotándolo con los bienes que hereda,
y en fecha desconocida (650?), es elegido abad. Firma entre los abades en los
Concilios VIII y IX de Toledo, no encontrándose su firma, en cambio, en el X
(656). Muerto el obispo Eugenio III es elegido obispo de Toledo el a. 657, y
según el Elogium obligado a ocupar su sede por el rey Recesvinto. En la
correspondencia mantenida con Quirico, obispo de Barcelona, se lamenta de las
dificultades de su época. A ellas atribuye el Elogium que dejase incompletos
algunos escritos. M. el 667, siendo sepultado en la iglesia de S. Leocadia de
Toledo, y posteriormente trasladado a Zamora. Su fiesta se celebra el 23 de
enero.
Obras. De las reseñadas en el Elogium se conservan las siguientes:
Sobre la virginidad perpetua de Santa María contra tres infieles (De
virginitate S. Mariae contra tres infideles), su obra principal y más estimada,
de estilo muy cuidado y llena de entusiasmo y devoción marianos (fue llamado el
Capellán de la Virgen en la comedia que, con ese mismo título, escribió Lope de
Vega). Los tres herejes a que se refiere son Joviniano y Elvidio, refutados ya
por S. Jerónimo (v.), y un judío anónimo. Esto da pie a pensar que intenta
refutar a algunos de su época, que, quizá por influencia judía, resucitaban los
mismos errores. Consta de una oración inicial y de 12 capítulos. En el primero
defiende contra Joviniano la virginidad de María en la concepción y en el parto;
en el segundo mantiene contra Elvidio que María fue siempre virgen; a partir del
tercero muestra que Jesucristo es Dios y la integridad perpetua de María.
Depende estrechamente de S. Agustín y S. Isidoro, y constituye el punto de
arranque de la teología mariana en España. Fue traducida por el Arcipreste de
Talavera.
Comentario sobre el conocimiento del bautismo (como reseña S. Julián) o
Anotaciones sobre el conocimiento del bautismo (Liber de cognitione baptismi
unus), descubierto por E. Baluze y publicado en el libro VI de su Miscelánea
(París 1738). Es de sumo interés para la historia del bautismo en España.
Escrito con finalidad pastoral, expone al pueblo sencillo la doctrina de la
Tradición sobre este sacramento. Dividido en 142 capítulos, en los 13 primeros
trata de la creación del hombre y de la caída original; en los cap. 14-16, del
bautismo de Juan y del bautismo de Cristo, afirmando que sólo el último perdona
los pecados; en 17-35, expone cómo se ha de recibir el bautismo y explica las
ceremonias; en 36-95, explica el Credo, que ha de aprenderse de memoria (es un
valioso documento para el estudio de la historia del Símbolo en España); en
9.6-131, vuelve sobre las ceremonias bautismales; en 131-137, explica el
Padrenuestro; en 138140 trata de la Comunión, y en 141-142 explica la liturgia
del lunes y martes de Pascua como coronación de las ceremonias de la iniciación
cristiana. Las fuentes principales son: las Enarrationes in psalmos de S.
Agustín, las Moralia de S. Gregorio Magno y las Etimologías de S. Isidoro.
Sobre el progreso del desierto espiritual (De progressu spiritualis
deserti), prolongación de la obra precedente.
Tras el bautismo, simbolizado por el paso del mar Rojo, el alma camina por
el Evangelio, como los israelitas por el desierto. Utiliza excesivamente la
alegoría.
Sobre los varones ilustres (De viris illustribus), continuación del de S.
Isidoro. A diferencia de éste, enumera no sólo a escritores, sino a
eclesiásticos ilustres por su santidad o dotes de gobierno. De los 13 personajes
que en ella figuran, 7 son toledanos. En cambio, autores tan importantes como
Braulio de Zaragoza o Isidoro de Sevilla, son apenas destacados. En el estilo y
noticias depende de S. Jerónimo, Genadio (v.) y S. Isidoro (v.). Aunque no está
reseñada esta obra en el Elogium, dada la atribución manuscrita que se la
atribuye unánimemente, puede darse por auténtica (v. t. PATRóLOGOS).
Finalmente, se conservan dos Cartas dirigidas a Quirico de Barcelona. No
se conservan las siguientes: Liber prosopopejae imbecillitatis propriae,
Opusculum de proprietate personarum Patris et Filii et Spiritus Sancti,
Opusculum adnotationum actionis propriae, Opusculum adnotationum in sacris. El
Elogium habla de misas compuestas por I., himnos y sermones; la tradición
manuscrita le atribuye algunos, que la mayor parte de los críticos toman como
apócrifos.
Doctrina. El Elogium dice de I. que fue notable por su elocuencia. Muy
enraizado en la tradición patrística, su esfuerzo principal estriba en dar al
pueblo en forma asequible «la doctrina de los antiguos». Su teología es
fundamentalmente mariana y sacramentaria. Merece destacarse la claridad con que
afirma su fe en el parto virginal: «No quiero que alegues que la pureza de
nuestra Virgen ha sido corrompida en el parto... no quiero que rompas su
virginidad por la salida del que nace, no quiero que a la Virgen la prives del
título de madre, no quiero que a la madre la prives de la plenitud de la gloria
virginal» (Sobre la virg., cap. I), y la insistencia con que la proclama Madre
de todos los hombres. En la doctrina sacramentaria, recomienda la comunión
diaria («Pedimos en esta oración del padrenuestro que este pan, el mismo Cristo,
se nos dé cada día», Anot., cap. 136), defiende que el bautismo administrado por
los herejes es válido y no debe iterarse (ib. 121), y que no es válido, en
cambio, si se omite en la fórmula alguna de las tres divinas Personas. El
bautismo sólo pueden conferirlo los sacerdotes, excepto en los casos de grave
necesidad (ib. 115). Después habla de la Confirmación, relacionándola con el
sacerdocio de los fieles: «Puesto que somos raza de elección y sacerdocio real,
somos ungidos después del bautismo del agua con el crisma» (ib. 123) y de la
infusión del Espíritu por la imposición de las manos (ib. 128).
V. t.: PADRES DE LA IGLESIA.
BIBL.: Ediciones: F. DE LORENZANA, SS. Patrum Toletanorum quotquot extant opera, I, Madrid 1782: PL 96,53-206; V. BLANCO GARCÍA, S. Ildefonso. De virginitate beatae Mariae, Madrid 1937; V. BLANCO y J. CAMPOS, S. lldefonso de Toledo. La virginidad perpetua de Santa María, El conocimiento del bautismo, El camino del desierto, en Santos Padres Españoles, BAC, Madrid 1971. Estudios: J. F. RIVERA y M. C. CELLETTI, Ildefonso, en Bibl. Sanct. 7,756-760; J. MADOZ, S. Ildefonso de Toledo a través de la pluma del Arcipreste de Talavera, Madrid 1943; íD, S. Ildefonso de Toledo, «Estudios Eclesiásticos» 26 (1952) 467-505; 1. F. RIVERA, S. lldefonso de Toledo, autor de un sermón de filiación dudosa, «Revista Española de Teología» 6 (1946) 537-588; J. M. CASCANTE, Doctrina mariana de S. Ildefonso de Toledo, Barcelona 1958; J. M. CANAL, S. Hildefonsos de Toledo. Historia y leyenda, «Ephemerides Mariologicae» 17 (1967) 437-462; A. C. VEGA, «Boletín de la Real Academia de la Historia» 165 (1969) 35-107; L. ROBLES, Anotaciones a la obra de S. lldefonso «De cognitione baptismi», «Teología Espiritual» 13 (1969) 379-457; B. ALTANER, Patrología, Madrid 1962, 510-514.
L. F. MATEO SECO.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991