HEGELIANOS


En el complejo edificio hegeliano, fe y razón, filosofía y teología, se unían en una síntesis que atraía y a la vez ponía en crisis tanto a creyentes como a no creyentes: el movimiento o dialéctica interna de esa atracción e inquietud originó la escuela hegeliana, de la que, en forma positiva o negativa, han surgido los principales movimientos especulativos del s. xix. Los polos dialécticos de la especulación hegeliana eran, por una parte, el carácter absoluto -es más, divino- que la conciencia humanaalcanzaba en la Idea absoluta; y por otra, la inmersión total de la razón (v.) humana en la historia (v.), de modo que la relación del hombre con la religión y la política se presentaba, en el «sistema» de Hegel, de forma ambigua e inestable, en una tensión que terminaría por poner en crisis el mismo sistema (V. HEGEL). De esta crisis inevitable ha nacido la «Escuela hegeliana», con sus divisiones de Derecha, Centro e Izquierda.
     
      Esta clasificación -cuya terminología fue tomada por D. F. Strauss de la visión política del Parlamento francés bajo Luis Felipe- se fundamenta en la diversa respuesta que puede darse, según Strauss, a la pregunta crucial que se planteaba a la conciencia cristiana, es decir: una vez afirmada, con Hegel, la unidad de la naturaleza divina y humana, ¿puede aceptarse sin más la historia evangélica como historia auténtica? (V. EVANGELIOS); y en caso afirmativo, ¿hasta qué punto? Las respuestas a esta pregunta han originado las tres direcciones de la Escuela: 1) La historia evangélica puede ser tomada como historia auténtica, pero en sentido hegeliano. 2) La historia evangélica es historia auténtica sólo en parte. 3) No es en absoluto historia. La primera respuesta es la de los hegelianos de Derecha; la segunda es del Centro; y la tercera, la más radical, es la de los hegelianos de Izquierda. Sin embargo, la división entre la derecha y el centro es también aquí, como en política, muy fluctuante, a pesar del esfuerzo por oponer las dos fórmulas. Puede observarse también que el objeto o el pretexto de la crisis venía de una exigencia bien precisa que Hegel creía haber superado, y que había sido puesta por Lessing (v.), el maestro más directo de la crítica teológica de Strauss: «Esto es: unas verdades históricas contingentes no pueden llegar a ser la prueba de verdades necesarias de razón» (Das ist: Zufüllige Geschichtswahrheiten kónnen der Beweis vom notwendingen Vernunftwahrheiten nie werden. Lessing, Ueber den Beweis und der Kraft, Ges. W., Aufbau-Verlag, Berlín 1956, t. VIII, p. 12).
     
      En efecto, el problema había sido recogido en estos términos por Kierkegaard (v.) -el mayor crítico del sistema hegeliano en el s. xix-, quien bajo el seudónimo Johannes Climacus (Migajas de filosofía 1844, Postilla conclusiva no científica, 1846) afrontó el problema en estos términos: «¿Se puede tomar un punto de partida histórico para obtener una conciencia eterna? ¿Cómo puede algo semejante tener otro interés que el puramente histórico? ¿Puede acaso construirse la felicidad sobre un conocimiento histórico?» (cfr. trad. italiana de C. Fabro, Introduzione, t. 1, Bolonia 1963, 14). En cualquier caso, en las tres direcciones de la clasificación de Strauss permanece toda la ambigüedad de Hegel sobre la trascendencia (v.) del Cristianismo (v.) respecto a las verdades de razón natural. Esa trascendencia está, por el contrario, en el centro de la crítica antihegeliana de Kierkegaard. Para una mayor claridad, se ha generalizado el criterio de distinguir simplemente entre una derecha y una izquierda hegelianas: la primera es teísta (v. TENMO) favorable al Cristianismo: la segunda, en cambio, declaradamente atea y anticristiana.
     
      1. La Derecha hegeliana. Está formada principalmente por los discípulos directos de Hegel y por los pensadores que han aceptado y desarrollado, en filosofía y teología, el elemento conservador de la especulación hegeliana. Mantienen una actitud conservadora, de los valores tradicionales, sobre cuatro puntos fundamentales: a) la armonía positiva entre razón (v.) y fe; b) la centralidad del dogma cristiano, trinitario (V. TRINIDAD, SANTÍSIMA) y especialmente cristológico (Cristo como Hombre-Dios en el que, según Hegel, la humanidad alcanzó la conciencia de su identidad con Dios); c) la consiguiente inmortalidad (v.) del espíritu. o elevación (superación) de la vida e historia humana más allá de los límites del tiempo; y d) como cuestión metafísica de fondo, la discusión sobre las relaciones entre lógica (v.) y metafísica (v.), que Hegel había dejado en la sombra al identificar sustancialmente lógica y metafísica. La Derecha hegeliana se concentró particularmente en torno a estos problemas.
     
      Sus principales representantes son los siguientes: el teólogo Ph. C. Marheineke (1780-1846), que se encargó, para la edición de las obras completas de Hegel, de la preparación de los dos volúmenes de Vorles. über die Religionsphilosophie; obra de la que aceptó los principios y que influyó fuertemente sobre él (Vorles. über die Bedeutung der Hegelschen Philosophie in der chr. Theologie, Berlín 1842; System der christlichen Dogmatik, Berlín 1847).
     
      K. F. Góschel (1781-1861) escuchó en Jena a Hegel, y tuvo el honor de que el mismo Hegel hiciese una amplia recensión de su escrito Aphorismen über Nichtwissen und absolutes Wissen ¡ni Verhültnis zur christlichen Glaubenserkentnis (Berlín 1829) (recensión que se encuentra ahora en el volumen Berliner Schriften, p. 295-329), e incluso que el maestro le citase directamente en dos ocasiones (cfr. Enzyklop. § 564; Die Beweise vom Dasein Gottes, ed. Lasson 1930, 44 ss.); Góschel es considerado el principal representante de la Derecha (cfr. también: Der Monismus des Gedankens, Naumburgo 1832; Beitrüge zur spekulativen Philosophie von Gott und dem Menschen und von dem Gott-Menschen, Berlín 1938: en polémica con D. F. Strauss).
     
      H. G. Hotho (1802-73) abandonó los estudios jurídicos para dedicarse a la Estética bajo la guía de Hegel, y preparó para la edición de las obras completas de Hegel los tres volúmenes de Vorles. über die Aestetik (cfr. Vorstudien für Kunst und Leben, Stuttgart 1835; Geschichte der deutsch. und niederl. Malerei, 2 vol., Berlín 1842-43).
     
      Fr. W. Carové (1789-1852), de formación católica y dedicado a estudios jurídicos y económicos, intentó conciliar la filosofía hegeliana con la religión católica (cfr. Ueber alleinseligmachende Kirche, 2 vol., Frankfurt-Main 1926; Kosmorama, Frankfurt-Main 1831; Neorama, Leipzig 1838).
     
      J. E. Erdmann (1805-92), oyente de Hegel en Berlín en 1826 y dedicado a la Historia de la Filosofía (cfr. Versuch einer wissenschaf tlichen Darstellung der Geschichte der neueren Philosophie, 6 vol., Leipzig 1834-53; Vorles. über Glauben und Wissen als Einleitung in die Dogmatik und Religionsphilosophie, Berlín 1837; Grundriss der Logik und Metaphysik, La Haya 1841).
     
      K. Fischer (1824-1907), conocido como el principal historiador de la filosofía moderna del s. xix (cfr. System der Logik und Metaphysik oder Wisenschaftslehre, Stuttgart 1852; Geschichte der neueren Philosophie, 6 vol., Mannheim-Stuttgart-Heidelberg 1852-77; Ueber das Problem der menschlichen Freiheit, Heidelberg 1875; Kritik der Kantischen Philosophie, Munich 1883).
     
      E. Gans (1798-1839), estudioso de problemas jurídicos; preparó la edición de la Rechtsphilosoplhie en la primera ed. de las obras completas de Hegel (cfr. System des rómischen Civilrechts im Grundrisse, Berlín 1827; Das Erbrecht in weltgeschichtlichen Entwicklung. Eine Abhandlung der Universalrechtsgeschichte, t. I y II, Berlín 182425, t. III y IV, Stuttgart y Tubinga 1829-35; Vorles. über die Geschichte der letzten fünfzig Jahre, en Hist. Taschenbuch, Leipzig 1833).
     
      H. F. Hinrichs (1794-1861), discípulo directo de Hegel y muy apreciado por el maestro, quien escribió el prólogo a su primera obra de relieve: Die Religion ¡ni inneren Verhültnisse zur Wissenschaft, Heidelberg 1822; ademásse dedicó principalmente a estudios de estética, lógica y política (cfr. Aesthetische Vorlesungen über Goethe's Faust, Halle 1825; Grundlinien der Philosophie und Logik, ib. 1826; Die Genesis des Wissens. Erster mataphysischer Theil, Heidelberg 1835; Politische Vorles., 2 vol., ib. 1843).
     
      K. L. Michelet (1801-93), también alumno directo de Hegel en Berlín, preparó la edición de la obra Vorles. über die Geschichte der Philosophie para las obras completas del maestro; en su larga vida se dedicó a la Historia de la filosofía moderna y a todo el arco de los problemas filosóficos (cfr. Anthropologie und Psychologie oder die Philosophie des subjectiven Geistes, Berlín 1840; Vorles. über Persónlichkeit Gottes und Unsterblichkeit der Seele oder die ewige Persónlichkeit der Seele oder die ewige Persónlichkeit des Geistes, ib. 1841; Entwicklungsgeschichte der neuesten deutschen Philosophie, mit besonderer Rücksicht auf den gegenwiirtigen Kampf Schellings mit der Hegel'schen Schule, ib. 1843; Hegel, der unwiderlegte Weltphilosoph, Leipzig 1870; Das System der Philosophie als exakter Wissenschaft, 4 vol., Berlín 1876-79).
     
      K. Rosenkranz (1805-79) escuchó a Hegel en Berlín a partir de 1824, y con su gran actividad participó con ardor en la polémica que siguió a la muerte de Hegel, de quien escribió una notable biografía (Hegels Leben, Berlín 1844), y profundizó también en sus principios filosóficos y religiosos (cfr. Kritik der Schleiermacherschen glaubenslehre, Kónigsberg 1836; Psychologie, ib. 1837; Kritische Erlüuterungen des Hegelschen Systems, Leipzig 1840; Wissenschaf t der logischen Idee, 2 vol., Kónigsberg 1858-59).
     
      C. Róssler (1820-96) no fue discípulo directo de Hegel, pero aplicó sus principios fundamentalmente a los problemas políticos (cfr. System der Staatslehre. A.: Allgemeine Staatslehre, Leipzig 1857; Der Grundstaz der Nationalitüt und das preussische Staatensystem, Berlín 1860; Das deutsche Reich und die kirchliche Frage, Leipzig 1876).
     
      A la Derecha hegeliana pertenece también, sin duda, el italiano A. Vera (1813-85), que dio a conocer en Francia a Hegel traduciendo al francés sus principales obras, especialmente: La ciencia de la lógica, Enciclopedia, La filosofía de la religión, Filosofía de la historia... (cfr. también: Probléme de la certitude, París 1845; Introduction á la philosophie de Hegel, ib. 1855; Mélanges Philosophiques, ib. 1862).
     
      Ciertamente eran también hegelianos de derecha el poetafilósofo J. L. Heiberg (1791-1860) y el teólogo H. Martensen (1808-84), profesores de la Univ. de Copenhague contra quienes se dirigió la crítica antihegeliana de Kierkegaard (cfr. de Heiberg: Om den menneskelige Frihed, Copenhague 1824; Ledetraad ved Forelaesninger over Philosophiens Philosophie eller den speculative Logik, ib. 1831-32; Om Philosophiens Betydning for den nuvaerende Tid, ib. 1833, ahora en Prosaiske Skrifter, vol. 1, ib. 1861. De Martensen: De autonomia conscientiae Su¡ humanae in theologiam dogmaticam nostri temporis introducta, Copenhague 1837, trad. danesa de L. V. Petersen en 1841; Den Christelige Dogmatik, 1 ed. Copenhague 1849; Om Tro og Viden, Et LeileghedsskriJt, ib. 1867; Christelige Ethik, ib. 1871).
     
      En Política y en Economía, la Derecha hegeliana se caracterizó sobre todo por su tendencia liberal conservadora, favorable a las reformas graduables, y hostil a los conflictos abiertos y a la lucha de clases.
     
      2. La Izquierda hegeliana. Más conocida y activa -y efectivamente victoriosa en el plano ideológico de la férrea coherencia interna de los principios hegelianos-, la Izquierda hegeliana procede en sentido contrario a la Derecha, es decir, a partir de la demolición radical de toda estructura metafísica y teológica del pensamiento, reduciendo, por un lado, la realidad propia de la esfera racional a lo finito (cfr. L. Feuerbach, Gedanken über Tod und Unsterblickeit, Nuremberg 1831), y, por otro, el aspecto religioso a la simple figura histórica de Cristo (cfr. Strauss, Das Leben fesu, 2 vol., Tubinga 1835-36). Por eso, su mérito es haber visto y denunciado las contradicciones internas de la dialéctica de Hegel a todos los niveles (religioso, político, especulativo...), lo que puede expresarse con la conocida fórmula de Engels (v.): «El carácter conservador de esta concepción es relativo; su carácter revolucionario es absoluto» (F. Engels, L. Feuerbach und der Ausgangspunkt der klassischen deutschen Philosophie, Stuttgart 1888).
     
      El cometido histórico de la Izquierda hegeliana ha sido, pues, la superación del punto muerto en que con la «escolástica hegeliana» se encontraba el pensamiento moderno, descubriendo precisamente que su esencia y su coherencia estaba en la afirmación del ateísmo y de la revolución social. Distinta fue la crítica antihegeliana de Kierkegaard (a quien algunos autores, como Lbwith: cfr. Die Hegelsche Linke, 16 ss., 269 ss., equivocadamente colocan entre los representantes de la izquierda hegeliana). Kierkegaard (v.), en efecto, critica a Hegel tanto por la dialéctica que comienza con la mediación de la nada (como hacen Marx y los marxistas), como por la deformación radical del Cristianismo (como hacen Feuerbach, Strauss y los marxistas), en cuanto que Hegel niega toda ética y concibe a Cristo como simple ejemplo y tipo de la humanidad que se eleva hasta la conciencia de la propia identidad con Dios.
     
      En la Izquierda hegeliana conviene distinguir una triple dirección o tendencia: a) liberal-nacional (en la que se incluyen también algunos representantes del Centro), p. ej. H. Heine (v.), M. Hess...; b) individualista-anárquica, como B. Bauer, M. Stirner..., y c) radical, como Feuerbach (v.), Strauss. Esta tercera dirección se afirmó y se consolidó con el materialismo dialéctico e histórico de Marx (v.) y Engels (v.). También Lenin (v.) maduró su interpretación de la dialéctica con el estudio de los escritos de Hegel, y sobre todo de la Ciencia de la Lógica (cfr. Lenin. Zur Frage der Dialektik, en Aus dem philosophischen Nachlass, Berlín 1958, 285 ss.). Lenin puede ser considerado como el último y más radical representante de la «disgregación-autentificación» de la concepción del hombre como producto histórico de su historia, es decir, de su trabajo, implícita en la dialéctica hegeliana. V. t.: APOLOGÉTICA 11, 4; GENTILE.
     
     

BIBL.: C. FORTLAGE, Genetische Geschichte der Philosophie seit Kant, Leipzig 1852; 1. E. ERDMANN, Grundriss der Geschichte der Philosophie, Berlín 1878, espec. tomo II, Anhang: Die deutsche Philosophie seit Hegels Tode (§ 331-348, p. 603 ss.); FR. UEBERWEG, Grundriss der Geschichte der Philosophie 12, t. III, Berlín 1924; R. HAYM, Hegel und seine Zeit, Berlín 1857; W. MooG, Hegel y la escuela hegeliana, Madrid 1931; K. L6WITH, Von Hegel zu Nietzsche, 4 ed. Stuttgart 1958; íD, Die Hegelsche Linke, Stuttgart 1962; H. LÜBBE, Die Hegelsche Rechte, Stuttgart 1962; C. FABRO, Materialismo dialettico e materialismo storico, Brescia 1962; M. Rossi, Marx e la dialettica hegeliana, espec. t. II: La genesi del materialismo storico, Roma 1963; G. OLDRINI, Gli hegeliana a Napoli, Augusto Vera e la corrente ortodossa, Milán 1964; G. HILLMANN, Marx und Hegel, Mannheim 1966; E. RAMBALDI, Le origini della sinistra hegeliana, Florencia 1966; A. NEGRI, La Destra hegeliana, La Sinistra hegeliana, en Grande Antología filosofica, vol. XVIII, Il Pensiero moderno, Milán 1971, 635-968; C. FABRo, Historia de la Filosofía, II, Madrid 1965, 218 ss. (especialmente 227-261). Para mas bibliografía especializada v. las obras indicadas de W. Moog, K. Lówith, H. Lübbe y espec. de A. Negri, así como la bibl. del art. HEGEL.

 

CORNELIO FABRO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991