GEDEÓN


En hebreo Gidson, el que abate. Quinto. juez de Israel (1100-1070 a. C.) y el más importante después de Samuel. Su historia se narra en Idc 6,11-8,35. También recibe el nombre de Yérubbá'al, luche Baal, por las causas que más adelante referimos. Más tarde, cuando los israelitas juzgaron odioso el nombre de Baal y evitaban pronunciarlo, trocaron aquel nombre por el de Yérubbóset, luche la vergüenza o cosa vergonzosa (2 Sam 11,21).
     
      La composición literaria de la historia de G. es muy compleja. Los autores (Lagrange, Desnoyers, Gressmann, Tamisier, etc.) han tratado de explicar el fenómeno literario de la dualidad que se advierte en el relato (se narra dos veces la vocación de G., dos campañas y dos convocaciones de las tribus) construyendo diversas hipótesis, sin que se haya reconocido validez absoluta a ninguna de ellas. Gressmann distingue tres piezas independientes (Idc 6,6-10; 12-24; 25-32) intercaladas en la saga de G. (6,2-5; 6,33-8,3; 8,24-35), y un relato histórico de la campaña de G. contra Zébah y Salmunn` (8,4-21). Desnoyers distingue dos narraciones principales: a) Historia de Yérubbáal conservada en parte en los fragmentos 6,25-32; 6,36-7,1; 7,22?; 7,23-8,3; 8,29. b) Historia de Gedeón, con adiciones y retoques, 6,11-24; 6,34-35; 7,2.21; 8,4-28. e) Complementos redaccionales 6,1-6; 7-10; 8,27-35.
     
      Hijo de YO'as, de la familia de Abi'ézer, de la tribu de Manasés, G. habitaba en `Ofrith (Idc 6,11). Por aquellos días los israelitas sufrieron el castigo de Dios a causa de haber aceptado los cultos idolátricos cananeos. Durante siete años los madianitas (v.), los amalecitas y los hijos de Oriente realizaban incursiones en la época de la recolección (6,1-6). Cierto día, cuando se hallaba G. desgranando el trigo en el lagar para ocultarlo a los madianitas, se le apareció el ángel de Yahwéh anunciándole que había sido escogido para libertar a su pueblo (11-23). Gedeón destruyó el altar de Baal que había en el lugar y erigió uno a Yahwéh. Sus convecinos, irritados al ver destruido el altar de Baal quisieron darle muerte. Yo'ás, su padre, le salvó al decir que si Baal era dios se defendería contra G. Por ello a G. le dieron el nombre de Yérubbá'al, pues se dijo: «Luche Baal contra él» (6,25-32).
     
      Cuando los madianitas y sus aliados cruzaron el Jordán, G. convocó a los hombres de Manasés, de Aser, Zabulón y Naftalí. Fortalecido por el milagro del vellón de lana (6,36-40) acampó frente a los de Madián. A fin de que la gloria de la victoria no fuese atribuida al hombre sino a Dios, redujo el número de sus hombres de 32.000 a 300 por medio de diversas pruebas que le indicó Yahwéh, de las que la más famosa es la del agua del Harod (7,1-6). Con esos 300 atacó de noche, por diferentes lugares y al son de trompetas, a los madianitas, quienes creyéndose acometidos por un ejército numeroso huyeron en el mayor desconcierto. G. los persiguió hasta los confines del desierto y dio muerte a los dos jefes madianitas `Oréb y Zé'éb (7,725).
     
      Tras apaciguar a los celosos efraimitas (1-3), G. derrotó a un nuevo ejército madianita mandado por Zebah y Salmunna`, asesinos de sus hermanos, a los que dio muerte (8,10-12 y 18-21). Después castigó a las ciudades de Sukkót y Pénit'el que no habían querido prestarle ayuda para esta empresa (8,4-9 y 13-17). Los israelitas quisieron entonces nombrarle rey, a lo que él se negó. Sin embargo, confeccionó un 'éfód con parte del botín, lo cual fue «una trampa para Gedeón y su casa» (8,27), pues se convirtió en objeto de culto idolátrico (8,22-27). Mientras vivió G., el país gozó de 40 años de paz. Tuvo 70 hijos, de los que destaca 'Abimélek, que luego se proclamaría rey (Idc 9).
     
      De la historia de G. se deduce que en ese tiempo los israelitas habían adoptado ya la vida sedentaria y la agricultura. La falta de unidad política entre las tribus y el carácter defensivo de las campañas contra las razzias de los pueblos nómadas, indican que aún no habían adquirido la' necesaria estabilidad territorial y política. Se percibe, además, que la influencia de los pueblos vecinos empuja a los hebreos a los cultos de Baal y Astarté, cuyo carácter agrario era una tentación para el campesino israelita.
     
      V.t.: JUECES DE ISRAEL Y LIBRO DE LOS.
     
     

BIBL.: J. A. G. LARRAYA, Gedeón, en Enc. Bibl. 111,733-739; M. J. LAGRANGE, Le livre des Juges, París 1903, 118-162; L. DESNOYERS, Histoire du peuple hébreu des Juges á la Captivité, I, París 1922, 153-171; L. ALONSO-SCHOKEL, Heros Gedeon, «Verbum Domini» 32 (1954) 3-20 y 65-76; C. F. WHITLEY, The Sources ot the Gideon Stories, «Vetos Testamentum» 7 (1957) 157-164; R TAMISIER, Le livre des Juges, en La Sainte Bible, III, de L. PIROT-A. CLAMER, París 1949, 198-221.

 

J. L. L.ACAVE RIAÑO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991